lunes, 29 de marzo de 2010

Domingo de Ramos en Jerusalén

Jerusalén (Tierra Santa), 29 Mar. 10 (AICA)

Miles de peregrinos participaron de la procesión por la ciudad antigua de Jerusalén

Miles de peregrinos participaron ayer de la procesión por la ciudad antigua de Jerusalén, para recordar la entrada triunfal de Jesucristo, previa a su pasión, muerte y resurrección.

Los fieles cristianos se sumaron a la marcha que encabezó el patriarca de Jerusalén, monseñor Fuad Twal, desde el Monte de los Olivos hasta la ciudad amurallada. La procesión comenzó en la iglesia de Betfagé.

Llamamiento del Papa por la paz
“La paz es un don que Dios confía a la responsabilidad humana”, afirmó Benedicto XVI al lanzar un llamamiento por la paz en Jerusalén.

El Papa expresó este domingo su preocupación por la paz en Tierra Santa, en su homilía de la Misa de Ramos que recuerda la entrada de Cristo en Jerusalén, y antes de rezar el Ángelus.

“Nuestro pensamiento y nuestro corazón se dirigen de una manera particular a Jerusalén, donde se cumplió el misterio pascual”, dijo, antes del rezo de la oración mariana.

“Estoy profundamente entristecido por los recientes conflictos y por las tensiones verificadas una vez más en esa ciudad, que es patria espiritual de cristianos, judíos y musulmanes, profecía y promesa de esa universal reconciliación que Dios desea para toda la familia humana”, afirmó.

“La paz es un don que Dios confía a la responsabilidad humana, para que lo cultive a través del diálogo y el respeto de los derechos de todos, la reconciliación y el perdón”, prosiguió.

E invitó a orar “para que los responsables de la suerte de Jerusalén emprendan con valentía el camino de la paz y lo sigan con perseverancia”.

Recuerdo de su peregrinación
Durante su homilía, bajo el sol de la Plaza de san Pedro, el Papa se refirió a su peregrinación del año pasado a Tierra Santa, y destacó “tres significados”.

En primer lugar, que “la fe en Jesús no es una invención legendaria”. Después que, al peregrinar a Tierra Santa se va “como mensajeros de la paz, con la oración por la paz; con la invitación fuerte a todos a hacer en ese lugar, que lleva en su nombre la palabra “paz”, todo lo posible para que se convierta verdaderamente en un lugar de paz”.

Y apuntó también a un tercer aspecto relacionado con la vocación de los cristianos de Tierra Santa a promover la paz.

En este sentido, señaló: “Esta peregrinación es al mismo tiempo un estímulo para los cristianos a permanecer en el país de sus orígenes y a comprometerse intensamente en él por la paz”.

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