martes, 11 de agosto de 2015

El espejo de Clara


Clara se miraba al espejo todos los días. Quería verse hermosa... ¿verse? No. Más bien quería ser hermosa para su amado.
Un día le escribió a Inés lo que vivía frente al espejo. Inés era su amiga. Las dos estaban profundamente enamoradas. Clara quería contarle a Inés cómo podía estar más hermosa para su esposo, y le decía:
Mira atentamente a diario este espejo y observa sin cesar en él tu rostro, para que así te adornes toda entera, interior y exteriormente, vestida y envuelta de cosas variadas adornada igualmente con las flores y vestidos de todas las virtudes, como conviene.
El esposo de ambas era el mismo.
"¿Ellas lo sabían?", me preguntó alguien cuando yo estaba haciendo este relato. Sí. Lo sabían. Pero todo estaba bien, porque eran Santa Clara de Asís y Santa Inés de Praga. Y, sí: para ambas Jesús era el esposo amado al que habían entregado toda su vida y todo su amor.
Pero Él también era el Espejo. Y sigue Clara diciéndole a Inés:
En este espejo resplandece la bienaventurada pobreza, la santa humildad y la inefable caridad, como, con la gracia de Dios, podrás contemplar en todo el espejo.
Considera, el principio de este espejo, la pobreza de Aquel que es puesto en un pesebre y envuelto en pañales ¡Oh admirable humildad, oh asombrosa pobreza! El Rey de los ángeles, el Señor del cielo y de la tierra es acostado en un pesebre.
Y en medio del espejo, considera la humildad, al menos la bienaventurada pobreza, los innumerables trabajos y penalidades que soportó por la redención del género humano.
Y al final del mismo espejo, contempla la inefable caridad, por la que quiso padecer en el árbol de la cruz y morir en el mismo del género de muerte más ignominioso de todos.
Pobreza, humildad, caridad: esos eran los adornos que Santa Clara buscaba cada día, contemplando su Espejo: no el que le devolvía su rostro, sino el rostro de Jesús, a quien quería unirse cada día más profundamente.
Y tú, ¿en qué espejo te miras cada día?

Para saber más: los textos de Santa Clara están tomadas de su IV Carta a Santa Inés,
que puedes leer haciendo click en el siguiente enlace:
Carta IV a Santa Inés de Praga
 

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