jueves, 15 de julio de 2010

Sotto il sole d'Italia (7)

En la Diócesis de Brescia
La antigua catedral de Brescia
La entrada de la Curia de Brescia
¿Qué ha significado Brescia para la Diócesis de Melo? Esto es algo que no puede ignorar un Obispo que llega a Cerro Largo y Treinta y Tres. La tierra bresciana ha sido muy generosa con Melo. Sacerdotes y religiosas oriundos de Brescia han dejado – y aún siguen dejando – profundas huellas en la vida diocesana.
Para agradecer tantos bienes recibidos a lo largo de muchos años, y buscando fortalecer o reanudar vínculos, Álvaro y yo contactamos al P. César Polvara, actualmente Pro Vicario de la Diócesis de Brescia, pidiéndole que nos ayudara para encontrarnos con su Obispo, Mons. Luciano Monari, con los sacerdotes que han pasado por Melo, y con la Madre General de las Hermanas de Santa Dorotea, Sor Lucía. El P. César se portó muy bien con nosotros, y nos organizó un programa compacto y efectivo.
El Obispo
Ayer de mañana tuvimos la entrevista con Mons. Monari. Nos acompañaron el P. César y el P. Javier, antiguo párroco de San José Obrero de Melo. El Obispo nos recibió muy cordialmente. Le expresé la gratitud de la Diócesis, le presenté nuestra situación actual y le confié mi deseo de que pudiéramos en el futuro recibir nuevamente la ayuda de sacerdotes de su Diócesis. Brescia es, todavía, una diócesis con numerosos sacerdotes (más o menos el doble de todos los que hay en el Uruguay), pero las ordenaciones son menos numerosas que antes. Hay también otros pedidos: de Cuba, por ejemplo. El Obispo consultará a sus consejeros y verá si es posible acceder a nuestra solicitud.
Después del saludo al Obispo, visitamos la antigua Catedral, una Iglesia Románica cuya parte más antigua se remonta al siglo VIII.
Los Sacerdotes
A mediodía almorzamos con los PP. César, Javier Mori, Franco Zanotti y Raffaele Donneschi, director del Centro Misionero de Brescia.
La memoria de César nos permitió reconstruir algunos tramos de esta historia de solidaridad de Brescia hacia Melo.
El camino lo abrió el P. Saverio (Javier) Mori que llegó allá por 1968 y se quedó 20 años. Fue párroco de San José Obrero en Melo y luego en la Catedral. Construyó comunidades pero también construyó numerosas capillas. Lo acompañaron en distintos momentos el P. Pierluigi Murgioni  (fallecido en 1993) que estuvo en actividad pastoral en Uruguay de 1968 a 1972, año en que fue detenido y encarcelado hasta 1977 y el P. Claudio Delpero, que estuvo en Uruguay y en otros lugares de América Latina entre 1967 y 1974.
En 1973 llegó el P. Renato Soregaroli. Estuvo hasta 1984, pasando por San José Obrero de Melo, San José Obrero de Treinta y Tres y por Fraile Muerto.
El P. Francesco (Franco) Zanotti llegó en 1978 y se quedó hasta 1990, en San José Obrero de Melo.
El P. César Polvara llegó en 1982, estuvo con Saverio en la Catedral y luego en Fraile Muerto. Regresó a Italia en 1991.
En 1985 llegó el P. Ángelo Piardi, (1985-1996). Estuvo también en Río Branco (2001-2005).
De 1995 a 1999 estuvo el P. Giancarlo (Dongi) Scalvini , que fue párroco de la Catedral de Melo.
En los últimos años han pasado el P. Antonio (Tonino) Zatti (1992-2002) y el P. Santo Baccherassi (1992-2007) ambos actualmente en la Diócesis de Maldonado desde 2008.
Diez nombres pasaron por esta memoria que hicimos durante el almuerzo. Cada uno de ellos con su propia historia, con su mundo de relaciones, con sus gozos y sufrimientos, fracasos y logros. Alguno estuvo apenas dos años; otro, Saverio, veinte. Todos ellos son para la Diócesis de Melo un motivo de gratitud hacia la Diócesis que los dejó partir hacia nuestros pagos de la Cuchilla Grande.
Las Doroteas
Las Hermanas de Santa Dorotea de Cemmo tienen en Brescia un gran centro de espiritualidad, y hacia allí fuimos en la tarde. La Madre Lucía nos recibió junto con algunas integrantes de su Consejo, y estaban allí también la Hna. Stella y la Hna. Teodolinda. Fue también un momento para expresar la gratitud de la Diócesis por la presencia de las Hermanas, y para la Madre General de expresarnos la voluntad de continuar esa presencia, aún con las menores posibilidades actuales de la Congregación. Hablamos sobre la Diócesis, sobre el trabajo pastoral de las Hermanas que están en Melo y Treinta y Tres, recorrimos el Centro y nos fuimos a descansar a la Casa del Clero, donde estuvimos alojados hasta hoy de mañana.
Ahora ya estamos en Verona, última etapa de nuestro viaje, donde reencuentro a viejos amigos, sacerdotes veroneses que estuvieron durante muchos años en la Diócesis de Salto. Mañana mi hermana, que está visitando a su hijo en Alemania, se une también a nosotros.
+ Heriberto

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