lunes, 14 de julio de 2014

Con el grupo "Encuentro Católico" en Falls Church, Virginia, EE.UU.

 Dios tiene cosas sorprendentes... en noviembre de 2009, pocos meses después de asumir como Obispo de Melo, recibí una llamada de un grupo de la Parroquia San Antonio, en Falls Church, Virginia. Quien hablaba en nombre del grupo era Norma, una joven señora salvadoreña.
El grupo, que se llama "Encuentro Católico", buscaba dónde realizar una misión en Uruguay.
Así comenzó una comunicación que concluyó en que, efectivamente, en enero de 2010 llegaron a nuestra Diócesis cuatro misioneros: Norma, Marta y Fray Manuel, salvadoreños y Carla, boliviana.
Con ellos estuvimos realizando unos días de misión en las parroquias de Santa Clara y Tupambaé, con las Misioneras de Jesús Verbo y Víctima, responsables de la atención pastoral de esas dos comunidades.
Llegamos hasta rincones alejados de la parroquia, como Paso Pereira. Tuvimos encuentros de oración, Misas, Bautismos, momentos recreativos, distribución de ayuda material... pero sobre todo vivimos una experiencia evangelizadora que, como suele suceder, no lo fue solo para quienes nos recibían, sino también para nosotros mismos.
En mayo de 2010, dos MJVV y yo fuimos invitados por "Encuentro Católico" para participar en un gran evento en el que se recaudaron fondos para la siguiente misión. Dimos nuestro testimonio, contando cómo había sido la misión, y escuchamos el nombre del siguiente país de misión: Colombia. Elegido, como lo había sido Uruguay, por sorteo.
Volvimos a Uruguay y mantuvimos contacto con estos hermanos y amigos. El tiempo fue pasando y un día recibí el pedido de un sacerdote que los acompañaba: ayudarlos a encontrar un lugar de misión en Colombia. No parece tan sencillo ese triángulo: USA - Uruguay - Colombia... pero lo fue. La misión se hizo en una parroquia de Medellín, en la que estuvo uno de nuestros sacerdotes colombianos, el P. Fernando. Providencialmente el P. Fernando se encontraba en Medellín en el momento de la misión.
Viajando en estos días a los EE.UU., por diversos motivos, no podía dejar de visitar a estos queridos hermanos.
El viernes celebré la Misa para el grupo, en uno de los salones de la parroquia y luego compartimos la cena.
El sábado a mediodía, boda de una pareja vinculada al grupo.

 

En la noche del sábado, reunión del grupo: un concierto de música de alabanza y luego, mi predicación (y también alguna canción de mi parte).

El domingo, la Misa en la parroquia San Antonio en español, a la una de la tarde. Una gran iglesia, casi llena, y mucha gente a la salida pidiendo una oración o una bendición especial... conversé con muchos de ellos. Salvadoreños, guatemaltecos, peruanos, bolivianos (uruguayos, solo familiares míos que viven en la zona). Situaciones duras, familias separadas por la migración, situaciones precarias, problemas familiares... todo era motivo para una breve conversación y una bendición pidiendo para ellos la fuerza para seguir adelante.
+ Heriberto, Obispo de Melo

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