lunes, 30 de septiembre de 2013

El adiós a la Hermana Elena


El sábado 22 de setiembre entregó su alma a Dios la Hermana Elena. Se llamaba Marta Elsa Vázquez, y como religiosa tomó el nombre de Elena. Su congregación es la Pía Unión de la Medalla Milagrosa, y junto con las Hermanas Marta y Rosa formaba la comunidad en Melo de ese instituto de vida consagrada. Nació en Córdoba, Argentina, el 18 de agosto de 1923. Misionera y docente de vocación, llegó a Melo el 9 de enero de 1973 para hacerse cargo de la dirección del Colegio Dámaso A. Larrañaga Melo. En el momento de la visita de Juan Pablo II, como religiosa de más antigua presencia en la Diócesis, tuvo la alegría de poder saludar personalmente al Santo Padre. Celebró en Melo sus 90 años, con la visita de familiares y algunas de sus Hermanas de congregación y la Misa en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen. Nos ha dejado un testimonio de fe y fortaleza frente a las adversidades, entregando su vida hasta las últimas fuerzas, en la catequesis de sus queridos niños del Dámaso. Las palabras que siguen son el homenaje del Colegio en la Misa en sufragio de su alma que celebró Mons. Heriberto el pasado sábado 29, octavo dia de su partida. 

Llegó hace muchos años para quedarse por siempre. Sintió nuestra tierra como suya. Se apropió de nuestro pueblo y lo hizo propio, porque desde siempre se sintió tan uruguaya como nacida acá.
Trajo en su valija muy pocas cosas, pero muy grandes para ella. Su tesoro eran los recuerdos. Atrás quedaba su abuelita, con la que se crió y fue un eslabón muy importante en su vida y con la que aprendió sus primeras lecciones. También estaba su papá, un militar recio al que quiso mucho. Luego llega al convento, de donde tantas anécdotas recordó siempre, aprendizajes que nunca olvidó.
Llegada a nuestro país, primero se vino a Cerro Chato, donde conquistó muchas amistades, hasta que llega a nuestro Colegio, donde ella recordaba que no había ni sillas donde sentarse. Comienza otra nueva etapa de su vida, de ma´s de cuarenta años, donde convivió con muchas generaciones.
Recordamos sus bicicleteadas a la mañana muy temprano, donde los vecinos veían pasar a la monjita con sus pollerones en bicicleta, siempre rodeada por algunos de los pupilos que vivían allí. Verla recorrer los corredores, los salones o el patio, muy ágil y siempre activa. Y siempre citando alguna historia anterior para hacernos entender la forma acertada de actuar frente a una situación. Sabia disfrutar de un buen libro, o de la charla de los conocidos, o pasar largo rato en silencio y en oración en el patio del Colegio, escuchando también a sus amados pajaritos.
Siempre nos recordaba: "recen", recen por todo, por sus necesidades, por sus problemas o por sus alegrías.
Todavía nos parece verla llegar con su pasito, últimamente algo cansado, pero sin aflojar, derecho al salón donde hasta el último momento impartió sus enseñanzas hacia su fiel y único amigo verdadero: Jesús.
Gracias, Padre, por haber puesto en nuestro camino a la Hermana Elena.
Gracias, Hermana Elena por tu servicio, por tus consejos y por enseñarnos con tu ejemplo, a amar a Dios.
Colegio Dámaso Antonio Larrañaga
Melo, setiembre 2013

martes, 24 de septiembre de 2013

Obispos uruguayos con el Rector Mayor de los Salesianos


Los Obispos uruguayos participaron hoy de un almuerzo con el Rector Mayor de los Salesianos, el mexicano Don Pascual Chávez, noveno sucesor de Don Bosco. Invitados por el Inspector Salesiano del Uruguay, R. P. Néstor Castell sdb, el Consejo Permanente y la mayor parte de los miembros de la CEU luego de un momento de oración en la capilla de la Casa Inspectorial, compartieron fraternalmente la comida y dialogaron sobre diversos temas de la familia salesiana y de la actualidad de la Iglesia.
Los tres Obispos uruguayos de origen salesiano, Mons. Nicolás Cotugno, sdb, Arzobispo de Montevideo; Mons. Carlos Collazzi, sdb, Obispo de Mercedes y Mons. Daniel Sturla, sdb, Obispo auxiliar de Montevideo estuvieron presentes. También fue invitada la presidenta de la Conferencia de Religiosos del Uruguay,
Hna. Daniela Cannavina (Capuchina de Madre Rubatto). Los Salesianos de Don Bosco son actualmente 17.000 en el mundo y son 125 los Obispos que fueron elegidos dentro de esa gran familia religiosa.

jueves, 19 de septiembre de 2013

P. Miguel Ángel Brito


Anoche falleció en Montevideo el P. Miguel Ángel Brito.
La Diócesis de Melo lo recuerda con especial gratitud por su aporte en la formación de nuestros Diáconos Permanentes.

REPORTAJE EN LA REVISTA UMBRALES, Nº 173,  Noviembre 2006

Pbro. Miguel Angel Brito
50 años de entrega entusiasta

El 22 de setiembre en la Parroquia Ntra. Sra. Del Carmen (Aguada), el P. Miguel celebró sus 50 años de Ordenación Sacerdotal. fiesta que congregó a la mayoría de los sacerdotes de Montevideo y a las comunidades donde fue Pastor en Montevideo y Canelones con la presencia del Obispo Auxiliar de Montevideo Martín Pérez y del Obispo de Canelones Orlando Romero.

P. Miguel, en 1995 te hicimos un reportaje (UMBRALES n. 55) con motivo del Proyecto Antioquía; ahora, en tus bodas de oro sacerdotales pensamos que sería muy interesante conocer tu larga vida de Pastor.

- El Señor tuvo la providencia de que yo naciera en San José en una familia humilde, trabajadora y pobre, como fue la familia de Nazaret. Mamé la fe junto con el alimento y el cariño de mis padres y hermanos. Recuerdo que mi madre me dijo que siendo niño, estando enfermo desahuciado por los médicos, ella como otra Ana, me consagró al Señor.
A los 12 años entré al Pre-Seminario del p. Di Martino en San José. Allí permanecí durante dos años, hasta el momento de pasar al Seminario de Montevideo, que en esa época estaba en Avda. de las Instrucciones, hoy Cottolengo Don Orione. Significaba entrar en otra etapa de mi formación.
Lo que recuerdo de la primera etapa del Seminario fue el primer retiro. Me quedó muy grabada la voz del Señor que me decía: "Tú eres mío, tú me perteneces", de alguna manera estas palabras fueron trabajando en mí aunque les di poca importancia. Mi fe era una fe popular, sencilla como la fe de mi madre, de mi familia y de la mayoría de la gente en esa época: una fe sincera y de corazón.
Empecé Teología en el año 52, fue como una conversión para mí en el sentido de haber encontrado más cercano el rostro de Jesús.
La oración que hice por los 50 años de ordenación decía esto:
"Me tomaste contigo Señor y me llevaste aparte, igual que al sordomudo del Evangelio, te concentraste en el barro de mi arcilla, introdujiste los dedos en mis oídos para vencer la resistencia a escucharte, con tu saliva humedeciste mi lengua para que con fluidez te alabara y me dijiste ábrete. Tu palabra siempre es cercana. Así te descubrí, o mejor dicho te me revelaste más personalmente".
Fui profundizando ese encuentro con Cristo a través de libros de espiritualidad. Recuerdo entre otros, algunos, como por ejemplo los de Marmión: "Jesucristo: el ideal del Sacerdote" y el "Cuerpo místico de Cristo". También recuerdo un precioso libro de Sor Isabel de la Cruz.
Por fin llegó el mes de ejercicios antes de la ordenación.
Vinieron las dudas, comunes a la edad, sobre todo el entregarme del todo al Padre y a la Iglesia a través del celibato. Era consciente de las dificultades que encontraría, tenía 23 años. Sin embargo afloró en mí nuevamente aquella frase: "Tú eres mío, yo soy tuyo". Confiado en Jesús me decidí, Él me dio fuerzas para dar ese paso.
Me ordenó mons. Luis Baccino, en San José, mi ciudad natal. Fue la primera ordenación de la nueva diócesis de San José.
Yo le preguntaba al Señor: "¿Por qué has obrado así conmigo?"
Me respondía: "porque te amo".

¿Dónde comenzaste tu vida sacerdotal? ¿Cómo fue tu experiencia en los primeros años?
- Al ordenarme era sacerdote de Montevideo, pero fui prestado por 5 años a la diócesis de San José por autorización del card. Antonio Ma. Barbieri. El obispo de San José, me envió a Canelones que en esa época pertenecía a la nueva diócesis de San José. Allí tuve mi primera parroquia. Para mí fue una muy rica experiencia. Hoy mirándolo a la distancia reconozco a Baccino como un obispo renovador de la pastoral: fui descubriendo en esa época el protagonismo del laico en la Iglesia y en el mundo. Fui viendo la importancia de un presbiterio unido, fraterno, corresponsable; ideal que yo había descubierto, en libros en el seminario, luego de mi conversión interior a Jesús allá por el año 52. Ya se estaba haciendo su camino en la renovación catequética con el p. Mario Hernández y Ricardo Rodríguez. En esa época nos llegaban noticias de la pastoral de Bélgica a través de revistas pastorales. Yo especialmente me interesé por el Diaconado Permanente, leí mucho sobre esta nueva realidad y me quedó prendido en el corazón y en la mente desde el año 1954.
En Canelones éramos varios sacerdotes. El párroco, el querido y recordado p. Quaglia, futuro Obispo de Minas, hizo distribución de tareas y a mí me tocó la campaña. Recorría las distintas rutas de la Parroquia, usando una moto NSU. En cada carretera, en sitos más o menos estratégicos buscaba casas de cristianos, y en ellas se reunían una vez por mes. Celebraba el sacramento de la reconciliación y la eucaristía. Todo era muy sencillo y fraterno. Los ómnibus de todas las localidades salían y llegaban a Canelones al lado de la parroquia. En los ómnibus colocábamos afiches con el anuncio de las actividades, día, hora y casa. La gente que viajaba en esos ómnibus retiraba estos avisos y así podían participar de estas reuniones. En esta tarea estuve cuatro años y luego fui enviado a Nueva Helvecia, que en esa época pertenecía a la diócesis de San José. Allí acompañé al p. Lorenzo Amengual, ya anciano en toda la labor pastoral de la parroquia. Tratamos de renovar la liturgia haciéndola más participada, consciente en la línea del Vaticano II. Hacíamos una vida muy unida con la gente, compartíamos desde el mate hasta una partida de truco. Llegué a ser el primer presidente de la Confederación de Basketball de Nueva Helvecia.
Por providencia de Dios, se crea una nueva diócesis, en diciembre de 1961: la de Mercedes. Entonces le pregunto a mons. Baccino que hacía ya que yo estaba prestado a San José y Nueva Helvecia pasaba a ser diócesis de Mercedes.
Me dijo que me quedara donde estaba y pasé a trabajar con mons. Enrique Cabrera, primer obispo de Mercedes. Fui nombrado Secretario de la nueva diócesis. Como tal, el tiempo me daba también para hacer visitas a las parroquias y prestar los servicios que me requerían. Pero mons. Antonio Corso, Administrador de Montevideo, me pidió regresar a mi diócesis de origen.

En Montevideo tuviste una fructífera acción pastoral, ¿qué es lo que más recuerdas?
- Estuve designado a la Parroquia de Paso Molino donde permanecí 10 años, hasta abril de 1976. Ahí, me tocó vivir en el contexto eclesial la puesta en marcha del Concilio Vaticano II. Al llegar a Montevideo, mons. Carlos Parteli llamó a los laicos y al clero a trabajar activamente, a participar con celo y creatividad en la de la Pastoral de Conjunto. Trabajé en una de las 10 comisiones creadas para poner en marcha ese proyecto pastoral: en la que se refería a la división de la diócesis en zonas pastorales. En un principio fueron doce zonas que luego se reducirían a las diez actuales. Me sentía protagonista, cumpliendo la misión de sacerdote diocesano como "colaborador del Obispo". Al comenzar el camino de la Pastoral de Conjunto, en el post concilio, se crearon pequeñas comunidades, buscando la renovación de la Iglesia en su dimensión comunitaria. En la parroquia se iban buscando casas en diversos barrios para hacer nuclear a los vecinos. Hacíamos reuniones: allí se leía y rezaba con la Palabra que iluminaba el quehacer personal, familiar, social y eclesial. En dichas casas celebrábamos la Eucaristía, en un ambiente más familiar y participativo.
En los diez años que estuve allí, viví también junto con la comunidad, dificultades por el cambio de opción de algunos sacerdotes. Esta situación dolorosa para todos me exigió vivir con más fidelidad al Señor. La comunidad confiaba en el Pastor.
El otro contexto fue la dictadura cívico-militar. En el Consejo Parro-quial hicimos una reflexión y a consecuencia de ella se abrió la parroquia a todo lo que eran reuniones a favor de la defensa de los derechos conculcados. Por ejemplo se amparó a los padres y alumnos del liceo "Bauzá" que había cerrado en el mes de agosto de 1968 por decreto del Ejecutivo, como todos los liceos del país. En la Parroquia se abrió un "liceo popular", controlado día a día, dada la violencia de la época, por un representante del Consejo Parro-quial. Como era tiempo de mucha violencia pusimos algunas normas de convivencia: los alumnos y profesores no podían llevar ni armas ni panfletos. Nosotros también sufrimos la violencia: nos pusieron una bomba en la parroquia, además de soportar, como otras parroquias, allanamientos varios y diversas formas de controles, aún en las homilías y en las conversaciones de los pequeños grupos cuyos integrantes estaban todos "fichados".
Las diversas celebraciones por las casas y las celebraciones dominicales, nos daban fuerza en la fe y vigor en el compromiso para testimoniar la verdad, la libertad y superar el natural miedo.
En 1976 fui trasladado a la Parroquia de los Sagrados Corazones de calle Possolo. Fue muy hermoso lo que viví allí. Una parroquia muy extensa con barrios muy diferenciados. Allí ya estaban desde hacia mucho tiempo las hnas. de Banneaux y las hnas. Vicentinas, en barrio de Aparicio Saravia.
En Chimborazo y Gral. Flores se construyeron viviendas de INVE y la parroquia tomó como misión invitar a las familias a reunirse. Todos los miércoles se reunía un grupo de personas en una casa de lata, para rezar el rosario a la Virgen de la Luz. Allí se comenzó a celebrar la Eucaristía. Mons. Parteli visitó la casa y al tiempo le pregunté a la Sra. Luz si quería venderla. Lo que así ocurrió. Hoy es la Capilla de la Luz de la Parroquia de Possolo.
No puedo olvidar el tiempo compartido con el p. Isidro Alonso, "el padre Cacho", fue época de sueños, utopías, ricas experiencias con los vecinos de los barrios más caren-ciados.
En esa época deja la Arquidiócesis el obispo Parteli y la toma mons. José Gottardi quien me invita a ser Vicario Pastoral. Mientras fui Vicario pasé un tiempo por la Parroquia del Reducto (1986-1988) que estaba sin párroco, luego fui a la Parroquia de la calle Comercio con el p. Quique Passadore, en 1988 pasé a la Parroquia de la Aguada donde estuve hasta 1992. Lo que más resalto de este tiempo es: - la preparación y realización de la Asamblea Diocesana en julio de 1986 hacia el "nuevo Plan Pastoral".
- La intervención del Ministro de Defensa cuestionando los borradores de dicha preparación porque se hablaba de "torturas y desaparecidos".
- Un pequeño documento sobre la Impunidad y otro sobre "la verdad" y "la justicia", redactados con la Pastoral Social.
- La organización de la tercera reunión de Párrocos sobre "La Pastoral de la Salud".
- La animación previa a la Misa en Tres Cruces con la primera venida del papa Juan Pablo II, y la preparación y desarrollo de su segunda visita en el Estadio Centenario.
Terminado este período me enviaron a la Parroquia de la Virgen de los Treinta y Tres, donde estuve 10 años. En esa época fui nombrado Vicario Episcopal de las zonas 8, 9 y 10. Visitaba los Consejos Zonales además de la atención pastoral de la parroquia. También tuve a mi cargo el Proyecto Antioquía. Formé un equipo para la formación de ministros laicos, como animadores de diversas comunidades.

Contigo comenzó la formación de hombres casados para el Diaconado Permanente, háblanos de esto.
Todo comenzó allá por el año 1952 leyendo revistas pastorales en las que algunos visionarios lanzaban esa idea. Luego, en una reunión del Presbiterio reflexionando sobre la vocaciones sacerdotales, expuse la idea del diaconado permanente. Al tiempo, por el año 1970, el obispo Parteli me propone para iniciar en Montevideo esa " experiencia".
Comencé con el llamado a los interesados, información a los mismos, discernimiento y la formación de los primeros 4 diáconos permanentes.
Estuve en esta misión durante 10 años. También fui llamado por los obispos de Canelones y Maldonado, Orestes Nuti y Rodolfo Wirz, respectivamente, para formar los diáconos de aquellas diócesis.
Actualmente comienzo a ayudar al obispo de Melo, Luis del Castillo, y al obispo de Canelones, Orlando Romero, para reunir a los diáconos ya formados, y cada 15 días a un pequeño grupo, en su etapa de discernimiento.

¿Cual es tu reflexión en estos 50 años de sacerdocio?
Quiero agradecer a Dios y renovar ante Él y ante la Iglesia mi compromiso jubilar:
"Señor, como a Pedro me preguntas: ¿me amas con amor exclusivo, para siempre?
- Te quiero, desde mi pecado y mi debilidad, le responde Pedro, por tres veces. Señor tú sabes que te quiero.
Señor, hoy al celebrar los 50 años del ministerio que me regalaste toma te declaro mi amor desde mi debilidad y mi pecado. Señor mi vida, hazla de nuevo, yo quiero ser un vaso nuevo.

Gloria Aguerreberry.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Semana de Espiritualidad y otras movidas en la Diócesis de Melo

Ayuno y oración por la Paz

Atendiendo al llamado del Papa Francisco, Mons. Heriberto convocó a la Diócesis a la Jornada por la Paz el sábado 7 de setiembre. De diferentes maneras, las comunidades respondieron al llamado, organizando distintos momentos de oración con el rezo del Rosario, la Adoración Eucarística, las intenciones en la oración de los fieles durante las Misas. El Obispo celebró la Eucaristía en Tupambaé, donde ya estaba prevista la celebración de primeras comuniones de cuatro adultos. Mons. Bodeant señaló que el nombre de Tupambaé trae el recuerdo de nuestros propios conflictos armados. A pocos kilómetros de la población se encuentran los campos donde se libró una de las más cruentas batallas de la guerra civil de 1904, con 2.300 muertos y heridos, los días 22 y 23 de junio. Pero el significado guaraní del nombre Tupambaé -siguió diciendo el Obispo- es "cosa de Dios", "pertenencia de Dios" y aún puede interpretarse como "lugar donde está Dios". "Aquí, entonces, en este lugar marcado por la sangre de hermanos que se enfrentaron en combate, invocamos al Dios de la Paz y le pedimos su Don para todo el mundo y para cada uno de nosotros", concluyó.

Jornada Diocesana de los Catequistas

78 catequistas de la Diócesis de Melo se reunieron el domingo 8 en la Parroquia Virgen de los Treinta y Tres (Cruz Alta) en la capital olimareña, para participar en una jornada de formación, oración y recreación. Los catequistas trabajaron el tema propuesto por el Oficio Catequístico Nacional para el día de la Catequesis: "Comparte el fuego de tu fe". En grupos, con diferentes textos bíblicos, los catequistas se preguntaron sobre la imagen de Dios que se proyectaba en cada uno de ellos, preguntándose acerca de su propia vivencia de fe. Mons. Heriberto expuso luego algunos puntos en relación a la encíclica Lumen Fidei y luego presidió la Eucaristía, en la que participaron también los sacerdotes de las parroquias de la ciudad: P. Luis Arturo, de San José Obrero; P. Jorge, de El Salvador y P. Hubeimar, de Cruz Alta, además de los Diáconos Víctor y Luis. Luego de la Misa el almuerzo, un tiempo de recreación y con una oración en torno a un fogón alimentado por cada uno de los participantes, concluyó el encuentro.

Colegios de Melo celebraron el Día de la Educación Católica

El martes 10, a las cuatro de la tarde, la Catedral de Melo se vio colmada por la presencia de alumnos de los cuatro centros de educación católica de la ciudad de Melo: el Colegio María Auxiliadora, el Instituto Mons. Lasagna, el Colegio Dámaso Antonio Larrañaga y el Colegio Agustín de la Rosa.
La mayoría de los presentes fueron los niños, quienes respondieron animadamente a las preguntas de Mons. Heriberto, quien procuró ir llevándoles a descubrir, a partir de su grupo escolar y su colegio, las dimensiones de la Iglesia y el significado de la comunión, de la cual esa Misa fue un vivo signo.

Semana de Espiritualidad en Río Branco: semana de sorpresas

"Esto no es un desierto: aquí hay gente con deseos de reunirse, de escuchar la Palabra, con hambre de encuentro... aparece un mate y ya hay una comunidad... ¡es maravilloso1" Así nos hablaba un asombrado Padre Enrique. Enrique Martín, madrileño, de la congregación Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey (CPCR) está predicando en Río Branco una "Semana de Espiritualidad", una propuesta evangelizadora de la familia CPCR (Cooperadores y Cooperatrices).
La semana fue preparada con visitas previas del Hno. José y de la Hna. Cristina, ambos de Salto, donde los y las CPCR tienen sus respectivas comunidades. El P. Nacho y las hermanas Misioneras de la Doctrina Cristiana impulsaron y acompañaron. La parroquia respondió, y se realizaron visitas domiciliarias y promoción a través de los medios de comunicación.
El lunes hubo unos 50 participantes entre los dos encuentros, a las 15:30 en la capilla San José y a las 19:15 en el templo de la Inmaculada Concepción. El martes, el equipo "se preparó psicológicamente" para una reunión menguada en público, prevista a la hora en que jugaban Uruguay y Colombia... sin embargo, grande fue la sorpresa al duplicarse el número de asistentes.
Enrique habla a veces "a la carrera, como hablamos los madrileños", dice, pero sabe frenarse y dar tiempo a asimilar los temas que va presentando: la vocación humana a la felicidad, el mal, el perdón, Cristo, la Iglesia, María... En sus 41 años y 12 de sacerdote ha vivido algún tiempo en Rosario de Santa Fe y también en Salto, de modo que conoce algunas de nuestras expresiones y se acerca a nuestro lenguaje cotidiano.
La Semana culmina mañana, pero muchos sueños comienzan a gestarse en una comunidad que quiere seguir en movimiento, en misión.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Palabras de Francisco en la Vigilia de ayuno y oración por la Paz


«Y vio Dios que era bueno» (Gn 1,12.18.21.25). El relato bíblico de los orígenes del mundo y de la humanidad nos dice que Dios mira la creación, casi como contemplándola, y dice una y otra vez: Es buena. Queridos hermanos y hermanas, esto nos introduce en el corazón de Dios y, desde su interior, recibimos este mensaje.

Podemos preguntarnos: ¿Qué significado tienen estas palabras? ¿Qué nos dicen a ti, a mí, a todos nosotros?

1. Nos dicen simplemente que nuestro mundo, en el corazón y en la mente de Dios, es “casa de armonía y de paz” y un lugar en el que todos pueden encontrar su puesto y sentirse “en casa”, porque “es bueno”. Toda la creación forma un conjunto armonioso, bueno, pero sobre todo los seres humanos, hechos a imagen y semejanza de Dios, forman una sola familia, en la que las relaciones están marcadas por una fraternidad real y no sólo de palabra: el otro y la otra son el hermano y la hermana que hemos de amar, y la relación con Dios, que es amor, fidelidad, bondad, se refleja en todas las relaciones humanas y confiere armonía a toda la creación. El mundo de Dios es un mundo en el que todos se sienten responsables de todos, del bien de todos. Esta noche, en la reflexión, con el ayuno, en la oración, cada uno de nosotros, todos, pensemos en lo más profundo de nosotros mismos: ¿No es ése el mundo que yo deseo? ¿No es ése el mundo que todos llevamos dentro del corazón? El mundo que queremos ¿no es un mundo de armonía y de paz, dentro de nosotros mismos, en la relación con los demás, en las familias, en las ciudades, en y entre las naciones? Y la verdadera libertad para elegir el camino a seguir en este mundo ¿no es precisamente aquella que está orientada al bien de todos y guiada por el amor?

2. Pero preguntémonos ahora: ¿Es ése el mundo en el que vivimos? La creación conserva su belleza que nos llena de estupor, sigue siendo una obra buena. Pero también hay “violencia, división, rivalidad, guerra”. Esto se produce cuando el hombre, vértice de la creación, pierde de vista el horizonte de belleza y de bondad, y se cierra en su propio egoísmo. 

Cuando el hombre piensa sólo en sí mismo, en sus propios intereses y se pone en el centro, cuando se deja fascinarpor los ídolos del dominio y del poder, cuando se pone en el lugar de Dios, entonces altera todas las relaciones, arruina todo; y abre la puerta a la violencia, a la indiferencia, al enfrentamiento. Eso es exactamente lo que quiere hacernos comprender el pasaje del Génesis en el que se narra el pecado del ser humano: El hombre entra en conflicto consigo mismo, se da cuenta de que está desnudo y se esconde porque tiene miedo (Gn 3,10), tiene miedo de la mirada de Dios; acusa a la mujer, que es carne de su carne (v. 12); rompe la armonía con la creación, llega incluso a levantar la mano contra el hermano para matarlo. ¿Podemos decir que de la “armonía” se pasa a la “desarmonía”? ¿Podemos decir eso: que de la armonía se pasa a la “desarmonía”? No, no existe la “desarmonía”: o hay armonía o se cae en el caos, donde hay violencia, rivalidad, enfrentamiento, miedo…

Precisamente en medio de este caos, Dios pregunta a la conciencia del hombre: «¿Dónde está Abel, tu hermano?». Y Caín responde: «No sé, ¿soy yo el guardián de mi hermano?» (Gn 4,9). Esta pregunta se dirige también a nosotros, y también a nosotros nos hará bien preguntarnos: ¿Soy yo el guardián de mi hermano? Sí, tú eres el guardián de tu hermano. Ser persona humana significa ser guardianes los unos de los otros. Sin embargo, cuando se rompe la armonía, se produce una metamorfosis: el hermano que deberíamos proteger y amar se convierte en el adversario a combatir, suprimir. ¡Cuánta violencia se genera en ese momento, cuántos conflictos, cuántas guerras han jalonado nuestra historia! Basta ver el sufrimiento de tantos hermanos y hermanas. No se trata de algo coyuntural, sino que es verdad: en cada agresión y en cada guerra hacemos renacer a Caín. ¡Todos nosotros! Y también hoy prolongamos esta historia de enfrentamiento entre hermanos, también hoy levantamos la mano contra quien es nuestro hermano. También hoy nos dejamos llevar por los ídolos, por el egoísmo, por nuestros intereses; y esta actitud va a más: hemos perfeccionado nuestras armas, nuestra conciencia se ha adormecido, hemos hecho más sutiles nuestras razones para justificarnos. Como si fuese algo normal, seguimos sembrando destrucción, dolor, muerte. La violencia, la guerra traen sólo muerte, hablan de muerte. La violencia y la guerra utilizan el lenguaje de la muerte.

Tras el caos del Diluvio, dejó de llover, apareció el arco iris y la paloma trajo un ramo de olivo. Pienso también hoy en aquel olivo que los representantes de las diferentes religiones plantamos en Buenos Aires, en la Plaza de Mayo, el año 2000, pidiendo que no haya más caos, pidiendo que no haya más guerra, pidiendo paz.

3. Y en estas circunstancias, me pregunto: ¿Es posible seguir el camino de la paz? ¿Podemos salir de esta espiral de dolor y de muerte? ¿Podemos aprender de nuevo a caminar por las sendas de la paz? Invocando la ayuda de Dios, bajo la mirada materna de la Salus populi romani, Reina de la paz, quiero responder: Sí, es posible para todos. Esta noche me gustaría que desde todas las partes de la tierra gritásemos: Sí, es posible para todos. Más aún, quisiera que cada uno de nosotros, desde el más pequeño hasta el más grande, incluidos aquellos que están llamados a gobernar las naciones, dijese: Sí, queremos. Mi fe cristiana me lleva a mirar a la Cruz. ¡Cómo quisiera que por un momento todos los hombres y las mujeres de buena voluntad mirasen la Cruz! Allí se puede leer la respuesta de Dios: allí, a la violencia no se ha respondido con violencia, a la muerte no se ha respondido con el lenguaje de la muerte. En el silencio de la Cruz calla el fragor de las armas y habla el lenguaje de la reconciliación, del perdón, del diálogo, de la paz. Quisiera pedir al Señor, esta noche, que nosotros cristianos y los hermanos de las otras religiones, todos los hombres y mujeres de buena voluntad gritasen con fuerza: ¡La violencia y la guerra nunca son el camino para la paz! Que cada uno mire dentro de su propia conciencia y escuche la palabra que dice: Sal de tus intereses que atrofian tu corazón, supera la indiferencia hacia el otro que hace insensible tu corazón, vence tus razones de muerte y ábrete al diálogo, a la reconciliación; mira el dolor de tu hermano -pienso en los niños, solamente en ellos…-, mira el dolor de tu hermano, y no añadas más dolor, detén tu mano, reconstruye la armonía que se ha roto; y esto no con la confrontación, sino con el encuentro. ¡Que se acabe el sonido de las armas! La guerra significa siempre el fracaso de la paz, es siempre una derrota para la humanidad. Resuenen una vez más las palabras de Pablo VI: «Nunca más los unos contra los otros; jamás, nunca más… ¡Nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra!» (Discurso a las Naciones Unidas, 4 octubre 1965: AAS 57 [1965], 881). «La Paz se afianza solamente con la paz; la paz no separada de los deberes de la justicia, sino alimentada por el propio sacrificio, por la clemencia, por la misericordia, por la caridad» (Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1976: AAS 67 [1975], 671). Hermanos y hermanas, perdón, diálogo, reconciliación son las palabras de la paz: en la amada nación siria, en Oriente Medio, en todo el mundo. Recemos esta noche por la reconciliación y por la paz, contribuyamos a la reconciliación y a la paz, y convirtámonos todos, en cualquier lugar donde nos encontremos, en hombres y mujeres de reconciliación y de paz. Así sea.

Jornada por la Paz: Mensaje del Rector Mayor de los Salesianos


MENSAJE A LA FAMILIA SALESIANA EN FAVOR DE LA PAZ

Mis Queridos Hermanos y Hermanas de la Familia Salesiana. Un cordial saludo a todos vosotros, con el afecto que Don Bosco tenía por todos sus Hijos e Hijas

El motivo de este mensaje a toda la Familia salesiana es el de fijar vuestra atención en lo que el Santo Padre nos ha comunicado con ocasión de la oración del Angelus del pasado domingo, 1 de septiembre. Él ha dirigido a la Iglesia y al mundo entero estas palabras:

Hoy, queridos hermanos y hermanas, quisiera hacerme intérprete del grito que, con creciente angustia, se levanta en todas las partes de la tierra, en todos los pueblos, en cada corazón, en la única gran familia que es la humanidad: ¡el grito de la paz! Es el grito que dice  con fuerza: queremos un mundo de paz, queremos ser hombres y mujeres  de paz, queremos que en nuestra sociedad, desgarrada por divisiones y conflictos, estalle la paz; ¡nunca más la guerra! ¡Nunca más la  guerra! La paz es un don demasiado precioso, que tiene que ser  promovido y tutelado".

Como veis es una llamada angustiosa que se refiere en primer lugar a la dolorosa situación de Siria, envuelta desde hace tiempo en una guerra civil, y en segundo lugar es una invitación a no olvidar los otros numerosos conflictos que atormentan a tantas regiones y poblaciones de los diversos continentes.
Para sensibilizar a la Iglesia y a todos los hombres de buena voluntad sobre este importante tema de la paz, el Papa Francisco ha concluido su apelación diciendo: “He decidido convocar para toda la Iglesia, el 7 de septiembre, una jornada de ayuno por la paz en Siria y en el mundo. De las 19 a las 24 nos reuniremos en oración y en espíritu de penitencia par implorar este don de Dios. La humanidad tiene necesidad de ver gestos de paz. Pido a todas las comunidades que organicen algún acto litúrgico según esta intención. Os espero el próximo sábado a las 19 en la Plaza de San Pedro”
.
Queridos todos, animados por el mismo espíritu de nuestro Padre común, Don Bosco, os exhorto ardientemente a acoger este deseo del Santo Padre como un mandato que con convencimiento y amor debemos realizar. Todos nosotros creemos que la paz es un bien extraordinariamente necesario para el desarrollo y el progreso de la comunidad nacional y de la comunidad mundial. Ella se nutre del respeto de los derechos fundamentales que deben ser garantizados a los pueblos y a las personas y, al mismo tiempo, viene edificada por la observancia de los deberes igualmente importantes  que nacen de estos mismos derechos.

Deseo  por tanto invitar a todos los grupos de la Familia Salesiana a acoger concretamente la exhortación del Santo Padre haciendo del día 7 de Septiembre un día de oración, de reflexión y de ayuno para dar al mundo un testimonio de que creemos firmemente en el gran valor de la paz y para pedir este mismo don del  “Príncipe de la Paz, Cristo Resucitado, vencedor de la muerte”. 

Concretamente,  invito a todos aquellos que, en el ámbito de la región de Roma puedan estar materialmente presentes en la Plaza de San Pedro, a este gran momento de oración y de ayuno. A aquellos que viven en otros contextos, a participar activamente en las diversas iniciativas que ciertamente serán promovidas por cada una de las iglesia locales.
Toda comunidad y toda realidad educativa, en el límite de lo posible, procure animar tres momentos 
  • Un momento de oración por la paz, vivido sobre todo como adoración eucarística, preparada por un ayuno particular; alimentando la oración con textos bíblicos o textos tomados de documentos de la Iglesia sobre el tema de la paz
  • Un momento de educación en la paz. En las escuelas, en los oratorios, en otros contextos educativos, ofrecer a los jóvenes un encuentro sobre el tema de la paz, proponiéndoles una reflexión a partir de las noticias de actualidad sobre el tema, presentado el valor del texto de la encíclica de Juan XXIII “Pacem in terris”, de otros documentos de la Iglesia y también de textos significativos de autores laicos. Proponiéndonos ayudar a los jóvenes a madurar en el  convencimiento de que la paz se construye sobre cuatro valores fundamentales: la verdad, la justicia, el amor y el perdón.
  • Un momento de testimonio sobre la paz. Es posible celebrar comunitariamente un momento de reconciliación comunitaria, invitando también a nuestros laicos y a los jóvenes, durante el cual pidamos perdón a Dios de nuestras divisiones y de nuestros conflictos, pequeños y grandes. Es posible también invitar a los laicos relacionados con nosotros a un encuentro de reflexión y de profundo discernimiento sobre el tema de la paz. Debe ser conocido por todos que la paz interesa a cada grupo y a cada comunidad de la Familia Salesiana  
Queridos, os lo agradezco.  Sé que acogeréis mi invitación con generosidad y empeño. Estoy seguro de poder expresaros el agradecimiento del Santo Padre y el de nuestro amado Padre Don Bosco.

Un saludo a todos vosotros. María, Reina de la Paz y Auxilio de los Cristianos, acompañe vuestro camino.

Roma, 3 de Septiembre de 2013

Don Pascual Chávez V. sdb
Rector Mayor


A cinco años de la Pascua de Mons. Daniel Gil


El domingo 7 de setiembre de 2008, mientras iba culminando la 30ª Jornada Nacional de la Juventud, celebrada en Tacuarembó, fallecía en Salto Mons. Daniel Gil Zorrilla, Obispo emérito de esa Diócesis y antes Obispo de Tacuarembó.

Hoy se cumplen, pues, cinco años de su Pascua. Betel, gran amiga de Mons. Daniel, nos comparte esta foto suya en Roma, donde él siempre supo encontrar lo que llamaba "consolación romana".

En este día en que el Papa Francisco ha convocado a que en todo el mundo nos unamos, en el ayuno y la oración en el ruego por la Paz, recordamos también a Daniel, que habría sus cartas siempre con el mismo saludo: PAX!, es decir "PAZ", en latín.

En este día de oración y silencio, vienen bien recordar estas palabras de Juan Pablo II, a propósito de la oración por la paz:

"La paz es ante todo un don de Dios —no hay que olvidarlo jamás— y siempre debe ser implorada de su misericordia.

Tal convicción parece haber animado a los hombres de todas las civilizaciones que han puesto la paz en el primer lugar de sus oraciones. Referencias de ello se encuentran en todas las religiones.

¡Cuántos hombres, teniendo la experiencia de combates mortales y de campos de concentración, cuántas mujeres y niños desamparados a causa de las guerras, se han vuelto antes que a nosotros hacia el Dios de la paz!

Hoy, cuando las amenazas adquieren una gravedad particular por su extensión y su carácter radical, cuando las dificultades para construir la paz presentan un cariz nuevo y a menudo confuso, muchas personas, incluso poco familiares con la oración, pueden encontrar espontáneamente el camino hacia ella.

Sí, nuestro futuro está en las manos de Dios, el único que nos da la verdadera paz.

Y mientras los corazones humanos proyectan sinceramente acciones de paz, es la gracia de Dios la que inspira y fortalece sus sentimientos.

Todos están invitados a repetir en este sentido la oración de San Francisco de Asís:
Señor, haz de nosotros artífices de paz;
donde domina el odio, que nosotros proclamemos el amor;
donde hay ofensas, que nosotros ofrezcamos el perdón;
donde abunda la discordia, que nosotros construyamos la paz."

(Juan Pablo II, Mensaje para la XV Jornada Mundial de la Paz, 1º de enero de 1982)

viernes, 6 de septiembre de 2013

Patriarca católico sirio: "Un ataque y será nuestro final "

Para el patriarca católico de Antioquía con sede en Damasco, Gregorio III Laham, desde hace dos años y medio Siria está atravesando una tragedia humanitaria sin fin.
“¡Nunca más guerra! ¡No más guerra!”. Así ha escrito ayer por la mañana el Papa Francisco en Twitter, mientras monseñor Mario Toso, responsable del departamento de Justicia y Paz del Vaticano, subrayaba: "El camino para resolver los problemas de Siria no puede ser una intervención armada. La violencia no disminuiría. Es más, corremos el riesgo de que se extienda a otros países. El conflicto en Siria contiene todos los ingredientes para explotar en forma de guerra de dimensiones mundiales". Un llamamiento que no ha sido escuchado más allá de los Alpes, donde el premier francés Jean-Mrc Ayrault ha anunciado que presentará al Parlamento los documentos confidenciales de los servicios secretos que demuestran la responsabilidad de Assad en el uso de armas química contra civiles. Pero, para el patriarca católico de Antioquía con sede en Damasco, Gregorio III Laham, "desde hace dos años y medio Siria está atravesando una tragedia humanitaria sin fin: casi 100 mil víctimas, dos millones de niños sin casa, 450 mil cristianos exiliados, 8 millones de refugiados. El país esta ya sumido en un infierno y una intervención occidental empeoraría la situación".

¿Qué piensa de la opción militar hacia la que tiende Barack Obama?
Estoy absolutamente en desacuerdo, como me opongo a cualquier violencia, a cualquier uso de armas y cualquier conflicto. No puedo hacer nada más que unirme a la llamada del Santo Padre, que ha declarado: "No más guerra". Europa podría hacer más para resolver los problemas de Palestina, en vez de crear más desconcierto en Siria. Nosotros los sirios somos ya víctimas y el país ya es un infierno, sin necesidad de una intervención que empeore más la situación.

¿Qué sucederá entonces si Obama pone en marcha sus planes?

Habrá aún más víctimas y tendremos una guerra regional que involucrará al Líbano, donde hay ya millones de refugiados sirios. Por no hablar de la masacre de los cristianos árabes, sobre lo que hoy en Amman será realizado un encuentro con el rey de Jordania, Abdallah II. También en Irak recientemente han tenido lugar varios atentados. En resumen, todo el Oriente Medio está en llamas y se está transformando en un infierno.

Obama ha declarado que su objetivo es intervenir para poner fin a los asesinatos de civiles...
Obama se puede quedar en su casa. Siria es un estado independiente, no somos vasallos de América. Si Occidente y los demás países extranjeros dejan de interferir en nuestras cuestiones internas, la situación volverá a mejorar. En Siria, cristianos y musulmanes, chiítas y sunitas, han vivido pacíficamente durante más de 1.400 años.

Pero en la actualidad esa convivencia pacífica parece un lejano sueño...
El motivo es que cada día el Reino Unido, Francia y Bélgica financian bandas armadas que corretean por nuestro país, mientras que bastaría con que las potencias extranjeras dejarán de dividir al pueblo sirio. El verdadero problema son las financiaciones que no van a la oposición política sino a bandidos y criminales de todo el mundo que llegan a Siria a poner en marcha la guerra.

Si la guerra no es la solución, ¿qué vía de escape le queda al pueblo sirio?
Que el mundo entero organice una gran campaña para preparar la Conferencia de Ginebra II, de manera que se pueda encontrar juntos una solución pacífica de reconciliación y diálogo. El Santo Padre ha subrayado claramente que este es el único camino a seguir. La Conferencia estaba prevista para el pasado junio, pero se va retrasando mes a mes. El mundo juega con Siria mientras aquí la gente sigue muriendo.

La Conferencia de Ginebra II no ha tenido lugar porque Assad está ganando la guerra, y no ha querido sentarse en la mesa diplomática...
No es verdad. El gobierno sirio siempre ha estado dispuesto a dialogar y a participar en la Conferencia de Ginebra. El motivo por el que las negociaciones no han tenido lugar es porque falta una oposición unida y con un programa claro. Las bandas armadas han tenido prioridad sobre cualquier otra forma de disidencia, y firmar un acuerdo de paz con Al Qaeda sería imposible para cualquier gobierno.

El Papa ha propuesto un día de ayuno el sábado 7 de septiembre. ¿Cómo valora esta iniciativa?
Es una iniciativa magnífica. Mi Patriarcado está preparando una carta a los fieles greco-católicos de todo el mundo para pedirles que participen en la oración y el ayuno organizado por el Papa. Todas las Iglesias sirias están llamadas a unir sus esfuerzos y a acoger a los fieles desde las 19 h hasta medianoche, para permitirles rezar y cantar por la paz.

La ayuda de Cáritas en la crisis de Siria



CARITAS INTERNACIONAL EN LA CRISIS DE SIRIA: CIFRAS

Desde que empezó la crisis, en marzo de 2011,
- Caritas Siria ha ayudado a más de 30.000 personas dentro del país,
- Caritas Líbano ha ofrecido asistencia a 125.000 refugiados
- Caritas Jordania a 130.000
- Caritas Turquía a 7.000
- Caritas Iraq está ayudando a numerosos sirios en el norte.

Detrás de cada "1" que se suma... un rostro, una vida: un hombre o una mujer o un niño o una niña...

jueves, 5 de septiembre de 2013

Adhesión de Cáritas Internacional a la Jornada de Oración y Ayuno


El Papa Francisco ha convocado un Día mundial de oración y ayuno por Siria, el sábado 7 de septiembre. Él dirigirá a millares de peregrinos en una vigila por la paz, esa misma tarde en la Plaza de San Pedro. "Nos reuniremos en oración y en espíritu de penitencia, para implorar de Dios este gran don para la amada nación siria y para todas las situaciones de conflicto y de violencia en el mundo. La humanidad tiene necesidad de ver gestos de paz y de oír palabras de esperanza y de paz”, dijo el Papa el domingo pasado.

El Santo Padre invita a todos: "a unirse a esta iniciativa, de la manera que consideren más oportuno, a los hermanos cristianos no católicos, a los que pertenecen a otras religiones y a los hombres de buena voluntad".

Michel Roy, Secretario General de Caritas Internationalis, exhorta a todo el personal, voluntarios y simpatizantes de Caritas, de todo el mundo, para que se unan con el Santo Padre en la oración por la paz. Y dice: “La crisis de Siria es el mayor reto humanitario que debe afrontar hoy en día nuestro mundo. Hay miembros de nuestro personal que trabajan en primera línea, en las fronteras de Siria y los países vecinos, en los que ahora mismo se encuentran dos millones de refugiados. Unámonos todos en solidaridad con el pueblo sirio y recemos para que se ponga fin a esta tragedia”.

Caritas facilita alimentos, refugio, educación, asistencia médica, asesoramiento por traumas y ayuda a conseguir ingresos a los sirios atrapados en el conflicto.

Desde que empezó la crisis, en marzo de 2011, Caritas Siria ha ayudado a más de 30.000 personas dentro del país, mientras Caritas Líbano ha ofrecido asistencia a 125.000 refugiados, Caritas Jordania a 130.000, Caritas Turquía a 7.000 y Caritas Iraq está ayudando a numerosos sirios en el norte.

Oración por la paz en Siria
Por Joe Hastings

Dios de Compasión,
Escucha el lamento de Tu pueblo en Siria,
Haz llegar sanación a quienes sufren por la violencia,
Haz llegar consuelo a quienes llevan luto en sus corazones,
Fortalece a los vecinos países que cuidan de Siria y dan la bienvenida a sus refugiados,
Convierte los corazones de aquellos que se han levantado en armas,
Y protege a todos quienes se han comprometido a la paz.

Dios de Esperanza,
Inspira paz sobre la violencia en los corazones de los lideres
y guíalos hacia la reconciliación con sus enemigos,
Inspira en Tu Iglesia, que se extiende por todo el mundo, compasión por el pueblo de Siria,
Y dótanos con esperanza por un futuro lleno de paz impulsado por justicia para todos.

Te pedimos esto por Cristo nuestro Señor, Príncipe de Paz y Luz del Mundo, Amén.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Cáritas Internacional en Siria: Krist y su familia

Uno de los problemas más graves a que se están enfrentando los refugiados sirios en el Líbano es el daño psicológico como consecuencia de sus experiencias.

Krist, de 13 años, fue secuestrado junto con sus padres por asaltantes armados en Siria. "Llevaban armas y tenían la cara cubierta", dijo. "Golpearon a mi padre con la pistola y a mi madre le arrancaron los pendientes de las orejas. Dijeron que le iban a cortar los dedos para quitarle los anillos, pero ella se los logró quitar".

Habían caído víctimas de pandillas armadas que buscaban sacar provecho del caos que ha envuelto a Siria. Krist y su familia sabían que pronto iban a volver a ser blanco de los delincuentes, así que tomaron la decisión de abandonar su hogar y buscar seguridad en el Líbano. Están refugiados en el Monasterio San Grabriel en Daher El Souwan, cerca de Beirut.

Ahora Krist sufre trauma. Tiene flashbacks de gente con uñas largas rojas tratando de sofocarlo. Le tiene fobia a la oscuridad y a estar a puertas cerradas, y ha desarrollado tics nerviosos.

"Todo aquel que deja su país debido al conflicto es un superviviente del trauma", dice la psicóloga de Cáritas Líbano, Maureen Mahfouz.

Cáritas tiene psicólogos en sus centros y trabajadores sociales que visitan a las familias para brindar orientación y terapia si es necesario.

"Siempre que hay un ciclo de violencia, uno tiene que cortarlo en algún lado", dice Maureen Mahfouz. "Para eso que estamos aquí - brindando ayuda evitamos que la violencia se repita".

Después del tratamiento o la terapia la gente empieza a pensar positivamente. Los niños se vuelven más felices y dicen que no pueden esperar para volver a las sesiones.

"Nuestro papel es apoyarlos", dice el Presidente de Cáritas Líbano, P. Simon Faddoul. "La gente no necesita sólo ayuda material, también necesita afecto. El personal de Caritas escucha su sufrimiento y eso les vuelve a dar esperanza".

Cáritas Líbano ha ayudado a alrededor de 90.000 refugiados Sirios hasta ahora. No obstante, eso es apenas parte de la historia en la región. En Siria, Jordania y Turquía, Cáritas está trabajando para ayudar a aquellos en apremiante necesidad.

martes, 3 de septiembre de 2013

Consejo Permanente de la CEU: Ante la situación en Siria y Cercano Oriente

Comunicado del Consejo Permanente de la
Conferencia Episcopal del Uruguay

El Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal del Uruguay se hace eco del clamor afligido del Papa Francisco, dirigido a la Iglesia Católica, hermanos y hermanas de otras religiones, gobiernos y opinión pública mundial, ante la situación bélica de consecuencias imprevisibles en Siria y el Cercano Oriente.

Nadie queda indiferente ante la amenaza de decisiones que nos afectan a todos. Somos corresponsables, en la medida de nuestras posibilidades, de una paz que debe ser patrimonio permanente de toda la humanidad. La fe en Dios revelado en el amor de su Hijo Jesucristo nos motiva, junto a todos los creyentes y bien intencionados, a agotar todos los medios pacíficos para la solución de los conflictos. La plegaria insistente en esta hora, unida a las gestiones múltiples que se concretan, será decisiva para una humanidad que sólo busca una paz urgente y duradera.

Sensibles a la situación que vivimos, motivamos en especial a las comunidades católicas a realizar, de acuerdo a las iniciativas diocesanas, la jornada de ayuno y oración convocada para el próximo sábado 7 de septiembre.

+ Rodolfo Wirz, Obispo de Maldonado-Punta del Este,
Presidente de la CEU

+ Arturo Fajardo, Obispo de San José de Mayo,
Vicepresidente de la CEU

+ Heriberto Bodeant, Obispo de Melo,
Secretario General de la CEU

Cáritas Internacional en Siria: Khatar y sus hijos refugiados en el Líbano.

"Si Caritas no estuviera aquí, no comeríamos", dijo Khatar. La madre de 42 años con seis hijos vive en un establo en una granja en el Valle de la Becá. El pequeño recinto de madera y láminas de metal alberga en total a 25 personas, casi todas mujeres y niños.

"Es horrible", dijo. "Una tubería de desagüe atraviesa el establo. Gotea cuando llueve. Los niños están muy enfermos debido a la mala higiene. Pero o vivimos aquí o vivimos en la calle".

Khatar dice que es demasiado pobre y no se puede permitir pagar transporte para ir al centro de Caritas que queda cerca, en donde opera una unidad médica. Así que un doctor la visitará. Las clínicas móviles de Caritas van por el Valle de la Becá para brindar atención médica a los refugiados sirios que viven allí.

"Vemos muchos casos de diarrea", dijo el Dr. Joseph Homsi, que trabaja en la clínica móvil y que hoy está en el centro de Caritas en Taalabaya. Hay muchos casos de sarna, piojos, alergias cutáneas y lishmania, un parásito repugnante que provoca terribles yagas en la piel.

"La mayoría de los problemas se debe a condiciones de vida antihigiénicas", dijo el Dr. Joseph. Caritas está impartiendo sesiones de promoción de salud para los refugiados, mostrando técnicas sencillas para mantenerse saludable y evitar infecciones.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Uruguay: XXXV Jornada Nacional de la Juventud. Testimonio de la Jornada Mundial de Río

El huracán "Francisco I". Testimonio de lo vivido en Rio


Por Jorge César
 
De chico siempre existe ese deseo de poder volar. Y miras al cielo, ves las aves moviendo sus alas que nos dan ese reflejo de libertad.
Pasan los años y uno va eligiendo su camino y al igual que las aves vamos abriendo nuestras alas para comenzar a ser más libres e independientes.
En esas vueltas de la vida, uno siente, elige un camino. Quizás en principio puede ser obligado por nuestros padres o por costumbres de la familia, se va metiendo en la vida Cristiana. Cuando me tocó comenzar este camino, miraba a todos como bichos raros, no entendía nada.
Ya voy doce años que vivo en comunidad. Agradecido a las oportunidades que este camino me ha dado. No es menor que este año haya podido concretar dos sueños, volar y compartir uno de los gestos jóvenes-cristianos más multitudinarios que pueda vivir. Contado de experiencias vividas por amigos que ya habían tenido la posibilidad de ir a estar ahí. Incertidumbre, emociones y un viaje con amigos.
Antes que todo, gente, conocer parte del Brasil. Sin dudas algo maravilloso. Un país vecino pero tan grande como el imaginar su tamaño. Costumbres, idioma diferente, calor, miedo por la situación previa en que estaba el pueblo brasileño. Nada de eso se hizo notar una vez recibidos en nuestra querida Parroquia del Santo Rosario de Fátima. Y una vez que conocimos a nuestras familias ya comenzaba el camino.
Como todos los jóvenes allí presentes en Rio, la experiencia fue única e irrepetible, era un comentario casi generalizado. Más allá de las complicaciones propias que tiene el tener en una ciudad de casi ocho millones de personas, y durante una semana cuatro millones más. Para el que va de afuera es cuestión de simplemente acostumbrarse.
Alguna vez escuché a un buen amigo decir: "Hay que comprender los mensajes de los nuevos tiempos" o algo bastante parecido. Por supuesto que en medio de la jornada, para nosotros como peregrinos darnos cuenta de muchos mensajes, en esos momentos, no es tan fácil. Era al final de cada jornada donde cada uno hacia una recopilación de lo que venía viviendo. Más claro aun cuando ya uno vuelve a casa.
Francisco nos ha pedido a los jóvenes tres cosas. 1º- Ir y hacer discípulos en todas las naciones, 2º-Que aceptemos nuestra cruz y sigamos a Cristo; 3º-  Y hacer lio. Menuda tarea que nos ha dado. Hacer discípulos, va de la mano de dos cosas. La oración que nos da lo necesario para alabar a Dios y poder pedirle fuerzas para cada día para llegar con su palabra a cada lugar, pero para acompañar esa oración es necesaria la acción, el hacer. No encerrarnos en nuestra parroquias, salir al mundo y predicar con la acción y la oración. Jesús, no se encerraba, salía en busca de la gente.  Aceptar nuestra cruz, porque sin aceptarnos a nosotros mismos como Cristianos, si no somos capaces de cada tanto tener nuestros momentos de encuentro como Cristianos, no podemos convencer a nadie, el ejemplo es necesario. 
Y por ultimo hacer lio. Que no quiere decir que rompamos templos, sino que como jóvenes busquemos nuestros espacios en nuestras comunidades parroquiales. Romper un poco los esquemas. Acercarnos al pueblo, somos quienes después de haber vivido tanto, de cientos de anécdotas, de miles de imágenes, muchas historias de vida, que quedaran grabadas en nuestras mentes; debemos ser el lazo, el nexo entre la nueva y la vieja Iglesia. Somos los nuevos soldados del Papa, "Esta es la juventud del Papa".

Cáritas Internacional en Siria: la historia de Gharam y Nafeh

Gharam, ella, tiene 11 años y su hermano Nafeh 10.
Hace poco perdieron a su madre y tres hermanos
durante el conflicto en Siria.
Su padre los llevó a un campamento de refugiados
en Líbano, y volvió a Siria a trabajar.
Están al cuidado de un primo de su padre.
"Teníamos una vida maravillosa", dice Gharam, una refugiada siria de 11 años que ahora vive en el Líbano. "Yo iba a la escuela. Tenía amigos. Era feliz".

Esa forma de vida ha sido destruida por la brutal guerra civil en Siria.

Gharam vivía en Hassakeh, al noreste de Siria. "Lo más aterrador eran los bombardeos", dijo. Su escuela fue destruida y ella fue testigo de cómo derribaban las casas de sus amigos.

Lo que empezó con niños pintando grafiti contra el régimen del gobierno en una pared del pueblo sirio de Deraa en marzo de 2011, se ha transformado en una brutal guerra civil en Siria, y en la crisis humanitaria más grande en que Caritas está trabajando en la actualidad.

Ha habido al menos 100.000 muertos, casi 7 millones de personas en Siria necesitan ayuda y 4 millones han sido obligadas a abandonar sus hogares en todo el país. Más de 1,7 millones de personas han huido a los países vecinos.

Sin embargo, las cifras no reflejan adecuadamente el verdadero costo de la guerra.

"Perdimos a nuestra madre y la amábamos", dijo Gharam. "No puedo vivir sin mi mamá. La necesito". Su madre y tres hermanos y hermanas murieron en un ataque con cohetes en el mes de junio.

Ahora, Gharam cuida a su hermano de 10 años, Nafeh, en Qab Elias, un campamento improvisado con carpas para refugiados sirios en el Valle de la Becá, en Líbano. Su padre ha vuelto a Siria y ella vive en la tienda de campaña con un primo.

Cáritas les está distribuyendo ayuda. Reciben ropa, colchas, kits de higiene y paquetes de víveres. Cáritas Líbano ha ayudado a 10.000 familias con distribuciones de ayuda desde el inicio del conflicto, pero las necesidades están aumentando. Tan sólo el pasado mayo, Caritas ayudó a 2.000 familias con distribuciones.

(De un informe de Cáritas Internacional de Julio 2013)

Resumen del llamado del Papa en Rome Reports.


Diócesis de Melo: Por la Paz en el Mundo: Jornada de ayuno y oración



En el día de ayer el Papa Francisco hizo un llamado a todos los fieles católicos a unirse en una jornada de ayuno y oración por la paz en Siria, en el Medio Oriente y en todo el Mundo.

También invitó a unirse a esta iniciativa, de la manera que consideren más oportuna, a los hermanos cristianos de otras confesiones, a los creyentes de otras religiones y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

Dice el Papa: “Queremos un mundo de paz. Queremos ser hombres y mujeres de paz. Queremos que en esta sociedad nuestra, destrozada por divisiones y conflictos estalle la paz. ¡Nunca más la guerra, nunca más la guerra! La paz es un don demasiado precioso que tiene que ser promovido y protegido.”

Porque compartimos los sentimientos que expresan esas palabras de Francisco, nuestra Diócesis de Melo (la Iglesia Católica en Cerro Largo y Treinta y Tres) se hace eco de esta convocatoria e invita a participar en la forma que cada persona y cada grupo, colegio, obra o comunidad parroquial pueda y desee ofrecer.

El ayuno es una práctica común a muchas religiones. Privarse voluntariamente de alimentos es una forma de abrir el corazón a Dios y también de comprender y sentir las necesidades del otro. Es un gesto íntimo, discreto, que queda en el ámbito familiar, pero un gesto grande en su significado espiritual, cuando dejamos que toque lo más profundo de nuestro ser, limpiándonos de nuestro egoísmo. Por eso va de la mano con la oración.

La oración es “levantar el corazón a Dios” y, ante todo, ponerse a la escucha de su Palabra; buscar su voluntad, que es de Vida y Salvación para todos y que nos hace descubrirnos ante Él como hermanos y hermanas, personas humanas de igual dignidad, sin barreras de razas, ideologías o creencias.

En las Misas vespertinas del sábado 7 en nuestras parroquias y capillas se rezará “para que en las situaciones de guerra y de violencia que vive nuestro mundo, se abran los caminos del diálogo, la reconciliación y la paz”.

De esta forma queremos hacer parte de una gran cadena de empeño por la paz que una a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, reafirmando con Francisco que “No es la cultura del enfrentamiento, la cultura del conflicto, la que construye la convivencia de los pueblos y entre los pueblos; sino ésta: la cultura del encuentro, la cultura del diálogo, ésta es el único camino hacia la paz. El grito de paz se eleve alto para que llegue al corazón de todos, y todos depongan las armas y se dejen guiar del anhelo de paz.”

Melo, 2 de setiembre de 2013
 
+ Heriberto Bodeant, Obispo de Melo

domingo, 1 de septiembre de 2013

Texto completo del llamado a la Paz del Papa Francisco en el día de hoy


“Queridos hermanos y hermanas, buen día.

Hoy quiero hacerme intérprete del grito que sube desde cada parte de la tierra, desde cada pueblo, del corazón de cada uno, de la única gran familia que es la humanidad, con angustia creciente: es el grito de la paz.

Es el grito que dice con fuerza: queremos un mundo de paz. Queremos ser hombres y mujeres de paz. Queremos que en esta sociedad nuestra, destrozada por divisiones y conflictos estalle la paz.
¡Nunca más la guerra, nunca más la guerra! La paz es un don demasiado precioso que tiene que ser promovido y protegido.

Vivo con particular sufrimiento y preocupación las diversas situaciones de conflicto que hay en nuestro mundo, pero en estos días mi corazón está profundamente herido por lo que está sucediendo en Siria y angustiado por las dramáticas perspectivas que se presentan.

Dirijo un fuerte llamado por la paz, un llamado que nace del interior de nosotros mismos. ¡Cuánto sufrimiento, cuánta devastación, cuánto dolor llevó y lleva el uso de las armas en este martirizado país! Especialmente entre la población civil e inerme. Pensemos en los que niños no podrán ver la luz del futuro.

Con particular firmeza condeno el uso de las armas químicas. Les digo que conservo aún fijas en la mente y en el corazón las terribles imágenes que vi en los días pasados. ¡Hay un juicio de Dios y también un juicio de la historia sobre nuestras acciones del que no se puede huir!

El uso de la violencia nunca trae la paz. La guerra engendra guerra, la violencia engendra violencia. Con toda mi fuerza pido a las partes en conflicto que escuchen la voz de la propia conciencia, de no cerrarse en los intereses propios, pero que miren al otro como a un hermano y que tomen posición con decisión el camino del encuentro y de la negociación, superando la ciega contraposición.

Con la misma fuerza exhorto también a la comunidad internacional a que haga un esfuerzo para promover, sin ulterior indulgencia, iniciativas claras por la paz en ese país, basadas en el diálogo y la negociación, en el bien de la población siria. No sea ahorrado ningún esfuerzo para garantizar asistencia humanitaria a quien fue golpeado por este terrible conflicto. En particular a los desplazados en el país y a los numerosos prófugos en los países vecinos. A los operadores humanitarios empeñados en aliviar el sufrimiento de la población, les sea asegurada la posibilidad de dar la ayuda necesaria.

¿Qué podemos hacer nosotros por la paz en el mundo? Como decía el papa Juan, a todos nos corresponde la tarea de recomponer la relación de convivencia en la justicia y el amor. Una cadena de empeño por la paz una a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

Y hago una fuerte e insistente invitación a toda la Iglesia católica y también la extiendo a los cristianos de otras confesiones, a los hombres y mujeres de cada religión, y también a los hermanos y hermanas que no creen. La paz es un bien que supera cualquier barrera porque es un bien de toda la humanidad.

Repito en alta voz: No es la cultura del enfrentamiento, la cultura del conflicto, la que construye la convivencia de los pueblos y entre los pueblos; sino esta: la cultura del encuentro, la cultura del diálogo, ésta es el único camino hacia la paz. El grito de paz se eleve alto para que llegue al corazón de todos, y todos depongan las armas y se dejen guiar del anhelo de paz.

Por esto, hermanos y hermanas, he decidido convocar para toda la Iglesia, el 7 de septiembre próximo -vigilia de la Natividad de María, Reina de la Paz- una jornada de ayuno y oración por la paz en Siria, en el Medio Oriente y en todo el mundo.

Y también invito a unirse a esta iniciativa, de la manera que consideren más oportuna, a los hermanos cristianos no católicos, a los que pertenecen a otras religiones y a los hombres de buena voluntad.

El 7 de septiembre en la plaza de San Pedro, aquí desde las 19 a las 24 horas, nos reuniremos en oración y en espíritu de penitencia para invocar de Dios este gran don en favor de la amada nación siria y por todas las situaciones de conflictos y violencias en el mundo.

La humanidad necesita ver gestos de paz y oír palabras de esperanza y de paz. Pido a todas las Iglesias particulares que además de vivir este día de ayuno, organicen algún acto litúrgico según esta intención.

A María le pedimos que nos ayude a responder a la violencia, al conflicto y a la guerra, con la fuerza del diálogo, la reconciliación y del amor. Ella es madre. Que ella nos ayude a encontrar la paz. Todos nosotros somos sus hijos. ¡Ayúdanos, María, a superar este difícil momento y a empeñarnos cada día, en cada ambiente, en una auténtica cultura del encuentro y de la paz.

María reina de la paz, ruega por nosotros. Todos: María reina de la paz ruega por nosotros".

"Nunca más la guerra": dramático llamado del Papa Francisco ante la situación en Siria

“Nunca más la guerra”,
llamamiento del Papa a la hora del ángelus

(RV).- “Es el grito que expresa con fuerza – dijo el Papa en un amplio llamamiento por la paz en Siria –. Y añadió: “Queremos un mundo de paz, queremos ser hombres y mujeres de paz”. “Queremos que en nuestra sociedad destrozada por divisiones y por conflictos, estalle la paz”. “Nunca más la guerra”, fue el grito del Papa Francisco. 

“He decidido convocar para toda la Iglesia el próximo 7 de septiembre, víspera de la Natividad de María, Reina de la Paz, una jornada de ayuno y de oración por la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero”, dijo el Papa Francisco a la hora del ángelus dominical.

El Pontífice invitó a los hermanos cristianos no católicos así como a los pertenecientes a las demás religiones, a unirse a esta iniciativa según el modo que considerarán más oportuno. Y como él mismo explicó “el 7 de septiembre en la Plaza de San Pedro, desde las 19.00 y hasta las 24.00, nos reuniremos en oración, en espíritu de penitencia, para invocar de Dios este gran don por la amada nación siria”. Porque como añadió el Papa Francisco, “la humanidad tienen necesidad de ver gestos de paz”. 

El Pontífice condenó con particular firmeza el uso de las armas químicas. Y dijo que tiene aún en su mente y en su corazón imágenes terribles. Por eso añadió que está el juicio de Dios y de la historia por nuestras acciones, al que no se puede escapar... 

(María Fernanda Bernasconi – RV).