viernes, 12 de agosto de 2011

Tras las huellas de Don Jacinto, con Laura Álvarez Goyoaga, en Melo

Jacinto Vera en misión. Dibujo de un niño del Colegio Agustín de la Rosa

En el programa "¡Qué bien se está Aquí!", por Radio María desde Melo

Entrevistada por Canal 12 de Melo

En el Colegio María Auxiliadora

En el Colegio Agustín de la Rosa

En el Colegio Dámaso Antonio Larrañaga.

Presentación del libro Don Jacinto Vera, el Misionero Santo. Sala Municipal.
Tomás Sansón, Laura Álvarez, Ethel Dutra, Heriberto Bodeant.
Laura Álvarez Goyoaga visitó ayer Melo, acompañada por su esposo Pablo, para presentar su libro Don Jacinto Vera, el Misionero Santo.
La escritora desarrolló un intenso programa, que comenzó en la mañana con su participación en el programa de la Diócesis de Melo que se emite por Radio María. De allí a "Tiempo de Todos" en La Voz de Melo, y al Canal 12 de la ciudad.
La mañana culminó con el encuentro de Laura con alumnos del Colegio Maria Auxiliadora, a los que se agregó un grupo de catequesis del Liceo Salesiano, acompañado por el P. Juan Gastón. Fue el primer encuentro de la autora con los Colegios de Melo, que están participando en el concurso de dibujos "Don Jacinto Vera, el Misionero de los Niños".
Luego del almuerzo en el Obispado, Laura estuvo con los alumnos del Colegio Agustín de la Rosa y luego con los del Dámaso Antonio Larrañaga.
Dándoles un breve respiro en la tarde, Mons. Heriberto los llevó a visitar la Posta del Chuy. "Esto es de los tiempos de Jacinto", comentó Laura. Y, efectivamente, es posible que el Obispo misionero haya debido pasar por ese viaje en sus visitas a lo que hoy es nuestra Diócesis, cuando llegó a Melo, Villa Artigas (hoy Río Branco) y Treinta y Tres.
Luego de la Misa en Catedral, la presentación del libro. En la Sala Municipal ubicada en los altos de la Biblioteca Juana de América, un panel integrado por la Profesora Ethel Dutra, el Dr. Tomás Sansón y Mons. Heriberto Bodeant. Luego de las palabras de los panelistas, Laura habló con mucha emoción de su libro y de cómo sus motivaciones fueron creciendo y profundizándose al ir conociendo más a su personaje: "Jacinto es alguien que ha llegado a estar permanentemente a mi lado en la vida". En la noche, los esposos regresaron a Montevideo, al reencuentro de sus cinco hijos, dejándonos la alegría de la jornada compartida y la satisfacción de ver cómo la figura luminosa del primer obispo uruguayo se abre camino entre las sombras que han pretendido ocultarla.

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