martes, 24 de mayo de 2016

En los Cien Años del Colegio María Auxiliadora de Melo


¿Qué significa poner una obra bajo el amparo de María Auxiliadora?

Cuentan las crónicas salesianas que, al final de su vida, Don Bosco, ya viejito, celebrando la Misa, solía decir en algún momento “todo lo ha hecho Ella, todo lo ha hecho Ella…”
Esas palabras no venían de un hombre que se hubiera instalado en su silla a esperar que María hiciera todo. Al contrario; era un hombre trabajador, que parecía incansable. Igual que muchos santos antes y después que él, repetía “ya en el Cielo descansaremos”.

Entonces, ¿qué significan esas palabras “todo lo ha hecho Ella”? Esas palabras nacen del corazón agradecido, del corazón que reconoce la obra de Dios realizada a través de María.
Como dice el Salmo, “si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles”. Podemos trabajar mucho, podemos hacer muchas cosas. Podemos sentir que lo hemos hecho todo nosotros, con nuestro talento, con nuestras propias fuerzas… pero sería olvidarnos de lo que somos, como seres humanos.

No hacemos las cosas a partir de la nada. Las hacemos a partir de un mundo creado, un mundo que nos ha sido puesto en las manos para transformarlo: “Dios puso al hombre en el jardín, para que lo cultivara y lo guardara”.

Pero Dios nos ha dado también las capacidades con las que vamos transformando ese mundo recibido. Como lo expresa el sacerdote y poeta José Luis Blanco Vega, Dios nos dice:
“A ti te inventé las manos
y un corazón que no duerme;
puse en tu boca palabras
y pensamiento en tu frente.”
Estar bajo el amparo de María Auxiliadora, la que “hace todo”, nos invita a caminar, a trabajar cada día, a poner en obra nuestras manos, nuestro corazón, nuestro pensamiento, para que esta comunidad educativa del Centenario, siguiendo el camino que otros abrieron, deje también en él su huella para que otros un día puedan continuarlo.

Damos gracias a Dios por las Hijas de María Auxiliadora, que iniciaron esta obra y la llevaron adelante durante muchos años. Demos gracias por quienes más recientemente continuaron esa labor.

Quiero especialmente tener presente a quien era la directora general en 2009, al momento de mi llegada a la Diócesis. Me refiero a Mary Maciel. Y, desde luego, mi agradecimiento a quienes hoy continúan velando por la marcha y el crecimiento de “María Auxiliadora”: Melba, Susana, Guadalupe, María Eugenia y todo el personal docente, administrativo y de servicio. Que puedan vivir cada día de trabajo sintiendo que a través de cada una de ellas y de cada uno de ellos, es María la que está obrando, de modo que todos podamos decir, al final de cada jornada: “todo lo ha hecho Ella”.

+ Heriberto, Obispo de Melo

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