martes, 4 de febrero de 2025

Palabra de Vida: Vencer el miedo con la fe. Marcos 5,21-43

 
Martes de la IV semana durante el año, 4 de febrero de 2025. 

Estas breves reflexiones han sido preparadas para los internos de la comunidad terapéutica Fazenda de la Esperanza y son una invitación a vivir cada día la Palabra de Dios, invitación que todos podemos recoger y realizar.

domingo, 2 de febrero de 2025

«Examínenlo todo y quédense con lo bueno» (1 Ts 5, 21) Palabra de Vida de Febrero 2025.

La palabra de este mes está tomada de una serie de recomendaciones finales que el apóstol Pablo dirige a la comunidad de Tesalónica, ciudad portuaria de Grecia: 

“No extingan la acción del Espíritu; no desprecien las profecías; examínenlo todo y quédense con lo bueno. Cuídense del mal en todas sus formas” (Tesalonicenses 5, 19-22.) 

Profecía y discernimiento, diálogo y escucha. Estas son las indicaciones de Pablo a la comunidad que había emprendido poco tiempo antes el camino de la fe.

Entre los varios dones del Espíritu, Pablo estimaba mucho el de la profecía (Cf. Juan Pablo II, 24.6.1992). El profeta no es quien prevé el futuro sino más bien quien tiene el don de ver y de comprender la historia personal y colectiva desde el punto de vista de Dios.

Todos los dones son guiados por el don mayor, la caridad, el amor fraterno (Cf. 1 Corintios 13). Agustín de Hipona afirma que sólo la caridad permite discernir la actitud que se debe asumir frente a las varias situaciones (Cf. Agustín Io. Ep. tr. 7, 8).

“Examínenlo todo y quédense con lo bueno”.

Es necesario estar en grado de mirar no solamente los dones personales, sino también las muchas potencialidades y la complejidad de miradas y opiniones que se abren frente a nosotros en quienes nos están cerca y con los cuales nos confrontamos, incluso quizá en personas encontradas por casualidad. Es importante mantener con todos la autenticidad en el corazón y tener también la conciencia del límite de nuestro punto de vista.

Esta palabra de vida podría ser un lema a adoptar en toda situación de diálogo y de balance. Escuchar al otro, no necesariamente para aceptarlo todo sino sabiendo que es posible encontrar siempre algo bueno en lo que dice, favoreciendo la apertura mental y del corazón. Significa vaciarnos de nosotros mismos por amor y ganar así la posibilidad de construir algo juntos.

“Examínenlo todo y quédense con lo bueno”.

El sacerdote Timothy Raddcliffe, uno de los teólogos presentes en el Sínodo de obispos de la Iglesia católica, afirmó que 

“lo más valioso que podemos hacer en este sínodo es ser sinceros entre nosotros con respecto a nuestras dudas y a nuestros interrogantes, para los cuales no tenemos respuestas claras. Así podremos acercarnos como compañeros de búsqueda, mendigos de la verdad” [1].

En una conversación con algunos miembros del Movimiento, Margaret Karram comentó así esta reflexión: 

“Al pensar en esto, me di cuenta de que muchas veces no tuve la fuerza de decir realmente lo que pensaba por temor de no ser comprendida, quizá por no decir algo completamente diferente de la opinión de la mayoría. Comprendía que ser mendigos de la verdad significa adoptar una actitud de proximidad, los unos con los otros, ya que todos querríamos lo que Dios quiere, y todos juntos podemos buscar el bien” [2].

“Examínenlo todo y quédense con lo bueno”.

Es la experiencia de Antía, que participa del grupo de artes Mosaico, surgido en España en 2017 como Gen Rosso Local Project. Está compuesto por jóvenes que ofrecen con su arte y sus talleres una experiencia de fraternidad.

Antía nos cuenta: 

“Es la conexión con mis valores: un mundo fraterno, en el cual todos (adolescentes, inexpertos, vulnerables…) ofrecen su contribución para este proyecto. Mosaico me permite creer que un mundo más unido no es una utopía, no obstante las dificultades y el trabajo exigido que implica. Crecí trabajando en grupo, con un diálogo que a veces puede parecer demasiado exigido y a menudo tuve que renunciar a mis ideas que yo consideraba las mejores. El resultado es que ‘el bien’ está construido pieza por pieza por todos nosotros”.

Patrizia Mazzola y equipo de Palabra de Vida

[1] Timothy Raddcliffe Meditación n 3 Amistad , Sínodo de obispos, 2.10.2023

[2] Margaret Karram, 3.2.2024 

sábado, 1 de febrero de 2025

“Mis ojos han visto la salvación” (Lucas 2, 22-40). Fiesta de la Presentación del Señor.

Han pasado 40 días desde la Navidad, pero en la fiesta que celebramos hoy volvemos a encontrar al niño Jesús, todavía un bebé, en brazos de su madre.

Esta fiesta, que se llama “presentación del Señor” ha sido nombrada en otros tiempos de distinta manera. Poniendo más énfasis en la Madre de Jesús, se le llamó “purificación de la Virgen”, un nombre un poco extraño cuando creemos que María es la Inmaculada, es decir, la purísima. 

Se le llamó también “la Candelaria”, nombre que quedó en la historia del Uruguay, cuando el 2 de febrero de 1516 el navegante español Juan Díaz de Solís tocó tierra en lo que hoy es Punta del Este y puso al puerto que había encontrado el nombre de “Nuestra Señora de la Candelaria”, la Virgen de las candelas. Las candelas eran las velas que se encendían, como se sigue haciendo, en esta celebración, para recordar a Jesús como luz del mundo. De ahí viene el bonito nombre de Candelaria o Candela, con los que son bautizadas algunas niñas.

El relato de Lucas tiene tres grandes momentos. En el primero, José y María llevan al niño al templo en cumplimiento de la Ley de Dios. Lucas es muy enfático en decirnos que María y José están haciendo lo que indica la Ley:

Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación de ellos, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: "Todo varón primogénito será consagrado al Señor". También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor. (Lucas 2,22-24)

Lo indicado por la ley concierne, en primer lugar, a la madre, que para su purificación, después del parto, debe ofrecer un sacrificio, consistente en un cordero y una tórtola; pero si es pobre, basta ofrecer dos tórtolas. Esa fue la ofrenda de María y José: la ofrenda de los pobres.

En segundo lugar, una indicación de la ley concierne al niño primogénito, que era el caso de Jesús. Recordando que en la salida de Egipto Dios hirió a los primogénitos de los Egipcios, pero salvó a los de los israelitas, se debía pagar un rescate por el primogénito y eso es lo que hicieron María y José.

Para esto no era necesario ir al templo, pero ellos, creyentes piadosos, decidieron hacerlo.

Respondiendo al llamado de la Ley, llevaron, pues, al niño Jesús para presentarlo en el templo.

Si el primer momento fue el de la Ley, llega ahora el momento del Espíritu.

Nada se nos dice sobre un encuentro con los sacerdotes; en cambio, aparecen en escena dos personajes que reconocen a Jesús: el anciano Simeón y la profetisa Ana. El Espíritu Santo hace declarar a Simeón:

«Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel.» (Lucas 2,29-32)

De Ana se dice que es profetisa; por eso pensamos que también ella es movida por el Espíritu Santo, pues…

Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. (Lucas 2,38)

La ley de Moisés, que José y María se disponen a cumplir como judíos piadosos que son, los llevó al templo. El Espíritu Santo movilizó a los dos ancianos que dieron testimonio de quién era aquel niño. Es así que se produce el encuentro con el Señor. El templo, más que la construcción y sus grandes explanadas, es la casa de Dios, la casa para el encuentro de su Pueblo con Él. En la historia de la salvación, en la comunidad que es la Iglesia, el Señor viene a nosotros cada día y estamos llamados a reconocerlo y recibirlo, dejando que Él sea el centro de nuestra vida y que alrededor de Él todo se organice y encuentre armonía.

En el centro del breve discurso de Simeón resaltan estas palabras: “mis ojos han visto la salvación”. Es el tercer momento: el de la visión. La visión no es aquí la mirada física. Simeón tiene delante de sus ojos a unos esposos que llevan en brazos a un niño pequeño. No está ante Jesús adulto, el Mesías que predica con autoridad y hace milagros. Simeón, como los pastores en Belén, reconoce a Dios en la humildad y en la sencillez y lo recibe. No quiere nada más, no necesita nada más. Tan solo tener por un momento en sus brazos al niño y dar gracias a Dios por lo que ha podido ver: la obra de Salvación de Dios.

Pero en la visión de Simeón también hay una palabra para María, que es también una palabra sobre Jesús:

«Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos.» (Lucas 2,34-35)

En esta escena tan tierna, la cruz aparece en el horizonte, porque la salvación llegará a través de la cruz; a través de esa muerte violenta que Jesús transformará en ofrenda de amor. La presentación de Jesús en el templo anticipa esa entrega total de su vida. La madre que presentó a su hijo en el templo estará también al pie de la cruz. En el dolor, ella también hará su propia ofrenda, la vida de su Hijo. 

La alegría cristiana, nuestra alegría, pasa, inevitablemente, por la participación en la cruz de Cristo. María, madre de Jesús, unió su corazón al corazón traspasado del Hijo de Dios. Pero no olvidemos todo lo que brota del corazón abierto de Jesús, representado por el agua y la sangre que se hace luz para nuestra vida. Al encender hoy nuestra candela en la celebración, hagámoslo con el deseo de renovar nuestra unión con Cristo, el salvador, luz del mundo, luz de nuestra vida.

En esta semana

  • Lunes 3, San Blas, obispo y mártir. Día en que se hace la bendición de las gargantas.
  • Miércoles 5, Santa Águeda, virgen y mártir
  • Jueves 6, santos Pablo Miki y compañeros, mártires en Japón.
  • Del viernes 7 al domingo 9, Peregrinación a María, organizada por nuestro obispo emérito Mons. Alberto Sanguinetti, desde Progreso hasta Florida, al santuario de la Virgen de los Treinta y Tres.
  • Domingo 9 de febrero. A las 19 horas, asume la parroquia San Miguel Arcángel en Los Cerrillos, el P. Néstor Rosano.

Gracias, amigas y amigos por su atención. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

Palabra de Vida: Transformar el miedo en esperanza. Marcos 4,35-41



Palabra de Vida: Transformar el miedo en esperanza. Marcos 4,35-41
Sábado de la III semana durante el año, 1 de febrero de 2025. 
Estas breves reflexiones han sido preparadas para los internos de la comunidad terapéutica Fazenda de la Esperanza y son una invitación a vivir cada día la Palabra de Dios, invitación que todos podemos recoger y realizar.

Escucha en el reproductor de IVOOX el texto bíblico y su comentario.

viernes, 31 de enero de 2025

Palabra de Vida: Ser perseverantes en hacer la voluntad de Dios. Hebreos 10,32-39



San Juan Bosco, presbítero.
Viernes de la III semana durante el año, 31 de enero de 2025. 
Estas breves reflexiones han sido preparadas para los internos de la comunidad terapéutica Fazenda de la Esperanza y son una invitación a vivir cada día la Palabra de Dios, invitación que todos podemos recoger y realizar.

Lectura de la carta a los Hebreos     10, 32-39

    Hermanos:
    Recuerden los primeros tiempos: apenas habían sido iluminados y ya tuvieron que soportar un rudo y doloroso combate, unas veces expuestos públicamente a injurias y atropellos, y otras, solidarizándose con los que eran tratados de esa manera. Ustedes compartieron entonces los sufrimientos de los que estaban en la cárcel y aceptaron con alegría que los despojaran de sus bienes, sabiendo que tenían una riqueza mejor y permanente.
    No pierdan entonces la confianza, a la que está reservada una gran recompensa. Ustedes necesitan constancia para cumplir la voluntad de Dios y entrar en posesión de la promesa.
        Porque todavía falta un poco, muy poco tiempo,
        y el que debe venir vendrá sin tardar.
        Mi justo vivirá por la fe,
        pero si se vuelve atrás, dejaré de amarlo.
Nosotros no somos de "los que se vuelven atrás" para su perdición, sino que "vivimos en la fe" para preservar nuestra alma.

Palabra de Dios.

Escucha el comentario en el reproductor de IVOOX

jueves, 30 de enero de 2025

Palabra de Vida: Afirmar la esperanza con buenas obras. Hebreos 10,19-25.



Jueves de la III semana durante el año, 30 de enero de 2025. 
Estas breves reflexiones han sido preparadas para los internos de la comunidad terapéutica Fazenda de la Esperanza y son una invitación a vivir cada día la Palabra de Dios, invitación que todos podemos recoger y realizar.

Lectura de la carta a los Hebreos     10, 19-25

    Hermanos:
    Tenemos plena seguridad de que podemos entrar en el Santuario por la sangre de Jesús, siguiendo el camino nuevo y viviente que Él nos abrió a través del velo del Templo, que es su carne. También tenemos un Sumo Sacerdote insigne al frente de la casa de Dios. Acerquémonos, entonces, con un corazón sincero y llenos de fe, purificados interiormente de toda mala conciencia y con el cuerpo lavado por el agua pura.
    Mantengamos firmemente la confesión de nuestra esperanza, porque Aquel que ha hecho la promesa es fiel. Velemos los unos por los otros, para estimularnos en el amor y en las buenas obras. No desertemos de nuestras asambleas, como suelen hacerlo algunos; al contrario, animémonos mutuamente, tanto más cuanto que vemos acercarse el día.

Palabra de Dios.

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miércoles, 29 de enero de 2025

Palabra de Vida: Acoger la Palabra y dar frutos. Marcos 4,1-20



Miércoles de la III semana durante el año, 29 de enero de 2025. 
Estas breves reflexiones han sido preparadas para los internos de la comunidad terapéutica Fazenda de la Esperanza y son una invitación a vivir cada día la Palabra de Dios, invitación que todos podemos recoger y realizar.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos     4, 1-20

    Jesús comenzó a enseñar a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a Él, de manera que debió subir a una barca dentro del mar, y sentarse en ella. Mientras tanto, la multitud estaba en la orilla. Él les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas, y esto era lo que les enseñaba:
    «¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar. Mientras sembraba, parte de la semilla cayó al borde del camino, y vinieron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno rocoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemó y, por falta de raíz, se secó. Otra cayó entre las espinas; estas crecieron, la sofocaron, y no dio fruto. Otros granos cayeron en buena tierra y dieron fruto: fueron creciendo y desarrollándose, y rindieron ya el treinta, ya el sesenta, ya el ciento por uno».
    Y decía: «¡El que tenga oídos para oír, que oiga!»
    Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor de Él junto con los Doce, le preguntaban por el sentido de las parábolas. Y Jesús les decía: «A ustedes se les ha confiado el misterio del Reino de Dios; en cambio, para los de afuera, todo es parábola, a fin de que miren y no vean, oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y alcancen el perdón».
    Jesús les dijo: «¿No entienden esta parábola? ¿Cómo comprenderán entonces todas las demás?
    El sembrador siembra la Palabra. Los que están al borde del camino, son aquellos en quienes se siembra la Palabra; pero, apenas la escuchan, viene Satanás y se lleva la semilla sembrada en ellos.
    Igualmente, los que reciben la semilla en terreno rocoso son los que, al escuchar la Palabra, la acogen en seguida con alegría; pero no tienen raíces, sino que son inconstantes y, en cuanto sobreviene la tribulación o la persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumben.
Hay otros que reciben la semilla entre espinas: son los que han escuchado la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y los demás deseos penetran en ellos y ahogan la Palabra, y esta resulta infructuosa.
    Y los que reciben la semilla en tierra buena, son los que escuchan la Palabra, la aceptan y dan fruto al treinta, al sesenta y al ciento por uno.»

Palabra del Señor.

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lunes, 27 de enero de 2025

Palabra de Vida: Ser parte de la Familia de Dios. Marcos 3,31-35.



Martes de la III semana durante el año, 28 de enero de 2025. 
Santo Tomás de Aquino.
Estas breves reflexiones han sido preparadas para los internos de la comunidad terapéutica Fazenda de la Esperanza y son una invitación a vivir cada día la Palabra de Dios, invitación que todos podemos recoger y realizar.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos     3, 31-35

    Llegaron la madre y los hermanos de Jesús y, quedándose afuera, lo mandaron llamar. La multitud estaba sentada alrededor de Él, y le dijeron: «Tu madre y tus hermanos te buscan ahí afuera».
    Él les respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?» Y dirigiendo su mirada sobre los que estaban sentados alrededor de Él, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre».

Palabra del Señor.

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sábado, 25 de enero de 2025

Palabra de Vida: Con esperanza buscar la conversión. Hechos 22,3-16. Conversión de San Pablo.



Viernes 25 de enero de 2025. 
Estas breves reflexiones han sido preparadas para los internos de la comunidad terapéutica Fazenda de la Esperanza y son una invitación a vivir cada día la Palabra de Dios, invitación que todos podemos recoger y realizar.

Lectura de los hechos de los apóstoles     22, 3-16

Pablo dijo a todo el pueblo reunido en el Templo:
      «Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero me he criado en esta ciudad y he sido iniciado a los pies de Gamaliel en la estricta observancia de la Ley de nuestros padres. Estaba lleno de celo por Dios, como ustedes lo están ahora. Perseguí a muerte a los que seguían este Camino, llevando encadenados a la prisión a hombres y mujeres; el Sumo Sacerdote y el Consejo de los ancianos son testigos de esto. Ellos mismos me dieron cartas para los hermanos de Damasco, y yo me dirigí allá con el propósito de traer encadenados a Jerusalén a los que encontrara en esa ciudad, para que fueran castigados.
      En el camino y al acercarme a Damasco, hacia el mediodía, una intensa luz que venía del cielo brilló de pronto a mi alrededor. Caí en tierra y oí una voz que me decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"
      Le respondí: "¿Quién eres, Señor?"
      Y la voz me dijo: "Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues".
      Los que me acompañaban vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba.
      Yo le pregunté: "¿Qué debo hacer, Señor?"
      El Señor me dijo: "Levántate y ve a Damasco donde se te dirá lo que debes hacer".
      Pero como yo no podía ver, a causa del resplandor de esa luz, los que me acompañaban me llevaron de la mano hasta Damasco.
      Un hombre llamado Ananías, fiel cumplidor de la Ley, que gozaba de gran prestigio entre los judíos del lugar, vino a verme y, acercándose a mí, me dijo: "Hermano Saulo, recobra la vista". Y en ese mismo instante, pude verlo.
      Él siguió diciendo: "El Dios de nuestros padres te ha destinado para conocer su voluntad, para ver al Justo y escuchar su Palabra, porque tú darás testimonio ante todos los hombres de lo que has visto y oído. Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo y purifícate de tus pecados, invocando su Nombre"».

Palabra de Dios.

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viernes, 24 de enero de 2025

Palabra de Vida: Tener la ley del Señor en el corazón. Hebreos 8,6-13.



24 de enero de 2025. 
Viernes de la segunda semana durante el año.
San Francisco de Sales.
Estas breves reflexiones han sido preparadas para los internos de la comunidad terapéutica Fazenda de la Esperanza y son una invitación a vivir cada día la Palabra de Dios, invitación que todos podemos recoger y realizar.

Lectura de la carta a los Hebreos     8, 6-13

    Hermanos:
    Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, ha recibido un ministerio sacerdotal superior al de los sacerdotes de Israel, porque es el mediador de una Alianza más excelente, fundada sobre promesas mejores. Porque si esta primera Alianza hubiera sido perfecta, no habría sido necesario sustituirla por otra. En cambio, Dios hizo al pueblo este reproche:
        «Llegarán los días
        en que haré una Nueva Alianza
        con la casa de Israel y la casa de Judá,
        no como aquella que hice con sus padres
        el día en que los tomé de la mano
        para sacarlos de Egipto.
        Ya que ellos no permanecieron fieles a mi Alianza,
        yo me despreocupé de ellos», -dice el Señor-
        Y ésta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel
        después de aquellos días -dice el Señor- :
        «Pondré mis leyes en su conciencia,
        las grabaré en su corazón;
        Yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo.
        Entonces nadie tendrá que instruir
        a su compatriota ni a su hermano,
        diciendo: "Conoce al Señor";
        porque todos me conocerán,
        desde el más pequeño al más grande.
        Porque Yo perdonaré sus iniquidades
        y no me acordaré más de sus pecados».
    Al hablar de una Nueva Alianza, Dios declara anticuada la primera, y lo que es viejo y anticuado está a punto de desaparecer.

Palabra de Dios.

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