Los Obispos del Uruguay, conmovidos por la situación que vive Venezuela, se unen a las otras voces eclesiales que, desde distintos países de América Latina, manifiestan su solidaridad con el pueblo venezolano, orando para que éste encuentre caminos de paz, justicia y reconciliación, superando la confusión y la violencia que ha seguido a la realización de elecciones. Pensamos con afecto en los muchos venezolanos que viven en nuestro país, de los cuales no pocos frecuentan nuestras parroquias, quienes nos transmiten sus angustias y esperanzas. Recogemos y hacemos nuestras las palabras que los obispos de Venezuela han expresado como pastores: “¡Es Cristo mismo quien sostiene nuestro país! Que el desaliento y la desesperanza no encuentren lugar en la vida del cristiano.” Invitamos a nuestras comunidades a invocar a la Virgen María, Nuestra Señora de Coromoto, patrona del país hermano, para que su manto de Madre abrigue, consuele y ayude a sus hijos e hijas a encontrar caminos de reencuentro.
En el día de ayer, el Consejo Permanente de la CEU recibió
al Dr. Wilder Tayler, de la Institución Nacional de Derechos Humanos y
Defensoría del Pueblo y al Dr. Ricardo Perciballe, fiscal de crímenes de lesa
humanidad, acompañados por Nelson Villarreal, presidente de OBSUR.
Los dos primeros expusieron sus trabajos en lo que concierne a la búsqueda de personas detenidas desaparecidas en el Uruguay, reconociendo el sentir de familiares y de muchos uruguayos que desean que esos restos puedan ser encontrados y sepultados dignamente.
Ambos piensan que muchas personas pueden haber sido testigos tangenciales de enterramientos y, por tanto, estarían en condiciones de facilitar información al respecto.
Al mismo tiempo, son conscientes de que muchas personas tienen temor de hablar.
En distintas oportunidades la Iglesia ha ofrecido la posibilidad de recibir información, a través de los párrocos y de los obispos, guardando el secreto acerca de su origen.
En la asamblea de hoy, recibido, el informe, los Obispos acordaron volver a ofrecer esta posibilidad, buscando contribuir así a la sanación de una herida que sigue abierta en el corazón de nuestro pueblo.
Los dos primeros expusieron sus trabajos en lo que concierne a la búsqueda de personas detenidas desaparecidas en el Uruguay, reconociendo el sentir de familiares y de muchos uruguayos que desean que esos restos puedan ser encontrados y sepultados dignamente.
Ambos piensan que muchas personas pueden haber sido testigos tangenciales de enterramientos y, por tanto, estarían en condiciones de facilitar información al respecto.
Al mismo tiempo, son conscientes de que muchas personas tienen temor de hablar.
En distintas oportunidades la Iglesia ha ofrecido la posibilidad de recibir información, a través de los párrocos y de los obispos, guardando el secreto acerca de su origen.
En la asamblea de hoy, recibido, el informe, los Obispos acordaron volver a ofrecer esta posibilidad, buscando contribuir así a la sanación de una herida que sigue abierta en el corazón de nuestro pueblo.
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