sábado, 29 de junio de 2013

Aniversario de la fundación de Melo: Homenaje al mundo del trabajo, con motivo de los 25 años de la visita de Juan Pablo II


Celebración de los 218 años de la Fundación de Melo
y de los 25 años de la visita del Papa Juan Pablo II

Palabras de la Profesora Sylvia Olid de Viñoles,
integrante del Consejo de Cerro Largo

Hace 25 años, un 8 de mayo de 1988, llegada desde Roma (Italia), a Melo, ciudad capital del Departamento de Cerro Largo, ubicada en un pequeño gran país latinoamericano, Uruguay, una relevante personalidad, el Papa viajero Juan Pablo II.
Una enorme cruz, en lo alto del Cerro que da su nombre al Departamento, le dio la bienvenida, previamente a su bajada en el Aeropuerto local.
Miles de personas colmaron la Explanada de la Concordia, especialmente engalanada para recibir al ilustre visitante, que dejaría en nuestra sociedad y trasmitiría también al resto de la Humanidad, un mensaje sobre “el mundo del trabajo”.
En esta oportunidad consideramos importante reflexionar, recordando brevemente algunas ideas de aquel rico mensaje, que aún hoy mantiene plena vigencia.
Según Juan Pablo II, el trabajo no es algo que pueda realizarse sólo para ganarse la vida; constituye una dimensión fundamental de la existencia humana sobre la Tierra. Por medio del trabajo, la persona se perfecciona a sí misma y obtiene los recursos para sostener su familia y contribuir a la mejora de la sociedad en que vive.
Pero además, si el sistema de relaciones de trabajo llevado a la práctica por los protagonistas directos –trabajadores y empleadores, con el apoyo de los poderes públicos– logra instalar una “civilización del trabajo”, se producirá entonces en la manera de ser de los pueblos, e incluso en las bases institucionales y políticas, una “revolución pacífica” en profundidad.
Instaurar una “civilización del trabajo” es, según Juan Pablo II, una tarea que requiere espíritu de sacrificio, colaboración y participación solidaria de toda la sociedad.
Hoy el nuevo Papa Francisco, latinoamericano, manifiesta complementariamente que no es el dinero, ni el poder, sino el trabajo –que no esclaviza y va de la mano de lo justo– el que da dignidad a una persona. Y, sobre la educación de los hijos, al respecto, y que tanto nos preocupa hoy en día, destaca que lo mejor no es apoyarlos en la vida “cómoda”, o en la “haraganería”, sino en el vivir con responsabilidad, apuntando siempre a lo alto y así ser libres; no para hacer todo lo que quieren y tirar lo que no les gusta, sino para crecer enfrentando desafíos, tomando decisiones para la vida y apartándose de una eterna adolescencia.
Hoy 27 de junio de 2013, fecha en la que celebramos los 218 años de la fundación de Melo, reflexionando en base a estos mensajes, es bueno, esperanzador y reconforta pensar en los múltiples trabajadores que, día a día, desde los roles más diversos, han contribuido y contribuyen a la construcción de una identidad ciudadana, con su valioso, tesonero, silencioso y eficiente hacer ciudadano.
Como es imposible tenerlos presentes a todos y cada uno, el Consejo de Cerro Largo ha propuesta a cuatro representantes, por intermedio de los cuales hoy quiere hacer llegar un reconocimiento público a todos ellos.
Todos los roles sociales que desempeñan los ciudadanos son indispensables e importantes para el funcionamiento de una sociedad. Pero la convivencia conflictiva o armónica y el desarrollo sustentable o no de la misma, depende la calidad humana, vocacional y profesional con que se ejercen dichos roles.
Por eso hoy, los integrantes del Consejo de Cerro Largo, distinguimos por su trayectoria humana y de trabajo a Juan José Delgado (canilla), Hilda Recarte (Maestra), Jesús Pereira (último repartidor de pan en bicicleta) y Orosmán Berdía (ex funcionario M.T.O.P.).
Esperanzados y como miembros de una comunidad abierta al progreso, los miembros del Consejo de Cerro Largo esperamos que, con el aval de las autoridades pertinentes, sus nombres figuren junto al busto del Papa Juan Pablo II, esculpido por el melense Sargento (R) Humberto López, en un muro que se levante fuerte y ejemplarizante en la proyectada Plaza que llevará su nombre, en la explanada de la Concordia.
Creemos firmemente que, sostenido por la valía de los trabajadores que hoy distinguimos y la de muchos más que puedan sumarse, podrá constituirse en una invitación permanente a la construcción de una ciudadanía en paz, que nos reconforte y engrandezca, libre de toda manifestación de violencia que siembra inseguridad, confronta y deshumaniza.
Como adultos mayores, en ejercicio de nuestro derecho a tener un rol protagónico en nuestra sociedad, hacemos este modesto aporte que, dentro de nuestras posibilidades, aspira a minimizar, al decir del filósofo Fernando Savater, los dos enemigos fundamentales de la democracia: la miseria que discrimina y la ignorancia que nos impide comprender y que nos comprendan.

Melo, 27 de junio de 2013

Solemnidad de San Pedro y San Pablo


Homilía en la Catedral de Melo

El Papa Francisco celebró hoy en Roma esta solemnidad de San Pedro y San Pablo, junto a nuevos arzobispos de diferentes lugares del mundo y a delegaciones de Iglesias Ortodoxas. Contemplando esa diversidad, Francisco dijo hoy:
“La variedad en la Iglesia, que es una gran riqueza, se funde siempre en la armonía de la unidad, como un gran mosaico en el que las piezas se juntan para formar el único gran diseño de Dios. Y esto debe impulsar a superar siempre todo conflicto que hiere el cuerpo de la Iglesia. Unidos en las diferencias.”

La celebración de hoy, precisamente, une en la misma veneración a dos hombres diferentes: dos grandes apóstoles y mártires, Pedro y Pablo.

La liturgia, en el prefacio que rezaremos después, nos habla de la “doble misión” de ambos en la Iglesia:
“Pedro fue el primero en confesar la fe,
Pablo, el insigne maestro que la interpretó;
aquél formó la primitiva Iglesia con el resto de Israel,
éste la extendió entre los paganos llamados a la fe.
Ambos congregaron, por diversos caminos
a la única familia de Cristo,
y coronados por un mismo martirio,
son igualmente venerados por tu pueblo.”

Dos grandes columnas de la Iglesia. Dos hombres muy diferentes. Judíos ambos, sí, pero de distinto origen.
Pedro es de Galilea, la provincia del Norte en el país de Jesús, llamada a veces con menosprecio “la Galilea de los Gentiles” (Mt 4,15), como diciendo que es más pagana que judía. Pedro habla arameo, con un acento que delata su origen galileo, como vemos en el relato de la pasión, cuando entra al patio de la casa donde está Jesús y pretende que no tiene nada que ver con ese hombre y le dicen "tú también eres galileo, tu acento te delata" (Mt 26,73).
Pablo es de Tarso, en aquella época un puerto sobre el mar Mediterráneo, en lo que hoy es Turquía. Es un judío de la diáspora, es decir, de ese Pueblo de Dios que se ha desparramado por el mundo de aquella época. Habla griego y también arameo. Tuvo un tiempo de estudio en Jerusalén, con el gran maestro Gamaliel. Pertenece al movimiento Fariseo.

A la hora de ganarse la vida, nos encontramos con dos hombres de trabajo.
Pedro es pescador. Es un oficio que lo relaciona con sus compañeros de labor: su padre, su hermano Andrés, Zebedeo y sus dos hijos, Santiago y Juan. Pescan en el mar de Galilea, un mar cerrado pero extenso, donde no faltan las tormentas que sacuden la barca y pueden hacerla zozobrar. Juntos comparten un trabajo que se hace en equipo, compartiendo riesgos, fatigas y alegrías.
Pablo es artesano. Fabrica y arregla carpas. Se mueve de un lugar a otro con herramientas livianas, principalmente agujas. Instala su taller en lugares públicos. Como muchos artesanos de su tiempo, mientras hace su trabajo conversa con sus clientes o con la gente que se detiene a mirar.

¿Cómo entra Jesús en la vida de cada uno?

Los cuatro pescadores de Galilea son los primeros llamados por Jesús para formar el grupo de los doce. Son una buena base para formar una comunidad: se conocen, se llevan bien, tienen una vida compartida, y Jesús les abre un nuevo horizonte: serán “pescadores de hombres”. Entre ellos está Pedro. Los Evangelios se detienen especialmente a contarnos el camino de discipulado de Pedro. No esconden sus “metidas de pata”, propias de un carácter generoso pero también impulsivo. Pero Jesús ha visto el corazón de Pedro, que se irá moldeando a través de ese largo proceso hasta dejarse conducir por Jesús.

Para Pablo, la "secta" de los cristianos es una plaga. Están deformando la fe de Israel. Están destruyendo la Ley. Hay que perseguirlos… pero en el camino de Damasco, adonde va con poder para detener a los cristianos, es “alcanzado por Cristo”, como lo expresa él mismo. Encuentra al Señor resucitado: cae en tierra y queda enceguecido por la luz que hasta entonces no había sabido ver. Su vida da un giro, un cambio de dirección: es la conversión. La reorientación de la vida. Cristo pasa a ser su tesoro: todo lo que hasta entonces le había parecido tan valioso, ahora lo ve como pérdida y estiércol (Flp 3,8).

Estas dos maneras de encontrarse con Cristo nos ponen frente a dos caminos que aún hoy recorren muchos cristianos: quienes se abren a la fe desde niños, en el seno familiar, van haciendo su proceso en la comunidad, creciendo de a poco, son como Pedro; quienes, en cambio, tomaron otro camino pero a una altura de la vida son “alcanzados por Cristo” y se convierten son como Pablo. “Los de Pedro”, por llamarlos de ese modo, suelen ser prudentes, cuidadosos de la tradición, defensores de una marcha lenta pero segura; “los de Pablo” son los emprendedores, los que toman el riesgo, los audaces. El riesgo de los primeros es volverse tan conservadores que terminen perdiendo lo que quieren guardar, porque una comunidad demasiado quieta, demasiado tranquila, se enferma, como nos ha advertido el Papa Francisco. El riesgo más grave de los segundos no es el de accidentarse (“prefiero una Iglesia accidentada y no una Iglesia enferma”, dice Francisco) sino el de avanzar hasta el punto de desprenderse de la comunidad, alejarse del camino del Pueblo de Dios. Por eso necesitamos a Pedro y a Pablo. La unidad que ellos representan

Pedro: la roca sólida, el cimiento sobre el que se edifica la Iglesia. El que confirma en la fe a sus hermanos, el que cuida la unidad, la comunión. Esto está expresado en la fiesta propia que tiene Pedro, que se celebra el 22 de febrero: la Cátedra de San Pedro. La cátedra es la silla desde donde se enseña. Pedro sentado, enseñando, confirmando en la fe.

Pablo: el que pone en movimiento a la Iglesia o, más bien, se deja llevar por el Espíritu Santo en los caminos de la misión, de la extensión de la fe más allá de las fronteras que parecían naturales. También Pablo tiene su fiesta, el 25 de enero: la Conversión de San Pablo. Pablo caído, al ser alcanzado por Cristo, pero con su corazón en el más profundo movimiento que reorientará su vida y le hará poner toda su energía en el anuncio del Evangelio hasta donde pueda llegar.

Podríamos seguir con esta comparación, tomando otros aspectos, pero vamos a terminar con el símbolo con el que cada uno es representado en las imágenes: las llaves de Pedro y la espada de Pablo.

Si encontramos la figura de un santo con llaves en la mano, sabemos que ése es Pedro, y recordamos las palabras de Jesús: "Te daré las llaves del reino de los cielos, y lo que tú ates en la Tierra quedará atado en los cielos, y lo que tú desates en la Tierra quedará desatado en los cielos" (Mt 16,19). Pedro ha recibido las llaves para administrar, es decir, para entregar los bienes de la Gracia, según las palabras de Jesús: “¿Quién es el administrador fiel y prudente, al cual el señor pondrá sobre su familia, para repartirles la comida a tiempo?” (Lc 12,42).

Pablo, en cambio, es representado con una espada en la mano. Eso hace alusión a la forma de su martirio, ya que, según la tradición, usó de su privilegio de ciudadano romano para ser decapitado y no crucificado. Pero la espada tiene otro significado. Una pequeña anécdota. En el año 2004 participé en un encuentro para nuevos obispos. Allí había un obispo ucraniano. Los obispos de los diferentes ritos orientales tienen ornamentos diferentes a los nuestros, y a mí me llamó la atención una especie de cuadrado de tela que el obispo llevaba sobre la cadera izquierda, atado con una cinta que apoyaba en el hombro derecho. Los dos hablábamos muy poquito italiano, pero yo llegué a preguntar “¿Qué es esto?”
– “¿Esto? –me dijo– “esto es la espada del Obispo”.
Yo lo miré con los ojos bien grandes de asombro y entonces él agregó:
– “pero la espada del Obispo es la Palabra de Dios”
Esa es la espada de Pablo, como dice la carta a los Hebreos: “La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo. Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, hasta las coyunturas y las médulas; y escruta los sentimientos y pensamientos del corazón” (Hb 4,12).

Queridas hermanas, queridos hermanos, celebremos con mucho cariño esta gran solemnidad, dando gracias al Señor por el testimonio de estos dos grandes apóstoles y, animados por sus enseñanzas y por su entrega generosa, sigamos en los caminos de la fe.

+ Heriberto

lunes, 24 de junio de 2013

Continuaremos anunciando el Evangelio de la Vida


El 22 de octubre del año pasado se promulgó la Ley N° 18.897 que despenalizó la “interrupción voluntaria del embarazo” -el aborto- si se realiza dentro de las doce primeras semanas de embarazo y siguiendo un procedimiento que marca la ley y que regula luego el decreto reglamentario.

En este año, por iniciativa de ciudadanos de diferentes orientaciones políticas, filosóficas y religiosas, se presentaron ante la Corte Electoral las firmas necesarias para iniciar un camino que llevara, en un tercer paso, a que la ciudadanía fuera convocada a pronunciarse para mantener o derogar la ley.

Para llegar allí, nuestro sistema electoral establece un segundo paso, siguiente a la recolección de las firmas, donde es necesario que concurra a votar para interponer el recurso de referéndum al menos el 25% del electorado.

Esa etapa se cumplió en el día de ayer, 23 de junio. No se alcanzó el número de votos necesario para que la ley fuera sometida a referéndum. La ley, pues, permanece, y se cierra este camino para derogarla. No obstante, al no hacerse el referéndum, no hay un pronunciamiento popular por “sí” o por “no”. El tema puede ser replanteado en el Parlamento de darse en el futuro otras correlaciones políticas.

Más aún, y dado que muchos de quienes han votado la ley han manifestado que no quieren el aborto, es posible que haya voluntad en el Parlamento y en otros ámbitos de Gobierno para impulsar medidas de apoyo a las embarazadas que se encuentran en situaciones más difíciles, de modo que no tengan que recurrir al extremo de eliminar la vida humana que está creciendo dentro de ellas.

A quienes participaron en la instancia de ayer, con mucho empeño e ilusión, desde el simple acto de concurrir a votar hasta la colaboración para ayudar a los votantes a llegar a su circuito, permítanme agradecerles y felicitarlos, por haber sido coherentes con su convicción en la defensa de la vida o, al menos, por apoyar a que este delicado tema fuera sometido a una consulta democrática.

Para quienes piensen que el número de votantes fue pequeño, un sacerdote me recordaba hoy las palabras de Jesús: “El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó toda la masa” (Mateo 13,33). Los cristianos estamos llamados a ser “fermento en la masa”.

Por allí está el camino de la Iglesia: nuestra misión es anunciar el Evangelio, la Buena Noticia de Jesús. En las palabras iniciales de su encíclica Evangelium Vitae, el beato Juan Pablo II nos decía: “El Evangelio de la vida está en el centro del mensaje de Jesús. Acogido con amor cada día por la Iglesia, es anunciado con intrépida fidelidad como buena noticia a los hombres de todas las épocas y culturas.”
   
El Evangelio de la vida es el anuncio del valor y el carácter inviolable de la vida humana. De la vida humana en todas sus etapas y situaciones, valor que tiene que ser afirmado más aún cuando esa vida está amenazada por la indigencia, la ignorancia, la violencia. También cuando, a partir de la concepción, una vida humana se inicia y se desarrolla en el seno de su madre, en la mayor dependencia, indefensión e inocencia.

Juan Pablo II, citando al Concilio Vaticano II, recordaba: “Todo lo que se opone a la vida, como los homicidios de cualquier género, los genocidios, el aborto, la eutanasia y el mismo suicidio voluntario; todo lo que viola la integridad de la persona humana, como las mutilaciones, las torturas corporales y mentales, incluso los intentos de coacción psicológica; todo lo que ofende a la dignidad humana, como las condiciones infrahumanas de vida, los encarcelamientos arbitrarios, las deportaciones, la esclavitud, la prostitución, la trata de blancas y de jóvenes; también las condiciones ignominiosas de trabajo en las que los obreros son tratados como meros instrumentos de lucro, no como personas libres y responsables; todas estas cosas y otras semejantes son ciertamente oprobios que, al corromper la civilización humana, deshonran más a quienes los practican que a quienes padecen la injusticia y son totalmente contrarios al honor debido al Creador” (Gaudium et Spes, 27, citado en Evangelium Vitae 3).

Los miembros del Pueblo de Dios que peregrina en Cerro Largo y Treinta y Tres, la Diócesis de Melo, queremos seguir cada día más fielmente al Señor Jesús, anunciando el Evangelio.

Queremos seguir proclamando el valor de cada vida y trabajando, a través de la acción de todos los miembros del Pueblo de Dios, especialmente los laicos, insertos en el mundo, en la sociedad, como “levadura en la masa”, para que todos nuestros semejantes tengan vida digna y para que todos los que han sido concebidos encuentren su lugar en la mesa de la vida y puedan también unirse a la búsqueda del bien común. Queremos seguir contribuyendo en ese esfuerzo, junto a otras organizaciones de la sociedad, con nuestras obras educativas y sociales.

Finalmente, con nuestra palabra y nuestro testimonio, miramos hacia el corazón de cada uruguaya y de cada uruguayo, porque es allí donde se toman las decisiones que afectan nuestra vida y la de los demás. En este día en que recordamos el nacimiento del que señaló la presencia de Jesús entre los hombres, San Juan Bautista, pedimos al Señor que toque con su Gracia y con su Amor el corazón de cada persona, para erradicar toda sombra de egoísmo y violencia y ayudarnos a ser un pueblo de hermanos.

+ Heriberto A. Bodeant, Obispo de Melo

sábado, 22 de junio de 2013

San José en las Plegarias Eucarísticas II, III y IV


El miércoles pasado, a través de los servicios informativos VIS y ZENIT se dio a conocer que la Congregación para el Culto Divino ha decretado que el nombre de San José se añada en las plegarias eucarísticas II, III y IV del misal romano.

El decreto dice lo siguiente:

En el paterno cuidado de Jesús, que San José de Nazaret desempeñó, colocado como cabeza de la Familia del Señor, respondió generosamente a la gracia, cumpliendo la misión recibida en la economía de la salvación y, uniéndose plenamente a los comienzos de los misterios de la salvación humana, se ha convertido en modelo ejemplar de la entrega humilde llevada a la perfección en la vida cristiana, y testimonio de las virtudes corrientes, sencillas y humanas, necesarias para que los hombres sean honestos y verdaderos seguidores de Cristo. Este hombre Justo, que ha cuidado amorosamente de la Madre de Dios y se ha dedicado con alegría a la educación de Jesucristo, se ha convertido en el custodio del tesoro más precioso de Dios Padre, y ha sido constantemente venerado por el pueblo de Dios, a lo largo de los siglos, como protector del cuerpo místico, que es la Iglesia.

En la Iglesia católica, los fieles han manifestado siempre una devoción ininterrumpida hacia San José y han honrado de manera constante y solemne la memoria del castísimo Esposo de la Madre de Dios, Patrono celestial de toda la Iglesia, hasta tal punto que el ya Beato Juan XXIII, durante el Sagrado Concilio Ecuménico Vaticano II, decretó que se añadiera su nombre en el antiquísimo Canon Romano. El Sumo Pontífice Benedicto XVI ha querido acoger y aprobar benévolamente los piadosos deseos que han llegado desde muchos lugares y que ahora, el Sumo Pontífice Francisco ha confirmado, considerando la plenitud de la comunión de los santos que, habiendo peregrinado un tiempo a nuestro lado, en el mundo, nos conducen a Cristo y nos unen a Él.

Por lo tanto, teniendo en cuenta todo esto, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en virtud de las facultades concedidas por el Sumo Pontífice Francisco, gustosamente decreta que el nombre de San José, Esposo de la Bienaventurada Virgen María, se añada de ahora en adelante en las Plegarias Eucarísticas II, III y IV de la tercera edición típica del Misal Romano, colocándose después del nombre de la Bienaventurada Virgen María, como sigue: en la Plegaria eucarística II: «ut cum beáta Dei Genetríce Vírgine María, beáto Ioseph, eius Sponso, cum beátis Apóstolis»; en la Plegaria eucarística III: «cum beatíssima Vírgine, Dei Genetríce, María, cum beáto Ioseph, eius Sponso, cum beátis Apóstolis»; en la Plegaria eucarística IV: «cum beáta Vírgine, Dei Genetríce, María, cum beáto Ioseph, eius Sponso, cum Apóstolis».

Por lo que se refiere a los textos redactados en lengua latina, se deben utilizar las fórmulas que ahora se declaran típicas. La misma Congregación se ocupará de proveer, a continuación, la traducción en las lenguas occidentales de mayor difusión; la redacción en otras lenguas deberá ser preparada, conforme a las normas del derecho, por la correspondiente Conferencia de Obispos y confirmada por la Sede Apostólica, a través de este Dicasterio.

No obstante cualquier cosa en contrario.

Dado en la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el día 1 de mayo del 2013, memoria de San José Obrero.
Antonio, Card. Cañizares Llovera
 Prefecto
Arturo Roche
 Arzobispo Secretario

Con respecto a los textos en castellano, la información de VIS nos dice lo siguiente:

En castellano las fórmulas son:


- En la Plegaria Eucarística II: “Con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo San José, los apóstoles y...”-

- En la Plegaria Eucarística III: “Con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo San José, los apóstoles y los mártires...”.

- En la Plegaria Eucarística IV: “Con María, la Virgen Madre de Dios, con su esposo San José, con los apóstoles y los santos...”

San José en el inicio del ministerio petrino del papa Francisco

En ocasión del inicio de su ministerio petrino en la solemnidad de san José de 2013, el papa Francisco refirió en su homilía los alcances de la custodia que caracteriza a este santo:
¿Cómo ejerce José esta custodia? Con discreción, con humildad, en silencio, pero con una presencia constante y una fidelidad y total, aun cuando no comprende. Desde su matrimonio con María hasta el episodio de Jesús en el Templo de Jerusalén a los doce años, acompaña en todo momento con esmero y amor. Está junto a María, su esposa, tanto en los momentos serenos de la vida como los difíciles, en el viaje a Belén para el censo y en las horas temblorosas y gozosas del parto; en el momento dramático de la huida a Egipto y en la afanosa búsqueda de su hijo en el Templo; y después en la vida cotidiana en la casa de Nazaret, en el taller donde enseñó el oficio a Jesús.
Posteriormente, hizo referencia en la misma homilía a la vocación de custodiar que han de tener los seres humanos.
Pero la vocación de custodiar no sólo nos atañe a nosotros, los cristianos, sino que tiene una dimensión que antecede y que es simplemente humana, corresponde a todos. Es custodiar toda la creación, la belleza de la creación, como se nos dice en el libro del Génesis y como nos muestra san Francisco de Asís: es tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos. Es custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres, cuidan de los hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de sus padres. Es vivir con sinceridad las amistades, que son un recíproco protegerse en la confianza, en el respeto y en el bien. En el fondo, todo está confiado a la custodia del hombre, y es una responsabilidad que nos afecta a todos. Sed custodios de los dones de Dios. [...] Pero, para «custodiar», también tenemos que cuidar de nosotros mismos. Recordemos que el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida. Custodiar quiere decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas: las que construyen y las que destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la ternura. Y aquí añado entonces una ulterior anotación: el preocuparse, el custodiar, requiere bondad, pide ser vivido con ternura. En los Evangelios, san José aparece como un hombre fuerte y valiente, trabajador, pero en su alma se percibe una gran ternura, que no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario: denota fortaleza de ánimo y capacidad de atención, de compasión, de verdadera apertura al otro, de amor. No debemos tener miedo de la bondad, de la ternura.
Papa Francisco

jueves, 20 de junio de 2013

"Hágase tu voluntad..."

Albrecht Durer, "Manos orando"


La voluntad de Dios es la que Cristo cumplió y enseñó. 

La humildad en la conducta, 
la firmeza en la fe, 
el respeto en las palabras, 
la rectitud en las acciones, 
la misericordia en las obras, 
la moderación en las costumbres; 
el no hacer agravio a los demás y tolerar los que nos hacen a nosotros, 
el conservar la paz con nuestros hermanos; 
el amar al Señor de todo corazón, amarlo en cuanto Padre, temerlo en cuanto Dios; 
el no anteponer nada a Cristo, ya que él nada antepuso a nosotros; 
el mantenernos inseparablemente unidos a su amor, el estar junto a su cruz con fortaleza y confianza; y, 
cuando está en juego su nombre y su honor, 
el mostrar en nuestras palabras la constancia de la fe que profesamos, 
en los tormentos, la confianza con que luchamos y, 
en la muerte, la paciencia que nos obtiene la corona. 

Esto es querer ser coherederos de Cristo, 
esto es cumplir el precepto de Dios y la voluntad del Padre.

(Del tratado de San Cipriano sobre el Padrenuestro, capítulos 13-15, Oficio de Lecturas, miércoles de la XI Semana del Tiempo Ordinario).

Red de Sensibilidad y Responsabilidad Social de Melo




Reunidos en el día de hoy, 18 de junio de 2013 en el Salón Multiuso de la Sociedad Fomento de Cerro Largo en la ciudad de Melo, queremos expresar lo siguiente:

En nombre de un grupo muy importante de Instituciones de Cerro Largo, muy representativas de la comunidad toda, queremos manifestar nuestra profunda preocupación por la violencia que se ha instalado entre nosotros.

No nos moviliza el propósito de buscar culpables pero si, hacernos cargo, como corresponde, de las responsabilidades que como ciudadanos, tenemos.

Las normas existen, y la convivencia saludable que soñamos, indica que debemos cumplirlas y velar por su cumplimiento.

Queremos la paz y queremos vivir en armonía.

El mundo cambia velozmente y la globalización se fortalece cada día. Las redes sociales forman parte de nuestra cotidianeidad.

La familia, los adultos referentes, los padres responsables, los educadores, todos los actores sociales, debemos actuar como un escudo protector, para que los niños, nuestros niñoz, crezcan y se desarrollen en plenitud.

Todos juntos, en humana actitud solidaria, invitamos y nos invitamos a reflexionar y nos comprometemos a mantenernos unidos en constante vigilia y a desarrollar acciones en pro de ese bienestar colectivo.

APOYAN:
Sociedad de Fomento Rural de Cerro Largo, Liceo Nº1 Juana de Ibarbourou,  Liceo Nº2 Justino Zabala Muniz, Liceo Nº3 de Melo, Liceo Nº4 de Melo, UTU, Escuela Agraria, Facultad de Agronomía, Colegio María Auxiliadora, Colegio Yvynará, Inspección de Educación Primaria, Dirección de Educación, Dirección de Acción Social, Sociedad Agropecuaria de Cerro Largo, Jefe de Policía de Cerro Largo, Asociación Departamental de Fútbol de Cerro Largo, Liga Melense de Baby Futbol, Club Unión, Centro Unión Obrero, Centro Uruguay, INAU, Obispado de Melo, Rotary Club Melo, Instituto Monseñor Lasagna, Instituto de Formación Docente y Profesionales del Medio.

sábado, 15 de junio de 2013

En camino hacia el referéndum (13) Una respuesta clara, valiente y sin titubeos

Escribe el Vicario Pastoral de Salto

La vida nos reclama una respuesta clara, valiente y sin titubeos

EI próximo 23 de Junio seremos convocados a pronunciarnos en un referéndum con el que se pretende consultar a la ciudadanía uruguaya acerca de si se plebiscita o no, en una próxima instancia, la ley de despenalización del aborto aprobada y promulgada el pasado año en nuestro país.

Como ciudadanos y como cristianos no podemos •ser indiferentes a este llamado. Estamos convocados a defender la vida de todas y cada una de las personas, especialmente de las más indefensas, como aquellas que están aún en el seno de su madre.

Sabemos que la ley promulgada despenaliza el aborto, con previa asesoramiento a la madre, a partir de las doce semanas de gestación. No se puede negar en quienes la aprobaron la preocupación por resolver una problemática no menor de nuestra sociedad, pero, a la vez, no podemos dejar de afirmar con total y absoluta claridad que la vida antes y después de las doce semanas es la misma, que no hay diferencia y que nada hay más importante que ella misma, por lo que entendemos que las soluciones deben buscarse, decididamente, por otros caminos.

Más allá de algunas discusiones filosóficas, la ciencia lo dice con absoluta claridad y no da lugar a duda alguna: la vida de un nuevo ser humano se constituye en el mismo momento de la fecundación del óvulo por el espermatozoide y es, por lo mismo, una persona en su totalidad, distinta de su madre. Para quienes creemos en Dios, ante él y ante los hombres, a partir de ese momento existe un ser humano, un hermano, pleno de derecho, que viene a compartir la mesa de la vida y, por lo tanto, nadie tiene poder de decidir acerca de si se le permite o no vivir. Sin duda las causas de ese embarazo y de las posibilidades de una vida digna para esa nueva persona no son ajenas a la realidad de esa vida, pera eso no autoriza a nadie a disponer de ella. Solo Dios que es Vida y vida en plenitud es dueño de toda vida humana.

Por eso no hay justificación que valga para privar a alguien de la vida. No hay motivo para quitársela a quien no eligió vivir pera tampoco eligió morir. La solución a los embarazos no deseados, sea por la causa que sea, debe tener una respuesta absolutamente diferente, ya sea en la prevención, ya sea en cómo se encaren las soluciones a las situaciones de hecho.

Nuestra postura tiene un principio y es el del valor absoluto de la vida en cualquier momento de la existencia, sea cual sea su situación y condiciones. Solo desde este principio las soluciones que se  propongan traerán paz a quienes estén involucrados. Necesitamos reafirmar el valor de la vida en nuestra sociedad uruguaya, tan necesitada del amor a ella, aun cuando esa vida puede no ser fruto del amor pero que sí puede y debe ser amada porque ella tendrá también la oportunidad de ofrecer amor a los demás.

Muchas son las causas de muerte en nuestro país: sabemos de los altos índices de suicidios (muchas veces no informados así como de intentos), conocemos las muertes por accidentes de tránsito o laborales, provocados o por falta de seguridad, también sabemos de las muertes por falta de recursos o de atención, etc. El compromiso de todos y cada uno debe ser preocuparnos por todas y cada una de las causas de muerte de un uruguayo y deben encontrar en nosotros una respuesta decida a luchar contra ellas. Un país que ama la vida debe jugar sus proyectos en favor de ella y contra todas las causas de muerte. Y si bien la vida nunca puede plebiscitarse, en esta oportunidad esta instancia  nos exige una respuesta.

Muchos pueden ser los argumentos para justificar el hecho de no permitir el crecimiento de una vida en el seno de su madre pero sin duda ninguno absolutamente fuerte para poder negarla o rechazarla. En el niño no nacido la vida está en desarrollo pero toda ella es realidad.

Es por eso que como ciudadanos y como cristianos preocupados por la defensa de la vida, junto a la comprensión y al compromiso de un acompañamiento a quienes viven situaciones de este tipo, ante este nueva ley debemos decir con nuestro voto que no podemos aceptarla por el bien de los indefensos, de sus madres, padres y de la sociedad toda.

Es hora de que encaremos los problemas desde sus causas más profundas y asumiendo responsable y solidariamente como ciudadanos y como Estado, desde el valor sagrado de la vida, los problemas que nos desafían a dar una respuesta libre, responsable, solidaria y valerosa. No es eliminando a nadie de en medio de nosotros como debemos resolverlos.

Respetamos las diferentes posiciones, pero también digamos la nuestra con claridad, convicción y verdad. El bien de todos y cada uno se consigue con la verdad y solo con ella.

Que el amor a la vida, don absoluto de Dios y la misericordia para con los indefensos y los heridos del camino, nos iluminen e impulsen en estas horas y siempre a ser instrumento de la paz, la tolerancia y la verdad.

José, Pbro.

viernes, 14 de junio de 2013

En camino hacia el referéndum (12) Declaración de AUDEC



Montevideo, 5 de junio de 2013.

POR LA VIDA Y EN DEFENSA DE LA MISMA

Queridos/as Directores/as

En el mes del Sagrado Corazón de Jesús, celebramos y agradecemos el amor inmenso de Jesucristo, que nos amó y se entregó por nosotros, para que tengamos vida y vida en abundancia. Desde la Dirección Nacional de AUDEC, los invitamos a seguir trabajando por la vida y la defensa de la misma.
El próximo domingo 23 de junio, como es de público conocimiento, se someterá a Referéndum la Ley 18.987 que despenaliza el aborto, para iniciar el proceso de derogación.

Junto con todas aquellas personas y organizaciones que reconocemos y defendemos el derecho la vida humana, como primer y fundamental derecho, creemos importante informar y concientizar de lo que está en juego. Y aprovechar de esta oportunidad democrática que se da, mediante el recurso de referéndum, para que los miembros de nuestras comunidades educativas decidan en favor de la vida.

Entendemos que es una responsabilidad institucional, dar a conocer el recurso del referéndum e informar debidamente a los funcionarios, los alumnos en edad de ejercer este derecho y a las familias, del parecer de la comunidad cristiana para que obren conforme a sus convicciones y al dictamen de su conciencia.
Adjuntamos una serie de artículos y declaraciones, donde se presentan los argumentos en contra del aborto y porque la despenalización del mismo no es el camino para salvar vidas. Entendemos que estas manifestaciones pueden ser utilizadas en encuentros o compartirlos con los miembros de sus comunidades, a través de los distintos canales de comunicación.

Seguimos luchando, desde la educación y la promoción humana, para que la vida triunfe sobre la muerte y esperamos un pronunciamiento ciudadano en favor de leyes que defiendan simultáneamente la vida de la madre y del niño por nacer.

En nombre de la Dirección Nacional de AUDEC, reciban un saludo fraterno

P. (Mag.) Marcelo Fontona Muzikantas
Director Nacional de AUDEC

jueves, 13 de junio de 2013

Betel...




BETEL (Génesis 12,8)

Abram viene caminando en obediencia a su Dios,
y cruza los altos montes hasta el valle de Betel.
Cerca pone campamento y levanta allí un altar,
a Yavé quiere invocarlo.... su vida es FIDELIDAD.

Después sigue su camino, de largas sombras será,
es camino en el desierto...  pero su fe mantendrá
Abram es de Dios amigo y camina junto a El,
Por eso constantemente le invoca como en Betel.
.-       .-       .-       .-       .-       .-       .-       .-       .-      
Así yo espero Dios mío, vivir siempre en tu amistad,
y con aquellos que quiero, crecer en amor filial.
En oración nos unimos para serte siempre fiel...
Dando gracias y alabando como Abram allí en Betel.      

                                            BTL

En camino hacia el referéndum: exhortación del Obispo de Melo


A todos los ciudadanos y ciudadanas de Cerro Largo y Treinta y Tres:

El próximo domingo 23 de junio, la ciudadanía uruguaya tiene la posibilidad, a través de su voto, de habilitar el recurso de referéndum contra la ley que despenalizó el aborto en el Uruguay (Ley Nº 18.987, del 22 de octubre de 2012).

Muchos uruguayos y uruguayas de diferentes corrientes políticas, filosóficas o religiosas, compartimos la profunda convicción de que la llamada “interrupción voluntaria del embarazo” –el aborto– es la destrucción de una vida humana, iniciada en el seno de su madre desde el momento mismo de su concepción. Por eso creemos que esta es una ley que violenta el primero de los derechos, el derecho a la vida. Ataca la vida en su etapa más indefensa e inocente.

Los Obispos del Uruguay hemos manifestado que “los derechos humanos y este primordial derecho a la vida no pueden quedar sujetos a mayorías circunstanciales de un cuerpo legislativo o electoral”.

No obstante, también hemos dicho que quienes queremos defender este derecho debemos esforzarnos para que nuestra legislación respete el derecho a la vida humana desde su concepción, y que “quedando en manos de los ciudadanos la elección de los medios que estimen oportunos, alentamos las iniciativas legítimas que busquen la derogación de esta ley”.

Un grupo de ciudadanos que comparte esta convicción ha elegido e impulsado este medio: la interposición del recurso de referéndum, un camino de tres pasos.

El primero ya fue dado: la presentación de firmas ante la Corte Electoral. Así llegamos al segundo paso: la votación del próximo domingo 23. Se necesita reunir los votos de la cuarta parte de los inscriptos en el padrón electoral para que sea posible el tercer paso: el referéndum propiamente dicho, en el que habrá que pronunciarse por derogar o conservar la ley 18.987.

Invito a todos mis conciudadanas y conciudadanos de estos dos departamentos y muy especialmente a mis hermanas y hermanos católicos de la Diócesis de Melo (Cerro Largo y Treinta y Tres) a participar con su voto en esta instancia y abrir el camino a esta consulta democrática.

Que el Dios de la Vida los bendiga y los proteja.

+ Heriberto A. Bodeant, Obispo de Melo

En camino hacia el referéndum (11) Exhortación de Mons. Alberto Sanguinetti

Llama a votar el 23 de junio superando dificultades y temores

El Obispo de Canelones,Mons. Alberto Sanguinetti, exhorta a los fieles y a los ciudadanos en general, a llamar a superar las dificultades y temores y acudir a votar el domingo 23 de junio en “defensa de la mujer, de la vida humana del más indefenso, de la responsabilidad de los padres”.

El Obispo recordó “el deber de todos los ciudadanos de responsabilizarse sobre estos asuntos que fundamentan la existencia de la sociedad”. “Son problemas individuales y también hacen a toda la ciudadanía”, puntualizó.

Mons. Sanguinetti llamó “a comprometerse con la libertad, el compromiso propio y con los demás, y la defensa de los derechos humanos, comenzando por el derecho a la vida y a no quedarse en casa” el domingo 23, para apoyar la convocatoria al referéndum acerca de “la ley que legaliza el aborto, e impone su realización a los centros de salud y a los profesionales de la salud”.

COMUNICADO DEL OBISPADO DE CANELONES

Queridos hermanos y hermanas:

En total comunión con el mensaje de todos los Obispos del Uruguay, exhorto a todos los fieles y a los ciudadanos en general a concurrir el 23 de junio para apoyar el referéndum acerca de la ley que legaliza el aborto, e impone su realización a los centros de salud y a los profesionales de la salud.
Aunque puede haber otras opiniones concretas, me parece oportuno recordar el deber de todos los ciudadanos de responsabilizarse sobre estos asuntos que fundamentan la existencia de la sociedad. Son problemas individuales y también hacen a toda la ciudadanía.
La convocatoria es en defensa de la mujer, de la vida humana del más indefenso, de la responsabilidad de los padres.
Por este motivo, llamo a superar las dificultades y temores, y a comprometerse con la libertad, el compromiso propio y con los demás, y la defensa de los derechos humanos, comenzando por el derecho a la vida y a no quedarse en casa, sino asistir para apoyar la convocatoria al citado referéndum.
Con afecto

Alberto Sanguinetti Montero
Obispo de Canelones

Canelones, 6 de junio de 2013


miércoles, 12 de junio de 2013

En camino hacia el referéndum (10) Exhortación de Mons. Martín Pérez

Mons. Pérez Scremini invita a votar para que se respete la vida desde su concepción.


Al concluir la tradicional procesión de las festividades en honor a San Cono, el 3 de junio, el Obispo de Florida, Mons. Martín Pérez Scremini,  invitó a todos los católicos a votar el próximo 23 de junio en la consulta para el referéndum electoral de derogación de la ley del aborto.

Mons. Pérez Scremini recordó a todos que “en estos días vamos a vivir un acontecimiento, el 23 de junio, a favor de la defensa de la vida. Nuestra fe tiene que convertirse en respuesta a lo que estamos viviendo. Quería recordarles esta invitación que los Obispos del Uruguay hacemos para ese día 23. Lo dijimos en nuestra declaración, los derechos humanos y este primordial derecho a la vida no puede quedar sujeto a mayorías circunstanciales de un cuerpo legislativo o electoral. Sin embargo, ante la situación que se ha generado sigue siendo deber de los laicos católicos y de los hombres y mujeres de buena voluntad aportar sus esfuerzos para procurar que nuestra legislación respete el derecho a la vida humana desde su concepción, quedando en manos de los ciudadanos la elección de los medios que estimen oportunos”.

“Hacemos extensiva esta invitación para que todos vayamos a participar de este acto cívico electoral que nos puede permitir dar un paso en favor de la vida de los no nacidos”, expresó el Obispo.