sábado, 15 de agosto de 2009

Testimonio de una joven confirmada por Benedicto XVI

Yo fui confirmada por el Papa Benedicto XVI en Sydney,
durante la Jornada Mundial de la Juventud 2008

Me llamo Elizabeth G. Mi hermano Richard y yo somos uruguayos nacidos en Sydney. Desde chica pertenecí al grupo parroquial de niños y niñas que se llama Happy Sunday. Casi todos los Domingos asistía a Misa con mis padres y mi hermano. Pasados algunos años comencé a ayudar con el grupo y a formar parte del grupo de jóvenes.

Cierto día, a mamá le fue diagnosticado un cáncer y yo tuve que empezar a cuidarla mientras seguía haciendo mi High School. Debido a la distancia y a nuevas situaciones familiares no nos fue posible asistir a la Iglesia frecuentemente. Sin embargo, la presencia de Dios y la figura de Jesús formaron parte de mi experiencia religiosa. Claro está que no fue fácil. Más de una vez cuestioné a Dios por la enfermedad de mi mamá. Tanto mi hermano como yo sentíamos un gran miedo de perder a mamá. Rezaba confiada a Dios, pero no por eso dejaba de cuestionarle. Mamá nunca perdió esa confianza en Dios y siempre se mantuvo positiva, aún en momentos de tener que irse al Hospital para ser operada. Con el paso del tiempo, mamá fue mejorando y todo aquel miedo fue quedando atrás.

A través de toda esa experiencia familiar descubrí que Jesús es el amigo con el que puedo hablar cuando estoy preocupada o tengo dificultades, pero también cuando estoy contenta. Puedo confiar a Él mis inseguridades como persona joven y sé que guardará todas estas cosas en su corazón. Él es el amigo que me rodea y me cuida en los buenos y malos momentos de la vida.

El día que recibí la invitación para ser confirmada por el Papa, sentí que el mismo Jesús me estaba haciendo un regalo personal. Sentí mucha emoción, sumamente feliz de tener esa preciosa oportunidad en mi vida. Creo que recién tomé conciencia de este regalo especial el mismo día de la Confirmación cuando, al caminar hacia el altar, pude percibir los miles de jóvenes que estaban presentes. Sentí un tremendo cariño y agradecimiento a Jesús por haberme elegido en su amor en medio de tantos jóvenes.

Desde el día en que me llamaron hasta el día en que fui confirmada por el Papa fue todo un peregrinar hacia Dios, un reencontrarme conmigo misma en el silencio y en la oración y de ahondar esta relación de amistad con Jesús.

La experiencia en el momento de la Confirmación fue sentir como si hubiese sido transportada a un mundo de luz. Tuve la sensación de estar en una realidad diferente. Sentí necesidad de llorar y reir. Un montón de sentimientos se movían en mi interior y luego sentí paz y a partir de ese momento pude caminar con una sonrisa hacia donde estaba el Papa. Nuevamente delante de él sentí una tremenda emoción cuando ungió mi frente. Creo que en ese momento sentí que Dios me quería muchísimo. El rostro de mi madre se hizo presente, pues ella siempre creyó y confió en Dios y fue ella la que siempre me habló de Jesús y me enseñó a orar.

A un año de aquel momento, dicha experiencia sigue grabada en mi mente y en mi corazón e invito a aquellos que tienen problemas o necesitan de un verdadero amigo a que hablen a Jesús, pues Él los escuchará.

Elizabeth
Sydney, 15 de agosto de 2009

¡Gracias, Elizabeth, por este hermoso testimonio!
¡Qué Jesús te guarde siempre en su Corazón!
+ Heriberto

1 comentario:

alvaro dijo...

pues me llamo alvaro Blanco y les doy mi agrado saludo al papá Benedicto XVI
quiciera que me dieran un concejo yo tengo una padre que cuendo estube en su bientre de mi madre mi padre se fue y quiciera ir a buscarlo pero mi familia me dijo que no me combiene
Qué debo haser en estos casos?