martes, 13 de julio de 2010

Sotto il sole d'Italia (6)

En Fiesole, casa de las Misioneras Franciscanas del Verbo Encarnado
Cuando estábamos programando este viaje con Alvaro, el ecónomo diocesano, me di cuenta de que era una buena oportunidad para visitar la Casa Madre de las Hermanas Misioneras Franciscanas del Verbo Encarnado, en Fiésole, cerca de Florencia.
Así comenzamos un contacto un poco ajustado por los preparativos y por otras comunicaciones previas que nos reclamaron mucha atención. No pude, como me hubiera gustado, entrar en su página web, leer la historia de la congregación, ver quiénes integraban el consejo general, en fin, toda información que ayudara a un encuentro más rico.
De todos modos, convinimos con las hermanas en que nos esperaban en Florencia para llevarnos a Fiésole en la tarde de ayer, que nos darían alojamiento y que en la mañana de hoy podríamos reunirnos con algunas de las integrantes del Consejo General, que estaba un poco disperso en distintas actividades.
En la estación Santa María Novelle de Florencia nos esperaba una mujer sorprendente. Sor Liliana nos recogió en un pequeño Daihatsu (muy adecuado para estas ciudades de calles estrechas y de poco espacio de estacionamiento) y nos condujo con gran seguridad a la mayor velocidad posible entre el lío del tránsito, el laberinto de callecitas, las curvas y las pendientes desde Florencia hasta Fiésole.
Ya en la casa, después de reponer el agua perdida en esa tarde calurosa, hablamos de las hermanas en Uruguay, en Fraile Muerto… conocía las personas y las cosas tan al detalle, con tanto cariño y cercanía, que nos sentimos totalmente en casa. También conocía bien al Padre Mimmo, a quien dejamos en Calabria, y al Padre César, a quien vamos a encontrar ahora en Brescia… en fin, uno ve cómo hay una red de comunión, donde se cruzan muchos hilos. Uno se siente agradablemente envuelto en ese tejido.
Pasamos la noche en el cercano convento franciscano. A mí me tocó un cuarto de la enfermería, y a Álvaro una celda que le hizo reafirmar su vocación a la vida matrimonial…
Hoy de mañana Sor Liliana nos llevó a visitar la Catedral de Fiésole. Tengo que agregar aquí que en el mundo Florencia es mucho más conocida que Fiésole, pero esta segunda es mucho más antigua, no ya del lejano tiempo de los romanos, sino que también tiene ruinas de los etruscos. Es también más antigua que Florencia como diócesis.
Las hermanas tienen aquí su casa madre por un motivo circunstancial… La congregación, iniciada en 1930, tuvo pronto dos desarrollos simultáneos: en el sur de Italia, en Calabria, y en el norte. Les era necesario ubicar un punto intermedio donde tener su casa general. Surgió una posibilidad en esta ciudad: una casa ruinosa, en lo alto de una colina, que había sido cuartel alemán en la segunda guerra mundial. Lo que hoy es una valiosa propiedad era en aquel momento una compra a bajo costo. Yo pensaba que estarían en Fiésole porque allí habría empezado todo, como tantas veces sucede, pero, en realidad, llegaron allí por una razón práctica. Algo propio de una congregación del siglo XX, y una decisión de tiempos de posguerra.
Fue mucho lo que conversamos con Sor Liliana. Hoy, sobre el mediodía, llegó la Secretaria General, Sor Pier María. Con las dos reanudamos nuestra conversación, sobre la Diócesis de Melo, la situación en Uruguay… En un momento dado, me hice una pregunta, y se la comentè a Alvaro: ¿quién es la Madre General? Con èl nos dimos cuenta que Sor Liliana nos habló de la Secretaria General, de la Ecónoma, de las demás integrantes del Consejo, pero nunca mencionó a la Madre… Entonces, me dije, ¡ella, nuestra “chofer”, es la Madre General! Eso se podìa percibir en su fino conocimiento...  (Pero no dejè de verificarlo luego, en el sitio web). Después de tantas veces que, como Obispo, he sido “chofer” para mis visitantes o colaboradores, me sentí muy gratificado de encontrar a alguien que no duda en hacer lo mismo que yo cuando recibe a sus visitas.
Dejamos Fiesole sumamente reconfortados, despuès de haber compartido con las Hermanas la Misa y la mesa. Es ahora hacia Brescia donde dirigimos nuestros pasos.
+ Heriberto



Madre Giovanna Francisca del Espíritu Santo,
fundadora de las Misioneras Franciscanas del Verbo Encarnado
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