domingo, 25 de abril de 2010

Río Branco:
envío misionero al P. Jorge,
bienvenida al P. Nacho

Las nueve comunidades hacen su entrada
P. Nacho, Mons. Heriberto, P. Jorge
Las ofrendas: las "semillas del Evangelio"
El signo de la llave: el P. Jorge entrega al P. Nacho la llave que recibiera de Mons. Luis del Castillo, en la que están grabados los nombres de las nueve comunidades que forman la Parroquia.
El signo de la "colcha de retazos": una colcha formada con retazos de diferentes colores, que expresan la diversidad que forma la comunidad parroquial. A la vez, los trozos están firmemente cosidos, manifestando el deseo de una comunión que no se pueda destruir.
De Mons. Heriberto a la
Comunidad de Río Branco


Querida comunidad parroquial de Río Branco:

Acabo de regresar a Melo, luego de la celebración que compartimos junto a los Padres Jorge y Nacho. En mi homilía dije algunas cosas que he querido recordar y poner ahora por escrito.

Creo que para ustedes éste tiene que ser un momento donde se entrecruzan muchos sentimientos diferentes. En este momento se amontonan los recuerdos, nos da pena la separación, sentimos inquietud por lo que pueda venir, tanto para quien se va como para quien llega, como para el conjunto de la comunidad. A mí me sucede también algo así. Muchas cosas me pasan por la cabeza. Pero tratemos de verlas de a una.

Despedida y envío del P. Jorge

Conocí al P. Jorge cuando yo estaba en el Seminario. Sé desde entonces de ese llamado especial que lo vincula al camino espiritual del Hermanito Carlos de Foucauld. Sé bien que, a lo largo de su vida, Jorge ha vivido y buscado siempre profundizar su compromiso con Jesús a través de ese camino. En los últimos años ha estado vinculado a sacerdotes brasileños que siguen esa espiritualidad en la Fraternidad Sacerdotal Iesus Cáritas, y ha mantenido el deseo de pasar por lo menos algún tiempo, en una parroquia de Brasil con ellos. Esa oportunidad llega con el nombramiento de un Obispo miembro de la fraternidad para la diócesis de San Gabriel de Cachoeira, en el estado de Amazonia. Todo parece providencial, y vemos que es el momento oportuno para que Jorge responda a ese llamado que ha sentido y que se ha mantenido a lo largo de su vida.

Cuando fui nombrado Obispo para la Diócesis de Melo, tuve pronto un encuentro con Mons. Luis del Castilo, quien me presentó la Diócesis diciendo: "es una Diócesis pobre en recursos humanos y económicos, y la primera tarea del Obispo es conseguir unos y otros". La pobreza de "recursos humanos" no está en la calidad, pero sí en el número. Pocos sacerdotes. ¿Por qué, entonces, la Diócesis se desprende de uno, siendo tan necesaria su presencia? Porque hay diócesis aún más pobres y necesitadas que la nuestra, y podemos dar, aún desde nuestra pobreza. La Providencia nos ha traído de regreso a la Diócesis al P. Nacho, que regresa de algunos años de misión en Bolivia, y eso permite hacer este cambio. Algo que sucedía en las primeras comunidades cristianas, como nos lo cuenta el libro de los Hechos de los Apóstoles (capítulo 13). Seguramente una comunidad en crecimiento como la de Antioquía necesitaba de la presencia de animadores como Bernabé y Pablo. Pero, escuchando al Espíritu Santo, la comunidad acepta desprenderse de ellos y los envía en misión.

Por eso, lo que hacemos hoy con Jorge no puede quedarse sólo en una despedida: es también un envío. Un envío misionero, que hace la Diócesis de Melo y, especialmente, la Parroquia San Juan Bautista de Río Branco.

Recibimiento y comienzo de nueva responsabilidad para el P. Nacho

Se va el P. Jorge, llega el P. Nacho, para acompañar y servir a esta comunidad, como encargado de la parroquia. Él mismo me decía que algunos le preguntaban, con inquietud, si las cosas iban a seguir como se venían haciendo.

Nacho viene dispuesto a escuchar. Ustedes van a tener que ayudarlo en eso, porque él tiene una dificultad real en su oído. Pero el corazón está dispuesto. Escuchar, para no empezar como si no hubiera habido nada antes. Al contrario. Continuar con la comunidad el camino que se venía recorriendo y, también, con la comunidad, buscar los caminos nuevos.

Cuando Benedicto XVI asumió su pontificado, en su primera homilía (24 de abril de 2005) anunció: mi programa es "ponerme, junto con toda la Iglesia, a la escucha de la Palabra y de la voluntad del Señor y dejarme conducir por Él". Si ése es el camino para el Papa, también es el camino para un Obispo y también es el camino para el responsable de una comunidad. Escuchar junto con toda la comunidad la Palabra de Dios, para ver cómo seguir el camino: qué cosas hay que cuidar, mantener, qué cosas fortalecer, qué cosas abandonar o cambiar.

Ruego al Señor que los ilumine a todos Uds. y al Padre Nacho para que puedan discernir Su voluntad y dejarse conducir por Él.

La Parroquia, comunidad de comunidades

Para muchas personas, "la parroquia" es, simplemente, el templo, el edificio. Algunos ven un poco más, y se fijan en la comunidad que se reúne allí. A veces no se ve la relación de esa comunidad con las comunidades de las capillas que "pertenecen" a la parroquia.

Una parroquia es, ante todo, una comunidad parroquial. Una comunidad formada por personas que, a su vez, están agrupadas en comunidades más pequeñas. Por eso, la parroquia es "comunidad de comunidades", tratando de hacer, juntas, un camino común, con toda su diversidad.

Esta jornada de Jesús Buen Pastor nos invita a pensar en aquéllos que están integrando hoy la comunidad parroquial, esos que el Buen Pastor cuenta ya como miembros de su rebaño.

Sin embargo, una comunidad no puede cerrarse sobre sí misma, conformándose con los que vienen siempre. La comunidad grande, o cada una de las comunidades pequeñas, tiene que estar abierta, tanto para recibir al que llega, al que se acerca, como para salir al encuentro de los que están alejados.

Por otra parte, hay otro grupo de personas que tiene que estar también en la preocupación de la comunidad: los heridos del camino. Esas personas que la comunidad, en su marcha, va encontrando tirados al costado de la calle. Aquí habrá que hacer como el Buen Samaritano: detenerse, bajarse del caballo, curar al herido, cuidarlo. Tal vez se integre a la comunidad, tal vez no: no ha sido ése el motivo por el que la comunidad se detuvo, sino porque lo encontró herido. Ustedes saben bien cuáles son los heridos del camino en Río Branco. La comunidad ha ido organizando algunas acciones pastorales que van al encuentro de ellos. Y por allí hay que seguir.

Demos gracias juntos

Quiero agradecer especialmente la disponibilidad del P. Jorge: 18 años en esta diócesis, a cuyo presbiterio pertenece y ha manifestado que quiere seguir perteneciendo. 7 años en Río Branco, que se cumplirán el 3 de mayo. Años en los que él ha ido entregando su vida día a día, con momentos gratificantes, plenos y momentos difíciles. Nos mantendremos unidos a él en la oración y esperamos recibir sus noticias desde Sao Grabriel de Cachoeira.

Agradezco también la disponibilidad del P. Nacho, para asumir la responsabilidad de acompañar a la comunidad parroquial San Juan Bautista de Río Branco en esta nueva etapa. Recibe una parroquia organizada, en camino, a la que viene con el corazón dispuesto y abierto.

¡El Señor nos bendiga y acompañe a todos!

El mapa señala la ubicación de Sao Gabriel de Cachoeira, Amazonia, Brasil

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