miércoles, 27 de septiembre de 2023

Domingo 1 de octubre, XXVI durante el año. Santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, patrona de las misiones.

Hoy comienza el Mes de las Misiones y este domingo, la parroquia de Juanicó está de fiesta. No es una fiesta patronal más. El 2 de enero de este año se cumplieron 150 años del nacimiento de Santa Teresita del Niño Jesús y el centenario de su beatificación. El 22 de agosto, 200 años del nacimiento de su padre, San Luis Martín. Esta parroquia fue la primera del Uruguay y entre las primeras en América dedicadas a esta santa. Hoy les proponemos una reflexión sobre la vida y la espiritualidad de Santa Teresita, cuyo nombre de bautismo fue “María Francisca Teresa” y su nombre completo como religiosa “Teresa del Niño Jesús y de la Sagrada Faz”.

«Querría anunciar el Evangelio al mismo tiempo en las cinco partes del mundo y hasta las islas más remotas. 
Querría ser misionera, no solo durante algunos años, sino haberlo sido desde la creación del mundo y serlo hasta la consumación de los siglos. Pero, por sobre todo, querría, mi Amado Salvador, derramar mi sangre por ti hasta la última gota... 
El Martirio: he ahí el sueño de mi juventud […] porque no podría limitarme a desear un género de martirio. Para quedar satisfecha me harían falta todos […] 
Jesús, Jesús, si quisiera escribir todos mis deseos, tendría que pedirte prestado tu libro de vida; allí están consignadas las acciones de todos los santos y yo querría haber realizado para ti todas ellas» 

Esto escribió Santa Teresita en su “Historia de un alma”. Quería ser misionera, quería ser mártir… y fue monja carmelita. Parece que no podría haber seguido una vocación más en contradicción con sus deseos. Pero no faltaron mártires entre las carmelitas, como las 17 monjas de Compiègne, durante la revolución francesa (17 de julio de 1794) o más cerca de nuestros días, en la persecución religiosa en España, en 1936 y en la Alemania nazi de 1942, santa Benedicta de la Cruz, cuyo nombre de origen era Edith Stein, de familia judía. No ocurrió nada de esto con Teresita. Ni misionera, ni mártir, sino monja en la clausura del Carmelo. Sin embargo, esa vida escondida tocó y sigue tocando muchos corazones.

Ayer, 30 de septiembre, se cumplieron 126 años de su muerte, a los 24 años. Tan joven… pero con una vida vivida y cumplida plenamente, encontrando su vocación en el corazón de la Iglesia, en el amor a Dios y, según sus palabras, en el amor a las almas que Dios quiso unir a la suya, lo que se fue dando a través de noticias, cartas o visitas. Ella rezaba por todas esas personas: familiares, amistades o completos desconocidos, pero a los que veía necesitados de conocer el amor de Dios y su misericordia.

Ya antes de hacerse carmelita, una de esas personas fue Enrique Pranzini, un hombre que había asesinado a tres mujeres en París y por eso fue condenado a morir en la guillatina. Ella decidió rezar para que se convirtiera antes de ser ejecutado y pudo ver un signo de que, finalmente, Pranzini podría haber llegado al arrepentimiento.

Desde el convento mantuvo correspondencia con sacerdotes misioneros y rezaba por ellos. En 1895 escribió esta oración, que concluye así:

Divino Jesús, escucha la oración que te dirijo por el que quiere ser tu misionero: 
guárdalo en medio de los peligros del mundo, 
y hazle sentir cada día más la vanidad y la nada de las cosas pasajeras 
y la dicha de saber despreciarlas por tu amor. 
Que su sublime apostolado se ejerza ya desde ahora 
sobre los que lo rodean, y que sea un apóstol digno de tu Sagrado Corazón.   

La Misa de la fiesta de santa Teresita tiene lecturas propias. En el evangelio encontramos este pasaje:

«Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo». (Mateo 18, 1-5)

Esta lectura fue elegida en atención a lo que significaron esas palabras en la espiritualidad de santa Teresita: el camino de la infancia espiritual o, como ella lo llamaba, “el caminito”.

Muchas veces habló ella de ese caminito y cómo quería enseñarlo a otros:

Presiento que mi misión va a comenzar, la misión de hacer amar a Dios como yo lo amo, la de enseñar mi caminito a las almas sencillas. 
El caminito de la infancia espiritual, de la confianza y del total abandono. Jesús se complace en enseñarme el único camino que conduce al Amor y este camino es el del abandono del niño que se duerme sin temor en brazos de su Padre.

El abandono en las manos de Dios no significa no hacer nada y quedarse esperando. Al contrario:

En el caminito, hay que hacer cuanto esté en nosotros, dar sin medida, renunciarse continuamente. En una palabra, probar nuestro amor por medio de todas las buenas obras que estén en nuestra mano. Pero, como al fin, esto es bien poco... después de haber hecho todo lo que debíamos hacer, confesémonos "siervos inútiles", esperando que Dios nos dé, por Amor, todo lo que le pedimos.

Los padres de Teresita, Luis y Celia, son también santos. Su canonización fue celebrada por el Papa Francisco en 2015. De sus nueve hijos, cuatro murieron a temprana edad. Sobrevivieron cinco niñas, de las que Teresita era la menor. Todas ellas abrazaron la vida contemplativa: Teresita siguió a María, Paulina y Celina en el Carmelo y Leonia, en cambio, entró en las Salesas. 

Confiemos nuestras familias a la intercesión de esos padres santos y de esa hija santa, para que aprendamos con ellos a vivir en el amor a Dios y a los hermanos y a extenderlo “en las cinco partes del mundo y hasta las islas más remotas” como anhelaba Santa Teresita.

San Francisco de Asís

4 de octubre, San Francisco de Asís, patrono de las parroquias de Joaquín Suárez y Municipio Nicolich; de una capilla en Ciudad de la Costa, parroquia de Solymar y de la capilla de Jaureguiberri, parroquia de La Floresta. Fiesta en los monasterios de las Clarisas franciscanas y capuchinas.

En ese día comienza la asamblea del Sínodo de los obispos, en la que estarán participando tres uruguayos: Mons. Milton Tróccoli, obispo de Maldonado-Punta del Este-Minas, como delegado de la Conferencia Episcopal del Uruguay; el Cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, que integra la secretaría del Sínodo y el laico Leonardo Lima, que será uno de los facilitadores en la dinámica de la conversación espiritual. No dejemos de acompañar con nuestra oración este acontecimiento eclesial.

Fiesta patronal en la parroquia del municipio Nicolich, atendida por los Franciscanos de María. Misa a las 18 horas.

Sábado 7: La parroquia San Francisco de Asís de Joaquín Suárez celebra este día su fiesta patronal, con la Misa a las 17 horas.

En esta semana

Además de la fiesta de San Francisco, tenemos:

  • El lunes 2: santos Ángeles custodios
  • Jueves 5: santa Faustina Kowalska
  • Viernes 6: san Bruno, fundador de los Cartujos.
  • Sábado 7: Nuestra Señora del Rosario

Amigas y amigos, gracias por su atención. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

 

Aniversarios sacerdotal y episcopal de Mons. Heriberto. 27 de septiembre 1986/2003. Homilía.

Young, 27.sep.1986

El sábado 27 de septiembre de 1986, hace 37 años, en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en Young, donde recibí la iniciación cristiana, Mons. Carlos Nicolini, obispo coadjutor de Salto, me impuso las manos y rezó la plegaria de ordenación sacerdotal. La Misa fue presidida por el Obispo de Salto, Mons. Marcelo Mendiharat. Estuvieron también Mons. Raúl Scarrone y varios sacerdotes; entre ellos el P. Lucio, así como fieles de las comunidades de Paso Carrasco y Aires Puros, las dos parroquias donde hice práctica pastoral en el tiempo de seminario y de Fray Bentos, la parroquia donde fui ordenado diácono y donde yo ya estaba en servicio.

Salto, 27.sep.2003

El sábado 27 de septiembre de 2003, hace 20 años, en la catedral de Salto, numerosos obispos y sacerdotes se hicieron presentes junto a fieles de toda la diócesis del noroeste para mi ordenación episcopal. Mons. Daniel Gil Zorrilla, Obispo de Salto presidió la celebración. Junto a él fueron obispos consagrantes principales Mons. Mendiharat, Obispo emérito de Salto y Mons. Carlos Collazzi, obispo de Mercedes -que anteayer pasó a ser obispo emérito- quien era entonces presidente de la Conferencia Episcopal del Uruguay.

San Vicente de Paúl se convirtió así en patrono de esas dos ordenaciones. Cuando tuve la oportunidad, fui a visitar su tumba, en París, muy cerca del santuario de la Virgen de la Medalla Milagrosa. Hoy, gracias a un detalle que ha tenido conmigo Mons. Sanguinetti, tenemos con nosotros una reliquia de este gran santo que luego vamos a venerar.

Las lecturas que hemos escuchado son las que corresponden al día de hoy, miércoles de la vigésimo quinta semana durante el año.

La primera lectura, del libro de Esdras (Esdras 9,5-9) y, en el evangelio, el relato del envío de los Doce (Lucas 9,1-6) me parecieron muy sugestivas para esta celebración.

El pasaje de Esdras se inicia con una fuerte y angustiosa súplica en que el sacerdote pide perdón a Dios por los pecados de su Pueblo y por sus propias faltas, reconociendo que ese alejamiento del Señor los ha llevado a la situación de grave crisis que han atravesado. Una crisis que pareció terminal, que podría haber llevado al pueblo de Dios a su extinción: fueron invadidos, el templo fue destruido y todos los jóvenes fueron llevados en exilio a Babilonia.

Pero aquel imperio que los conquistó, ahora ha caído y un nuevo rey los trata con benevolencia, les ha permitido el regreso a su tierra y les está facilitando la reconstrucción del templo.

En su sufrimiento, Esdras no se pone en la actitud de “víctima” que tantas veces vemos hoy. No le reclama nada a Dios ni a nadie y, en cambio, asume la responsabilidad de su pueblo: esto sucedió “a causa de nuestras iniquidades”, reconoce el sacerdote.

Pero por sobre todo eso, Esdras resalta la fidelidad de Dios. 

Dios está detrás de esa nueva situación. Esa decisión benévola del rey viene de Dios.

La actitud de Esdras puede invitar a cada uno de nosotros -y me invita a mí, personalmente- a pedir perdón por mis faltas y a mantener la conciencia de mi propia fragilidad; a no dejarme envolver por las urgencias de la agenda y a reconocer cada día lo que Dios me está dando y, a través de ese don, lo que me está pidiendo, lo que espera de mí. Al final de cada día necesito preguntarme, más allá de que si lo que he hecho ha sido el bien, preguntarme si realmente he hecho el bien que debía hacer hoy.

Como les recordaba en la carta que escribí hace poco, al suspender la fiesta diocesana e invitar al jubileo de Santa Teresita, este ha sido un año muy intenso, en el que tenemos mucho que agradecer al Señor. Y el año no ha terminado y vamos a vivir otros acontecimientos que nos alegran y nos dan esperanza, como las cuatro ordenaciones diaconales que se anuncian.

Al mismo tiempo, no dejamos de ver problemas para sostener la vida de la Iglesia, no solo aquí, sino en el Uruguay y en el mundo, empezando por el número, la edad y la salud de los sacerdotes, pero también las dificultades de subsistencia de algunas comunidades religiosas. 

Los años de pandemia tuvieron efectos que continúan pesando sobre todo en las comunidades parroquiales más envejecidas, a las que muchos fieles mayores ya no volvieron.

Frente a todo eso, recordemos siempre que Dios es fiel y mantengamos los ojos fijos en Jesús, iniciador y consumador de nuestra fe (cf. Hebreos 12,2).

A Él va nuestra súplica, en medio de cualquier tempestad: “¡Señor, sálvanos!” (cf. Mateo 8,25).

En mi ordenación sacerdotal se leyó un pasaje de la segunda carta de san Pablo a los Corintios, ése que comienza diciendo “llevamos este tesoro en vasos de barro” (II Corintios 4,7). Releyéndolo, años después, encuentro estas palabras, con las que a veces me he sentido muy identificado y que recuerdo a menudo, porque me dan ánimo:

“Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; 
perplejos, pero no desesperados;
perseguidos, pero no abandonados; 
derribados, pero no aniquilados” (4,8-9)

Eso dice Pablo, que sabe bien que no será abatido ni aniquilado, no porque él confíe en sus propias fuerzas sino en “este poder extraordinario [que] no procede de nosotros, sino de Dios” (4,7).

Pero como si eso no bastara, junto al Señor, tenemos a su Madre, aquí bajo la advocación de nuestra Señora de Guadalupe, que nos recuerda “¿no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”. Todo dicho.

Finalmente, volvamos a escuchar las palabras de Jesús en el envío de los Doce. “Los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos”. La misión esta en el corazón de la Iglesia. El próximo domingo, con la fiesta de Santa Teresita, comienza el mes misionero. El envío de Jesús nos recuerda que el anuncio más eficaz es el que se hace presencialmente, dando testimonio de palabra y de obra, presencialmente. Todos los otros medios son una ayuda importante, pero para compartir nuestra fe con el prójimo no necesitamos “ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas”, como dice Jesús.

Muchos añoran, y yo también, a veces, tiempos en que eran muy numerosos los niños de catequesis, los adolescentes, los jóvenes y los fieles presentes en la Eucaristía. Notemos esto que dice Esdras: “el Señor, nuestro Dios, nos ha concedido la gracia de dejarnos un resto de sobrevivientes”. 

Esdras no se lamenta de que los fieles sean poquitos, “un resto de sobrevivientes”; ante todo, ve ese resto como una gracia que el Señor les ha concedido.

Así, la Palabra de Dios nos llama a reconocer el valor único de cada persona que se acerca a la comunidad: de cada niño, de cada adolescente, de cada joven, de cada persona mayor… de quien sea. Cada persona que participa en la comunidad, o que se acerca a ella, o que nos recibe cuando vamos a su encuentro… cada una de esas personas es un don de Dios. Y cuando se trata de los pobres, cada uno de ellos es presencia de Jesús mismo, que nos dice “tengo sed”.

 Vale la pena tomarnos el tiempo para recibir, escuchar y dar lugar. El documento de trabajo para la asamblea del sínodo de los Obispos que comienza en octubre nos dice, citando a Isaías “ensancha el espacio de tu tienda” (Isaías 54,2). La verdad es que, normalmente, espacio -espacio físico- tenemos de sobra: hay muchos lugares en nuestras iglesias, donde en otras épocas alguna gente participaba en la Misa parada en la puerta, porque no había más lugar. 

Sin embargo, el espacio que siempre tenemos que ensanchar es el de nuestro corazón, para que cada persona que busca en Dios y en la Iglesia consuelo y sanación encuentre abrigo y cobijo bajo el manto de la Madre.

Concluyamos junto con el cántico de Tobit alabando al Señor y renovando en Él nuestra confianza. 

Exaltemos al Señor ante todos los vivientes: 
“porque él es nuestro Señor, nuestro Dios y nuestro Padre, él es Dios por todos los siglos” 
(Tobías 13,4) 
Amén.

martes, 26 de septiembre de 2023

Mons. Luis Eduardo González Cedrés, nuevo Obispo de Mercedes

El Papa Francisco designó hoy (26 de septiembre de 2023) obispo de la Diócesis de Mercedes (Soriano y Colonia) a Mons. Luis Eduardo González Cedrés, hasta ahora obispo titular de Thugga y auxiliar de la Arquidiócesis de Montevideo. 

Mons. González tiene 51 años, ingeniero de sistemas de profesión. Oriundo de la Diócesis de Maldonado-Punta del Este (hoy parte de la nueva Diócesis de Maldonado-Punta del Este-Minas). Desde 2017 hasta 2022, fue Rector del Seminario Interdiocesano Cristo Rey. 

El 11 de mayo de 2018, el Papa Francisco lo nombró Obispo titular de Thugga y Auxiliar de la Arquidiócesis de Montevideo y fue ordenado el 17 de junio de 2018. Durante estos años, se desempeñó como Vicario General, Responsable del Diaconado Permanente y de la Vida Consagrada Arquidiocesana.  

En la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU) Mons. González ha servido en diferentes departamentos: desde 2018 y hasta la fecha es el Presidente del Departamento de Liturgia y del Departamento de Vocaciones y Ministerios (DEVYM). 

El nombramiento del Obispo de Mercedes fue comunicado hoy por la Santa Sede a las 12 horas de Roma (7 horas de Uruguay). Iniciará su ministerio pastoral en la Diócesis, el Domingo 26 de noviembre de 2023, Solemnidad de Cristo Rey, en la Catedral Nuestra Señora de las Mercedes (Mercedes) a las 18 horas. 

Con este nombramiento, el episcopado uruguayo queda conformado por un arzobispo, ocho obispos titulares y ocho obispos eméritos. 

Diócesis de Mercedes 

La Diócesis de Mercedes comprende los departamentos de Colonia y Soriano. 

El 17 de diciembre de 1960, el Papa S. Juan XXIII creó la Diócesis de Mercedes, separando el departamento de Soriano de la Diócesis de Salto y el departamento de Colonia de la Diócesis de San José. Mons. 

Enrique Cabrera Urdangarín fue el primer obispo (1961-1974); lo siguió como Administrador Mons. José Gottardi en un breve lapso en 1974 (era auxiliar desde 1972); Mons. Andrés María Rubio (1975-1995) y Mons. Carlos María Collazzi (1995-2023). 

La Diócesis tiene un territorio de 15.114 Km2 y comprende los departamentos de Soriano y Colonia. Soriano con una población de 82.595 habitantes y Colonia 123.203 habitantes (INE. Censo 2011). 

Cuenta con 16 parroquias, 10 sacerdotes diocesanos, 7 religiosos, 17 diáconos permanentes y varias congregaciones religiosas masculinas y femeninas.

sábado, 23 de septiembre de 2023

Dios a la una: la canción, su autor y su historia.


Esta canción, con letra y música de Daniel Altamirano, cantautor argentino, grabada inicialmente con el trío Los de Siempre, me ha acompañado desde que la aprendí, y no he dejado de cantarla, porque expresa algo que mucha gente siente, a veces un poco dormido, pero que puede despertar: el deseo del Encuentro con Dios.
Hace ya algunos años, el P. Jorge Techera, a quien conozco desde su época de asesor de la Pastoral Juvenil nacional y de la Arquidiócesis de Montevideo (Semana Santa de 1975, más concretamente) me pidió que la grabara "para pasarla alguna vez en Radio Oriental", radio de la Arquidiócesis que él dirigía en ese momento.
La grabé y, para mi sorpresa, al tiempo descubrí que, todas las noches, a la una de la mañana, radio Oriental ofrecía a sus oyentes mi versión de "Dios a la una".
Me contó también el P. Jorge que, una vez, alguien envió un mail diciendo algo así como "bueno, la canción es linda, pero ¿por qué no cambian cada tanto?". Después de leer ese mail al aire, llegaron muchos otros, de distintos lugares del mundo, pidiendo que "ni se les ocurra sacar la canción". Y allí quedó.
Me he encontrado con gente que la escucha casi todas las noches, y que no sabía quién era el que la cantaba...
Todo muy lindo, sobre todo si nos ayuda a vivir un encuentro con el Señor, que siempre nos está buscando, aunque uno esté "tan ocupado últimamente".

Esta es la letra:

Dios a la una

Dios, desde la noche de mi ayer;
Dios, en el aroma que no hallé;
Dios, en la sonrisa que encontré;
Dios, allá en el niño que no fue.

Dios, desde la infancia hasta crecer;
Dios, cuando perdí a los que amé;
Dios, cuando lloraba sin saber,
siempre, sin llamarte, te encontré...

No sé en qué calle me dirás "¡Buen día!
Ah... cuánto tiempo que no estamos juntos".
Yo te diré: "Estoy tan ocupado últimamente...
¿y si te arrimas esta noche a casa,
así charlamos y cenamos juntos?"

Dios, esta noche cenaremos juntos;
habrá buen vino y estará en la mesa
lo más querido de mi vida entera
y algún recuerdo que golpeó a mi puerta.
Dios, esta noche cenaremos juntos;
no tardes tanto que la vida apura;
no tiene tiempo y partirá a la una.

Sabes de mí lo que de Ti no supe nunca;
tal vez no pregunté o todos me engañaban;
pero sé que tu Nombre me recuerda hoy
a un milagro que se ha quedado a oscuras
en nuestro corazón.

[Dios, esta noche cenaremos juntos;
no tardes tanto que la vida apura;
no tiene tiempo y partirá a la una.]bis

Dios, no te olvides: la mesa estará puesta
con flores y mantel blanco;
y en la puerta, el barullo de los chicos jugando.
Dios, ¡eh, Dios! espera... no te olvides:
esta noche, a la una.

Letra y música: Daniel Altamirano


Y si quieren escuchar Radio Oriental, de la Arquidiócesis de Montevideo, vayan a esta dirección:
http://www.oriental.com.uy/ y hagan click sobre "radio en vivo".
La canción tiene aún más historia...
  • A fines de los 70, un autor minuano escribió una obra de teatro, que se estrenó en la Casa de la Juventud, inspirada en la letra de la canción.
  • Un sacerdote de la Diócesis de Salto, el P. Francisco "Pancho" Romero escribió otra letra para la música de Altamirano. Hace poco me la alcanzaron, y pronto espero compartirla con Uds.

viernes, 22 de septiembre de 2023

“Los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos” (Mateo 20,1-16a). Domingo 25o. durante el año.

El departamento de Canelones, en el Uruguay, es, tradicionalmente, tierra de viñedos. En el tiempo de la vendimia, muchas personas llegan buscando trabajo. El evangelio de hoy nos trae una escena de ese momento del año, pero en los tiempos y en la tierra de Jesús. Los hombres que buscaban trabajo en la cosecha de las uvas no iban por los viñedos, sino que se ubicaban en lo que hoy sería una plaza, esperando a los propietarios, que se acercaban allí para contratarlos.

La parábola que cuenta Jesús nos habla de uno de esos patrones que comenzó contratando muy temprano y prometió a los obreros el pago de un denario, moneda de plata con la que se pagaba el jornal.

A medida que pasaron las horas, el propietario buscó más mano de obra y volvió, al mediodía y a media tarde, a contratar más jornaleros. Al final del día, cuando ya no parecía útil o necesario agregar nuevas fuerzas, aún así, el dueño de la viña volvió a salir:

Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: "¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?" Ellos le respondieron: "Nadie nos ha contratado". Entonces les dijo: "Vayan también ustedes a mi viña" (Mateo 20,1-16a).

Creo que todos conocemos el desconcertante final de esta parábola: el propietario indicó a su mayordomo que pagara los jornales, empezando por los últimos y terminando por los primeros.

Éstos vieron que a todos se les pagaba un denario, como se les había prometido a ellos. Al ver eso, pensaron que se les daría algo más, pero recibieron lo mismo: un denario.

Y al recibirlo, protestaban contra el propietario, diciendo: "Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada" (Mateo 20,1-16a).

El propietario le respondió a uno de ellos:

"Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos tratado en un denario? Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti. ¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?" (Mateo 20,1-16a).

Como conclusión, Jesús añade:

«Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos» (Mateo 20,1-16a).

Hay un himno que se reza o canta en la oración de vísperas que, poéticamente, nos da una interpretación de esta parábola:

Al romper el día nos apalabraste.
Cuidamos tu viña del alba a la tarde.
Ahora que nos pagas, nos lo das de balde,
que a jornal de gloria no hay trabajo grande. (1)

Dios es el amo de la viña. La viña es su Pueblo. ¿Quiénes son los viñadores, los que dicen “cuidamos tu viña”? Podríamos pensar que son los que tienen responsabilidades dentro de la Iglesia… agentes pastorales, ministros, diáconos, sacerdotes, el obispo… desde luego, sí, se aplica a nosotros; pero se aplica a todos los que participamos en los trabajos de Dios, en el trabajo por su Reino, en el anuncio del Evangelio, en el servicio de la caridad… Allí entramos -o por lo menos tendríamos que entrar- todos los bautizados, participando en la misión de todo el Pueblo de Dios.

A la hora en que Dios nos paga a sus obreros, dice este himno “[Ahora que nos pagas] nos lo das de balde”, es decir, por nada. Entonces, uno podría preguntarse ¿es que no vale nada todo lo que he hecho? Esa es la pregunta de los obreros de la primera hora: ¿por qué nos das lo mismo, si laburamos todo el día e igual cobramos un denario?

Esa pregunta puede hacerse… hasta angustiosa para quienes sienten que han entregado a Dios la vida, que han tratado de tener siempre una conducta honesta, haciendo el bien y, de repente, se encuentran con situaciones muy dolorosas de enfermedad o pérdida trágica de seres queridos… Entonces, la pregunta es “¿de qué sirve todo lo que hice, si ahora me pasa esto?”.

En realidad, esa pregunta no suele hacérsela la persona verdaderamente creyente, porque confía en Dios a pesar de lo que pueda estarle pasando… es más bien el comentario malicioso que sufre el salmista:

Los que me ven, se burlan de mí,
hacen una mueca y mueven la cabeza, diciendo:
«Confió en el Señor, que él lo libre;
que lo salve, si lo quiere tanto». (Salmo 22,8-9)

Este es el salmo que reza Jesús en el abandono de la cruz, ante la burla de los que lo rodean.

Quien no tiene ni fe ni esperanza ve en esto el final y el sufrimiento como última retribución, como diciendo: “Mirá cómo le paga Dios todos sus servicios. Confió en Dios y ahí lo tenés, clavado en la cruz”.

Pero no es ése el jornal que paga el Padre.

El himno que citamos hace un momento habla de “jornal de gloria”. Esa es la retribución que recibimos… y la recibimos de balde, gratuitamente; porque ningún trabajo que hagamos para Dios es lo suficientemente grande para que merezcamos lo que Dios quiere regalarnos. Eso es lo que significa “a jornal de gloria no hay trabajo grande”.

Pero entonces… ¿por qué trabajar en la viña? ¿por qué esforzarnos en la misión? Recordemos otro diálogo que encontramos en el evangelio de Lucas:

“Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos…” (Lucas 15,29-32)

Es el reproche que le hace el hermano mayor al Padre que ha hecho fiesta para celebrar el regreso del hermano menor, el hijo pródigo. ¿Qué le responde el Padre?

"Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo.” (Lucas 15,29-32)

“Tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo”. “¿No ves que ya te he dado todo?

El deseo de trabajar en las obras de Dios no viene -o, por lo menos, no debería venir- por la búsqueda de una recompensa, sino a partir del encuentro con el amor de Dios manifestado en Jesús, que nos lleva al Padre. “Hijo mío, hija mía, tú estás siempre conmigo; ya has recibido mi amor, mi misericordia, ya me tienes a mí…” Ahora vive, trabaja, reza, ama; sobre todo: ama; como aquel que ha conocido mi amor y no puede ya hacer su vida sin mí, sin guardar mis mandamientos.

Noticias

El sábado 16, en la parroquia de Sauce, se reunió el Oficio Catequístico Diocesano, con delegados de las parroquias, compartiendo logros y dificultades en el camino de la catequesis y con el compromiso de ser “puentes” entre las comunidades y dentro de ellas.

Ese mismo sábado estuvieron de retiro los diáconos permanentes y los candidatos al diaconado. Tres de ellos serán ordenados este año: 4 de noviembre, José Arquímedes González, en la capilla Nuestra Señora del Luján, Parque del Plata; 3 de diciembre, Piero Garrone, en la parroquia San Antonio de Las Piedras y 17 de diciembre, Marcelo Villalba, en la parroquia San Francisco de Asís, en Joaquín Suárez. 

También será ordenado diácono, pero en su camino hacia el sacerdocio, el seminarista Sergio Genta. Esto será el domingo 10 de diciembre en la parroquia de Santa Rosa, a las 18 horas.

En esta semana

Este domingo 24 la parroquia San Adolfo en El Dorado, ciudad 18 de Mayo, celebra su fiesta patronal. Misa a las 10 horas.

Del jueves 28 al domingo primero se estará realizando el Cursillo de Cristiandad de Hombres. Tengámoslo presente en nuestras oraciones.

Desde el viernes, la parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, en Juanicó, estará de fiesta patronal, en el sesquicentenario del nacimiento de la santa. Las celebraciones culminarán el domingo 1 de octubre. A las 9:30: procesión desde la capilla María Auxiliadora hasta el templo parroquial, donde será la Misa.

Santos de la semana:

Lunes 25. Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás.

Martes 26. Santos Cosme y Damián, mártires del siglo III.

Miércoles 27. San Vicente de Paúl, presbítero. Entregado en París al servicio de los pobres, veía el rostro del Señor en cada persona doliente. 
Ese día nuestro obispo Heriberto celebra doble aniversario de ordenaciones: sacerdotal en 1986 y episcopal, en 2003. Misa en la Catedral a las 18 horas, seguida de una convivencia en el salón parroquial.

Jueves 28. San Wenceslao, mártir y San Lorenzo Ruiz y compañeros, mártires en Filipinas.

Viernes 29. Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.

Sábado 30. San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia. Con especial dedicación tradujo y explicó la Palabra de Dios.

Domingo primero de octubre: Santa Teresa del Niño Jesús, o Santa Teresita, virgen y doctora de la Iglesia, patrona de las misiones.

Gracias, amigas y amigos por su atención. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

 

lunes, 18 de septiembre de 2023

Oraciones por la próxima asamblea del Sínodo de los Obispos.

El miércoles 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, se iniciará en Roma la primera sesión de 16a asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos, que ha sido convocada para el tema "Por una Iglesia sinodal: comunión, participación, misión". Este encuentro ha sido precedido por una larga preparación con participación de los fieles católicos e incluso la escucha a personas que no participan en la comunidad eclesial.

Tres uruguayos estarán participando de este encuentro: Mons. Milton Tróccoli, obispo de Maldonado-Punta del Este-Minas, como delegado de la Conferencia Episcopal del Uruguay; el Cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, que integra la secretaría del Sínodo y el laico de Montevideo Leonardo Lima Gorosito, que fue llamdo a ser uno de los facilitadores en la dinámica de la conversación espiritual.

El Sínodo de los Obispos fue creado por San Pablo VI después del Concilio Vaticano II. En su pontificado y en los sucesivos, esta asamblea ha tratado importantes asuntos. En todos ellos hubo una consulta previa al Pueblo de Dios.

La asamblea de este año se inicia con una novedad: un retiro espiritual de tres días, predicado por una abadesa benedictina y un fraile dominico. En las sesiones se utilizará la metodología de la "conversación espiritual", que se realiza con pasos bien definidos y tiene la finalidad de ayudar a escuchar lo que el Espíritu pide a la asamblea, a través de la escucha mutua y el discernimiento sobre lo escuchado.

El Secretario General del Sínodo, cardenal Mario Grech, invitó a interceder por este evento que “es ante todo un acontecimiento espiritual”. Con esa intención y de acuerdo con el Dicasterio para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, se facilitan tres recursos:

1) Oración universal con intercesiones para un día de la semana
2) Oración universal con intercesiones para la misa dominical
3) Bendición al final de la misa

1) Oración de los fieles: intercesiones para un día de la semana

Esta propuesta de oración de intercesión puede utilizarse en un día de la semana, ya sea como Oración de los fieles en la Celebración Eucarística o como intercesión en las Vísperas. Es la oración que puede escucharse en el vídeo presentado arriba, con subtítulos para ayudar a la oración personal.

Al Espíritu Santo, Creador y Señor de la Iglesia, que la guía a través de los tiempos y mansamente la impulsa siempre hacia adelante, dirigimos nuestra súplica:

¡Ven, Tú que siempre haces nuevas todas las cosas! 

Ven, Espíritu Santo, alma de la Iglesia: reúne en la unidad y haz fructificar el esfuerzo, la esperanza, el deseo de cada uno de los que se dedican a la Asamblea del Sínodo de los Obispos, te invocamos:

Ven, suave Soplo de Dios, que en Jesús reavivas la llama apagada, devuelves el vigor a la caña resquebrajada, te invocamos:

Ven, Espíritu Creador, que revives los huesos marchitos, reúnes a los dispersos, pones en diálogo lenguas que no se reconocen, te invocamos:

Ven, Fuego ardiente de Dios, que purifica todo pensamiento vano, quema y transforma toda tristeza en la alegría de un nuevo nacimiento, te invocamos:

Ven, Belleza de los pequeños y de los pobres, edifica la bella esposa del Cordero, a través de las lágrimas de aquellos que aman la paz y tienen hambre de justicia, te invocamos:

Ven, perdón de Dios, y conviértenos a tu aliento reconciliador para una nueva fraternidad, te invocamos:

Ven, Sabiduría inaccesible, y llena con tus dones a los sinodales, te invocamos:

Ven, infalible Esperanza de la Iglesia, y suscita sueños y deseos según el corazón de Dios, lo que al ojo humano parece imposible, te invocamos:

2) Oración de los fieles: intercesiones para la Misa dominical

Para los domingos del tiempo ordinario: XXV (24 de septiembre) y XXVI (1 de octubre), que preceden a la apertura de la Asamblea sinodal, proponemos algunas intenciones para la Oración Universal: 

– Por la Iglesia, en vísperas de una nueva etapa del camino sinodal, para que la presencia viva y operante del Evangelio haga de ella, como de la viña de la parábola, un lugar vital en el que todos los hombres y mujeres que esperan  encontrar un sentido para la vida, encuentren lugar, palabra, aliento de  esperanza, oremos:

– Por los obispos y todos los participantes en la Asamblea sinodal, para que de la escucha del Espíritu Santo surjan propuestas, a fin de que todo el Pueblo de Dios, en una dinámica de comunión, se sienta realmente partícipe de la vida de la Iglesia y sea testimonio vivo y atractivo de la novedad del Evangelio en el mundo, oremos:

– Por los teólogos: que un don de sabiduría y de revelación acompañe su contribución a los trabajos del Sínodo, para que el don de la fe se haga vida en todo el Pueblo de Dios, oremos:

– Por los jóvenes, buscadores de verdad y de testimonio, de concreción y de espiritualidad, para que gracias al camino sinodal se sientan cada vez más implicados en la vida y en la misión de la Iglesia en medio de los desafíos del mundo de hoy, dando a muchos, con el entusiasmo propio de su edad, la esperanza que brota del encuentro con Jesús, oremos:

– Por nosotros, aquí reunidos, en comunión con las comunidades cristianas de todo el mundo: para que, gustando la bondad del Señor que viene al encuentro de cada uno en el cuerpo y la sangre de Jesús, recibamos de Él una mirada nueva sobre el prójimo y seamos testigos de gratuidad en el mundo en que vivimos, oremos:

3) Domingo XXVI durante el año, 1 de octubre de 2023. Bendición al final de la Misa.

(Adaptación de la Diócesis de Canelones)

Sacerdote: 

Hermanos y hermanas, Jesús prometió que vendría en medio de sus discípulos reunidos en su nombre. En los próximos días, el Papa Francisco abrirá en Roma la primera sesión de la decimosexta Asamblea general del Sínodo de los Obispos. Invocando la bendición del Señor, elevamos nuestra mente a Dios para que, con el favor del Espíritu Santo, nos fortalezca en la comunión, nos conduzca a toda la verdad e ilumine sin cesar a los participantes en la Asamblea sinodal.
En este domingo primero de octubre, mes misionero, recordamos a Santa Teresita del Niño Jesús, patrona de las misiones y recibiremos la bendición para los enviados a anunciar el Evangelio.

S. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.

S. Dios, que en Cristo ha manifestado su verdad y su amor, les haga mensajeros del Evangelio y testigos de su amor en el mundo.
R. Amén.

S. Jesús, el Señor, que prometió a su Iglesia que estaría con ella hasta el fin del mundo, dirija sus pasos y confirme sus palabras. 
R. Amén.

S. El Espíritu del Señor esté sobre ustedes, para que, recorriendo los caminos del mundo, puedan anunciar el Evangelio a los pobres y sanar los corazones desgarrados.
R. Amén.

S. Y a todos ustedes, que están aquí presentes, les bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo ✠ y Espíritu Santo.
R. Amén

sábado, 16 de septiembre de 2023

“¿Cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano?” (Mateo 18,21-35). Domingo 24o. durante el año.

“Me dijo de todo, delante de todo el mundo”… Cuando alguien nos dice eso, o cuando lo dice uno de nosotros, hay un sobreentendido: ese “de todo” es “de todo” menos “lindo”.

Dice el diccionario que ofender es humillar o herir el amor propio o la dignidad de alguien, o ponerlo en evidencia con palabras o con hechos. Tal cual.

Hace muchos años, yo estaba en una capilla, en una reunión de catequistas, cuando, de pronto, apareció una señora en la puerta del salón y sin saludo ni aviso previo, se dirigió a una de las presentes “diciéndole de todo, delante de todo el mundo”. Eran dos hermanas y el reproche de la recién llegada tenía que ver con que ella estaba sola para cuidar a la madre, que tenía demencia senil y la otra hermana, al parecer, no la ayudaba para nada pero tenía tiempo para pasarse metida en la Iglesia. La catequista se quedó muda y su hermana se fue tan repentinamente como había llegado.

Días después, la catequista fue a verme y me dijo que sí, que su hermana tenía razón, pero que, después de todo lo que le había dicho, ella tenía miedo de ir por su casa. Yo la animé a que fuera. Lo hizo y lograron entenderse.

“¿Cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano?” es la pregunta que le hizo Pedro a Jesús.

Pensando en situaciones como la que acabo de contar, creo que tendríamos que preguntarnos cuántas veces tenemos que perdonarnos entre hermanos, porque las ofensas se cruzan.

Es fácil presentarnos como víctimas, contando las cosas terribles que otros nos hicieron… pero en nuestro relato muchas veces nos olvidamos de las que hicimos nosotros.

La pregunta de Pedro no es nada teórica. No es sobre el perdón en general: es el perdón “al hermano”, que puede ser el hermano de sangre o de comunidad, o una persona muy cercana: amigo, compañero de trabajo, vecino… pero escuchemos la pregunta completa:

«Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?» (Mateo 18,21-35)

Pedro propone un límite contabilizable: siete veces. Aunque no parezca, es un límite generoso. El número siete, en la Biblia, expresa una perfección. Los maestros del tiempo de Jesús consideraban que tres veces era suficiente. Seguramente eso se refería a ofensas graves, no a pequeños problemas cotidianos… pero recordemos que la relación cercana y el afecto entre las personas agrava cosas a las que no se daría la misma importancia si vinieran de un desconocido.

La respuesta de Jesús, a pesar de que es numérica, se escapa de lo contable:

«No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete» (Mateo 18,21-35)

Esto puede responder también a algo que aparece en el libro del Génesis. Allí encontramos un personaje muy ofendido y muy vengativo. Se trata de Lamec, hijo de un tataranieto de Caín,  que dice así:

«Yo maté a un hombre por una herida, y a un muchacho por una contusión.
Porque Caín será vengado siete veces, pero Lamec lo será setenta y siete».
(Génesis 4,23-24)

Jesús toma esos números de desproporcionada venganza y los transforma en números de desbordante perdón. En esa dinámica, ya no es posible llevar la cuenta. Eso es lo que nos dice san Pablo, en su himno de la Caridad:

El amor no lleva cuentas del mal. (1 Corintios 13,5)

Sin embargo, las cuentas aparecen cuando seguimos leyendo el evangelio de este domingo.

El Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. (Mateo 18,21-35)

Arreglo de cuentas, que puede llegar hasta los macabros “ajustes de cuentas” que nos estremecen hoy…

Ante el rey llega el primer deudor:

Le presentaron a uno que debía diez mil talentos. (Mateo 18,21-35)

Un talento es ya una cantidad enorme de dinero. Diez mil talentos serían hoy muchos millones de dólares. Una deuda impagable.

Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: "Dame un plazo y te pagaré todo". El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda. (Mateo 18,21-35)

Nos fuimos de 70 veces 7 a diez mil talentos. Jesús quiere mostrar la inmensidad del perdón de Dios. Pero ese perdón ha de ser correspondido, lo que, tristemente, no ocurrió en ese caso:

Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: "Págame lo que me debes". El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: "Dame un plazo y te pagaré la deuda". Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía. (Mateo 18,21-35)

Cien denarios equivalen a cien jornales. No es una cantidad menor para quien vive al día, como, posiblemente, era el caso de este segundo deudor. Pero el primero, que fue perdonado por una suma incomparablemente mayor, no tuvo compasión del compañero que le imploró con las mismas palabras que él había dicho ante el rey.

Esa actitud tan chocante, no escapó a la mirada de sus compañeros, que lo contaron al rey.

Éste lo mandó llamar y le dijo: "¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?" E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía.
Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos. (Mateo 18,21-35)

Todo esto lo resume la petición que encontramos en el Padrenuestro: “perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. O como dice en en el evangelio de Mateo:

“perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores” (6,12).

El perdón es un gesto de amor, que puede no ser correspondido. El domingo pasado el evangelio nos mostraba el procedimiento de la corrección fraterna que busca, ante todo, recuperar al hermano que ha tenido una conducta ofensiva.

La parábola que Jesús relata quiere hacernos ver que, a causa de nuestras faltas, nuestra deuda con Dios es enorme; al mismo tiempo nos muestra la grandeza del amor de Dios y su perdón que se desborda para cubrir todas nuestras deudas… Es muy difícil perdonar para quien no se descubre “deudor” ante Dios y se cree únicamente “acreedor” ante los demás… e incluso ante el mismo Dios. No vivamos alimentando rencores y deseos de venganza. No dejemos que nuestro corazón se oscurezca. Que nos ilumine el perdón de Dios, para que podamos también nosotros perdonar de corazón.

Noticias

Del 4 al 8 de septiembre tuvimos los Ejercicios Espirituales del clero de Canelones, que fueron orientados por el P. Leonardo Risso, párroco de José Batlle y Ordóñez, Lavalleja.

El sábado 9 de septiembre la parroquia San Miguel de Los Cerrillos se vistió de fiesta para celebrar las Bodas de Oro sacerdotales del P. Lucio Escolar, que recibió el sacramento del Orden en esa Iglesia.

El 13 de septiembre celebraron sus Bodas de Plata sacerdotales los PP. Renzo Siri y Humberto Marichal. Por la mañana, el P. Renzo visitó a su compañero, que reside en el Hogar Sacerdotal y en la tarde presidió la Misa en la Catedral. 

En esta semana

  • Martes 19: Beatas Dolores y Consuelo Aguiar-Mella Díaz nacidas en Montevideo, mártires durante la persecución religiosa en España.
  • Miércoles 20: San Andrés Kim y compañeros mártires de Corea.
  • Jueves 21: San Mateo, apóstol y evangelista
  • Sábado 23: San Pío de Pietrelcina

Gracias, amigas y amigos por su atención. Que los bendiga Dios Todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén. 

domingo, 10 de septiembre de 2023

P. Lucio Escolar. Bodas de Oro Sacerdotales. 9 de septiembre (1973-2023)

Celebración Eucarística con Motivo de las Bodas de Oro Sacerdotales (9 de septiembre 1973-2023) del P. Lucio Escolar Monjas, misionero español en la Diócesis de Canelones.

La Parroquia San Miguel Arcángel, en Los Cerrillos fue el lugar donde hace 50 años Lucio Escolar fue ordenado sacerdote por Mons. Orestes Nuti.

Presidió la Santa Misa el Obispo de Canelones, Mons. Heriberto Bodeant y concelebraron, además del homenajeado, los Obispos eméritos Mons. Alberto Sanguinetti y Mons. Orlando Romero, así como varios sacerdotes de la Diócesis.

Estuvieron presentes representantes de las cinco comunidades por las que pasó el P. Lucio: Paso Carrasco, La Paz, Joaquín Suárez, Solymar y la comunidad anfitriona de Los Cerrillos.

viernes, 8 de septiembre de 2023

El 1 de octubre, Santa Teresita nos espera en Juanicó.

Parroquia Santa Teresita,
Juanicó, Canelones.

Canelones, 9 de septiembre de 2023.


A los fieles laicos, personas consagradas, diáconos permanentes, 
presbíteros y obispos eméritos de nuestra Diócesis:

Queridos hermanos y hermanas:

Al concluir hoy los Ejercicios Espirituales del Clero, nos tomamos un tiempo para recordar varios acontecimientos gratos que hemos vivido a lo largo de este año.

En primer lugar, con toda la Iglesia que peregrina en Uruguay, la beatificación de Jacinto Vera. Una hermosa celebración en la que nuestra diócesis canaria vibró sintiendo la cercanía de alguien que ha sido y sigue siendo muy suyo.

En lo diocesano, la consagración de Sandra y Silvia en el Orden de las Vírgenes, la ordenación de Néstor, las bodas de Oro sacerdotales de Mons. Alberto y Mons. Hermes (y hoy las del P. Lucio). Hubo, asimismo varias reuniones y eventos pastorales diocesanos, organizados desde el Oficio Catequístico, la Pastoral Vocacional, la P. de Adolescentes y la P. Juvenil, culminando con la celebración de la Jornada Nacional de la Juventud el domingo pasado.

En el horizonte cercano está la celebración de las bodas de Plata sacerdotales de los Padres Renzo y Humberto, los veinte años de la ordenación episcopal de quien suscribe… y también Cursillos de Cristiandad de Hombres y Mujeres, los primeros después de la pandemia.

Vale la pena recordar todo esto al anunciar que este año no celebraremos la fiesta diocesana. Estaba prevista para el domingo 8 de octubre. Ponderando distintas circunstancias, nos pareció que no era posible llevarla adelante en la forma que nos hubiera gustado, como la vivimos el año pasado y en otras recordadas ocasiones.

Sin embargo, para quienes tienen el deseo de vivir un encuentro festivo, les proponemos participar en la fiesta patronal de la parroquia Santa Teresita, en Juanicó. ¿Qué tiene de especial este año esa celebración? El 2 de enero se cumplieron 150 años del nacimiento de Santa Teresita del Niño Jesús y el centenario de su beatificación. El 22 de agosto, 200 años del nacimiento de su padre, San Luis Martín. La parroquia de Juanicó fue la primera del Uruguay y entre las primeras en América dedicada a santa Teresita. 

Juanicó está preparando con gran entusiasmo su fiesta patronal, que se iniciará el viernes 29 y tendrá como acto central la Procesión y Misa el domingo 1 de octubre. La procesión saldrá a las 9:30 desde la capilla María Auxiliadora hacia el templo parroquial, donde se celebrará la Misa. La fiesta continuará en la tarde con varias propuestas recreativas. Algunos párrocos han adherido con entusiasmo a la propuesta. Quiera Dios, entonces, que sea para nuestra diócesis una ocasión de encuentro, comunión y envío a la misión, celebrando a la patrona de las misiones.

Los bendice de corazón,

+ Heriberto, Obispo de Canelones.

jueves, 7 de septiembre de 2023

“Donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos” (Mateo 18,15-20). Domingo 23o. durante el año.

Víctor Lima fue un poeta salteño que vivió entre su ciudad natal, en el noroeste de Uruguay y la de Treinta y Tres, al otro lado del país. Aquerenciado en ambos pagos, una de sus canciones habla -hermosamente- de la tensión que vive, de sus sentimientos contradictorios…

Entre presencia y ausencia
de los pagos de mi flor,
siento ese amargo dulzor
que dan ausencia y presencia…

Presencia es la promesa de Jesús con la que abrimos nuestra reflexión de hoy. Pero esa promesa implica también la ausencia de Jesús, que ya no estará presente en la misma forma en que lo tuvieron los únicos que pueden hablarnos de esta manera:

Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que hemos tocado con nuestras manos acerca de la Palabra de Vida, es lo que les anunciamos. (1 Juan 1,1)

Vamos a tratar de profundizar qué significan en Jesús ausencia y presencia. La promesa de la que partimos está en el capítulo 18 del evangelio de san Mateo. En el final de ese evangelio se recogen parecidas -parecidas, pero no exactamente iguales- parecidas palabras de Jesús, dirigidas a sus discípulos, que tenemos que leer con todo su contexto. Jesús resucitado ha convocado a los discípulos en un monte de Galilea y allí:

Acercándose, Jesús les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.
Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo». (Mateo 28,18-20)

Notemos que son palabras de despedida. Jesús comienza marcando su autoridad; a continuación, envía a sus discípulos a la misión y, finalmente, les promete su presencia, para acompañarlos en el empeño misionero. Marcos y Lucas nos cuentan también este encuentro, con otros detalles, con otras palabras, pero también referidas a la misión. Además, agregan que Jesús fue llevado al cielo, es decir, dan cuenta de su ascensión.

A partir de la ascensión, se inauguran nuevas formas de presencia de Jesús. La constitución sobre la Liturgia del Concilio Vaticano II detalla su presencia en la celebración del culto. Cristo está presente en el sacrificio de la Misa, ofreciéndonos su cuerpo y su sangre y en el sacerdote a través de quien Cristo sigue ofreciéndose. Está presente en los sacramentos. Está presente en su Palabra, pues “cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es El quien habla” y está presente en la comunidad que se ha reunido en su nombre, según su promesa. (Sacrosanctum Concilium, 7).

El evangelio de san Mateo, en su capítulo 25, nos señala otra presencia: en el hermano pobre y necesitado. En referencia a quienes ayudaron a esas personas, dice Jesús:

"Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo" (Mateo 25,40).

Buscar la presencia de “Jesús en medio”, de acuerdo a la promesa evangélica, ha sido uno de los pilares de la espiritualidad del Movimiento de los Focolares, fundado hace 80 años por Chiara Lubich. La presencia de Jesús en medio es un regalo, un tesoro, pero para que esa presencia sea plena, dice Chiara Lubich, esos dos o tres deben estar no simplemente reunidos, sino 

“unidos en el nombre de Jesús, es decir, en él, en su voluntad, en el amor recíproco.” (Ch. Lubich)

El amor al prójimo, unido al amor a Dios sobre todas las cosas, es el gran mandamiento de Jesús. La identificación de Jesús con el hermano en necesidad, en indigencia, une los dos mandamientos. Ese amor se hace servicio generoso, que no espera recibir nada a cambio.

El amor recíproco es el “mandamiento nuevo” de Jesús: 

“Ámense los unos a los otros, como yo los he amado” (Juan 15,12). 

Es el mandamiento que está llamada a vivir de forma especial la comunidad de los discípulos de Jesús, la comunidad eclesial.

San Pablo se lo recuerda a la comunidad de Roma:

Hermanos: que la única deuda con los demás sea la del amor mutuo: el que ama al prójimo ya cumplió toda la Ley. (Romanos 13,8-10)

Jesús está siempre dispuesto a cumplir su promesa de hacerse presente cuando nos reunimos en su nombre. Cuando vivimos el amor recíproco, el amor mutuo, no es necesario invocarlo: con sorpresa y alegría descubriremos que Él está allí, en medio de nosotros.

Son muchas las ocasiones en las que podemos vivir ese amor y experimentar así la presencia de Jesús. Pero ¿cómo lograr que ese amor sea realmente recíproco? Si amo ¿qué garantía tengo de que el amor sea correspondido, que se haga realmente mutuo?

No hay garantías. Es una apuesta y la apuesta es siempre “amar primero”, aunque, en realidad, es Jesús quien nos ha “primereado”, como diría el Papa Francisco. Es Él quien nos amó primero. Y si él nos amó, si Él me amó ¿cómo no responder a su amor amando de corazón, a la búsqueda del amor que hace plena la presencia de Jesús en medio de nosotros?

Noticias

Ministerios Laicales. 

Continuando una iniciativa que surgió el año pasado, el sábado 2, el decanato Pando hizo una segunda jornada de promoción y formación sobre los ministerios laicales, con la colaboración de la Hna. Adriana Silva, Hija de María Auxiliadora. Una actividad que puede ser de interés para los demás decanatos.

44ª Jornada Nacional de la Juventud. 

El domingo pasado la Pastoral Juvenil de nuestra Diócesis celebró en Canelones la 44ª Jornada Nacional de la Juventud. Al final de la misma, el equipo diocesano anunció que nuestra Diócesis será sede de la 45ª Jornada, que reunirá a jóvenes de todas las diócesis del Uruguay. La última gran concentración juvenil fue en la 37ª jornada, en Montevideo, en 2015 y la anterior en Maldonado, en 2012, para la 34ª. El anuncio de la sede 2024 de la Jornada Nacional fue recibido con gran alegría por los jóvenes canarios presentes.

Cursillos de Cristiandad en Canelones. 

Los cursillistas van dando pasos firmes en la preparación de los dos cursillos de cristiandad programados para este año: el de hombres, del 28 de septiembre al 1 de octubre y el de mujeres, del 26 al 29 de octubre. Ambos se realizarán en Villa Guadalupe.

En esta semana

Miércoles 13. San Juan Crisóstomo. Bodas de plata sacerdotales de los Padres Renzo Siri y Humberto Marichal. El P. Renzo lo celebrará con una Misa en Catedral a las 19:30. El P. Humberto, al día siguiente, en el Hogar Sacerdotal.

Jueves 14. Exaltación de la Santa Cruz

Viernes 15. Nuestra Señora de los Dolores

Sábado 16. Santos Cornelio, Papa y Cipriano, Obispo, mártires. Reunión del Oficio Catequístico diocesano, con delegados de todas las parroquias, de 10 a 13 horas, en Sauce.

Gracias, amigas y amigos por su atención. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

 

martes, 5 de septiembre de 2023

Jornada Nacional de la Juventud en Canelones, Domingo 3 de septiembre de 2023. Homilía.

Homilía de Mons. Heriberto en la Misa en el Gimnasio Guadalupe, 3 de septiembre de 2023.

Hay muchas que me gustaría compartir con ustedes, comentarles, contarles… algunas, puede ser que ustedes las sepan muy bien; otras, no tanto.

Todos sabemos que en esta jornada estamos haciendo como un eco de la Jornada Mundial de la Juventud que fue en Lisboa, en agosto y lo que tenemos allí delante es el logo de esa jornada, su lema, con ese rostro de María.

Pero también ésta es la Jornada Nacional de la Juventud; porque esta la JMJ, la Jornada Mundial y ésta es la JNJ, la Jornada Nacional. Y hay un número ahí: ustedes lo ven: 44.

Si sacamos la cuenta, puede salir mal, porque hay un año en que no hubo jornada y entonces no se contó; pero esto empezó en el año 1979.

A ver ¿quiénes ya habían nacido en esa época? Somos los abuelos de la Pastoral Juvenil.

Yo estaba entre los jóvenes que prepararon esa jornada… ¡y no pude estar! ¿Saben lo que es preparar una jornada, con mucha ilusión? Era la primera y no pude estar.

Después me tocó estar en muchas otras.

Esas jornadas, al comienzo, se hacían en un solo lugar del Uruguay. Íbamos todos ahí. Todos los jóvenes que estábamos en grupos, en las parroquias, nos juntábamos ahí.

Esa primera fue en Montevideo; la segunda también. Después ya nos fuimos a Paysandú… y empiezo a perderme un poquito en el orden, pero fuimos a Mercedes, Minas… por allí llegó también Canelones  y después muchos otros lugares del país en 44 jornadas.

Con el tiempo empezó a sentirse que no se podía todos los años movernos todos juntos a un lugar; entonces, ese movimiento se comenzó a distanciar un poco. Se fue decidiendo que un año se celebrara en cada diócesis; cada diócesis vería como la celebra: o los jóvenes de cada parroquia hacen algo en su comunidad o la diócesis hacía una concentración en un solo punto, como estamos haciendo ahora: la diócesis de Canelones, aquí. Y cada cierto tiempo, tres o cuatro años –con la pandemia en el medio– una jornada que llamamos “de concentración única”: todos, en un solo lugar.

La última que tuvimos así fue en Montevideo, en Kibón  y antes en Maldonado .

A ver ¿quiénes estuvimos en la de Montevideo, esa última donde nos encontramos todos? 

[Unos pocos levantan la mano]

Somos poquitos los que tenemos esa experiencia.

Y el año que viene, vamos a tener otra vez una jornada de concentración única, una jornada nacional, donde vamos a estar realmente todos agrupados.

¿Dónde irá a ser? Algunos saben dónde va a ser, pero yo no lo voy a decir.

Vamos a dejar que eso se diga después… y así nos vamos preparando, de repente para hacer un largo viaje o, de repente, para ir cerquita… no sabemos. ¿Será en Artigas? ¿En Salto, en Rocha? Quién sabe dónde será. Vamos a verlo después.

Yo ahora quisiera compartir algo que me dejó pensando mucho. Estuve leyendo lo que el Papa le dijo a los jóvenes al final de la Jornada Mundial. Les hablaba de la luz. Empezamos la Misa cantando una canción que dice “en el medio de la noche encendemos una luz”. Jesús nos dice también que seamos luz, que brille nuestra luz.

Pero antes de eso, quisiera tomar una palabrita que dice san Pablo, en la segunda lectura y la voy a relacionar con eso de la luz. San Pablo le escribe a una comunidad, pero le podría estar escribiendo a los jóvenes, a nosotros:

“No tomen como modelo a este mundo” (Segunda lectura: Romanos 12,1-2)

En el mundo nosotros vemos muchos modelos: personas que aparecen delante de nosotros, a través de distintos medios, gente que aparece permanentemente en la televisión, que les hacen reportajes, que son famosos, gente que aparece en distintas formas en las redes sociales, en sus páginas o canales, hablando o entrevistando o mostrando sus fotos. Algunos modelos son interesantes. Otros son muy atrayentes… pero ahí tendríamos que pensar si realmente son buenos modelos.

Cuando Pablo dice “no tomen como modelo a este mundo”, nos está invitando a pensar bien a quién elegimos como modelo. Hay personas que son brillantes. Tienen una luz muy fuerte que nos atrae, que hace que vayamos a ellos… pero, a veces, lo que hacen esas personas es como sacarnos nuestra luz para brillar ellos más. En algún momento nos damos cuenta de que ellos esperan que los querramos muchísimo, pero que, en realidad, ellos no nos quieren mucho. Lo que quieren es tenernos con ellos; que nosotros los festejemos, que los imitemos; pero ellos no nos están dando de verdad ningún amor; al contrario, nos están tomando muchas cosas. Personas brillantes que nos atraen. No quiero decir un tipo de oficio, porque uno podría decir “una estrella de fútbol”; pero hay unos y hay otros. Hay gente que vive solo para sí y hay gente que, al contrario, tiene un espíritu de buen deportista, que sabe jugar con los otros, que no quiere solamente brillar él, sino el equipo. Puede ser un cantante… le gusta destacarse, le gusta recibir aplausos; pero, a veces, vemos cuando sabe dar algo de sí o cuando quiere siempre sentirse bien, en base a que lo hagamos sentir bien… y nada más.

Pensemos en las personas que nos hacen, de verdad, sentirnos queridos por ellas.

No a través de una pantalla, sino a través de su presencia; estando con nosotros, acompañándonos. Esas personas no suelen ser brillantes, pero son las personas de las que hablaba el Papa Francisco en la Jornada: son las personas que son luminosas, es decir, que tienen una luz que nos llega, que llega a nuestro corazón, que nos toca, que nos hace ver el mundo de una manera distinta.

Por ahí, entonces, podemos encontrar esto que dice Pablo, que sigue diciendo así:

“No tomen como modelo a este mundo. Por el contrario, transfórmense interiormente, renovando su mentalidad”. (Segunda lectura: Romanos 12,1-2)

Transfórmense por dentro, renovando su mentalidad. No piensen como piensa todo el mundo, “todos pensamos así, de modo que debe estar bien”. No, dice Pablo. Hay que

“discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto.” (Segunda lectura: Romanos 12,1-2)

Discernir quiere decir “separar”. Separar lo que está bien de lo que está mal. Cuando yo era chico -yo no sé si esto existe todavía- mi mamá hacía tortas en el horno. Para hacer una torta, una de las cosas que se necesita es la harina. Pero la harina, a veces, tiene como unos grumitos, unas pelotitas; entonces, para que la harina quedara bien, había que pasarla por el cernidor… ¿quién conoce el cernidor?

[Muchos levantan la mano]

Ah… bueno… no me siento tan paleolítico.

Bien. Pasar por el cernidor. Abajo queda la harina, bien limpita, y arriba quedan esas pelotitas que no ayudan para que la torta quede bien.

Discernir es también pasar por el cernidor todas las cosas que se nos presentan; quedarnos con lo bueno y dejar de lado aquello que no nos ayuda, aquello que no nos humaniza, aquello que no hace mejor nuestra vida.

Si tenemos un buen cernidor, entonces podemos llegar a ser esas personas luminosas, esas personas que pueden llegar a ser luz en la vida de otros y podemos decir, como cantábamos al principio “en el medio de la noche encendemos una luz”. Esa luz viene de Jesús que ilumina nuestra vida y la vida de los demás. Que así sea.

NOTA: Al finalizar la Misa, el equipo diocesano de Pastoral Juvenil anunció que CANELONES será la sede de la Jornada Nacional de la Juventud de concentración única el próximo año 2024.


sábado, 2 de septiembre de 2023

«Día tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar» (Sal 145 [144], 2). Palabra de Vida. Septiembre 2023.

La Palabra de la Escritura que se nos propone en este mes para ayudarnos en nuestro camino es una oración, un versículo del salmo 145. Los salmos son composiciones que reflejan la experiencia religiosa individual y colectiva del pueblo de Israel en su recorrido histórico y en las vicisitudes de su existencia. La oración hecha poesía se eleva al Señor como lamento, súplica, acción de gracias y alabanza. Desde esta perspectiva, hay toda una variedad de sentimientos y actitudes con los que el ser humano expresa su vida y su relación con el Dios vivo.

El tema de fondo del salmo 145 es la realeza de Dios. El salmista exalta la grandeza de Dios basándose en su experiencia personal: 

«Grande es el Señor, muy digno de alabanza» (v. 3); 

magnifica su bondad y la universalidad de su amor: 

«Bueno es el Señor para con todos, tierno con todas sus criaturas» (v. 9); 

reconoce su fidelidad:

«Fiel es el Señor en todo lo que dice» (v. 13b), 

e incluso abraza a todos los seres vivos en un canto cósmico: 

«Que bendigan los vivientes su nombre sacrosanto, para siempre jamás» (v. 21).

«Día tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar».

Sin embargo, el hombre moderno se siente a veces perdido, con la impresión de estar abandonado a su suerte. Teme que las vicisitudes de sus días estén en manos del azar, en un sucederse de eventos carentes de sentido y de meta.

Este salmo es portador de un anuncio de esperanza tranquilizador: 

«Dios es creador del cielo y de la tierra; es custodio fiel del pacto que lo vincula a su pueblo. Él es quien hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos y liberta a los cautivos. Él es quien abre los ojos a los ciegos, quien endereza a los que ya se doblan, quien ama a los justos, quien guarda a los peregrinos, quien sustenta al huérfano y a la viuda […]» (1).

«Día tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar».

Esta Palabra nos invita ante todo a cuidar nuestra relación personal con Dios, acogiendo sin reservas su amor y su misericordia y poniéndonos ante el misterio a la escucha de su voz. Ahí radica el fundamento de toda oración. Pero ya que este amor nunca está desligado del amor al prójimo, cuando imitamos a Dios Padre en el amar de modo concreto a cada hermano y hermana –en particular a los últimos, los descartados, los más solos –, alcanzamos a percibir en el día a día su presencia en nuestra vida. Chiara Lubich lo resumía así en una asamblea de budistas a la que fue invitada para compartir su vivencia cristiana: 

«El núcleo de mi experiencia consiste en esto: cuanto más se ama al hombre, más se encuentra a Dios. Cuanto más se encuentra a Dios, más se ama al hombre».

 «Día tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar».

Pero hay otro modo de encontrarlo. En los últimos decenios, la humanidad se ha hecho más consciente del problema ecológico. Los motores de este cambio son en particular los jóvenes, que proponen un estilo de vida más sobrio, que se replantee los modelos de desarrollo, que se comprometa por el derecho de todos los habitantes del planeta al agua, a los alimentos y al aire limpio y busque fuentes de energía alternativas. De este modo el ser humano podrá no solo recuperar su relación con la naturaleza, sino también alabar a Dios, al descubrir con asombro su ternura hacia toda la creación.

Así lo vive Venant, que, en su Burundi natal, ya de niño se despertaba al alba con el canto de los pájaros y recorría decenas de kilómetros por la selva para ir a la escuela; se sentía en plena armonía con los árboles, los animales, los riachuelos, las colinas… y con sus compañeros. Sentía la naturaleza cerca; es más, se sentía parte de un ecosistema en el que criaturas y Creador estaban en total armonía. Esta consciencia se transformaba en alabanza, no momentánea, sino durante todo el día.

Podríamos preguntarnos: ¿y en nuestras ciudades? 

«En nuestras metrópolis de cemento, levantadas por la mano del hombre en medio del bullicio del mundo, rara vez se salva la naturaleza. Pero, si lo queremos, basta con una rendija de cielo azul entre los rascacielos para acordarnos de Dios; basta con un rayo de sol, que no deja de penetrar ni siquiera entre los barrotes de una prisión; basta con una flor, una pradera o el rostro de un niño…» (2).

Augusto Parody Reyes y el equipo de la palabra de Vida

(1) JUAN PABLO II, Audiencia general, 2-7-2003, Comentario al salmo 145, n. 2
(2) C. LUBICH, Conversazioni in collegamento telefonico/1 (ed. M. Vandeleene), «Opere di Chiara
Lubich» 8.1, Città Nuova, Roma 2019, p. 340.