sábado, 27 de junio de 2015

El bicentenario del Reglamento de Tierras y el aniversario de la fundación de Melo

"Los más infelices serán los más privilegiados"
Reglamento Provisorio de 1815
Hoy, 27 de junio de 2015, se cumplen 220 años de la fundación de Melo. En el año 1795 el capitán Agustín de la Rosa fundó esta ciudad que debe su nombre a Pedro Melo, Virrey del Río de la Plata. La fundó a orillas del Arroyo Conventos, que el capitán confundió con el Tacuarí, posiblemente por encontrarlo crecido por lluvias invernales. El acta de fundación se inicia diciendo "En la costa Arroyo que se denomina el Tacuarí..."

En setiembre de este año se cumplirá el bicentenario del Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental para el Fomento de la Campaña y Seguridad de sus Hacendados, fechado en el Cuartel General de Artigas el 10 de Setiembre de 1815.

Todos los uruguayos aprendimos desde la Escuela y seguimos recordando una serie de frases que resumen el pensamiento artiguista. Una de ellas es "que los más infelices sean los más privilegiados", expresión de un anhelo de justicia social, en la que se trasluce el espíritu evangélico que llega a Artigas particularmente a través de sus colaboradores franciscanos. La frase está tomada del artículo 6º del Reglamento, que dice textualmente:
6o. Por ahora el señor alcalde provincial y demás subalternos se dedicarán a fomentar con brazos útiles la población de la campaña. Para ello revisará cada uno, en sus respectivas jurisdicciones, los terrenos disponibles; y los sujetos dignos de esta gracia con prevención que los más infelices serán los más privilegiados. En consecuencia, los negros libres, los zambos de esta clase, los indios y los criollos pobres, todos podrán ser agraciados con suertes de estancia, si con su trabajo y hombría de bien propenden a su felicidad, y a la de la provincia.
La preocupación de Artigas sobre el "arreglo de los campos" no es una total novedad en su tiempo. 14 años antes, el 9 de mayo de 1801, el español Félix de Azara escribe desde Batoví (hoy en el departamento de Tacuarembó) una Memoria sobre el estado rural del Río de la Plata en 1801. En ella propone que las autoridades españolas tomen doce medidas que van desde "dar libertad y tierras a los indios cristianos" hasta "exterminar los perros cimarrones". Llama la atención el artículo séptimo: "Anular las compras que se hubiesen hecho fraudulentas, las de enormes extensiones y las que no se hubiesen poblado en tiempo, repartiéndolas a pobres". En su recorrida por estos campos, este militar y sabio español fue acompañado, por disposición del Virrey Marqués de Avilés por dos oficiales del cuerpo de Blandengues: José Artigas y Rafael Gazcón. Esta experiencia de Artigas junto a Azara hace parte del trasfondo de su Reglamento. La comparación de la Memoria de Azara y el Reglamento de Artigas muestra maneras diferentes de enfocar el mismo problema, con algunos puntos comunes.

Pero hay otro antecedente, que es el que queremos evocar en este aniversario de la fundación de Melo. El 7 de mayo de 1795, seis años antes de la Memoria de Azara y veinte años antes del Reglamento de Artigas, el capitàn de la Rosa escribe al Virrey Melo, recomendando la fundación de la población que hoy es capital de Cerro Largo.
El establecimiento de poblaciones en el cordón de la frontera es (...) el remedio (...) no sólo para asegurar las fértiles campañas (...) teniendo siempre a raya la nación fronteriza, sino también para arreglar enteramente aquellos campos, para limpiarlos de ladrones fascinerosos y contrabandistas, para reducir los ganados a rodeo, para evitar los desórdenes que hasta ahora han experimentado y lo que es más que todo para asegurar la inmensa riqueza de esta provincia (...)
(...) mientras no se adopte el sistema de poblar la frontera y repartir los campos en suertes de estancia es imposible disipar todos los desórdenes (...) sólo de este modo se asegurará con la riqueza del país todo cuanto puede apetecerse para el mejor servicio de Dios y del Rey.
Vemos aquí varias preocupaciones:
  • Defender la frontera
  • Arreglar los campos
  • Dar seguridad a quienes trabajan
  • Asegurar la producción y la riqueza que ella genera

Pero para todo eso es necesario poblar la frontera y repartir los campos. ¿A quiénes? Son interesantes algunas observaciones del fundador de Melo:
  • Señala que los "hombres sueltos" de nuestra campaña "no pueden ocuparse en las estancias ya establecidas" y propone para ellos "un indulto general (...) ofreciéndoles suertes de tierras para su establecimiento".
  • Considera que con las formas habituales de adjudicación de tierras, con todas sus exigencias "sólo logran establecer estancias los acaudalados, avasallando y precisando a los pobres o a que los sirvan por el triste interés de un conchabo o a que es lo más común se abandonen al robo y al contrabando donde hallan firmes apoyos para subsistir".
  • Propone poblar el lugar donde se encuentra, "la Guardia del Cerro Largo", porque "sobre haber terrenos suficientes y oportunos para estancias y siembras, aguadas permanentes, pastos abundantes y maderas a propósito para ranchos y corrales, no faltan por aquellas inmediaciones gentes pobres y honradas que correrían con los brazos abiertos a cualquier partido ventajoso que se les ofreciese."

Agustín de la Rosa apuesta a que la propiedad de la tierra y el afincamiento en ella para trabajarla cambie los malos hábitos de los hombres entregados a la delincuencia y dé una oportunidad a las "gentes pobres y honradas". De todo ello, se derivará seguridad en la frontera, seguridad en la campaña y crecimiento de la riqueza para felicidad de todos.

Bibliografía.

Documentos:
- Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental para el Fomento de la Campaña y Seguridad de sus Hacendados. (Texto completo en Wikisource)
- Del capitán Agustìn de la Rosa al Virrey Pedro Melo de Portugal, Buenos Aires, mayo 7 de 1795. En "Antecedentes sobre la fundaciòn de Melo", Boletín histórico, Nros. 116-119, pp. 235-237. Estado Mayor General del Ejército, sección Historia y Archivo, Montevideo, 1968.

Obras:
- Esteban Campal, Azara y su legado al Uruguay, Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1969.
- Aníbal Barrios Pintos, Historia de los pueblos orientales, Tomo II, Ediciones de la Banda Oriental, Ediciones Cruz del Sur, Montevideo, 2008, pp. 253-254.



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