jueves, 18 de noviembre de 2010

Crónicas Orientales 2 (de un oriental en el oriente cubano)

Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba
Misa en el interior del santuario
Desde Cuba, Mons. Luis del Castillo, segundo obispo emérito de Melo, nos acerca una segunda crónica de su servicio misionero en el Oriente cubano.

Todavía no he podido ubicar a los estudiantes de medicina uruguayos. Se ofreció a buscarlos un haitiano, de los más de cien estudiantes de Angola, Lesoto, Nigeria y Haiti que concurren fielmente a la misa dominical.
En cambio, caminando por la plaza de la Catedral, me encuentro con dos matrimonios montevideanos de una excursión de médicos. Gran sorpresa y emoción, celebrada con una cena. Al día siguiente me visitaron en la parroquia y sacaron fotos que espero les lleguen.
Estos días han sido de visitas y conocimiento de lugares y personas.
Tres comunidades religiosas viven en el territorio: las Siervas del Corazón de María que colaboran en catequesis y visitas domiciliarias, las Hermanas Sociales y las Misioneras de la Caridad (de la Madre Teresa) a quienes les celebramos en inglés.
El Seminario Diocesano ofrece Licencia en Filosofía acreditada por la Universidad Católica de la República Dominicana. Los jesuitas mantenemos algunas clases, ya que la dirección quedó este año en manos de Operarios Diocesanos españoles. Entre los Hermanos de La Salle, que trabajan en lo suyo, conocí a un argentino.
También en la Alliance Française que queda en la esquina, visité al Director, de Toulouse, anteriormente en Buenos Aires. Me invitó para un concierto de flauta.
Tuvimos la reunión del presbiterio con el obispo en El Cobre, lo que me permitió peregrinar al Santuario de N. S. la Virgen de la Caridad, patrona de Cuba.
Hoy me asocié a la peregrinación a Florida en la misa de segundo domingo del mes que aquí corresponde a los niños. Representaron la frase de San Pablo “el que no quiera trabajar, que no coma”.
Presentamos a Chema, el cuarto integrante de la Comunidad jesuita, recién llegado de España.
Pasó sin mayores consecuencias la primera tormenta tropical llamada Tomás. Las abundantes lluvias sólo obligaron a postergar unos días los cuatro bautismos previstos para este mes.

La Patrona de Cuba

Alrededor del año 1612 o a los inicios de 1613, fueron a buscar sal en la bahía de Nipe dos hermanos indios y un negrito de nueve o diez años. Se llamaban respectivamente Juan de Hoyos, Rodrigo de Hoyos y Juan Moreno, conocidos por la tradición como "los tres Juanes". Mientras iban por la sal ocurrió la aparición de la estatua de la Virgen. He aquí el relato de Juan Moreno, dado en 1687, cuando tenía ochenta y cinco años:

"...habiendo ranchado en cayo Francés que está en medio de la bahía de Nipe para con buen tiempo ir a la salina, estando una mañana la mar calma salieron de dicho cayo Francés antes de salir el sol, los dichos Juan y Rodrigo de Hoyos y este declarante, embarcados en una canoa para la dicha salina, y apartados de dicho cayo Francés vieron una cosa blanca sobre la espuma del agua, que no distinguieron lo que podía ser, y acercándose más les pareció pájaro y ramas secas. Dijeron dichos indios "parece una niña", y en estos discursos, llegados, reconocieron y vieron la imagen de Nuestra Señora la Virgen Santísima con un Niño Jesús en los brazos sobre una tablita pequeña, y en dicha tablita unas letras grandes las cuales leyó dicho Rodrigo de Hoyos, y decían: "Yo soy la Virgen de la Caridad", y siendo sus vestiduras de ropaje, se admiraron que no estaban mojadas. Y en esto, llenos de alegría, cogieron sólo tres tercios de sal y se vinieron para el Hato de Barajagua..."

El administrador del término Real de Minas de Cobre, Don Francisco Sánchez de Moya, ordenó levantar una ermita para colocar la imagen y estableció a Rodrigo de Hoyos como capellán.

Una noche Rodrigo fue a visitar a la Virgen y notó que no estaba allí. Se organizó una búsqueda sin éxito. A la mañana siguiente, y para la sorpresa de todos, la Virgen estaba de nuevo en su altar, sin que se pudiera explicar, ya que la puerta de la ermita había permanecido cerrada toda la noche.

El hecho se repitió dos o tres veces más hasta que los de Barajagua pensaron que la Virgen quería cambiar de lugar. Así se trasladó en procesión, con gran pena para ellos, al Templo Parroquial del Cobre. La Virgen fue recibida con repique de campanas y gran alegría en su nueva casa, donde la situaron sobre el altar mayor. Así llegó a conocerse como la Virgen de la Caridad del Cobre.

En el Cobre se repitió la desaparición de la Virgen. Pensaron entonces que ella quería estar sobre las montañas de la Sierra Maestra. Esto se confirmó cuando una niña llamada Apolonia subió hasta el cerro de las minas de cobre donde trabajaba su madre. La niña iba persiguiendo mariposas y recogiendo flores cuando, sobre la cima de una de las montañas vio a la Virgen de la Caridad.

La noticia de la pequeña Apolonia causó gran revuelo. Unos creían, otros no, pero la niña se mantuvo firme en su testimonio. Allí llevaron a la Virgen.
Desde la aparición de la estatua, la devoción a la Virgen de la Caridad se propagó con asombrosa rapidez por toda la isla a pesar de las difíciles comunicaciones.

Fue en el Cobre, en 1801, que los mineros, alentados por el Padre Alejandro Ascanio, obtienen la libertad por Real Cédula del 7 de abril.

Con los años se adquirió un recinto mayor para construir un nuevo santuario que pudiese acoger al creciente número de peregrinos, haciéndose la inauguración, con el traslado de la Virgen el día 8 de Septiembre de 1927.

Durante la guerra de independencia, las tropas se encomendaban a la Virgen de la Caridad. No es que se pueda ver a la Virgen como una aliada en la guerra. Mas bien ella, como madre, sufre y se preocupa de todos, busca la paz entre sus hijos, finalmente cuando los corazones no le permiten otra cosa, busca atenuar los odios y fomentar la reconciliación y el perdón.

Después de la guerra de independencia, los veteranos pidieron al Papa que declarase a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. En documento firmado el día 10 de Mayo de 1916 por el Cardenal Obispo de Hostia, Su Santidad Benedicto XV accedió a la petición, declarando a la Virgen de la Caridad del Cobre Patrona Principal de la República de Cuba y fijando su festividad el 8 de Septiembre.

En 1977, el Papa Pablo VI eleva a la dignidad de Basílica al Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.

Durante los meses de preparación para la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, diez imágenes peregrinas de la Virgen de la Caridad recorrieron las distintas diócesis del país con gran respuesta del pueblo. 

La Virgen de la Caridad fue coronada por S.S. Juan Pablo II como Reina y Patrona de Cuba el sábado 24 de Enero de 1998, durante la Santa Misa que celebró en su visita apostólica a Santiago de Cuba.

Fuente: corazones.org

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