miércoles, 30 de noviembre de 2011

Bodas de Plata Sacerdotales del P. Freddy Martínez




El P. Freddy Martínez celebró ayer sus bodas de plata sacerdotales en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, en Melo, donde es cura párroco.
Oriundo de Treinta y Tres, siguiendo su vocación sacerdotal, alentada por Mons. Cáceres, ingresó al Seminario Interdiocesano Cristo Rey en Montevideo en 1980 y fue ordenado sacerdote en 1986.
Posteriormente obtuvo el doctorado en Derecho Canónico. Es Vicario General y Canciller de la Diócesis de Melo.
La feligresía de la parroquia y varios sacerdotes de la diócesis, de otras diócesis uruguayas y también de la arquidiócesis de Santa Fe, Argentina se hicieron presentes para acompañarlo en la Eucaristía y luego en la cena en el Club Unión Obrera de Melo.
La Eucaristía fue presidida por el Obispo diocesano, Mons. Heriberto Bodeant y la homilía, con su habitual calidez y elocuencia, estuvo a cargo del Obispo emérito, Mons. Roberto Cáceres, quien ordenara al P. Freddy hace veinticinco años en Treinta y Tres.

lunes, 28 de noviembre de 2011

¿Qué dicen los Obispos sobre la familia en su Carta Pastoral?

El domingo 13 los Obispos uruguayos presentaron a los peregrinos que asistieron a la Peregrinación al Santuario Nacional de la Virgen de los Treinta y Tres la Carta Pastoral que elaboraron en ocasión del Bicentenario: "Nuestra Patria: gratitud y esperanza".

 

Compartimos el capítulo en el que los Obispos reflexionan sobre la Familia (de NOTICEU).

 
IV. En el principio era la familia
 
En el año 2011, igual que hace 200 años, Uruguay continúa basando su identidad como nación en la familia. En los sucesivos textos constitucionales que nos hemos dado, ha sido reafirmada la familia como “la base de nuestra sociedad”.35
Esta convicción de quienes formaron nuestra patria, es hoy también el valor primordial al que aspiran la inmensa mayoría de nuestros hombres y mujeres: formar una familia. Del tesoro de valores que hemos recibido en herencia, el aprecio por la familia unida brilla como un diamante en nuestra sociedad uruguaya.
 
Centralidad de la familia
 
Con especial gratitud debemos recordar a multitud de familias inmigrantes, principalmente de españoles e italianos, y también de muchas otras naciones, que dando a luz sus hijos en nuestro suelo, plantaron las semillas de un gran bosque de hombres y mujeres uruguayos.
 
Mirando nuestro tiempo presente y reconociendo que hoy quizás sea más difícil para los matrimonios traer hijos al mundo y educarlos, también mantenemos una deuda de gratitud con tantos matrimonios que, sacrificada y alegremente, continúan esa tradición de valor sin igual. La Iglesia y su magisterio sobre el plan de Dios para el hombre y la mujer unidos en matrimonio, ha sido siempre una guía de esperanza y una fuente de alegría que, quizás más que nunca, sigue teniendo plena validez.
 
Apoyándonos en la centralidad de la institución familiar en nuestra cultura, se comprende el excepcional relieve que adquiere el artículo siguiente de la Constitución, cuando solemnemente declara que “el cuidado y educación de los hijos para que éstos alcancen su plena capacidad corporal, intelectual y social, es un deber y derecho de los padres”.36 Este principio básico afirmado en nuestra Carta Magna, que ha sido refrendado con la firma de diversas declaraciones internacionales37, debería ser el punto de partida de disposiciones jurídicas audaces y magnánimas que apunten, como todos deseamos, a un desarrollo social en profundidad.
 
La trascendencia de la institución familiar en vistas al bien de toda la sociedad, tiene que llevar a preguntarnos, por ejemplo: ¿cómo formar a los padres y madres de familia, para que asuman en su cabal contenido el deber de cuidar y educar a sus hijos, de manera que se acerquen lo mejor posible a la realización de la afirmación constitucional referida? Si la educación de los hijos es un deber y un derecho primario de los padres, no del Estado, ¿qué consecuencias legales se desprenden de nuestra disposición constitucional?; ¿qué medios habrá que facilitar a los padres para que asuman responsablemente el deber de educar en plenitud a sus hijos? En este ámbito de capital importancia, y aun respetando la separación de la Iglesia y el Estado, ¿no se podría llegar a acordar acciones eficaces? Pensamos que los tiempos que corren nos exigen esfuerzos de imaginación, dejando de lado planteos ideológicos perimidos.
 
Matrimonio, familia y divorcio
 
En abierta contradicción con las afirmaciones básicas de nuestra conformación como pueblo, se debe reconocer que “la familia, en los tiempos modernos, ha sufrido quizá como ninguna otra institución, la acometida de las transformaciones amplias, profundas y rápidas de la sociedad y de la cultura. Muchas familias viven esta situación permaneciendo fieles a los valores que constituyen el fundamento de la institución familiar. Otras se sienten inciertas y desanimadas de cara a su cometido, e incluso en estado de duda o de ignorancia respecto al significado último y a la verdad de la vida conyugal y familiar. Otras, en fin, a causa de diferentes situaciones de injusticia se ven impedidas para realizar sus derechos fundamentales”.38
 
Son numerosos los estudios y las instituciones que abordan la realidad del matrimonio y la familia en nuestro país. Uruguay fue el primer país de Latinoamérica, en 1907, que incorporó el divorcio a su régimen jurídico, y conocemos bien las graves consecuencias que ha acarreado esa medida: el divorcio, que debería ser un recurso extremo, del que se echa mano en situaciones definitivamente irremediables, con el correr del tiempo se ha convertido en puerta de escape para no asumir deberes matrimoniales más o menos costosos; en “solución” de crisis normales de convivencia –sin reparar muchas veces los cónyuges en el sufrimiento que provocan en los hijos– o, también, en justificación legal de infidelidades.
 
Vemos con dolor que la aceptación social del divorcio es un rasgo distintivo de la sociedad uruguaya.39 Sin pretender cambiar todo, ni ir contra las convicciones de muchos, pero también sin aceptar avasallamientos ideológicos, nos parece que es necesario buscar formas que apoyen la formación de matrimonios estables, como base de las familias, y colaboren con su sostenimiento.
 
Una tarea compleja pero imprescindible es la de recomponer nuestro tejido social. En sintonía con lo que hemos dicho sobre los derechos humanos, la afirmación constitucional de que la base de nuestra sociedad es la familia trae como consecuencia que el Estado debería respetar y tutelar el fundamental derecho de los ciudadanos a contraer matrimonio, según su conciencia y de acuerdo con la libertad de religión.
 
¿Por qué en nuestro país no se reconoce, como sucede en muchas otras naciones, la validez del matrimonio contraído en presencia del ministro religioso? ¿Por qué, en tiempos en que se da cierto reconocimiento al concubinato, se sigue desconociendo el derecho de los ciudadanos a que se reconozca la validez del matrimonio celebrado públicamente, de acuerdo con las religiones establecidas en el país? ¿Acaso no es un anacronismo que se mantenga en vigor una ley del Gral. Santos, por la cual incurre en delito el sacerdote que recibe el consentimiento matrimonial, si antes no han pasado los contrayentes por el Registro Civil?
 
En la misma línea de recomponer nuestro tejido social, queremos llamar la atención sobre otra incongruencia de nuestro régimen jurídico. Nos referimos a la discriminación que sufren las parejas que, deseando contraer un matrimonio para siempre, están obligadas a conformarse, exclusivamente, con un matrimonio disoluble.
Si la legislación establece un régimen de divorcio vincular aplicable a todos los matrimonios, esa ley está favoreciendo a quienes sostienen el divorcio. ¿Por qué no pensar en una opción que permitiera a los contrayentes que lo deseen asumir un vínculo indisoluble?
 
Por una cultura de la vida
 
Sabemos bien que estamos viviendo una época difícil: por todo el mundo se extiende un modo de concebir la existencia en el cual no hay lugar para Dios y sus leyes, incluidas las que se refieren a la unión conyugal entre un hombre y una mujer, única definición de matrimonio. Los cristianos que tratan de ser consecuentes con su fe aparecen como “signo que suscita la más enconada y premeditada contradicción”, según lo veía hace muchos años quien sería luego Papa Juan Pablo II.40 Este mismo Pontífice, al que tuvimos el privilegio de recibir en dos oportunidades, denunció fuertemente la difusión internacional de una “cultura de la muerte”41, promovida por intereses que quieren controlar la población mundial42. No es un secreto para nadie la inversión que instituciones internacionales hacen de cuantiosas sumas de dinero para difundir su ideología y que condicionan las ayudas al desarrollo, según los países se adapten o no a sus intereses.
 
La aceptación y los efectos de estas acciones, verificadas también en nuestra sociedad uruguaya, son evidentes: el drástico y sostenido descenso de la tasa de natalidad, con la consiguiente despoblación y envejecimiento poblacional; la eutanasia, propuesta como una muerte digna; la ideología de género, que pretendiendo barrer las diferencias naturales dadas por el Creador al varón y a la mujer, socava los fundamentos del matrimonio y la familia, y no obstante es implantada en los centros educativos y difundida como progreso cultural; la ausencia o deficiencia, en fin, de políticas públicas que defiendan eficazmente la familia.
 
En este clima tempestuoso, nos preocupan de modo muy particular los repetidos intentos de legalizar el abominable crimen del aborto. Queremos volver a subrayar que no enarbolamos la defensa de la vida humana desde su concepción, como una bandera solo de fe; por una parte, nuestra defensa se fundamenta en una evidencia científica que reconoce el comienzo de la vida humana en ese instante. A su vez, la fe católica proclama que concebir un niño es colocarlo en la órbita de la eternidad, una cooperación con la acción creadora de Dios, único Señor de la vida de cada ser humano.
 
Lo planteamos desde otro ángulo. En un momento en que se proclama tan alto la defensa de los derechos humanos, es imprescindible defender la vigencia del primero de los derechos: el derecho a la vida. La Convención Americana sobre derechos humanos lo defiende desde el momento de la concepción, de tal forma que nadie pueda ser privado arbitrariamente de la vida43.
 
Si la pretensión de legalizar el aborto es el corolario de una ideología que entiende que la mujer es dueña de disponer de su propio cuerpo y de expulsar a un “intruso”, entonces afirmamos que semejante teoría, además de ser ajena por completo a la idiosincrasia de la inmensa mayoría de las mujeres uruguayas, escamotea otro dato esencial: el aborto provocado es la mayor violencia que puede sufrir una mujer llamada a ser madre. La Iglesia conoce muy bien que, en circunstancias difíciles, puede ser grande la tentación de abortar. Pero asimismo sabe que esa decisión gravará la conciencia de la mujer durante toda su vida.
 
La seriedad de lo que está en juego en torno al aborto trae consigo, entre otras consecuencias, la necesidad de difundir entre los hombres y mujeres de nuestro país, un gran sentido de responsabilidad sobre el uso de la sexualidad. La Iglesia enseña que es posible integrar la sexualidad en la persona, en su ser corporal y espiritual: “la sexualidad, en la que se expresa la pertenencia del hombre al mundo corporal y biológico, se hace personal y verdaderamente humana cuando está integrada en la relación de persona a persona, en el don mutuo total y temporalmente ilimitado del hombre y de la mujer”.44 Es un camino válido para todos, adolescentes, jóvenes y adultos de ambos sexos, que lleva a alcanzar niveles de mayor humanidad.
 
Una ecología espiritual
 
El desarrollo de nuestra patria no es un asunto meramente económico. Está íntimamente vinculado a la custodia y promoción de nuestra identidad como pueblo, del cual la familia es su tesoro más valioso.
 
Los católicos, en Uruguay como en todo el mundo, debemos empeñarnos en su desarrollo. Respetando la libertad que tienen todas las personas de elegir las soluciones que consideren más adecuadas para resolver los problemas sociales, proponemos, sin imponerlo, un modo de concebir al hombre que se asienta en la Buena Noticia que Jesucristo trajo al mundo.
 
“Mi deseo –explicaba Benedicto XVI– es proponer el papel central, para la Iglesia y la sociedad, que tiene la familia fundada en el matrimonio. Ésta es una institución insustituible según los planes de Dios, y cuyo valor fundamental la Iglesia no puede dejar de anunciar y promover, para que sea vivido siempre con sentido de responsabilidad y alegría”.45
 
Queremos promover una auténtica “ecología espiritual”, proponiendo a las nuevas generaciones la belleza del matrimonio indisoluble y su apertura a la vida, en sintonía con las exigencias más profundas del corazón y la dignidad humanas.
 
Queremos ofrecer a nuestros compatriotas la experiencia, el compromiso y el esfuerzo cotidiano, como Iglesia Católica, a favor de una vida más digna, basada en el respeto de la persona humana y sus derechos, orientada a la familia como ámbito de realización de las más íntimas aspiraciones del corazón humano: al matrimonio como vocación enaltecedora del varón y la mujer en su diferenciación complementaria, a los hijos como apuesta generosa y esperanzadora del futuro de nuestra Patria.
Por eso declaramos, como comunidad católica, nuestra disponibilidad para colaborar cuanto sea posible, y de hecho ya lo estamos haciendo, en todas las políticas que promuevan la centralidad e integridad de la persona y de la familia.
 
Familias por un Uruguay mejor
 
La conciencia de la mayoría de los uruguayos se identifica con valores evangélicos en su vida cotidiana. Cuando celebramos el segundo centenario de nuestra Patria, queremos animar a todos, y particularmente a los católicos, a conocer bien el rico patrimonio de la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia –el “Evangelio de la familia”– y a esforzarse, con la ayuda de la gracia de Dios, a ponerlo en práctica.
 
En este ámbito, es insustituible el papel que corresponde a las mujeres uruguayas. Al terminar el Concilio Vaticano II, en 1965, los obispos del mundo entero se dirigieron a las mujeres con palabras clarividentes que siguen teniendo completa actualidad. Hoy las hacemos muy nuestras: “Llega la hora, ha llegado la hora en que la vocación de la mujer llega a su plenitud, la hora en que la mujer ha adquirido en el mundo una influencia un peso, un poder jamás alcanzado hasta ahora. Por eso, en este momento en que la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres llenas del espíritu del Evangelio pueden ayudar tanto a que la humanidad no degenere (...) Esposas, madres de familia, primeras educadores del género humano en el secreto de los hogares, transmitid a vuestros hijos y a vuestras hijas las tradiciones de vuestros padres, al mismo tiempo que los preparáis para el porvenir insondable. Acordaos siempre de que una madre pertenece, por sus hijos, a ese porvenir que ella no verá probablemente.46
 
La experiencia de familias cristianas auténticas, podrá mostrar en nuestra patria que ellas son verdaderamente favorables al bien de las personas y de la sociedad uruguaya. De ahí la importancia que en cada barrio, en los diversos ambientes, en las parroquias, haya experiencias de auténticas familias cristianas, pequeñas “iglesias domésticas” de puertas abiertas, que susciten, con el testimonio de sus vidas, la atracción y el diálogo, como caminos hacia el encuentro con Cristo Redentor de nuestro pueblo.
 
“Podéis estar seguros –nos dijo Juan Pablo II– de que son las familias verdaderamente cristianas las que harán que nuestro mundo vuelva a sonreír”. 47 Hacemos nuestra esta certeza, sintiéndonos muy cerca de las familias de nuestro país y acompañándolas en sus dificultades diarias. A las mujeres que no pocas veces están solas sacándolas adelante; a quienes se han separado y siguen luchando por sus hijos; a quienes se les hace difícil encontrar los medios materiales que necesitan para darles una vida digna. Tampoco olvidamos la situación de tantos que han vivido momentos dolorosos en su matrimonio y en su familia e incluso han visto fracasar su proyecto. También a ellos dirigimos una palabra de esperanza, para que aún de los males puedan cosechar frutos de crecimiento personal y familiar.
 
Por todos dirigimos a Dios nuestra oración y a todos queremos animarlos: no están solos en sus dificultades, vale la pena el esfuerzo que hacen para que sus hogares sean remansos de paz y escuelas de vida plenamente humana.

Notas:
35. Constitución de la República Oriental del Uruguay, artículo 40.
36. Constitución de la República Oriental del Uruguay, artículo 41.
37. Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica) aprobado por Ley Nº 15.737 el 8 de marzo de 1985 y Convención Sobre los Derechos del Niño, adoptada en la ciudad de Nueva York el día 6 de diciembre de 1989, aprobada por Ley Nº 16.137 el 28 de setiembre de 1990.
38. Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Familiaris Consortio sobre la misión de la familia cristiana en el mundo actual, 1.
39. Juan Pablo II, Ibídem, 84 “Exhorto vivamente a los pastores y a toda la comunidad de los fieles para que ayuden a los divorciados, procurando con solícita caridad que no se consideren separados de la Iglesia, pudiendo y aun debiendo, en cuanto bautizados, participar en su vida. Se les exhorte a escuchar la Palabra de Dios, a frecuentar el sacrificio de la Misa, a perseverar en la oración, a incrementar las obras de caridad y las iniciativas de la comunidad en favor de la justicia, a educar a los hijos en la fe cristiana, a cultivar el espíritu y las obras de penitencia para implorar de este modo, día a día, la gracia de Dios. La Iglesia rece por ellos, los anime, se presente como madre misericordiosa y así los sostenga en la fe y en la esperanza. La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su praxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio”.
40. Karol Wojtyla, Signo de contradicción, Madrid, 1979, p. 262.
41. Juan Pablo II, Encíclica Evangelium Vitae, 19: “el origen de la contradicción entre la solemne afirmación de los derechos del hombre y su trágica negación en la práctica, está en un concepto de libertad que exalta de modo absoluto al individuo, y no lo dispone a la solidaridad, a la plena acogida y al servicio del otro. Si es cierto que, a veces, la eliminación de la vida naciente o terminal se enmascara también bajo una forma malentendida de altruismo y piedad humana, no se puede negar que semejante cultura de muerte, en su conjunto, manifiesta una visión de la libertad de los ‘más fuertes’ contra los débiles destinados a sucumbir”. Ibídem, 17: “Las amenazas contra la vida no disminuyen. Al contrario, adquieren dimensiones enormes... se trata de amenazas programadas de manera científica y sistemática...estamos en realidad ante una objetiva ‘conjura contra la vida’, que ve implicadas incluso a instituciones internacionales, dedicadas a alentar y programar auténticas campañas de difusión de la anticoncepción, la esterilización y el aborto”.
42. Cfr. La familia en América Latina, desafíos y esperanzas. CELAM, Bogotá, 2006, págs. 73-105.
43. Pacto de San José de Costa Rica, el Derecho a la Vida en el art. 4, 1,1.
44. Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 2337-2345.
45. Benedicto XVI, Homilía en el V Encuentro Mundial de las familias, Valencia, 9 de julio de 2006.
46. Concilio Vaticano II, Mensaje a la Humanidad, 7 de diciembre de 1965.
47. Juan Pablo II, Homilía en el Estadio “Centenario”, Montevideo, 7 de mayo de 1988.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Fiesta patronal de la Capilla Medalla Milagrosa, Melo



La capilla Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, perteneciente a la Parroquia San José Obrero, de la ciudad de Melo, celebró ayer su fiesta patronal.

Mons. Heriberto presidió la Eucaristía, acompañado por el P. Miguel y el Diácono Mario. La comunidad dio la bienvenida al P. Miguel que regresó de sus vacaciones, en las que visitó a su familia en Inglaterra.

Aunque la celebración estuvo también marcada por el primer domingo de Adviento, el Obispo dedicó una parte de su homilía a explicar el significado de la Medalla, especialmente en sus connotaciones bíblicas.
 
Algunos apuntes de las palabras de Mons. Heriberto

La medalla

Anverso: -    Presenta la imagen de María, de cuerpo entero, de pie sobre el mundo, aplastando la serpiente (Génesis 3,15). Sus manos están abiertas, y de sus dedos que salen rayos de luz que caen esparciéndose por toda la tierra.
-    La imagen está rodeada por las palabras: «Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti»

Reverso:-    Presenta la cruz de Jesús y la letra “M”, inicial de María, que aparecen entrelazadas.
-    Debajo, el Sagrado Corazón de Jesús, coronado de espinas; al lado, el Inmaculado Corazón de María, atravesado por una espada.
-    Todo enmarcado por doce estrellas.

El Mensaje de las imágenes
-    La imagen de María, con el pie sobre la serpiente es una referencia a lo que se llama el “protoevangelio”, en el primer libro de la Biblia, Génesis 3,15, que la en la solemnidad de la Inmaculada Concepción escucharemos como primera lectura. Dios dice a la Serpiente: “Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya: Él te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón”. Jesús es la descendencia de María. Es Él quien aplastará la cabeza de la Serpiente, con su triunfo sobre la muerte.
Los pies de María están apoyados sobre el mundo, sobre el que se arrastra la serpiente. María entra en esta lucha espiritual contra el mal cuyo campo de batalla es nuestro mundo. Ella nos invita a ponernos del lado de Dios, por medio de nuestra conversión.

-    Al otro lado, las doce estrellas nos llevan al último libro de la Biblia: Apocalipsis 12:1 “Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”. Esa imagen tan bonita, la mujer vestida de sol, con la luna y las estrellas, nos lleva de inmediato a un momento tremendamente dramático: la mujer va a dar a luz y un terrible dragón espera para devorar a su hijo. Aquí están de nuevo la mujer y la serpiente, que ya no es una viborita sino un gran dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos. El dragón monstruoso va a ser derrotado. Esas doce estrellas que coronan a la mujer hacen presente a las 12 tribus de Israel y los 12 apóstoles de Jesús: el Pueblo de Dios, es decir, todos nosotros, todos aquellos que recibimos por medio de María a Jesús como Salvador y al que nos unimos por nuestra conversión.

-    También al otro lado de la medalla, tenemos la cruz y la M entrelazadas. Ese signo nos lleva al calvario, con María al pie de la cruz, capítulo 19 de Juan, donde volvemos a escuchar las palabras de Jesús: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”; “Ahí tienes a tu madre”.

-    Complementando ese entrelazamiento de María y la cruz de su Hijo, los dos corazones. El de Jesús con la corona de espinas que recibe al iniciar la pasión, el de María atravesado por la espada, en cumplimiento de la profecía del anciano Simeón, en el comienzo del Evangelio de Lucas (2,35): “A ti misma una espada te atravesará el alma”. Mucho más que compadecerse de su hijo, María compadece, padece con él. Esa compasión de María por su hijo, es ahora compasión por nosotros. Por eso es nuestra intercesora, y le pedimos “ruega por nosotros”.

El mensaje de las palabras
"Sin pecado concebida": la Inmaculada
Las palabras “sin pecado concebida” están expresando la fe de la Iglesia en la inmaculada concepción de María, es decir, que María fue preservada del pecado original por una Gracia especial que recoge anticipadamente los frutos de la Pascua de Jesús.
-    No olvidemos que la aparición de la Virgen a Santa Catalina Labouré, indicándole acuñar la medalla, es en el año 1830. Todavía no se ha proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción de María. Eso lo hará el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854. Todavía la Virgen no se ha aparecido en Lourdes, que será recién en 1858.
-    Es que la fe del Pueblo de Dios en la Inmaculada viene desde mucho tiempo atrás. Primero se expresa sobre la pureza de María, referida a su virginidad. Luego va expresándose sobre toda la persona y la vida de María: toda limpia, sin mancha, inmaculada, para llegar a la raíz: si María es purísima, es porque fue concebida sin pecado original. En el siglo VII, en Oriente, en algunos lugares se celebraba la fiesta de la Inmaculada Concepción. En el siglo IX tenemos himnos que cantan a María como “inmune de toda mancha y caída”, “libre de la caída del primer hombre”, o sea, libre del pecado original. En esa época comienza a celebrarse la fiesta en algunos países del oeste de Europa.
-    Pero en los siglos siguientes los teólogos discutirán que significa exactamente que María es inmaculada y, sobre todo, en qué momento comienza a ser inmaculada. Muchos están de acuerdo en que nace inmaculada, pero eso quiere decir que es purificada, limpiada del pecado original antes de nacer.
-    A comienzos del siglo XIV, un franciscano escocés, el beato Juan Duns Scoto, defendió con muy buenos argumentos la inmaculada concepción de María. Siguió la discusión entre los teólogos, y finalmente el Papa Juan XXII se manifestó a favor de la Inmaculada y, en el año 1325 mandó celebrar la fiesta en su capilla.
-    La discusión no se termina. Los franciscanos siguen defendiendo a la Inmaculada y llegamos al Concilio de Trento. El Concilio de Trento pone el acento sobre la universalidad del pecado original, pero declara también que no intenta incluir ahí a la Inmaculada Virgen María.
-    En ese tiempo, mediados del siglo XVI, el Emperador Carlos V elige a la Inmaculada como patrona de todo el imperio español. Es la época en que se pintan y tallan las inmaculadas que serán modelo para nuestra Virgen de los Treinta y Tres.
-    8 de diciembre de 1854: el Papa Pío IX proclama solemnemente «La doctrina que enseña que la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de su Concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, es revelada por Dios, y por lo mismo debe creerse firme y constantemente por todos los fieles».

Intercesora : “Ruega por nosotros que recurrimos a ti”. 

Recurrir es acudir a un juez o una autoridad con una demanda o petición. Recurrimos a María como abogada, como dice la “Salve”: Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos…”
-    La medalla milagrosa se comenzó a acuñar y a llevar en tiempos de epidemia de cólera en Francia, y fueron numerosas las curaciones, protecciones y conversiones.
-    Le pedimos que ruegue por nosotros, como lo hacemos en el Ave María. Pedimos que por su intercesión nos sean concedidas las gracias que necesitamos para nuestra conversión, para nuestra vida cristiana, y para nuestra vida de cada día.
-    Las gracias están representadas por los rayos de luz que salen de las manos de María.


Quien quiera profundizar en el tema del dogma de la Inmaculada puede leer Historia del dogma de la Inmaculada Concepción, por Fray Pascual Rambla, o.f.m.


sábado, 26 de noviembre de 2011

Asamblea Diocesana: de cara a los desafíos de un nuevo proyecto diocesano

"Virgen de la Esperanza, en nuestra marcha, danos tu luz;
queremos ir contigo por el camino que abre la cruz"



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Desde la mañana de hoy se realizó la asamblea diocesana de Melo, con amplia participación de delegados de las parroquias y de los diferentes servicios diocesanos.

Convocada por Mons. Heriberto a través de su primera Carta Pastoral "Un sembrador salió a sembrar", la asamblea se inició con un momento de oración en clima de Adviento.

El Obispo presentó el marco pastoral de los próximos años, a partir de los grandes lineamientos de la Conferencia de Aparecida (discípulos misioneros, conversión pastoral, misión continental) y de las Orientaciones pastorales de la CEU que recogen ese espíritu; presentó los eventos programados por la Santa Sede (Encuentro mundial de las familias, Congreso Eucarístico internacional, Jornada Mundial de la Juventud) y por la CEU (Congreso de las familias, Jornada Nacional de la Juventud) así como la reciente Carta Pastoral de los obispos uruguayos.

A partir de ese marco, la asamblea dio pasos hacia la elaboración de un nuevo Proyecto Pastoral Diocesano, trayendo las respuestas de las parroquias y los servicios a las preguntas enviadas previamente:

1. Mirando al Mundo
  • Señalar tres realidades que nos desafían como Iglesia (explicando porqué)
2. Mirando nuestra Iglesia parroquial o diocesana:
  • Indicar tres realidades que valoramos como positivas (fundamentando por qué)
  • Indicar tres que nos desafían a la conversión (fundamentando por qué)
Esto se hizo en grupos, durante la mañana. Después del almuerzo se puso en común lo trabajado, apareciendo varias coincidencias:

Realidades del Mundo que nos desafían:
  • Individualismo.
  • Desintegración Familiar
  • Desigualdad  Económica, injusticia Social
  • Consumismo y Materialismo
Aspectos que valoramos como positivos en la Iglesia:

  • Laicos, Sacerdotes y Obispo caminan unidos comprometidos con su fe.
  • Participación de los Laicos.
  • Mayor presencia en la Eucaristía y Sacramentos.
  • Comunidades Eclesiales de Base.
  • Catequesis.
  • Se reconoce y se convoca el trabajo de la Iglesia en la sociedad.
Aspectos de la Iglesia que nos desafían a la conversión:
  • Juventud lejana a la Iglesia o Iglesia lejana a los jóvenes.
  • Falta de compromiso.
  • Formación  y mayor responsabilidad laical para la misión de la Iglesia en tiempos nuevos y de cambios.
  • Formación integral, Contenidos,  Espiritualidad.
  • Descubrir y formar Animadores Jóvenes o Adultos.
  • Aunar criterios Pastorales Parroquiales y Diocesanos hacia una iglesia de comunión y participación.
Después de la puesta en común, se realizaron reuniones por equipos zonales, en las cuales se eligieron nuevos miembros para la Vicaría Pastoral y se presentaron propuestas para los dos eventos diocesanos de 2012: peregrinación a la Cruz del Cerro Largo y fiesta diocesana de la Virgen del Pilar.

La asamblea culminó con la celebración de la Eucaristía en el templo de la Parroquia Santo Domingo Savio. Se sumó para la Misa Mons. Roberto Cáceres, el obispo emérito, que fue recibido con el aplauso de todos.


viernes, 25 de noviembre de 2011

La iglesia en el Bicentenario, charla en Parroquia del Carmen




En la tradición del H.D., Hermano Damasceno, hermano de la Sagrada Familia, el hermano Germán Camarero, miembro también de la congregación educativa fundada por Gabriel Taborin, es un estudioso de la historia del Uruguay. Profesor de historia en el liceo Sagrada Familia de Salto, cruzó la ruta 26 para llegar hasta Melo en dos oportunidades: la primera hace ya un mes, para participar en una reunión del Clero de Melo y la segunda, ayer, para desgranar, ante los laicos presentes en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, sus conocimientos sobre la actuación de los sacerdotes en la revolución de 1811.
Los nombres de los sacerdotes Manuel Pérez Castellano, Manuel Amenedo Montenegro, Valentín Gómez, Santiago Figueredo, Dámaso Antonio Larrañaga, José Benito Lamas y José Benito Monterroso, adquirieron para los presentes nuevas resonancias y significaciones.

Día Internacional de Lucha contra la violencia contra la mujer

El 25 de noviembre fué declarado día Internacional contra la Violencia hacia la mujer en el Ier Encuentro Feminista de Latinoamérica y del Caribe celebrado en Bogotá (Colombia) en julio de 1981.

En este encuentro las mujeres denunciaron la violencia de género a nivel doméstico y la violación y el acoso sexual a nivel de estados incluyendo la tortura y los abusos sufridos por prisioneras políticas.

Se eligió el 25 de noviembre para conmemorar el violento asesinato de las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y Maria Teresa), tres activistas políticas asesinadas el 25 de noviembre de 1960 en manos por la policía secreta del dictador Rafael Trujillo en la República Dominicana.

Sus cadáveres destrozados aparecieron en el fondo de un precipio.


De la carta pastoral de la Conferencia Episcopal del Uruguay
"Nuestra Patria, Gratitud y Esperanza"

"Tampoco podemos silenciar nuestra inquietud
ante una realidad particularmente dolorosa,
que en los últimos años se difunde cada día más:
nos referimos a la violencia doméstica en todas sus formas.
Queremos ayudar a quienes la padecen,
tratando de llegar a sus causas.
Movidas por la caridad,
no pocas personas ayudan a las que sufren estas amarguras,
a reescribir páginas serenas en el diario de sus vidas."

Los 50 años de Adveniat

Logo de Adveniat con motivo de sus 50 años

Carta del Obispo de Melo a sus diocesanos
en ocasión de los 50 años de Adveniat

Melo, 27 de noviembre de 2011
Primer Domingo de Adviento

Queridos diocesanos:

ADVENIAT REGNUM TUUM! 

Esas palabras en latín, que significan “Venga a nosotros Tu Reino” están tomadas de la oración que Jesús nos enseñó.

Con ellas pedimos la venida del Reino de Dios. Sabemos que el Reino ya está presente. Nos lo dice el mismo Jesús en el Evangelio: “el Reino de Dios está en medio de Uds.” (Lucas 17,21).

Como lo recordaba el Papa Benedicto XVI, el Reino de Dios “es introducido entre nosotros por la encarnación de Jesús”. La presencia del Señor es la presencia del Reino. Esa presencia es un don del Padre, que nos ha entregado a su Hijo, nacido de María, que pasó haciendo el bien, sufrió, murió y resucitó por nosotros y por nuestra salvación.

Pero ese don, nos dice el Papa, también conlleva una tarea: “los cristianos están llamados a colaborar en la edificación de este reino”.

En eso estamos: ésa es nuestra tarea como Iglesia que peregrina en Cerro Largo y Treinta y Tres. Anunciar, celebrar y ponernos al servicio de la presencia salvadora de Jesús que actúa en nuestra vida y nuestra historia. Este tiempo de Adviento nos ayuda a acrecentar nuestra conciencia de que necesitamos pedir cada día la venida del Reino y trabajar decididamente, preparando el camino por el cual el Señor llegará, como nos indica la Palabra de Dios que escuchamos en estos días.

Pero “ADVENIAT”, para muchos de nosotros, significa algo más. Hace cincuenta años, los Obispos alemanes crearon, con ese nombre, una institución de ayuda a la Iglesia en América Latina. Nuestra diócesis, al igual que otras muchas, se ha beneficiado y se sigue beneficiando de esa ayuda. ¡Cuántas iglesias construidas, cuántos vehículos para el servicio pastoral, cuántos cursos y retiros, cuántos subsidios materiales ha sido posible obtener gracias a la generosidad de los católicos alemanes que anualmente contribuyen a la colecta que realiza ADVENIAT!

Con gratitud, elevemos este domingo nuestra oración por la Iglesia en Alemania, por quienes trabajan directamente en esta obra (comisión episcopal, dirección, personal) para que sus ofrendas, su esfuerzo y nuestra necesaria respuesta y participación sigan permitiendo “al rostro de Cristo, humano y divino, resplandecer cada vez más en América Latina y cooperar decididamente en el desarrollo de una sociedad vital y digna de ser vivida en la justicia y en la paz”, como expresara el Santo Padre en su mensaje con motivo de este cincuentenario.

Deseando a toda la comunidad diocesana un Adviento intensamente vivido en la oración y el encuentro con el Señor que viene, los bendice de corazón,

+ Heriberto

Para saber más sobre Adveniat: click AQUÍ

jueves, 24 de noviembre de 2011

Niños del Colegio Dámaso Antonio Larrañaga en el Concurso de dibujo "Don Jacinto Vera"

El Obispo cuenta cómo fue la entrega de premios.

María Pía Cazón

Matías Silveira
 
Un saludo para Laura

Cuatro niños del Colegio Dámaso Antonio Larrañaga de Melo fueron distinguidos en el Concurso de dibujos para el libro "Don Jacinto Vera, el misionero de los niños" de Laura Álvarez Goyoaga. Mons. Heriberto estuvo el lunes pasado en la entrega de premios, y recibió los que correspondieron a una mención especial y un dibujo destacado. Hoy se hizo presente en el Colegio para entregarlos y felicitar a todos los que participaron en el concurso.
"Si fueron 4.000 los dibujos que participaron, al Dámaso le tocó el uno por mil", dijo el Obispo.
Mariana Nievas y Agustina Resende no recibieron premio, pero sus dibujos fueron expuestos y figuran entre las ilustraciones pequeñas del libro.
María Pía Cazón fue premiada por su "dibujo destacado" y recibió diploma, libro y una jarrita en la que reconoció, estampado, su propio dibujo. Su mamá la acompañó esta tarde.
"Mención especial" tuvo Claudio Matías Silvera, que recibió los mismos ítems, pero que, además, tiene su nombre impreso al costado de su dibujo en el libro. La abuela y la madre de Matías estuvieron hoy con él.
Todos los niños se alegraron de este logro de sus compañeros y del Colegio y enviaron sus cariños a Laura, a quien conocieron en su visita a Melo.

Hace hoy 200 años, Artigas pedía el nombramiento de un capellán para el Éxodo

Pbro. Santiago Figueredo
Archivo Artigas,  Tomo VI, página 42-43:

Nota: se ha respetado la ortografía del documento, tal como está transcripto en el Archivo Artigas

[José Artígas al Gobierno de Buenos Aires, comunica que se ha visto en la necesidad
de designar capellán de su regimiento y ejército al cura del Pintado
D. Santiago Fígueredo y pide se le confirme en dicho cargo.]

[Arroyo San Francisco del Uruguay, Noviembre 24 de 1811]

Exmo .S.r
Siendo absolutamente necesario un Parroco ó Capellan en este egercito seguido de innumerable Pueblo, q.e á cada paso le presenta ocasiones de egercer su ministerio, y considerando la constancia, con q.e el Presb.o Cura del Pintado D.n Santiago Figueredo ha trabajado en defensa de nuestros derechos, haciendo repetidos servicios de q.e he dado oportunamente avisos á VE, hasta el extremo de abandonar segunda vez su Curato, por tener parte en nuestros trabajos, he tenido á bien nombrarlo Capellan de mi Regimiento y egercito, deseando sea confirmado por V.E. y autorizado suficientemente por S.S.Y.
Dios gue á V.E. m.s añ.s
Arroyo S.n Fran.co del Uruguay
24 de Nob.e de 1811
Exmo. S.or
Exmo Gov.no Executivo.
Jose Artigas

Aparentemente, la petición no tuvo respuesta inmediata, ya que Artigas reitera su pedido el 15 de diciembre, desde el Salto Chico, con similares palabras.
 
Más sobre el Éxodo o Redota del Pueblo Oriental en este blog, aquí.

La fe en Argelia: los números no hacen la Iglesia

La película "De dioses y hombres" que estuvo en cartelera hace poco en Montevideo, nos aproximó a un triste episodio de la vida de la Iglesia en Argelia, cuando una comunidad de monjes trapenses fue asesinada por extremistas islámicos en 1996. El siguiente reportaje plantea la realidad actual de la Iglesia en Argelia. Es interesante el testimonio de disponibilidad a la misión de este arzobispo y también su visión frente a una realidad numéricamente pobre, pero viva en la fe.

El arzobispo de Argel habla sobre
la situación de los cristianos en el país árabe


ROMA, domingo 20 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Según las estadísticas del gobierno de Estados Unidos, hoy el 99% de los argelinos son musulmanes. Esto no fue así siempre. Argelia fue una vez el centro de la cultura y de la fe cristiana con más de quinientas diócesis y mil quinientos obispos.
Mark Riedemann de Where God Weeps (Donde Dios llora), en cooperación con Ayuda a la Iglesia Necesitada entrevistó a monseñor Ghaleb Moussa Abdallah Bader, arzobispo de Argel.
Su Excelencia, usted nació en Jordania, sirvió en Jerusalén y en 2008 fue nombrado arzobispo de Argel ¿Cuál fue su reacción?
--Monseñor Bader: ¿Cuál fue mi reacción? De total sorpresa para mí, nunca creí en toda mi vida que sería arzobispo de Argel. Cuando el nuncio me dijo que el santo padre me nombró arzobispo, no sabía qué decir y le pedí una semana para pensármelo, pero el nuncio me metió prisa y quiso de mí una respuesta inmediata. Le dije que por favor no insistiese o de lo contrario diría “no”, porque no estaba preparado y necesitaba más tiempo para asimilar la información.
¿Y qué pasó?
--Monseñor Bader: Estaba totalmente confundido y pensé, aunque te den un año para reflexionar todavía no te habrás decidido. Así que empecé a redactar mi respuesta, contándole mis razones por las que quería quedarme en Jerusalén: Amo esta Iglesia, pertenezco y he trabajado y estudiado en esta Iglesia, y quiero terminar mi vida en esta Iglesia. Jerusalén no es como otras Iglesias. Es la Madre Iglesia. Aquí hay lugares santos y pertenecer a la Iglesia de Jerusalén era muy importante para mí. Pero al final, entendí que es la Iglesia universal. Es la Iglesia católica. Hay necesidad en todas partes y estoy preparado para irme a donde sea.
¿Así que lo tomó como una cruz?
--Monseñor Bader: No como una cruz pero sí como la voluntad de la Iglesia y de Dios y estaba preparado para aceptar la voluntad de la Iglesia y de Dios. Si podía hacer este servicio a la Iglesia y por el Reino de Jesucristo, estaba preparado para hacerlo. Lo hice con alegría y sin arrepentirme, miedo quizás, pero no arrepentimiento.
Usted es el primer arzobispo árabe que entra en Argel después de una generación de jerarquía francesa. ¿La gente sintió que siendo usted árabe podría entender mejor su cultura?
--Monseñor Bader: Esa fue la intención de la Iglesia, un gesto, un signo de respeto hacia este país árabe. El nombramiento de un árabe después de una época de franceses fue una respuesta a los cambios que ya estaban produciéndose en esta Iglesia. Sí, la Iglesia fue así cuando estaba bajo el dominio de los franceses, pero estos son ahora una minoría, de los que el 40% son africanos, estudiantes o inmigrantes, y el resto de cristianos son europeos, latinoamericanos y norteamericanos. Los cambio estaban dándose en la Iglesia, y el nombramiento de alguien que no era francés fue la respuesta a los cambios que se estaban produciendo.
¿Cuál fue la reacción del gobierno local?
--Monseñor Bader: La reacción de las autoridades argelinas fue muy entusiasta y así lo sentí. En el día de mi nombramiento, el embajador argelino en Jordania me llamó y me invitó a reunirme con él y desde entonces me he reunido dos veces. Fui muy bienvenido cuando llegué a Argel y el presidente mismo mandó un representante, es la primera vez que el presidente o su representante quieren dar la bienvenida a un nuevo arzobispo. Sentí un especial afecto y bienvenida por parte de la gente. Fui presentado como “nuestro arzobispo”, incluso por parte de los musulmanes.
El antiguo arzobispo de Argel, monseñor Henri Tessier, fue citado en un artículo del New York Times como que el había dicho ser testigo de “una muerte lenta de la Iglesia”. ¿Es esta la situación de la Iglesia en Argelia hoy en día?
--Monseñor Bader: Tenemos que entender de dónde venía monseñor Tessier. Él pasó de 70 a 75 años en Argelia. Hizo el seminario y fue ordenado en Argelia. Tuvo la ciudadanía y pasaporte argelino. Él conocía la historia de la Iglesia argelina. Cuando era seminarista, había dos millones de cristianos en Argelia que fueron descendiendo a unos pocos miles que hay en la actualidad. Este es el contexto de la declaración, y puedo entenderle cuando habla de la muerte de esta Iglesia. Sin embargo, la Iglesia siempre será la Iglesia. No depende de números. Es la misma Iglesia, la misma misión, y estamos haciendo el mismo trabajo. Por supuesto no estoy de acuerdo con él, pero puedo entenderle porque él estaba comparando la Iglesia con lo que fue. Cuando yo llegué esta era la realidad de la Iglesia. La acepté. Hago mi trabajo y no hablo de la muerte. La Iglesia está viva, está presente y está haciendo lo mejor que puede para el bienestar de sus fieles en el país.
Hay unas veinte iglesias todavía activas en Argelia. Muchas se han convertido en mezquitas o centros culturales. ¿Qué ideas tiene para mantenerla en un ambiente que parece muy difícil?
--Monseñor Bader: Esto es consecuencia de que los cristianos se fueran a Francia después de la guerra. Hubo iglesias que se quedaron sin cristianos. La Iglesia no puede mantener estas iglesias sencillamente porque son iglesias. Fue un gesto de la Iglesia dar estas iglesias y los edificios para el uso de la población. Unas dos o tres iglesias se convirtieron en mezquitas. La reacción de las autoridades fue de respeto; no podían permitir la conversión de todas las iglesias en mezquitas y esta es la razón por la que muchas de ellas se han dado a las autoridades civiles para que sean transformadas en centros culturales o bibliotecas o lo que se necesite. He leído en algún lado que unas setecientas iglesias y otros edificios volvieron a las autoridades argelinas y se pusieron al servicio del beneficio de la población.
La sociedad argelina ha dejado de ser una sociedad europea, francesa, a ser una sociedad árabe centrada en Oriente Medio. ¿Este alejamiento de Europa es positivo o negativo?
--Monseñor Bader: Tiene que ver con la relación histórica entre Argelia y Francia. Algunas decisiones tomadas, después de la independencia de Argelia, fueron una reacción del pasado. Querían liberarse del pasado y volvieron a una cultura y un lenguaje árabe. Sin embargo, esto no fue aceptado al 100% por la población y esta es la razón por la que el 90% de los argelinos hablan francés. Soy árabe pero el 99% del tiempo hablo en francés con la gente, así que el alejamiento que mencionas no es del todo real --al menos para muchos argelinos--. Es verdad que las autoridades quieren que Argelia sea árabe e islámica, y por esto se ha impuesto la lengua árabe en la educación.
Muchos de los conflictos que se perciben en el mundo árabe se ven a través del conflicto palestino-israelí. ¿Es este el caso de Argelia?
--Monseñor Bader: Es verdad que dicho conflicto infecta las relaciones oriente-occidente y cristiano-musulmanas. Siempre y cuando no haya una solución a este conflicto, la desconfianza existirá. Una solución pacífica al conflicto israelí-palestino podría ayudar mucho a acabar con la desconfianza entre los países árabes y occidente y entre los cristianos y musulmanes. Por tanto, pido una solución justa para el conflicto israelí-palestino. Sería en beneficio de la humanidad en conjunto y no sólo para la región. Traería la paz global y la coexistencia pacífica entre religiones.
Ghulamallah, ministro de Asuntos Religiosos en Argelia le invitó a una conferencia para hablar sobre libertad religiosa. En su ponencia, usted habló de abolir las leyes que ponen restricciones a los cristianos ¿Podría hablarnos de la situación de los cristianos hoy?
--Monseñor Bader: El ministro de Asuntos Religiosos no sólo me invitó, sino que organizamos la conferencia juntos. Decidimos a quién invitar y ambos organizamos el programa.
Así que su relación con el ministro de Asuntos Religiosos es amigable.
--Monseñor Bader: Nuestra relación es muy buena. Nos reunimos una vez al mes. Intercambiamos buenos deseos durante las fiestas religiosas para los cristianos y musulmanes. Siempre hemos tenido buenas relaciones desde que llegué. El problema es la ley de 2006 que restringe las prácticas religiosas, actividades o culto, a celebrarse sólo en el interior de las iglesias. Para nosotros los católicos no es un problema porque tenemos suficientes iglesias. El problema se plantea sobre todo para los evangelistas y protestantes que no tienen lugares de culto, y también para nosotros los católicos cuando deseamos reunirnos y organizar actividades religiosas en el exterior.
¿Cómo afecta esto a la evangelización y al trabajo de los sacerdotes en su ministerio?
--Monseñor Bader: Es la segunda parte de esta ley de 2006 que declara que todas nuestras actividades --culto y oraciones- deben tener lugar sólo dentro de la iglesia. La evangelización y la conversión está prohibida. Al que se le coja violando esta ley se le penaliza con la cárcel o con una multa de unos dos mil euros. En la conferencia dije que la ley no podía regular el culto. Esto no sucedía antes de 2006.
En la Constitución Argelina ¿no garantiza el artículo 36 la libertad religiosa?
--Monseñor Bader: Esto es verdad, la constitución garantiza la libertad religiosa y estamos de acuerdo en esto.
¿Cómo se desarrolla su ministerio en este ambiente?
--Monseñor Bader: Nuestra primera misión es estar ahí, vivir la fe, y ser fieles a nuestra religión y respetar las otras confesiones a pesar de nuestras diferencias. La Iglesia y yo mismo, creemos que la libertad religiosa es un derecho del hombre.
¿Qué podría aportar la Iglesia Universal para ayudar a la Iglesia en Argelia?
--Monseñor Bader: La mejor ayuda es aceptar nuestro mensaje. Nuestra misión y nuestro mensaje es aprender a vivir pacíficamente con los demás. Este mensaje es para los cristianos, musulmanes o budistas, y si este mensaje es escuchado, sería un gran impulso para la Iglesia. Gracias por darme la oportunidad de hablar sobre nuestra Iglesia, que no es conocida por todo el mundo y espero que este programa ayude a la gente a saber primero que la Iglesia existe en este país, y segundo, invitaros a compartir nuestra misión y venir a Argelia. Esto me haría muy feliz ya que necesitamos personal en nuestra Iglesia.

--“Donde Dios llora” es un programa semanal de televisión y radio, producido por  
Catholic Radio and Television Network en colaboración con 
la organización de caridad católica Ayuda a la Iglesia Necesitada
Para saber más:www.ain-es.org.
[Traducción del inglés por Carmen Álvarez]

miércoles, 23 de noviembre de 2011

A Benedicto XVI no le preocupa el auge de otras iglesias sino como "dar nueva vida a la fe católica"



Días pasados, el Papa Benedicto XVI visitó África (concretamente, Benín). En su vuelo de ida, tuvo una rueda de prensa con periodistas que lo acompañaban. La entrevista completa puede leerse en Zenit, bajo el título "Hay humanismo en el alma joven de África". El pasaje que transcribimos aquí nos parece de total interés para nuestra realidad, y respuesta a preguntas que muchos nos hacemos.


Pregunta:
Mientras que los africanos adolecen de un debilitamiento de sus instituciones tradicionales, la Iglesia católica afronta el éxito creciente de las iglesias evangélicas y pentecostales, que a veces se crean en África. 
Proponen una fe atractiva, con una gran simplificación del mensaje cristiano. Subrayan la sanación y mezclan su culto con las prácticas religiosas tradicionales. 
¿Cómo debería la Iglesia reaccionar ante estas comunidades, que a menudo son agresivas hacia la Iglesia? 
¿Cómo puede la Iglesia católica ser atrayente, cuando estas comunidades se presentan como cálidas e inculturadas?

Benedicto XVI: 
Estas comunidades son un fenómeno global, en todos los continentes. 
Naturalmente, están presentes sobre todo, de diferentes modos, en Latinoamérica y África.
Querría decir que sus elementos característicos son una mínima “institucionalización” y algunas instituciones, dando poco peso a las instituciones; un mensaje que es simple, fácil, y comprensible, y aparentemente concreto; y, como usted dijo, una liturgia participativa que expresa sentimientos de la cultura local, con algo de aproximación sincrética a las religiones.
Todo esto les garantiza, por un lado, algún éxito, pero también implica una falta de estabilidad.
Sabemos que algunos vuelven a la Iglesia católica, o se mueven de unas comunidades a otras.
Por consiguiente, no necesitamos imitar a estas comunidades, pero deberíamos preguntarnos qué hacemos para dar nueva vida a la fe católica.
Yo sugeriría, en primer lugar, un mensaje sencillo y comprensible pero al mismo tiempo profundo.
Es importante que el cristianismo no venga a ser un difícil sistema europeo, que no se puede entender o comprender, sino un mensaje universal de que Dios existe, Dios se preocupa, Dios nos conoce y nos ama, y que en concreto, la religión suscita colaboración y fraternidad.
Por tanto un mensaje sencillo, concreto, es muy importante.
Luego es también importante que nuestras instituciones no sean demasiado pesadas.
Lo que debe prevalecer es la iniciativa de la comunidad y la persona.
Finalmente, diría que una liturgia participativa es importante, pero no con sentimentalismo.
El culto no debe ser simplemente una expresión de sentimientos, sino suscitar la presencia y el misterio de Dios en la que entramos y que por la que nos dejamos formar.
Finalmente, diría respecto a la inculturación que es importante que no perdamos la universalidad.
Preferiría hablar de “inter-culturación”, no ya de inculturación.
Es cuestión de encuentro entre culturas en la verdad común de nuestro ser humanos, en nuestro tiempo.
Entonces crecemos en fraternidad universal.
No debemos perder algo tan grande como la catolicidad, que en todas partes del mundo somos hermanos y hermanas, somos una familia, donde nos conocemos y colaboramos con espíritu de fraternidad.

martes, 22 de noviembre de 2011

Presentación de "Don Jacinto Vera, el Misionero de los Niños"

Portada del libro

El Panel

Mons. Heriberto entregó premio a dibujo destacado:
Gervasio Tort, Colegio Diocesano María Auxiliadora, Melo.

Mención especial: Gonzalo Reggiardo,
Colegio Agustín de la Rosa, Melo.

Más fotos, con todos los dibujos expuestos de niños
de la Diócesis de Melo en  facebook 

Se realizó ayer la presentación del libro "Don Jacinto Vera, el Misionero de los Niños", de Laura Álvarez Goyoaga. El lugar elegido, el Colegio Sagrado Corazón de Jesús, en Montevideo, de los Padres Jesuitas, fue en su origen el Seminario Conciliar fundado por Mons. Jacinto Vera el 21 de febrero de 1880.
A las 18 horas, Mons. Alberto Sanguinetti presidió la Eucaristía acompañado por Mons. Bodeant y un sacerdote salesiano.

A las 19 comenzó la presentación, iniciada por un panel integrado por Mons. Sanguinetti, el P. Julio Fernández Techera SJ, el artista plástico Jaime Clara, la escritora Claudia Amengual y la autora.

Luego, la entrega de los premios, entre los cuales hubo algunos de la Diócesis de Melo. También los dibujos de varios niños de nuestra Diócesis fueron elegidos para las pequeñas ilustraciones del libro, y podían apreciarse en la exposición de trabajos.

Recibieron mención especial:
  • Paula Luna Echepare, Colegio Agustín de la Rosa, Melo
  • Gonzalo Reggiardo, Colegio Agustín de la Rosa, Melo
  • Claudio Matías Silveira, Colegio Dámaso Antonio Larrañaga, Melo

Dibujos destacados:
  • Gervasio Tort, Colegio María Auxiliadora, Melo
  • María Pía Cazón, Colegio Dámaso Antonio Larrañaga, Melo

Dibujos que fueron expuestos, y que aparecen como pequeñas ilustraciones en el libro (no está indicado el nombre del colegio ni la ciudad: sólo el departamento, que es Cerro Largo, salvo en un caso):
  • Paz Ávila
  • Joaquín Oviedo
  • Mariana Nievas
  • Agustina Resende
  • Mateo Puentes
  • Sylvana Costa
  • Juan López Lucas
  • Analía Lariza
  • Roberto Rigali Ramos, Treinta y Tres
  • Rodrigo Antúnez
  • Lucía Coronel