domingo, 15 de diciembre de 2013

Homenaje a María del Carmen en el Colegio de Enfermeras del Uruguay, 2001

El Licenciado en Enfermería Juan Pablo Apollonia es actualmente Director del Hospital de Young. El 11 de diciembre de 2001 fue invitado por el Colegio de Enfermeras del Uruguay, al que pertenece, para hacer uso de la palabra en un homenaje que se le rindió, junto a otras Enfermeras, a María del Carmen Fernández de Bodeant.

Reconocimiento a la Lic. Enf. María del Carmen Fernández


11 de Diciembre de 2001

Me han solicitado que diga algunas palabras sobre la Lic. María del Carmen Fernández. Quiero previamente realizar 2 consideraciones importantes.

En primer lugar, decirles que es para mi un honor poder hablarles de María del Carmen. Creo que esta es una de esas buenas oportunidades que a veces nos da la vida: la de poder reconocer públicamente a personas que fueron importantes a la hora de realizar nuestra opción vocacional. María del Carmen fue mi profesora de Biología en 5to y 6to años de bachillerato y es directamente responsable de que yo pensara en Enfermería como una de las posibilidades de estudio.

En segundo lugar quiero expresar que mucho de lo que voy a contarles está escrito por María del Carmen, en una serie de artículos que ella ha titulado “Evocando” y que a partir de hoy quedan a vuestra disposición en el CEDU (Colegio de Enfermeras del Uruguay).

Y ahora vayamos a lo que nos interesa.

María del Carmen nace el 20 de Octubre de 1920, séptima hija de una familia de comerciantes, en el norte de España. El recuerdo de su tierra es una constante en su vida, como ella misma lo evoca en esta copla:

“Soy asturiana, lo soy de verdad,
soy del pueblín de Loredo
todo el que nace en Asturias
puede ya decir que nació en el cielo”

Su infancia trascurre en el pueblo de Loredo del cual atesora recuerdos que no duda en compartir: “me veo en la buhardilla de la casa paterna, mirando a través de las ventanas que ocupaban el ancho de la misma, la nieve cae en suaves copos y cubre en blanco manto el huerto que esta abajo. En la buhardilla, Madre tiene su colección de plantas de begonia que adornan el antepecho de las ventanas. Y me veo allí cantándole al invierno...”

María del Carmen se define a sí misma como “crisol de razas o etnias de caracteres opuestos, conservando en el fondo de su corazón el amor al terruño”.

En el año 1932 la situación en España es difícil, se avizora la guerra civil y los hermanos mayores, radicados en Uruguay, piden a su madre que deje España. Así con 12 años, María del Carmen llega a Uruguay.

La familia se instala en Montevideo. María del Carmen termina la escuela en el barrio Capurro y luego cursa liceo y preparatorios de Medicina. Aunque es clara su inclinación por la enseñanza, decide ingresar en Facultad de Medicina, donde cursa primer y segundo año. Buscando la independencia de su familia, se entera de la existencia de la Escuela de Nurses “Dr. Carlos Nery” que ofrecía internado. Se presenta y es aceptada en 2º año. Se gradúa el 6 de diciembre de 1945.

El 8 de Diciembre de ese mismo año comienza a trabajar en playa Malvin y a los pocos días en la Colonia de Vacaciones de Piriapolis. Luego del verano se desempeña en el sanatorio de Las Piedras y en el Sanatorio Pacheco.

En el año 1948 se encuentra en el Hospital Pereira Rossell, primero como suplente de Maternidad y luego como efectiva en Vías Urinarias.

Siempre deseó trabajar en el interior del país y es por ello que en 1951 recibe con entusiasmo el cargo de Nurse en el Centro auxiliar de Sarandi del Yi. Dentro de las tareas desarrolladas allí se encuentran los primeros cursos de Enfermería que la reencontraron con su vocación docente, la cual será a partir de entonces una constante a lo largo de su vida profesional.

En 1952 obtiene una beca del SCISP (Servicio Cooperativo Interamericano de Salud Pública), de la cual egresa como Enfermera Sanitarista. Terminada la misma se incorpora al SCISP desempeñándose en Artigas, Treinta y Tres y Cerrito de la Victoria.

Y finalmente, el 9 de Abril de 1953, llega a Young. Con el correr de los años María del Carmen se convertirá en hija adoptiva de nuestra querida ciudad.

En 1954 contrae matrimonio con Heriberto Bodeant, de allí que, si estuviéramos en Young, les hablaría de la Nurse Bodeant, como todos la conocemos desde hace años, dentro y fuera del ámbito hospitalario. Tiene 4 hijos.

Describir las tareas que María del Carmen desarrolla en Young a partir de ese momento sería muy extenso, pero aceptando el riesgo de olvidarme de algo, voy a nombrar algunas.

Participa activamente en la puesta en marcha del Centro de Salud que encuentra recién inaugurado a su llegada. Quiero destacar dos aspectos que desarrolla en forma considerable:

Por un lado la tarea educativa, que encara tanto a nivel del Centro como a nivel comunitario, tanto en la ciudad como en la zona rural, definiendo claramente un rol educador de enfermería, que convertirá a la profesión en claro referente a la hora de tratar temas de salud en los diferentes ámbitos comunitarios.
Diploma de reconocimiento por el 100%
de vacunación en Río Negro

Y por otro lado es clave su contribución al desarrollo y aplicación de un plan de vacunación que culminará en 1989 con el reconocimiento de OPS por haber logrado el 100% de niños vacunados.

Permítanme decirles algunas palabras sobre la postura crítica que asume María del Carmen, junto a otras enfermeras del país, cuando el MSP resuelve pasar la vacunación a la Comisión Honoraria de Lucha Antituberculosa. Ella misma nos cuenta: “el hecho parecía irreversible. En biología decimos que un animal cuyo ambiente cambia bruscamente tiene tres opciones: emigra, se adapta o muere. Emigrar o morir equivalía a cerrar el Vacunatorio de los Centros de Salud y muchos departamentos lo hicieron. Quedaba la adaptación.” Fue así que en el Centro de Salud de Young enfermería continuó vacunando, quedando las escuelas y la zona rural a cargo del Centro Tisiológico.

A nivel hospitalario desempeña tareas de anestesia, entre los años 1954-1970. Es auxiliar de radiología, encargada de lencería y despensa; y finalmente desarrolla tareas administrativas conjuntamente con la Jefatura del Departamento de Enfermería.

Es responsable, en múltiples oportunidades, del desarrollo de Cursos de Auxiliares de Enfermería y Servicio, en Young y ciudades vecinas. Al día de hoy, prácticamente el 100% del personal que se desempeña en el Hospital de Young, tanto de enfermería, servicio y administrativo, ha tenido a María del Carmen como formadora.

A partir de 1969 se desempeña como docente de Ciencias Biológicas en el Liceo de Young. Al iniciarse segundo ciclo, se hace cargo de Zoología, Anatomía y Fisiología hasta su jubilación.

Participa en el Programa de Capacitación de la Mujer Rural, realizado a través del Instituto Nacional de Colonización, con el curso de formación de Promotores de Salud.

A nivel gremial, es importante destacar que representa al colectivo de enfermería en la Asamblea del Claustro durante 2 períodos.

Hasta aquí lo que ha sido la vida profesional de María del Carmen. Pero creo importante preguntarnos, como colectivo, que significado tiene la tarea realizada para la enfermería nacional. Y creo, firmemente, que fue muy acertado pensar en ella para el reconocimiento de hoy. 

Qué importante es para nuestro colectivo, reconocer en María del Carmen, la capacidad de desarrollar la profesión, desde un pequeño hospital del interior del país. Esto nos permite afirmar que el interior del país, también existe. Que no estamos “afuera”, sino que estamos muy “adentro” de nuestro Uruguay y desde allí enfermería es capaz de desarrollarse humana y profesionalmente, contribuyendo en forma importante al desarrollo comunitario.

En esta hora, en la que a veces se percibe confusión en el rol del enfermero profesional, con una inclinación a realizar una especie de “marketing” profesional; me parece importante mirar la tarea desarrollada por María del Carmen, no en orden a copiarla, ya que pertenece a un lugar y tiempo determinado; sino para saber que es posible definir claramente nuestra contribución única y diferente al equipo de salud.

Creo, finalmente, que las personas pueden dividirse en dos grupos: los que pasan desapercibidos y los que van dejando huellas en el camino para que otros puedan seguirlas. María del Carmen, sin lugar a dudas, pertenece a este segundo grupo.

Lic. Juan Pablo Apollonia

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