lunes, 27 de diciembre de 2010

Despedidas... ¡Gratitud!





En estos días de Navidad, dos comunidades de nuestra diócesis despidieron a sus sacerdotes. El mismo 25, la comunidad parroquial Virgen de los Treinta y Tres (Cruz Alta) en la capital olimareña despidió al P. Romualdo y dio la bienvenida al seminarista Reinaldo.
Ayer, 26, la comunidad de la parroquia Nuestra Sra. del Pilar, Catedral de Melo, despidió al P. Lucas.
El P. Romualdo, sacerdote polaco, de la diócesis de Gdansk, estuvo apenas un año en Virgen de los Treinta y Tres. Su llegada fue verdaderamente providencial en un momento en que la comunidad quedaba sin sacerdote y con mucha incertidumbre. El P. Romualdo se hizo una presencia sensible, con una gran disponibilidad para la escucha, el consuelo, el consejo y la celebración de la Reconciliación. Abrió diariamente el templo, durante varias horas, y allí estaba, disponible para todos. Este año fue para él crucial, ya que necesitaba una pausa antes de asumir un nuevo compromiso. Es así que hoy está partiendo rumbo a la Patagonia argentina, a la diócesis de Comodoro Rivadavia, donde será vicario de la Catedral, muy cerca del nuevo Obispo de esa diócesis sureña.
El P. Lucas, francés de la diócesis de Dijon, llegó hace cinco años a Melo. El final de este período lo encuentra en dos responsabilidades muy importantes que fue asumiendo: vicario pastoral de la diócesis y párroco de la Catedral. Ha sabido conjugar a lo largo de este tiempo el trabajo de organización y articulación de la pastoral diocesana y parroquial, promoviendo la formación y la participación de laicos y religiosas, con una entrega muy personal a sus ovejas, ejerciendo la caridad pastoral sin reservas, acompañando con mucha sensibilidad los momentos más dolorosos de su comunidad. Regresa ahora a su diócesis de origen, desde donde prestará también un servicio en la Conferencia Episcopal Francesa, en el organismo dedicado a la ayuda pastoral a América Latina. Como encargado de ese servicio, deberá viajar en algunas ocasiones a nuestro continente, lo que nos da la esperanza de verlo de nuevo en no demasiado tiempo.

En todo esto se entremezclan los sentimientos: alegría de la Navidad, tristeza de la separación, expectativa por la etapa nueva que cada comunidad inicia... Sin embargo, hay un sentimiento que prevalece sobre todo: la gratitud.
¿Qué queda de esta presencia de Romualdo y Lucas? San Pablo nos dice que todo pasará menos la Caridad. "La Caridad no pasa nunca". Cada acción de verdadera, profunda caridad que realizamos, está ya guardada en el misterio de Dios. Estos dos sacerdotes han vivido entre nosotros, han ejercido esa caridad pastoral que es el centro de la vida del presbítero. Los despedimos, les damos gracias. Guardamos en el corazón el recuerdo de los momentos compartidos. Los recordaremos y encomendaremos en nuestra oración.

No hay comentarios: