jueves, 23 de febrero de 2012

Reencuentros en Brescia

En el Centro Pastoral Pablo VI de Brescia.
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Misa a las 7 de la mañana, ya no en la gran Iglesia de Orzivecchi, sino en una pequeña, restaurada recientemente (y con buena calefacción). Cuando vamos llegando al templo con toda la familia, veo escrito el nombre de la calle en que se encuentra la Iglesia: “Via Disciplina”. Eso es lo que decían los anuncios del día anterior: que la Misa sería en la Iglesia de esa calle…
Serafino me conduce a la ciudad de Brescia, donde me espera Don Cesare, pro vicario de la Diócesis, Padre César para la Diócesis de Melo. El P. César me ha preparado una prolija agenda, como lo hiciera en la visita anterior.
Empezamos por el Centro Misionero de la Diócesis, donde saludo al todavía director, P. Rafael y conozco al que quedará luego a cargo, P. Carlo. Me anuncian una visita a Uruguay para noviembre de este año, cuando tendrán en Maldonado una reunión de todos los sacerdotes Fidei Donum (sacerdotes diocesanos “prestados” a otras diócesis) de Brescia que están en América Latina. El final de su reunión coincide con nuestra peregrinación nacional a la Virgen de los Treinta y Tres, de modo que no pierdo la ocasión para dejarles hecha la invitación.
Del Centro Misionero vamos a la Casa de las Hermanas de Santa Dorotea de Cemmo, donde encuentro de nuevo a la Superiora General, Madre Lucia Moratti, con quien recientemente nos habíamos visto en Melo. También saludo a la Hna. Aussilia, que guarda un fuerte recuerdo de sus pocos años en Treinta y Tres, desde donde debió partir para cuidar su salud.
De allí al Centro Pastoral Pablo VI, donde tendremos un almuerzo con otros sacerdotes que han estado en Melo. En esta ocasión nos acompañarán el P. Claudio Delpero, que estuvo en Uruguay dos años y el P. Renato Soregaroli, que estuvo en Treinta y Tres entre 1973 y 1984 y actualmente volvió a ser “Fidei Donum” pero en Brasil. También llegó otro sacerdote que estuvo en Uruguay, aunque no en nuestra diócesis, el P. Flavio Salieri, con quien nos conocimos a través de la Pastoral Juvenil. El almuerzo transcurrió con gratos recuerdos que ayudan a mantener esa comunión entre las dos diócesis.
Después del almuerzo, y antes de mi encuentro con Mons. Luciano Monari, el obispo de Brescia, el P. Claudio me lleva a conocer, a pie, lugares históricos de Brescia. Subimos hasta el castillo, allí donde comenzó a poblarse Brescia y desde donde se ve toda la ciudad. El P. Claudio es un hombre sumamente ilustrado y su conversación me hace recorrer, con gran gusto de mi parte, varios siglos de historia, mientras miramos el entrelazamiento de presente y pasado que se nos ofrece a los ojos.
Mons. Monari me recibe con mucha calidez. Tal como lo hice en el Centro Misionero, en un momento de la conversación recuerdo nuestro pedido de sacerdotes, sin apuro y sin angustias, pero siempre presente. Conversamos de la situación de su Diócesis, actualmente realizando un Sínodo para organizar agrupamientos de parroquias, “Unidades pastorales”. Hablamos de la catequesis y de sus dificultades. Me comenta del proyecto diocesano que busca trabajar más tiempo con los padres, incluso comenzando con ellos antes que con los niños.
Para llevarme de nuevo a Orzivecchi, me espera Denisse una olimareña que vino siendo una jovencita (hace no tantos años) a Brescia, donde conoció a Mario, su esposo. Después de un regreso de ella y un viaje de él a Uruguay se casaron. Tienen dos hijos que pasamos a buscar: Natalia y Alessandro. Ella vive en Orzinuovi, cerca de Orzivecchi, y su casa ha sido un lugar de referencia para Mons. Cáceres. En este viaje, en alguna medida sigo los pasos de nuestro emérito… pero en algunos casos, como éste, son sus huellas las que me encuentran a mí.
Cenamos con la familia de Chiara y Serafino, ahora también con los padres de ella, que viven cerca de Milán. De allí vamos a la sala parroquial, para una presentación sobre Uruguay. Tengo un Power Point sobre la Diócesis de Melo, con varias fotos, que hice por primera vez en 2010 y que voy actualizando cada vez. Lo proyectamos, con apoyo de Denisse en la traducción y luego respondo a algunas preguntas. Mucha gente ha venido. Están presentes hermanos de la Hermana Fiorángela, Dorotea de la comunidad de Treinta y Tres. Una guitarra aparece, y la velada termina con algunas canciones de Uruguay.

+ Heriberto


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