jueves, 30 de septiembre de 2021

Casarse en el Señor (Mc 10,2-16; cf. 1 Corintios 7,39). Domingo XXVII durante el año.

“Casarse en el Señor” es una expresión que utiliza san Pablo para referirse al matrimonio cristiano. Mirando a través de los siglos y en las diferentes culturas, pueden observarse numerosas variaciones sobre lo que significa el matrimonio. Sin embargo, hay elementos comunes: el bien de los cónyuges y la generación y la educación de los hijos. Esa realidad humana es convertida por Jesús en un sacramento que se da entre bautizados.
De eso habla el evangelio de este domingo a partir de algunos fariseos que se acercan a Jesús y, para ponerlo a prueba, le preguntan:

«¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?»
Lo de ponerlo a prueba hace pensar que se consideraba a Jesús un disidente, alguien que se apartaba de la práctica oficial. Sin embargo, la respuesta de Jesús los remite al fundamento de la vida de su pueblo:
«¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?»
Los fariseos respondieron:
«Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella».
Esa respuesta se refiere a un pasaje del Deuteronomio que dice:
«Si un hombre toma una mujer y se casa con ella, y resulta que esta mujer no halla gracia a sus ojos, porque descubre en ella algo que le desagrada, le redactará una declaración de divorcio, se la pondrá en su mano y la despedirá de su casa.» (Deutoronomio 24,1)
Jesús no niega que exista ese texto, pero explica su porqué:
«Moisés les dio esta prescripción debido a la dureza del corazón de ustedes».
A continuación, Jesús indica dónde quería llegar:
«Desde el principio de la creación, "Dios los hizo varón y mujer". "Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne". De manera que ya no son dos, "sino una sola carne"».
Jesús va al principio, al momento de la creación, al plan original de Dios para el hombre y la mujer, tal como aparece en el libro del Génesis. Varón y mujer son complementarios. Uniéndose en cuerpo y alma alcanzan una plenitud que no tiene ninguno de ellos por separado. A las palabras del Génesis, Jesús agrega su ley, la que debe observar todo cristiano:
«Que el hombre no separe lo que Dios ha unido»
La discusión con los fariseos quedó cerrada allí; pero los discípulos tenían dudas y, ya en la casa, volvieron a preguntar sobre el tema. En su respuesta, Jesús introduce el concepto de adulterio:
«El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio».
El sacramento del matrimonio no es una simple ceremonia, una especie de servicio que se contrata para dar marco a un acontecimiento social. El esposo y la esposa que se casan “en el Señor” intercambian un consentimiento, un compromiso de por vida; aquello de “hasta que la muerte nos separe”. Ese “sí” solo puede darse en forma verdadera con plena libertad y conciencia de lo que se está asumiendo. Pero no son solamente los novios quienes se unen. Hay una acción de Dios: Dios los une. Por eso dice Jesús: lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.
Es verdad, muy poca gente se casa hoy, no solo en la Iglesia, sino también en el registro civil. Muchas parejas viven una especie de pacto para convivir, acompañarse, quererse… mientras todo esté bien. El camino que Jesús propone a los esposos es diferente y así lo expresa el consentimiento que se dan mutuamente, en el que cada uno manifiesta que quiere recibir al otro como esposo, a la otra como esposa y promete “serle fiel en lo favorable y en lo adverso, en salud o enfermedad, amarle y respetarle durante todos los días de su vida”.
Parece imposible… pero nada es imposible para Dios si lo dejamos actuar en nuestros corazones.

Mes de las Misiones

Octubre es el Mes de las Misiones. Próximamente tendremos la posibilidad de colaborar con esta actividad esencial de la vida de la Iglesia en la colecta del DOMUND, día de la Jornada Mundial de las Misiones, que se celebra el Domingo 24 de octubre, con un lema tomado del libro de los Hechos de los Apóstoles: «No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído» (Hechos 4,20)

En esta semana

El lunes 4 recordamos a San Francisco de Asís. Después de una juventud despreocupada, encontró a Cristo, sobre todo en los pobres y necesitados y comenzó a vivir tomando el evangelio como regla. Fundó la orden de los Frailes Menores y, junto con Santa Clara, la Orden de las Hermanas Pobres, es decir, las Clarisas. En nuestra diócesis hay dos parroquias que lo tienen como patrono: la de Joaquín Suárez y la de ciudad Líber Seregni, en el municipio de Colonia Nicolich, en la que se recuerda con cariño a sacerdotes franciscanos que estuvieron allí en otro tiempo. Hay también una capilla en la Ciudad de La Costa. De la espiritualidad franciscana nos dan testimonio los monasterios de las Hermanas Clarisas de San José de Carrasco y las Clarisas Capuchinas de Echeverría, cerca de la ciudad de Canelones.

El miércoles 6 se recuerda a San Bruno, fundador de los monjes cartujos. Los cartujos toman su nombre de Chartreuse, el lugar donde san Bruno se instaló con sus primeros seguidores, en los Alpes franceses. Los monjes cartujos siguen la regla de san Benito con algunos añadidos propios que la hacen aún más austera, conjugando tiempos fuertes de soledad con momentos de vida comunitaria, siempre dando prioridad al silencio, la contemplación y la oración.

El jueves 7 de octubre celebramos a la Virgen del Rosario. La celebración de este día es una invitación para todos a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios. Cuando rezamos el Rosario, es bueno seguir la invitación que nos hace quien lo guía, cuando dice, con estas o similares palabras “en el primer misterio… contemplamos”. De eso se trata: mientras vamos desgranando las avemarías, contemplar, meditar, pasar por el corazón la acción salvadora de Dios que se manifiesta en cada uno de los misterios.
Decía hace años san Juan Pablo II en su carta apostólica “el Rosario de la Virgen María”

“el motivo más importante para volver a proponer con determinación la práctica del Rosario es por ser un medio sumamente válido para favorecer en los fieles la exigencia de contemplación del misterio cristiano (…)
El Rosario forma parte de la mejor y más reconocida tradición de la contemplación cristiana. Iniciado en Occidente, es una oración típicamente meditativa y se corresponde de algún modo con la «oración del corazón», u «oración de Jesús», surgida sobre el humus del Oriente cristiano.”
No puedo imaginar hoy mejor manera de cerrar nuestro programa que invitarlos a rezar juntos:
Dios te salve, María,
llena eres de gracia.
El Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gracias, amigas y amigos por su atención. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

viernes, 24 de septiembre de 2021

Los pequeños y el escándalo. (Marcos 9, 38-43. 45. 47-48). Domingo XXVI durante el año.

El domingo pasado, el evangelio que escuchamos se cerraba con esta acción y estas palabras de Jesús:
Tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo:

«El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado». (Marcos 9,30-37)
Tal vez hoy no nos llame la atención la actitud cariñosa de Jesús. Sin embargo, en la cultura del Antiguo Testamento, niños y niñas eran educados con severidad:
“No ahorres corrección al niño, que no se va a morir porque lo castigues con la vara” (Proverbios 23,13)
Realmente, Jesús pone en muy alto valor a los niños. Si en el evangelio de Mateo nos dice

"En verdad les digo que cuanto hicieron a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron" (Mateo 25,40), 

identificándose con quien está hambriento, sin abrigo, preso o enfermo, aquí Jesús va más lejos, porque nos dice que recibir a un niño es aún más que recibirlo a Él: es recibir a aquel que lo ha enviado, es decir, al Padre.

En el pasaje que escuchamos este domingo, Jesús continúa su referencia a los pequeños, con una fuerte advertencia:

Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar. (Marcos 9, 38-48)
Escandalizar viene de skándalon, que es una piedra con la que se tropieza, hace caer e impide llegar a la meta hacia la que se camina. Cuando la meta del camino es Dios, el escándalo es más grave, porque puede causar que alguien abandone ese camino. Es aún más grave, si el escándalo lo provoca quien tiene la misión de guiar en el camino hacia Dios. Por eso dice Jesús algo tan drástico: “sería mejor que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar”.

Hoy llamamos escándalo a dichos y hechos que causan gran indignación e impacto públicos.
Al regreso de uno de sus viajes, decía el Papa Francisco a los periodistas:
“Los jóvenes se escandalizan por la hipocresía de los poderosos… las guerras… la incoherencia… la corrupción … los abusos sexuales. … hay una acusación a la Iglesia … conocemos las estadísticas... Pero, aunque hubiera sido un solo sacerdote el que haya abusado de un niño, de una niña, sería igualmente monstruoso, porque ese hombre fue elegido por Dios para llevar al niño a Dios. Yo entiendo que los jóvenes se escandalicen de esta corrupción tan grande. -sigue diciendo Francisco- Saben que está por todos lados, pero en la Iglesia es más escandaloso, porque se debe llevar a los niños a Dios, y no destruirlos.”(1)
Muchos creen que la Iglesia sigue negando esta realidad tan deplorable y no hace nada. Sin embargo, aunque hay que seguir avanzando y profundizando, sobre todo por el sufrimiento de las víctimas, hemos dado muchos pasos en el mundo y también en el Uruguay, en tres direcciones:
  • la investigación de las denuncias y la condena de quienes efectivamente cometieron abusos;
  • la atención de las víctimas
  • y la prevención y cuidado de menores y personas vulnerables creando un ambiente seguro en parroquias, colegios y obras sociales.
El abuso sexual cometido por personas consagradas es para la Iglesia un delito gravísimo; a las penas de cárcel que impone la justicia estatal cuando se comprueba que los delitos ocurrieron, la Iglesia agrega sus propias sanciones.
Decía el Papa Francisco en esa conferencia de prensa:
“en los últimos tiempos yo he recibido muchas, muchas condenas … y he dicho: “Adelante, adelante”. Nunca, nunca he firmado, después de una condena, una petición de gracia. Sobre esto no se negocia.

La Iglesia creó en Roma una institución que se llama Centro de Protección de Menores, para dar formación a sacerdotes, religiosos, religiosas, educadores y demás agentes pastorales de todo el mundo, sobre prevención de abusos. Las personas que integran la Comisión de Prevención de Abusos que existe en nuestra diócesis se formaron en uno de esos cursos.
La Iglesia en el Uruguay cuenta con un Protocolo de actuación ante denuncias de abusos y una Guía de prevención de abusos. La actuación corresponde a los Obispos y a los superiores religiosos. La prevención es tarea de toda la comunidad cristiana. La atención a las víctimas es el paso más delicado y por eso aún más difícil. Se les escucha cuando presentan su denuncia, un relato en el que ponen de manifiesto sus sufrimientos a veces soportados durante mucho tiempo. Sin embargo, no siempre esperan o desean ser acompañados desde la Iglesia en su proceso de sanación, aunque algunos sí lo piden.

El problema de los abusos sexuales ha hecho pensar a algunas personas que estos hechos dolorosos ponen de manifiesto una corrupción generalizada de la Iglesia que se arrastra desde mucho tiempo atrás. 

Algunas familias se preguntan si enviar o no sus hijos a catequesis… Perdónenme ahora por hablar un poco de mí mismo, de lo que viví como niño y como joven en la parroquia de mi pueblo. Concurrí a la Iglesia desde niño. Al principio iba a Misa con mis primas; después empecé a ir solo. Me confesaba frecuentemente. En mi adolescencia me acerqué mucho más. Entraba con naturalidad a la casa parroquial. No recuerdo ni remotamente haber vivido una situación incómoda en el ámbito parroquial, como las que, en cambio, si pude vivir alguna vez -nada más que eso, alguna situación incómoda, alguna burla con connotaciones sexuales- las que pude vivir en el patio de la escuela, en el recreo…

Como joven, en tiempos de la dictadura, encontré en la parroquia un espacio de libertad, un espacio donde podíamos decir sin miedo lo que pensábamos, donde podíamos confiar en los demás, incluidos los sacerdotes. Más aún, eran ellos los que ayudaban a formar ese ambiente donde encontré a Jesús, donde empecé a leer el evangelio y la enseñanza de la Iglesia y donde nació mi vocación. Por eso soy sacerdote, hoy obispo y mi mayor alegría la vivo cuando alguien encuentra a Jesús, cree en Él y encuentra en Él un sentido nuevo y definitivo a su vida. Dios quiera que eso pueda seguir siendo el fruto de una vida de comunidad parroquial como la que pude vivir yo y tantos hermanos obispos, sacerdotes y diáconos que compartimos hoy el servicio en nuestras comunidades diocesanas y parroquiales en el Uruguay.

En esta semana:

El lunes 27 recordamos a San Vicente de Paúl. Este santo es el patrono del Hogar de Ancianas de Las Piedras, que llevan adelante las Hermanas de la Sagrada Familia de Urgel. Felicitaciones a esta casa en su fiesta patronal.

Miércoles 29 – San Miguel Arcángel, patrono de la parroquia de Los Cerrillos, que celebrará en este día su fiesta patronal.

Jueves 30 – San Jerónimo, un santo estudioso de la Biblia, que tradujo los textos hebreo y griego a la lengua que se hablaba en su tiempo, el latín popular o vulgar, entregándonos la Biblia conocida como “Vulgata”. Es en su recuerdo que celebramos en septiembre el Mes de la Palabra de Dios.

El viernes 1 de octubre, Santa Teresa del Niño Jesús o Santa Teresita, patrona de las Misiones. En nuestra diócesis es patrona de la parroquia de Juanicó, de una capilla de Catedral y otra de Santa Lucía.

El sábado 2, recordamos a los Santos Ángeles Custodios.

Amigas y amigos: esto es todo por hoy. Gracias por su atención. Hasta la próxima semana y que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

(1)  Conferencia de prensa del Santo Padre durante el vuelo de regreso a Roma desde Estonia. Martes, 25 de septiembre de 2018.

viernes, 17 de septiembre de 2021

17 de octubre: Encuentro Diocesano en Villa Guadalupe. Sínodo 2021-2023.

Canelones, 10 de septiembre de 2021

Al Pueblo de Dios que peregrina en Canelones: fieles laicos, personas consagradas y clérigos.

Queridas hermanas, queridos hermanos:

¡Que la Paz del Señor esté con todos ustedes!

Desde que llegué a la Diócesis he estado visitando las comunidades parroquiales. Todavía no he llegado a todas, pero espero hacerlo en los próximos meses. Agradezco la apertura y el afecto con que me han recibido en cada lugar que he visitado.

Ahora estoy invitándolos a participar de un

Encuentro Diocesano
el domingo 17 de octubre,
de 10 a 17 horas,
en Villa Guadalupe.

Este encuentro tiene como motivación un pedido del Papa Francisco: iniciar, en ese día, en cada una de las diócesis del mundo, la fase diocesana del Sínodo de los Obispos que culminará en 2023.

El Sínodo tiene como tema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación, misión”. Ya está disponible un Documento Preparatorio para que se trabaje en cada diócesis.

Siendo esta fecha cercana a aquélla en la que solía celebrarse la Fiesta Diocesana, reflexionando con los sacerdotes, nos ha parecido oportuno convocar a este encuentro que permitirá vivir un momento diocesano de reflexión y celebración.

El tiempo de pandemia en el que aún estamos nos lleva a no hacer una convocatoria abierta a todo el que quiera participar, como a todos nos gustaría, sino limitada a cinco delegados por parroquia. En hoja aparte daremos más detalles sobre los participantes y el desarrollo del encuentro.

Nos encomendamos a Nuestra Señora de Guadalupe, esperando vivir bajo su manto un hermoso encuentro de la comunidad diocesana.

Los bendice de corazón,

+ Heriberto, Obispo de Canelones

Participantes:

•    5 delegados por parroquia
•    Vida consagrada: si alguna comunidad de vida consagrada no está ya incluida en la delegación parroquial, la comunidad puede enviar a una persona delegada.
•    Movimientos y servicios diocesanos: el mismo criterio anterior. Si ningún miembro de equipos responsables de servicios y movimientos está incluido en alguna delegación parroquial, el servicio o movimiento puede enviar un delegado que asegure su presencia.
•    Clérigos: diáconos permanentes, presbíteros, obispos: quienes quieran y puedan participar de todo el encuentro están invitados a hacerlo. Sería bueno que estén al menos en la Misa.

Programa

10:00 Recepción
10:30 Bienvenida y oración
11:00 Presentación del Sínodo y del tema.
12:00 Preparación almuerzo
12:30 Almuerzo
14:00 Trabajo en 15 grupos / entrega de síntesis por parte de los secretarios
15:30 Preparación a la Misa
16:00 MISA

Para tener en cuenta:

•    Traer comida y bebida (no habrá venta)
•    Quien pueda, traiga su silla plegable
•    Las delegaciones se organizarán para compartir el almuerzo entre quienes han venido juntos (“burbuja parroquial”)
•    Mantendremos las medidas sanitarias: uso de mascarillas, alcohol en gel, distancia física

Importante:

Sería muy bueno que, en el tiempo previo al encuentro, todos los participantes podamos leer dos documentos, que están fácilmente disponibles en formato digital:
-    Documento Preparatorio:
http://www.synod.va/es/documents/versione-desktop-del-documento-preparatorio.html
-    Vademécum:
https://www.synod.va/content/dam/synod/document/common/vademecum/ES-Vademecum.rtf
Consultas:
Referente para la Fase Diocesana del Sínodo: P. Pedro Antón
Vicario Pastoral: P. Wáshington Cabrera

Domingo XXV durante el año (Marcos 9,30-37). Beatas Dolores y Consuelo Aguiar-Mella Díaz.

 

El domingo pasado escuchamos a Jesús en el evangelio anunciar a sus discípulos lo que sucedería con él. Les dijo que el Hijo del hombre

debía sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar después de tres días.
Ese mismo domingo, en la clausura del Congreso Eucarístico Internacional de Budapest, el Papa Francisco nos decía en su homilía:
La Eucaristía está ante nosotros para recordarnos quién es Dios. No lo hace con palabras, sino de forma concreta, mostrándonos a Dios como Pan partido, como Amor crucificado y entregado.
el Señor permanece allí, en la sencillez de un Pan que se deja partir, distribuir y comer.
En este domingo, el evangelio nos cuenta que Jesús continúa enseñando a sus discípulos que él debía morir y resucitar. Sin embargo:
los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas.
No es sorprendente que los discípulos no comprendieran. Como decía también Francisco, los discípulos piensan “como piensan los hombres”;
es la lógica del mundo, de la mundanidad, apegada al honor y a los privilegios, encaminada al prestigio y al éxito. Lo que cuenta es la consideración y la fuerza, lo que atrae la atención de la mayoría y sabe hacerse valer ante los demás.
Conociendo el corazón de sus discípulos, Jesús les pregunta de qué hablaban en el camino:
Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande.
Inútil silencio. Jesús conoce aquello que está agitando sus corazones. Sin reproches, les enseña:
«El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos».
Ese es el camino de Jesús. No está pidiendo a sus discípulos algo que no realizara él mismo.
Decía también, Francisco, el domingo pasado:
Cuando se perfila la cruz, la perspectiva del dolor, el hombre se rebela.
La cruz no está nunca de moda, ni hoy ni en el pasado.
La lógica de Dios … es la del amor humilde. El camino de Dios rehúye cualquier imposición, ostentación y todo triunfalismo; está siempre dirigido al bien del otro, hasta el sacrificio de sí mismo.

Dolores y Consuelo, beatas uruguayas

El seguimiento de Jesús crucificado fue el camino que tomaron dos hermanas uruguayas a las que en este domingo 19 recordamos: son las beatas y mártires Dolores y Consuelo Aguiar-Mella Díaz, que sufrieron su martirio en Madrid en 1936, al comienzo de la guerra civil española.
Habían nacido en Montevideo, en 1897 y 1898, respectivamente. En 1899 la familia se trasladó a España.
Aunque Dolores se sintió llamada a la vida religiosa, las dos hermanas permanecieron como laicas, vinculadas a la Hermanas de las Escuelas Pías o Escolapias. La vida de ambas fue expresión de su amor a Dios y a los hermanos, como discípulas de Jesús, servidor de todos.
El 19 de septiembre a las 8 de la mañana, fue detenida Dolores, en el momento que cruzaba la calle para llevar a otro grupo de hermanas, la leche que necesitaban. Al mediodía, llegó un miliciano con un papel escrito por Dolores, en el que pedía que María de la Yglesia, superiora de las Escolapias, concurriera a declarar, acompañada de otra persona.
Esa otra persona fue Consuelo.
Los cadáveres de las tres fueron encontrados por la cuñada de las dos uruguayas en el depósito municipal de difuntos.
La noticia tuvo gran impacto en Uruguay. El hecho fue calificado de verdadero martirio.

Hna. María Isabel Araújo (+QEPD)

El 13 de septiembre falleció en Canelones la Hna. María Isabel Araújo, salesa del Convento de la Visitación de María, en Progreso. Nos unimos a las hermanas en su dolor y en su oración.

Nuevo Obispo de Melo

Mons. Pablo Jourdan, hasta ahora obispo auxiliar de Montevideo, ha sido nombrado por el Papa Francisco nuevo Obispo de Melo. Me uno a la alegría de mi anterior comunidad diocesana y expreso mis mejores augurios al nuevo pastor de Cerro Largo y Treinta y Tres. Recemos todos por él y por su diócesis.

En esta semana

Lunes 20 - Memoria de los santos Andrés Kim Tae-gön, presbítero, Pablo Chöng Ha-sang y compañeros, mártires en Corea. Se veneran este día en común celebración los ciento tres mártires que en aquel país dieron la vida en testimonio de su fe. La fe cristiana fue introducida en Corea por un grupo de laicos que habían conocido en China el libro de los evangelios. Esa fe fue después alimentada y reafirmada por la predicación y celebración de los sacramentos por medio de los misioneros. Los ciento tres mártires, niños, jóvenes, laicos casados y solteros, ocho sacerdotes y tres obispos, unidos en el suplicio, consagraron con su sangre preciosa los inicios de la Iglesia en Corea (1839-1867).

Martes 21 - Fiesta de san Mateo, apóstol y evangelista, llamado antes Leví, que al ser invitado por Jesús para seguirlo, dejó su oficio de publicano o recaudador de impuestos. En la comunidad por él formada y siguiendo la inspiración divina, se escribió un evangelio en el que se proclama que Jesucristo es hijo de David e hijo de Abrahán, dando plenitud al Antiguo Testamento.

El miércoles 22 es el Día del maestro. Una jornada para recordar con gratitud a quienes nos guiaron en nuestros primeros pasos en la adquisición de los conocimientos básicos para desempeñarse en la vida.

El Padre Pío, San Pío de Pietrelcina, fraile y sacerdote Capuchino murió el 23 de septiembre de 1968. En el convento de San Giovanni Rotondo, en Italia, se dedicó a la dirección espiritual de los fieles y a la reconciliación de los penitentes, mostrando una atención particular hacia los pobres, necesitados y enfermos. Fundó en San Giovanni la Casa del alivio del Sufrimiento, un gran hospital que prolonga hoy su obra.

Recordamos también el 23 de septiembre el fallecimiento de José Artigas (1850), en su exilio en Paraguay y el del primer arzobispo de Montevideo, Mons. Mariano Soler (1908).

Finalmente, el viernes 24, celebramos a Nuestra Señora, la Virgen de las Mercedes, patrona de la diócesis que abarca Soriano y Colonia. Es también el día de la Pastoral Carcelaria y el recuerdo de un acontecimiento de la guerra de independencia: la Batalla del Rincón, en 1825.

Gracias, amigas y amigos, por su atención. Hasta aquí llegamos por hoy. Sigamos cuidándonos. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

Domingo 12 de septiembre de 2021, XXIV durante el año. Clausura del LII Congreso Eucarístico Internacional.

Este domingo, en Budapest, capital de Hungría, tendrá lugar la clausura del quincuagésimo segundo Congreso Eucarístico Internacional. A las 6:30 de la mañana, hora de Uruguay, el Papa Francisco presidirá la santa Misa, que será posible seguir a través de diferentes medios.
Creo que vale la pena, en nuestra reflexión de hoy, detenernos un poco sobre este acontecimiento.

Este Congreso tiene como lema un versículo del Salmo 86: “Todas mis fuentes están en ti” (Salmo 86,7) y un tema: “La Eucaristía, fuente de la vida y de la misión cristiana”.
Después vamos a ver qué abarca todo eso.

Primero, una palabra sobre estos eventos. Los Congresos Eucarísticos Internacionales comenzaron a celebrarse a fines del siglo XIX. El primero fue en Francia, en la ciudad de Lille, en 1881. El vigésimo segundo, en el año 1934, en Buenos Aires, fue el primero que se celebró en América Latina. Como delegado pontificio estuvo allí el Cardenal Eugenio Pacelli, futuro Papa Pío XII. Tuvo así una visión de la Iglesia en nuestro continente que lo animó a promover la creación del Consejo Episcopal Latinoamericano, el CELAM, en 1955.

El Congreso Eucarístico Internacional es, básicamente, una gran asamblea de la Iglesia Católica que, convocada por el Papa y presidida por el mismo o un delegado, reúne durante algunos días a multitudes de fieles para dar culto a la Eucaristía y reflexionar sobre distintos aspectos de la vida y misión de la Iglesia.

Los Congresos son una de las grandes manifestaciones públicas de la Iglesia que subrayan y valorizan el papel de la Eucaristía en la vida de los cristianos y en la acción de la Iglesia. Nacidos para glorificar a Jesucristo realmente presente en la Eucaristía y dar testimonio de su infinito amor al mundo, han generado procesos de crecimiento de las comunidades cristianas para responder a las esperanzas de los hombres y contribuir a la construcción de un mundo más humano, justo y pacífico, a partir de la celebración eucarística.

El versículo del salmo que inspira este congreso, “todas mis fuentes están en ti”, nos invita a contemplar a Dios mismo como fuente de vida. A Dios, que ama incondicionalmente a cada una de sus criaturas. Decir “Dios, fuente de vida” es reconocer que de Él viene nuestra vida misma y también todo lo que necesitamos tanto para la vida natural, para desarrollar nuestra vida en este mundo, como para nuestra vida sobrenatural, la vida eterna que Él nos ha prometido.

El agua, la hermana agua, como cantaba San Francisco de Asís, está profundamente asociada a toda la vida en la tierra. Donde hay agua hay vida y donde escasea o falta totalmente, los seres vivos disminuyen o desaparecen. En el evangelio de Juan el agua está muy presente, como símbolo de los bienes espirituales, de la vida de Dios que colma todos los anhelos del ser humano. Como dice Jesús a la samaritana:

«Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva» (Juan 4,10).
Y agrega:
«el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna» (Juan 4,14).
A partir de esta contemplación de Dios como fuente de vida, es posible meditar sobre distintos aspectos de la Eucaristía:
La Eucaristía, fuente de vida cristiana: en este sacramento no solo está contenida la gracia, como en los demás sacramentos, sino al mismo autor de la Gracia, Jesucristo y su sacrificio de salvación, su Pascua, que se hace presente en la santa Misa, nuestra Pascua dominical.

La celebración de la Eucaristía, fuente y culmen de la vida eclesial. En ella recibimos a Cristo, Palabra de Vida y Pan de Vida, alimentando nuestra fe y nuestra unión con Él que nos hace Iglesia: “La Eucaristía hace la Iglesia” (Henri De Lubac).

La creciente preocupación por el cuidado de la Casa Común, el mensaje de Francisco en Laudato Sii’ nos hace redescubrir otro aspecto de la Eucaristía, como fuente de transformación de lo creado. La Eucaristía tiene una dimensión cósmica que lo abraza todo. Prestemos atención a algunas de las expresiones que reza el sacerdote en la plegaria eucarística:
“con razón te alaban todas tus criaturas”
“… también nosotros, llenos de alegría, y por nuestra voz las demás criaturas, aclamamos tu nombre cantando”
“que todos tus hijos nos reunamos en la heredad de tu reino […] y allí, junto con toda la creación libre ya del pecado y de la muerte, te glorifiquemos…”
Cuántas cosas tendríamos que comentar y profundizar. Y quedan muchos otros aspectos que apenas voy a mencionar: la Eucaristía, fuente de la santidad; la Eucaristía, fuente de la misión y del servicio y, como conclusión, contemplar a María, mujer eucarística, de la que nace el Cuerpo de Cristo. Les invito a unirnos en la oración del Congreso.

Te damos gracias,
Señor Jesucristo,
que en la Eucaristía, fuente del amor,
invitas a tu pueblo a alimentarse
del Pan de la vida
y del Cáliz de la salvación,
memorial de tu pasión, muerte y resurrección.
Que la fuerza que nos comunicas
con tu sacrificio y tu presencia,
nos ayude a ser para los demás
pan que nutre y vino que alegra,
servidores humildes de la reconciliación
entre las Iglesias y los pueblos,
para anunciar con gestos y palabras,
que tú eres el único Señor,
la fuente de toda vida.

En esta semana

El lunes 13 recordamos a San Juan Crisóstomo, obispo de Constantinopla y doctor de la Iglesia. Crisóstomo era su sobrenombre y hace referencia a su gran elocuencia.

El martes 14 es la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, seguida el miércoles 15 por la memoria de Nuestra Señora de los Dolores, en la que recordamos a María, de pie junto a la cruz de su Hijo, asociada íntima y fielmente a su pasión salvadora.

El jueves 16 recordamos a dos santos mártires: el papa Cornelio y el obispo Cipriano, muertos en las persecuciones de mediados del siglo III.

El viernes 17 hacemos memoria de san Roberto Belarmino, jesuita, obispo y doctor de la Iglesia.

En este mes de septiembre el Papa Francisco nos propone rezar para que todos tomemos decisiones valientes a favor de un estilo de vida sobrio y ecosostenible, alegrándonos por los jóvenes que están comprometidos con él.

Y hasta aquí llegamos hoy, amigas y amigos. A quienes miren este video antes del domingo, los invito a seguir las celebraciones finales del Congreso Eucarístico

En horarios de Uruguay: 

  • sábado 11, al mediodía, misa y procesión de antorchas; 
  • domingo, a las 6:30 de la mañana, Misa de clausura con el Papa Francisco. 

Gracias por su atención. Hasta la próxima semana, si Dios quiere. Cuídense mucho y que los bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

viernes, 3 de septiembre de 2021

Domingo XXIII durante el año. Santa Teresa de Calcuta.

La historia de la Madre Teresa ha sido ampliamente difundida. De toda esa información que recibimos, nos van quedando pinceladas, imágenes… Sin embargo, a veces entendemos mejor la vida de una persona y la forma en que recibió el llamado de Dios, conociendo algo más sobre el lugar y el tiempo en que eso sucedió.

Agnes Gonxha Bojaxhiu nació en 1910 en una ciudad llamada hoy Skopie, en aquel momento parte del Imperio Otomano, luego de Albania y actualmente de Macedonia del Norte. Siguiendo su vocación, ingresó en una congregación religiosa irlandesa dedicada a la enseñanza, las hermanas de Loreto. Viajó a Irlanda para aprender inglés. Al ingresar a la vida religiosa, por su especial devoción a santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones, eligió ese nombre: pero no con la forma francesa, Thérèse, porque otra hermana ya se llamaba así. Por eso tomó la forma española: Teresa.

De Irlanda viajó a India. Era el año 1929, en medio de los veintiún años de paz entre el final de la primera guerra mundial y el comienzo de la segunda. India era una colonia británica. Abarcaba el actual país de ese nombre, más lo que hoy es Pakistán y Bangladesh. Desde tiempos de la reina Victoria, los reyes del Reino Unido ostentaban el título de emperador de la India.
Teresa llegó a Calcuta con solo 19 años. Desde el principio le impresionó la pobreza extrema que encontró en sus calles. Se trasladó a Darjeeling, para hacer su noviciado, e hizo sus primeros votos el 24 de mayo de 1931.

Su primer servicio fue como enfermera en un pequeño centro misionero cerca de Calcuta. Allí el contacto con las situaciones más miserables se hizo cotidiano:

“La pequeña sala está siempre llena de enfermos, de míseros, de infelices. Todos los ojos están fijos en mí, con esperanza”.
Tiempo después, fue destinada al colegio Saint Mary para muchachas de familias de clase alta; pero en sus días libres seguía visitando y ayudando a los pobres. Quedó encargada de otra escuela, Santa Teresa, para niños y niñas pobres. En 1937 hizo sus votos perpetuos y así pasó a ser llamada Madre Teresa y volvió al Colegio Saint Mary.

En 1939 estalló la segunda guerra mundial. Los japoneses llegaron hasta la frontera de la India, pero fueron rechazados en la aldea de Kohima. Todo el Imperio Británico estaba en guerra. El colegio fue requisado para instalar un hospital militar. La región de Bengala, donde se encuentra Calcuta, sufrió una gran hambruna, que trajo más miseria y muerte.

En 1946 el conflicto entre hindúes y musulmanes desencadenó una gran matanza en Calcuta. En ese año la Madre Teresa recibió lo que ella describió como “la llamada dentro de la llamada”: un llamado de Dios para ir a las calles a “servir a los más pobres de los pobres”.

En 1947 se produjo la independencia. La gran colonia se dividió entre India y Pakistán. Pakistán, a su vez, en dos partes separadas: la occidental y la oriental, muy cerca de Calcuta. La división se había dado por causas religiosas. Pakistán sería el país musulmán. Un gran flujo de refugiados comenzó a pasar de un lado a otro de las fronteras. Desde Pakistán oriental llegaron a Calcuta miles y miles de personas.

Entregada a la atención de los pobres, Madre Teresa se vio sobrepasada por las privaciones personales y la falta de recursos. Se sintió tentada a volver a la vida segura y ordenada del convento y la escuela, pero entonces sintió la voz de Dios:
“nuestro Señor me quiere como una hermana libre, cubierta con la pobreza de la cruz… Por mi propia elección, mi Dios, y porque te amo, deseo permanecer y hacer lo que tu Santa voluntad me pida”.
Su trabajo entre los pobres atrajo a varias jóvenes, algunas de sus antiguas alumnas, que se sintieron también llamadas a esa generosa entrega. Con ellas fundó las Misioneras de la Caridad.

Vestidas con su sari blanco de bordes azules, las hermanas comenzaron a extenderse por el mundo. En 1985, invitadas por Monseñor Nuti, llegaron a Uruguay y fundaron el Hogar San José en un barrio de Las Piedras, actualmente Municipio 18 de Mayo. La comunidad está hoy integrada por seis hermanas, entre ellas la única uruguaya y atiende a 65 ancianos y ancianas, con la ayuda de funcionarios y voluntarios. En mayo de este año todas las personas del Hogar sufrieron la infección de COVID, pero la casa no se cerró ni se detuvo. Las hermanas continúan allí su misión, al igual que las otras dos comunidades de las Misioneras de la Caridad, en Montevideo y Florida.

Quedémonos con estas palabras de Madre Teresa sobre los moribundos que encontraba en las calles:
Ante todo, queremos hacerles sentir que son amados, que hay gente que realmente los quiere... que, al menos en las pocas horas que les quedan por vivir, puedan conocer el amor humano y divino. Que también puedan saber que son hijos de Dios, que no han sido olvidados, sino que son amados y cuidados.

Noticias

Este mismo domingo comienza en Budapest, Hungría, el quincuagésimo segundo Congreso Eucarístico Internacional, que se extenderá hasta el domingo 12. La ceremonia de apertura será a las 13 horas de Uruguay con la Santa Misa.

También en este domingo se celebra la cuadragésima segunda Jornada Nacional de la Juventud, con el lema “Se acercó y caminó con ellos” (Lucas 24,15). La Pastoral Juvenil diocesana organiza una vigilia por ZOOM para el sábado 4, a partir de las 20 horas.

Del 6 al 10 el Clero de Canelones hará sus Ejercicios Espirituales, orientados por el P. Nelson González, párroco de Ciudad Rodríguez. Les pido que nos acompañen con su oración.

El 7 de septiembre de 1921 fue fundada en Dublín, Irlanda, la Legión de María, por el Siervo de Dios Frank Duff. Sobre sus comienzos en Uruguay nos habla Leonardo Puppio, legionario pedrense:

En Uruguay, la Legión es fundada oficialmente en el año 1958 por un joven de 25 años de edad, el siervo de Dios Alfonso Lambe (1932-1959). Él, el 5 de febrero, funda en Montevideo el primer praesidium (grupo legionario) en la parroquia san Rafael, en el Cerro. Rápidamente se multiplican los grupos. En la diócesis de Canelones el primer grupo de la Legión fue "Auxilium Christianorum" fundado en la Parroquia san Isidro de Las Piedras, el 12 de septiembre de 1962. Así que en breve celebraremos: el centenario del nacimiento de la Legión en Dublín, 59 años de la Legión en la Diócesis, 60 años de su creación, y en 2022, 60 años de la toma de posesión de Mons. Nuti.
Celebraremos este centenario con la Santa Misa en la Catedral de Canelones, el sábado 11 a las 16 horas.

8 de septiembre: fiesta de la Natividad de María y aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Hermes Garín, nuestro Obispo auxiliar.

9 de septiembre: memoria de San Pedro Claver, que fue en Cartagena, Colombia, apóstol de los esclavos africanos a quienes defendió y acercó a la fe.

10 de septiembre: día de la Educación Católica en el Uruguay. Mi saludo a todas las instituciones de educación católica, formales y no formales presentes en nuestra diócesis.

El 11 de septiembre marca un terrible aniversario: 20 años del atentado que destruyó las torres gemelas de Nueva York. Un hecho que dio un giro a la historia del mundo y cuyas consecuencias se han seguido viendo en estos días, con los acontecimientos de Afganistán. Recibamos este recuerdo como un llamado a rezar por un mundo en paz, sin guerras, violencias ni terrorismo de ningún tipo, un mundo donde sea posible reconocernos y vivir como hermanos y hermanas.

Y esto es todo por hoy, amigas y amigos. Gracias por su atención. Hasta la próxima semana, si Dios quiere. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.