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miércoles, 3 de septiembre de 2014

P. Javier Mori: la visita de un misionero

A pie por los caminos de Dios

Dijo que venía de vacaciones, pero no vino a pasear. Durante 20 días, en el mes de agosto, acompañado de dos jóvenes italianos, recorrió la campaña de Cerro Largo y los barrios de Melo, visitando muchas de las capillas que construyó en sus años de párroco y viviendo emotivos reencuentros.

El P. Javier Mori, de la Diócesis de Brescia, Italia, llegó al Uruguay en 1968 como Fidei Donum. Así se denominan los sacerdotes diocesanos que, animados por el llamado que el Papa Pío XII hizo en su encíclica Fidei Donum, (El don de la Fe, 1957) se ofrecen, con el acuerdo de su Obispo, para acudir a diócesis necesitadas de sacerdotes.

Fueron varios los brescianos que, en esa forma, estuvieron en la Diócesis de Melo. El P. Javier llegó entre los primeros, y permaneció hasta 1988. Los demás fueron Pierluigi Murgioni (1968-1977, fallecido en 1993), Claudio Delpero (1972-1973), Renato Soregaroli (1973-1984, actualmente en Brasil), Francesco Zanotti (1978-1990), Cesare Polvara (1982-1991), Gian Carlo Scalvini, "Dongi" (1995-1999) y Angelo Piardi (2001-2005).  También Antonio Zatti, "Tonino" (1992-2002) y Santo Baccherassi (1992-2007), quienes se encuentran aún en Uruguay, pero en la Diócesis de Maldonado.

La Cruz del Cerro Largo, peregrinación diocesana 2014

El último año del P. Javier en Melo fue el de la visita de San Juan Pablo II, que aconteció el 8 de mayo de 1988. Preparando esa visita, tuvo la idea de instalar una cruz en la altura del Cerro Largo, cruz que hoy es patrimonio departamental y a la que la Diócesis sigue acudiendo en peregrinación todos los años, el V Domingo de Cuaresma.

Proseando y mateando

Pero no sólo dejó construcciones. Fue un formador de comunidades, que dio formación a los laicos e impulsó su participación en la vida parroquial a través de las Comunidades Eclesiales de Base así como de diferentes ministerios y responsabilidades.

Lo conocí hace cuatro años, cuando visité por primera vez Brescia. En ese momento, se estaba recuperando de un accidente vascular y yo tuve ante mis ojos a un "viejito" que hablaba lentamente y parecía pronto para cuarteles de invierno... dos años después, lo encontré el Miércoles de Ceniza en su parroquia de San Giovanni de Polaveno, predicando con la fuerte voz que los melenses escucharon durante sus veinte años de servicio pastoral en la ciudad.

Con el presidente Mujica.

Durante este tiempo en Melo el P. Javier tuvo ocasión de saludar al presidente José Mujica, que estuvo en el departamento de Treinta y Tres para la inauguración de la Escuela Técnica Santa Ana, instalada en una propiedad de la Diócesis de Melo.

 Partiò de Montevideo con sus compañeros de viaje el 28 de agosto, ya de regreso a Italia. ¡Gracias, Padre Javier, por esta visita que nos ha alegrado y animado tanto!

+ Heriberto

domingo, 6 de abril de 2014

¡La cruz se ha vuelto luz! ¡Qué hermosura!


¡Solo aceptando y cargando las cruces de la vida llegamos a la luz de la resurrección!
Con Richard Espel habíamos hablado un día, por correo electrónico, del proyecto “Iluminación de la Cruz del Cerro Largo”
No creía que se iba a hacer realidad tan pronto… ¡Le doy Gracias a Dios!
Dios va a bendecir abundantemente el departamento de Cerro Largo desde lo alto del mismo Cerro donde la Cruz de Cristo se ha revestido del “Sol” del resucitado que, hasta en las noches de la vida, regala su luz a quienes desean recibirla.
El símbolo del departamento que representa el Cerro dominado por el sol ahora asume un significado más profundo: la luz del sol que alumbra de día es la misma que se almacena para alumbrar también la noche. Esta imagen vale para lo material, pero, sobre todo, para lo que se refiere a la experiencia espiritual.
El diario “El País”, que me leí desde aquí, decía que este es “un lugar que parece sagrado”. ¡No parece, sino que es sagrado! Es un lugar de peregrinaciones, de contemplación y de oración.
Desde aquel día que, en clima de oración, Biblia en las manos, sentado en la cumbre del Cerro, mirando hacia Arbolito, empecé a soñar la CRUZ, no dejé de visitarla espiritualmente y desde allí pedirle a Dios la más abundante bendición por aquella tierra y población que ha puesto hondas raíces en mi corazón de “cura”.
El Papa Juan Pablo II motivó la construcción de la Cruz en el Cerro ¡Ahora en Roma está latiendo, en el Papa Francisco, un corazón latinoamericano! ¡Qué bueno!
Y mis padres, obreros los dos, que ofrecieron lo que se gastó para levantar la Cruz, gozarán al ver desde el cielo los frutos espirituales de su sacrificio.
Recordando a Mons. Roberto que me estimuló a realizar el proyecto; a Mons. Heriberto que está acompañando estas nuevas etapas; a los viejos constructores y a los nuevos restauradores; a Richard Espel; al intendente Botana que asumió esta maravillosa iniciativa y a todo el pueblo…. a todos les doy GRACIAS. ¡Y que Dios los Bendiga a todos!
Aunque lejos, estoy con ustedes, espiritualmente muy presente.
¡Hasta el próximo mes de Agosto, si Dios Quiere!
Padre Javier Mori
San Giovanni di Polaveno, Provincia de Brescia, 6 de abril de 2014

martes, 6 de noviembre de 2012

Encuentro de los sacerdotes Fidei Donum de la Diócesis de Brescia en La Paloma, Uruguay





Desde anoche se encuentran en la Diócesis de Maldonado sacerdotes de la Diócesis de Brescia, Italia, acompañados por su Obispo, Mons. Luciano Monari. 
Se trata de sacerdotes misioneros "Fidei Donum" que prestan ayuda pastoral en Brasil, Venezuela, Ecuador, Argentina y Uruguay. 
Dos de ellos fueron nombrados obispos, uno en Ecuador y otro en Brasil. 
La elección de la Diócesis de Maldonado se debe a la presencia allí de los Padres Santo Bacherassi y Tonino Zatti, que estuvieron también en la Diócesis de Melo. 
Esta mañana Mons. Rodolfo Wirz les dio la bienvenida. A continuación, Mons. Heriberto Bodeant, que concurrió a agradecer la presencia de algunos sacerdotes de Brescia durante mucho tiempo en Melo, les presentó las orientaciones pastorales de la CEU y la Sra. Nené Noguez, de la Vicaría Pastoral, les presentó la pastoral de la Diócesis de Maldonado. 
Los sacerdotes continuarán su encuentro hasta el sábado por la mañana, en jornadas matizadas por la reflexión, la oración y la gratuidad del encuentro fraterno.

jueves, 23 de febrero de 2012

Reencuentros en Brescia

En el Centro Pastoral Pablo VI de Brescia.
Más fotos en  facebook  

Misa a las 7 de la mañana, ya no en la gran Iglesia de Orzivecchi, sino en una pequeña, restaurada recientemente (y con buena calefacción). Cuando vamos llegando al templo con toda la familia, veo escrito el nombre de la calle en que se encuentra la Iglesia: “Via Disciplina”. Eso es lo que decían los anuncios del día anterior: que la Misa sería en la Iglesia de esa calle…
Serafino me conduce a la ciudad de Brescia, donde me espera Don Cesare, pro vicario de la Diócesis, Padre César para la Diócesis de Melo. El P. César me ha preparado una prolija agenda, como lo hiciera en la visita anterior.
Empezamos por el Centro Misionero de la Diócesis, donde saludo al todavía director, P. Rafael y conozco al que quedará luego a cargo, P. Carlo. Me anuncian una visita a Uruguay para noviembre de este año, cuando tendrán en Maldonado una reunión de todos los sacerdotes Fidei Donum (sacerdotes diocesanos “prestados” a otras diócesis) de Brescia que están en América Latina. El final de su reunión coincide con nuestra peregrinación nacional a la Virgen de los Treinta y Tres, de modo que no pierdo la ocasión para dejarles hecha la invitación.
Del Centro Misionero vamos a la Casa de las Hermanas de Santa Dorotea de Cemmo, donde encuentro de nuevo a la Superiora General, Madre Lucia Moratti, con quien recientemente nos habíamos visto en Melo. También saludo a la Hna. Aussilia, que guarda un fuerte recuerdo de sus pocos años en Treinta y Tres, desde donde debió partir para cuidar su salud.
De allí al Centro Pastoral Pablo VI, donde tendremos un almuerzo con otros sacerdotes que han estado en Melo. En esta ocasión nos acompañarán el P. Claudio Delpero, que estuvo en Uruguay dos años y el P. Renato Soregaroli, que estuvo en Treinta y Tres entre 1973 y 1984 y actualmente volvió a ser “Fidei Donum” pero en Brasil. También llegó otro sacerdote que estuvo en Uruguay, aunque no en nuestra diócesis, el P. Flavio Salieri, con quien nos conocimos a través de la Pastoral Juvenil. El almuerzo transcurrió con gratos recuerdos que ayudan a mantener esa comunión entre las dos diócesis.
Después del almuerzo, y antes de mi encuentro con Mons. Luciano Monari, el obispo de Brescia, el P. Claudio me lleva a conocer, a pie, lugares históricos de Brescia. Subimos hasta el castillo, allí donde comenzó a poblarse Brescia y desde donde se ve toda la ciudad. El P. Claudio es un hombre sumamente ilustrado y su conversación me hace recorrer, con gran gusto de mi parte, varios siglos de historia, mientras miramos el entrelazamiento de presente y pasado que se nos ofrece a los ojos.
Mons. Monari me recibe con mucha calidez. Tal como lo hice en el Centro Misionero, en un momento de la conversación recuerdo nuestro pedido de sacerdotes, sin apuro y sin angustias, pero siempre presente. Conversamos de la situación de su Diócesis, actualmente realizando un Sínodo para organizar agrupamientos de parroquias, “Unidades pastorales”. Hablamos de la catequesis y de sus dificultades. Me comenta del proyecto diocesano que busca trabajar más tiempo con los padres, incluso comenzando con ellos antes que con los niños.
Para llevarme de nuevo a Orzivecchi, me espera Denisse una olimareña que vino siendo una jovencita (hace no tantos años) a Brescia, donde conoció a Mario, su esposo. Después de un regreso de ella y un viaje de él a Uruguay se casaron. Tienen dos hijos que pasamos a buscar: Natalia y Alessandro. Ella vive en Orzinuovi, cerca de Orzivecchi, y su casa ha sido un lugar de referencia para Mons. Cáceres. En este viaje, en alguna medida sigo los pasos de nuestro emérito… pero en algunos casos, como éste, son sus huellas las que me encuentran a mí.
Cenamos con la familia de Chiara y Serafino, ahora también con los padres de ella, que viven cerca de Milán. De allí vamos a la sala parroquial, para una presentación sobre Uruguay. Tengo un Power Point sobre la Diócesis de Melo, con varias fotos, que hice por primera vez en 2010 y que voy actualizando cada vez. Lo proyectamos, con apoyo de Denisse en la traducción y luego respondo a algunas preguntas. Mucha gente ha venido. Están presentes hermanos de la Hermana Fiorángela, Dorotea de la comunidad de Treinta y Tres. Una guitarra aparece, y la velada termina con algunas canciones de Uruguay.

+ Heriberto


Más fotos de esta velada en  facebook 

viernes, 3 de junio de 2011

Desde Brescia, el P. Javier nos envía este recuerdo de Raúl.

Capilla San Antonio, barrio El Bosque, Melo

Recordando a un amigo

A Raúl yo lo conocí durante la solemne celebración de la noche pascual, no me recuerdo en que año. Hacía poco tiempo que yo era párroco de la Catedral de Melo. Mons. Roberto estaba predicando y se hizo, al fondo de la iglesia, un barullo estorbador de la celebración. Me apuré a tranquilizar el ambiente y convencí a los tres estorbadores, tres amigos bien tomados, a entrar en la pequeña sacristía en el fondo de la catedral. Me dijeron que querían confesarse… Los convencí a venir al día siguiente, cuando se les hubiera pasado la borrachera, a charlar conmigo.
Al día siguiente, domingo de la Resurrección, de los tres, se presentó Raúl. Como yo tenía que salir hacia una capilla de campaña para celebrar, lo invité a acompañarme. A partir de ese día empezamos a conocernos. A partir de ese día, su vida, anteriormente desarreglada, después de una buena confesión que le devolvió la paz interior, empezó a tomar un rumbo positivo. Todas las tardes el zapatero que vivía cerca del “Bosque” venía a la Misa. Aprendió a entonar los cantos y a relacionarse bien con la gente, que empezó a apreciarlo cada vez más.
La piecita de su humilde zapatería empezó a ser lugar de encuentros donde eran cada vez más frecuentes los temas espirituales.
Cuando yo iba a las zonas de campaña con la camioneta, él, a menudo, cerraba su zapatería y me acompañaba. ¡Cuantas misiones y celebraciones en zonas rurales! En Arbolito, La Micaela, Cuchilla del Paraíso en casa de don Desiderio Lima, en Cañas, en la Pedrera, en Guazunambí, Bañado de Medina… en aquellas vueltas nos acompañaban las hermanas, y entre ellas recuerdo la Hermana “Maga” (Magdalena). Ahora se habrán encontrado en el Cielo donde nos han precedido.
Recuerdo haber compartido con Raúl algunas hermosas y alegres pesquerías, y largas charlas en la carpa. ¡Y cuántas cargadas de arena en la vieja Toyota hicimos junto a los vecinos de las zonas rurales para levantar las capillas donde se precisaban! También en los trabajos para levantar la Cruz del Cerro Largo estaba Raúl.
En la capilla de San Antonio, cerca de su casa, él puso su corazón y se responsabilizó de su cuidado.
Muy amigo de Mons. Roberto Cáceres (que a menudo compartía el almuerzo, en su humilde casa, cuando, en estos últimos años, desde Treinta y Tres venia a celebrar en la Capilla de San Antonio), tuvo la oportunidad de acompañarlo en un viaje a Italia que le ofreció el amigo Bruno Bonomini, un parroquiano mío que me había acompañado en un viaje a Uruguay. ¡Este viaje a Italia lo hizo feliz!
En mi última visita a Uruguay lo vi subir a la Cruz del Cerro Largo. Después vino la enfermedad, le cortaron la pierna. Acompañado por el “Carca” su hermano, y por la bondad de amigos y vecinos, le costó depender de los demás y se dejó consumir en su pobreza hasta el desenlace.
Raúl era Raúl, con su historia personal de luces y sombras, con su carácter, con su manera franciscana de vivir, pero su cambio de vida, que llevó adelante coherentemente, nos movió el piso a muchos que lo conocimos bien.
Hoy, en el día y en la hora de tu entierro, junto con el amigo Bruno, celebraré la Eucaristía por ti, para que puedas caminar libre y feliz en los cielos nuevos y tierras nuevas de la eternidad, en la Casa grande y acogedora de aquel Padre bueno que a menudo invocaste sobre esta tierra. En aquella Casa podrás ver, cara a cara, aquel Jesús que intentaste seguir e imitar en tu camino terrenal. El te ha precedido para prepararte un hermoso lugar de paz y felicidad. En aquel lugar espero podernos reencontrar y recordar gozosamente lo vivido.

domingo, 6 de marzo de 2011

Imágenes de Mons. Roberto desde Brescia.


Mons. Roberto bendice la mesa.

Almuerzo con familiares de la Hna. Luigina,
religiosa italiana con más de 25 años en la diócesis, perteneciente
a las Religiosas de Santa Dorotea de Cemmo.

Esto ya parece ser los postres... se ve algo que parece limoncello...

viernes, 4 de marzo de 2011

Noticias de la peregrinación de Mons. Roberto

Hace dos días, Mons. Roberto con el P. Franco y el P. Javier

Con ese título, el P. Javier nos hizo llegar hoy un mail con palabras suyas y del propio Mons. Roberto, junto a estas fotos que compartimos.
Dice el P. Javier:

Querido y apreciado Mons. Heriberto,

Hace dias recibí los saludos que mandaste a mí y a Mons. Roberto.
El pasó los dias conmigo hasta la fecha. Con gente amiga visitó algunas familias conocidas, otros vinieron a visitarlo a él.
Por el hecho que no puedo manejar el coche, por mis problemas de salud, no pude serle de ayuda para que pudiera ampliar sus visitas a gente conocida. Por eso hizo como un largo retiro espiritual en esta parroquia que desde hace tres meses esoy sirviendo. ¡Nunca tuvo esta parroquia a un obispo residente y por tantos dias! Estamos entre montaňas no muy altas, pero vimos caer nieve, y aunque la primavera esté cerca, todavía hace frío.
A pesar de su edad Mons. Roberto tiene una admirable vitalidad. Como siempre, óptimo comunicador del mensaje evangélico y muy apreciado por la gente que lo escucha con mucho interés.
Hago míos los saludos que Mons. Roberto mandó para ti y para todos.
¡Un fuerte abrazo a ti y a toda la querida diócesis de Melo que nunca olvido en mis recuerdos y en mis oraciones!
Javier

Hoy mismo: con el P. Javier y sus sobrinos-nietos
Y esto nos dice Mons. Roberto:

La semana pasada estuve visitando a don Franco en la Val Camonica, que bien conocen las hermanas doroteas.
Allí, en la Val Camonica, en Cemmo, las Doroteas fueron fundadas por la beata Annunciata Cocchetti. Alli estuvimos con el Padre Franco, visitando y orando ante las reliquias de la Beata Cocchetti por toda la diocesis, comenzando por Mons. Heriberto. De paso hablamos con las dos comunidades que custodian este santuario que está en plena reparaciòn para dejarlo a nuevo.
Por supuesto que, al rezar, agradecimos de corazón la presencia misionera de las hermanas doroteas tanto en Melo como en Treinta y Tres, en nuestros barrios más necesitados, donde son tan queridas y valoradas por todo el pueblo.
Yo me estoy cuidando mucho porque el frío, todavía, se hace sentir, acompaňado por la blanca y preciosa nieve que cubre estas montaňas.
El domingo 6 de marzo, almorzaré en Orzinuovi con la familia de Luigina en un amplio “restaurant”, porque son muchos los de su familia.
No creo que me dé el fiato [aliento] para dar una vuelta por Tierra Santa como lo tenia previsto. ¡Dios dirá!

Un abrazo para toda la diocesis en especial para Mons. Bodeant, su hermana Tina y todo el personal del obispado, de parte mia y de Javier que nos sigue queriendo mucho y no descarta hecer una visita mas a la diócesis, y a toda su gente y a su Cruz.

Espero para esa fecha poder estar con ustedes para recibirlo y retribuirle todas sus atenciones.

Es dificil escribirles y saludarlos, como acostumbraba San Pablo, uno por uno, pero a todos les deseamos junto con Javier, una muy sentida y santa Cuaresma que nos ponga en las puertas de una feliz y gozosa Pascua de Resurrección.

Con nuestra màs entraňable bendición los saludamos a todos.
+ Roberto

Iglesia de San Siro. Cemmo, Capo di Ponte, Val Camonica, Italia.
(Foto: Luca Giarelli / CC-BY-SA 3.0)

martes, 22 de febrero de 2011

Noticias de Mons. Roberto desde Brescia, Italia

El P. César Polvara nos cuenta que Mons. Roberto llegó a Brescia el 16 de febrero.
Ese día almorzó con el P. Dongi (Don Giancarlo Scalvini). Luego, el P. César lo llevó a la Parroquia de S. Giovanni en Polaveno donde está el P. Javier.
Su programa es quedarse unos días con el P. Javier, después visitar al P. Franco, las Hermanas Doroteas y a otras personas conocidas.
También nos cuenta que se está gestionando el viaje de Mons. Roberto a Tierra Santa, que sería posiblemente en los días 17-24 de marzo.

Y aquí, Mons. Roberto nos envía su mensaje:


El Obispo emérito de Melo, que está llevando en su mochila sus 90 años en su viaje a Europa, está visitando a sus muchos amigos (Sacerdotes, religiosos/as y laicos que en los años trabajaron pastoralmente en la diócesis de Melo) y a los familiares de los que actualmente están ofreciendo su servicio apostólico en la diócesis de Melo    
Se presenta optima su salud, está resultando enriquecedora su experiencia, y está con ganas de largarse hacia la Tierra de Jesús, la Palestina, para agradecerle a Dios sus años de vida y los casi 50 años de obispo que celebrará el próximo año (2012) si Dios lo querrá. Les manda a todos, a toda la gente, al Obispo Heriberto y toda la comunidad diocesana sus saludos y sus oraciones que a la distancia se vuelven más  intensas y nostálgicas. Con un abrazo virtual que quiere  abarcar todo el territorio de Cerro Largo y Treinta y Tres les dice a todos ¡Hasta la vuelta!

lunes, 7 de febrero de 2011

70 años del P. Javier Mori

El P. Javier en Brescia, 2010
El 7 de febrero de 1941 nació en Italia Saverio (Javier) Mori.
Siguiendo el llamado de Jesús, el 03 de julio de 1966 fue ordenado sacerdote en la Diócesis de Brescia.

Luego de un tiempo como vicario parroquial en S. Stefano (1966-1968), vino como misionero a Uruguay (1968-1988), donde Mons. Roberto le abrió las puertas de Melo. En nuestra Diócesis dejó 20 generosos años de entrega que han quedado para muchos como un recuerdo imborrable.

De regreso en Italia fue vicario parroquial en Gardone Riviera (1988-1990); luego párroco en Prevalle S. Zenone (1990-1999); en Gottolengo (1999-2010). Actualmente, ya retirado, es sacerdote colaborador en Brione, Gombio, Polaveno y en S. Giovanni di Polaveno desde el año pasado.

Ayer, en la Catedral, se leyó su saludo, se recordó este 70º cumpleaños, y la asamblea prorrumpió en un fuerte y cálido aplauso, una expresión más de gratitud de esta comunidad a la que sirvió con tanto cariño y donde siempre se le recuerda.
San Giovanni di Polaveno

El P. Javier en 1988
La despedida de la Diócesis

El Padre Javier Mori llegó a la diócesis allá por setiembre de 1968. Ahora retornará a Brescia, su diócesis de origen, para reencontrarse con los suyos, pero también para reinsertarse en el medio que lo vio nacer y formarse como misionero y al que consagró las primicias de su sacerdocio.
Vuelve con las alforjas llenas de experiencia, pero más que nada, lleno de la gratitud de un pueblo, de una diócesis y de un presbiterio que, como como dice él: "¡a la maula!", va a sentir, y mucho, su ausencia.
Pero no nos es lícito ser egoístas. Agradecemos en esta hora a Dios, a la diócesis de Brescia y al P. Javier, estos densos y por momentos dramáticos años, en los que la presencia misionera de este formidable apóstol se hundió en las mismas raíces de nuestra gente. Sobre todo las de nuestros barrios y la de la campaña. Entre éstas, Javier se sintió como pez en el agua, consagrándoles lo mejor de sí.
Nuestro quincenario [COMUNIÓN] lo va a echar de menos, lo mismo que la radio y los fogones, en donde sus cualidades histriónicas y de narrador vivo y ocurrente, fueron las delicias de chicos y grandes.
Encerrar cuanto ha sembrado el P. Javier en estos veinte años es imposible en estas hojas destinadas a la comunicación casi telegráfica. ¡Tendríamos que hacer un libro! El deseo de que ésta no sea una despedida definitiva nos hace tener la esperanza de que puede volver a esta diócesis que siempre será suya, por derecho de conquista, como lo es de todos los brescianos que trabajan entre nosotros.
Partirá definitivamente de Carrasco el domingo 25 [de setiembre de 1988], pero dejará la diócesis varios días antes. Será despedido con una Concelebración y Acción de gracias en la Catedral, el domingo 18. Será un lleno completo. ¡Adios, querido P. Javier!

(Publicado en COMUNIÓN, Nº 246, 10 de setiembre de 1988. 
Aunque no está firmado, el estilo y la calidez 
dejan adivinar la mano de Mons. Roberto Cáceres...)

Carta de despedida del P. Javier

Queridos amigos de la Parroquia Ntra. Sra. del Pilar y San Rafael:
Me pareció buena cosa resumir en estas hojas lo que juntos hemos venido construyendo en ocho años de vida parroquial, siguiendo las orientaciones del Espíritu Santo.
Todos nosotros al caminar juntos en el nombre de Cristo hemos hecho posible su acción salvadora en nuestra parroquia a lo largo de este tiempo que hemos compartido. No tenemos que olvidar que nuestro caminar se hizo sobre las bases que otros apóstoles y misioneros (sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas habían puesto. Cosechamos lo que otros sembramos, sembramos lo que otros cosecharán y todos en el nombre de Cristo Jesús, “Camino, Verdad y Vida” nuestra.
Al dejar la parroquia, después de ocho años de servicio, y al dejar Melo después de 20 años de feliz residencia que me permitió integrarme en la vida arachana como un melense más, siento lo que puede sentir una persona que realmente ha amado esta tierra, su gente, su cultura… y que realmente quiso compartir la vida del pueblo, en las buenas y en las malas, en sus logros y en sus sufrimientos, pero sobre todo en sus esperanzas.
Una cosa quiero decirles: me entregué a la Iglesia y al pueblo con todo lo que pude, con mis dones y limitaciones. Sólo Dios sabe lo que existe en el corazón de cada uno y Él sabe que mi deseo de entrega total fue sincero aunque a veces mi debilidad humana no me ha permitido ser la transparencia de Dios que yo anhelaba. Confío en Él que es misericordia y que Él ayude a los que por mi causa se han sentido frenados en su camino hacia la Vida. ¡Y le doy gracias a Dios por todo! La larga experiencia melense, los 12 años de servicio pastoral en la parroquia de San José y los 8 años en la Catedral, ha enriquecido mucho mi vida sacerdotal y la ha marcado. Esté donde esté, mi actuación pastoral tendrá sabor arachán.
Loes pido, en el nombre de Dios, que no condicionen su respuesta a Cristo a las simpatías por las personas. Sigan con firmeza el camino de comunión y participación eclesial que juntos hemos emprendido y miren a metas aún más altas. Confío que nada de lo bueno que hicimos caerá con mi ida, sino que irá creciendo con el enriquecimiento de nuevas modalidades.
Lo que más les pido es el amor recíproco, no fingido; el amor que se vuelve respetuoso, solidaridad recíproca, amor que crea en nuestras comunidades un clima cálido, familiar. Si le erramos al AMOR, le erramos al cristianismo, le erramos a la Vida.
¡Ámense profundamente, en Cristo, como Él nos enseñó y lograrán la unidad por la cual Él tanto ha pedido al Padre. Que nadie actúe aisladamente en la Comunidad: ¡sería piedra de tropiezo! En cada Misa, ojalá sea para todos cada domingo, al comulgar ustedes en Cristo, pan de vida, estarán en mí y yo en ustedes. Seguiremos animándonos, ayudándonos, queriéndonos, a pesar de la distancia, porque Cristo domina la distancia, Él es eterna cercanía.
Con mi oración seguiré alentando el camino de las comunidades, las que se reúnen en la ciudad y las que están esparcidas en la campaña, para que sigan creciendo en vida y en presencia evangelizadora.
Seguiré respaldando también, en mi diálogo orante con Cristo, el camino progresivo hacia la fe de los niños de catequesis, de los scouts, de los jóvenes de manera especial, para que se preparen a enfrentar la vida sintiendo cantar en sus corazones los ideales del Evangelio; así se prepararán a vivir el año 2000 con nueva esperanza: ojalá que de ellos nazcan vocaciones sacerdotales y religiosas. Y por las familias... es una espina que me queda: la pastoral familiar, tan necesaria en nuestras comunidades y en la cual poco hicimos. Pediré a Dios por la unidad, la estabilidad, la felicidad y la paz de las familias, para que sean verdaderas Iglesias domésticas.
Que Dios bendiga esta nuestra parroquia y María, la Virgen del Pilar, los acompañe siempre.
Esta relación cómo es y cómo vive ahora nuestra parroquia es un punto de llegada de nuestros anteriores esfuerzos y ahora se vuelve para ustedes un punto de partida hacia nuevas metas.
Tengan siempre ánimo entusiasta y decidido; luchen contra los pesimismos, miren hacia delante, porque Cristo los precede y porque el Espíritu Santo es fuerza inagotable de progresión espiritual.
La última Misa que celebraré en la parroquia será en la Cruz del Cerro Largo para todos cuantos he conocido y querido en estos años: por el pueblo todo hacia el cual Dios orientó el servicio de mi sacerdocio joven; por los religiosos; por mis compañeros sacerdotes; por Mons. Cáceres. En mi espíritu estaré a menudo orando en la Cruz del Cerro Largo por todos ustedes. Y si Dios quiere un día volveremos a vernos.
¡Reciban todos un fuerte y personal abrazo!
Con mucho cariño me despido,
Saverio (padre Javier)
(COMUNIÓN, Nº 248, 1 de octubre de 1988)


jueves, 15 de julio de 2010

Sotto il sole d'Italia (7)

En la Diócesis de Brescia
La antigua catedral de Brescia
La entrada de la Curia de Brescia
¿Qué ha significado Brescia para la Diócesis de Melo? Esto es algo que no puede ignorar un Obispo que llega a Cerro Largo y Treinta y Tres. La tierra bresciana ha sido muy generosa con Melo. Sacerdotes y religiosas oriundos de Brescia han dejado – y aún siguen dejando – profundas huellas en la vida diocesana.
Para agradecer tantos bienes recibidos a lo largo de muchos años, y buscando fortalecer o reanudar vínculos, Álvaro y yo contactamos al P. César Polvara, actualmente Pro Vicario de la Diócesis de Brescia, pidiéndole que nos ayudara para encontrarnos con su Obispo, Mons. Luciano Monari, con los sacerdotes que han pasado por Melo, y con la Madre General de las Hermanas de Santa Dorotea, Sor Lucía. El P. César se portó muy bien con nosotros, y nos organizó un programa compacto y efectivo.
El Obispo
Ayer de mañana tuvimos la entrevista con Mons. Monari. Nos acompañaron el P. César y el P. Javier, antiguo párroco de San José Obrero de Melo. El Obispo nos recibió muy cordialmente. Le expresé la gratitud de la Diócesis, le presenté nuestra situación actual y le confié mi deseo de que pudiéramos en el futuro recibir nuevamente la ayuda de sacerdotes de su Diócesis. Brescia es, todavía, una diócesis con numerosos sacerdotes (más o menos el doble de todos los que hay en el Uruguay), pero las ordenaciones son menos numerosas que antes. Hay también otros pedidos: de Cuba, por ejemplo. El Obispo consultará a sus consejeros y verá si es posible acceder a nuestra solicitud.
Después del saludo al Obispo, visitamos la antigua Catedral, una Iglesia Románica cuya parte más antigua se remonta al siglo VIII.
Los Sacerdotes
A mediodía almorzamos con los PP. César, Javier Mori, Franco Zanotti y Raffaele Donneschi, director del Centro Misionero de Brescia.
La memoria de César nos permitió reconstruir algunos tramos de esta historia de solidaridad de Brescia hacia Melo.
El camino lo abrió el P. Saverio (Javier) Mori que llegó allá por 1968 y se quedó 20 años. Fue párroco de San José Obrero en Melo y luego en la Catedral. Construyó comunidades pero también construyó numerosas capillas. Lo acompañaron en distintos momentos el P. Pierluigi Murgioni  (fallecido en 1993) que estuvo en actividad pastoral en Uruguay de 1968 a 1972, año en que fue detenido y encarcelado hasta 1977 y el P. Claudio Delpero, que estuvo en Uruguay y en otros lugares de América Latina entre 1967 y 1974.
En 1973 llegó el P. Renato Soregaroli. Estuvo hasta 1984, pasando por San José Obrero de Melo, San José Obrero de Treinta y Tres y por Fraile Muerto.
El P. Francesco (Franco) Zanotti llegó en 1978 y se quedó hasta 1990, en San José Obrero de Melo.
El P. César Polvara llegó en 1982, estuvo con Saverio en la Catedral y luego en Fraile Muerto. Regresó a Italia en 1991.
En 1985 llegó el P. Ángelo Piardi, (1985-1996). Estuvo también en Río Branco (2001-2005).
De 1995 a 1999 estuvo el P. Giancarlo (Dongi) Scalvini , que fue párroco de la Catedral de Melo.
En los últimos años han pasado el P. Antonio (Tonino) Zatti (1992-2002) y el P. Santo Baccherassi (1992-2007) ambos actualmente en la Diócesis de Maldonado desde 2008.
Diez nombres pasaron por esta memoria que hicimos durante el almuerzo. Cada uno de ellos con su propia historia, con su mundo de relaciones, con sus gozos y sufrimientos, fracasos y logros. Alguno estuvo apenas dos años; otro, Saverio, veinte. Todos ellos son para la Diócesis de Melo un motivo de gratitud hacia la Diócesis que los dejó partir hacia nuestros pagos de la Cuchilla Grande.
Las Doroteas
Las Hermanas de Santa Dorotea de Cemmo tienen en Brescia un gran centro de espiritualidad, y hacia allí fuimos en la tarde. La Madre Lucía nos recibió junto con algunas integrantes de su Consejo, y estaban allí también la Hna. Stella y la Hna. Teodolinda. Fue también un momento para expresar la gratitud de la Diócesis por la presencia de las Hermanas, y para la Madre General de expresarnos la voluntad de continuar esa presencia, aún con las menores posibilidades actuales de la Congregación. Hablamos sobre la Diócesis, sobre el trabajo pastoral de las Hermanas que están en Melo y Treinta y Tres, recorrimos el Centro y nos fuimos a descansar a la Casa del Clero, donde estuvimos alojados hasta hoy de mañana.
Ahora ya estamos en Verona, última etapa de nuestro viaje, donde reencuentro a viejos amigos, sacerdotes veroneses que estuvieron durante muchos años en la Diócesis de Salto. Mañana mi hermana, que está visitando a su hijo en Alemania, se une también a nosotros.
+ Heriberto