sábado, 7 de septiembre de 2013

A cinco años de la Pascua de Mons. Daniel Gil


El domingo 7 de setiembre de 2008, mientras iba culminando la 30ª Jornada Nacional de la Juventud, celebrada en Tacuarembó, fallecía en Salto Mons. Daniel Gil Zorrilla, Obispo emérito de esa Diócesis y antes Obispo de Tacuarembó.

Hoy se cumplen, pues, cinco años de su Pascua. Betel, gran amiga de Mons. Daniel, nos comparte esta foto suya en Roma, donde él siempre supo encontrar lo que llamaba "consolación romana".

En este día en que el Papa Francisco ha convocado a que en todo el mundo nos unamos, en el ayuno y la oración en el ruego por la Paz, recordamos también a Daniel, que habría sus cartas siempre con el mismo saludo: PAX!, es decir "PAZ", en latín.

En este día de oración y silencio, vienen bien recordar estas palabras de Juan Pablo II, a propósito de la oración por la paz:

"La paz es ante todo un don de Dios —no hay que olvidarlo jamás— y siempre debe ser implorada de su misericordia.

Tal convicción parece haber animado a los hombres de todas las civilizaciones que han puesto la paz en el primer lugar de sus oraciones. Referencias de ello se encuentran en todas las religiones.

¡Cuántos hombres, teniendo la experiencia de combates mortales y de campos de concentración, cuántas mujeres y niños desamparados a causa de las guerras, se han vuelto antes que a nosotros hacia el Dios de la paz!

Hoy, cuando las amenazas adquieren una gravedad particular por su extensión y su carácter radical, cuando las dificultades para construir la paz presentan un cariz nuevo y a menudo confuso, muchas personas, incluso poco familiares con la oración, pueden encontrar espontáneamente el camino hacia ella.

Sí, nuestro futuro está en las manos de Dios, el único que nos da la verdadera paz.

Y mientras los corazones humanos proyectan sinceramente acciones de paz, es la gracia de Dios la que inspira y fortalece sus sentimientos.

Todos están invitados a repetir en este sentido la oración de San Francisco de Asís:
Señor, haz de nosotros artífices de paz;
donde domina el odio, que nosotros proclamemos el amor;
donde hay ofensas, que nosotros ofrezcamos el perdón;
donde abunda la discordia, que nosotros construyamos la paz."

(Juan Pablo II, Mensaje para la XV Jornada Mundial de la Paz, 1º de enero de 1982)

No hay comentarios: