domingo, 4 de julio de 2010

Desde Alemania (2)

Un domingo con la 
Misión de Habla Hispana
en Essen
Cuando comenzamos a programar este viaje, al darme cuenta de que iba a pasar un domingo en Essen, comencé a ver la posibilidad de celebrar en español con alguna comunidad.
Es así que me pusieron en contacto con el P. Sebastián Nieto, uno de los responsables pastorales de la Misión de lengua española en la diócesis de Essen. Así fui invitado para hoy al mediodía, a celebrar Misa en la Parroquia de la Santa Cruz, donde la misión tiene su sede.
No era una Misa dominical más: la Misión tenía un día de fiesta, con Misa Rociera (Misa cantada al estilo flamenco, por la Virgen del Rocío, de Andalucía). También Gabriela, una joven venezolana casada con un alemán, recibiría el Sacramento de la Confirmación y dos señoras de República Dominicana, Clara y Rosa, celebrarían su Primera Comunión.
Fue una Misa diferente, con muchos momentos emotivos, e invité a la comunidad a recoger la invitación de Jesús en el Evangelio de hoy, no sólo para rezar para que haya nuevos obreros para la cosecha, sino a convertirse, cada uno de acuerdo a sus posibilidades, en uno de esos obreros, porque la cosecha no puede esperar. Como una vez me dijo con toda sencillez un agricultor: "la cosecha es un capital. Si Ud. no la levanta cuando tiene que hacerlo, lo pierde". La urgencia misionera tiene que seguir inquietándonos.
Luego de la Misa, una típica paella y espectáculos de danza. Los fondos recaudados (ya desde el sábado, en que hubo otras actividades) serán volcados a Haití y Chile, a través de Cáritas alemana.
Me quedé un buen rato conversando, sobre todo con los españoles. Allí aparecieron sus problemas de migrantes ya antiguos, a la hora de la jubilación, donde no siempre recogen lo que esperan... inevitablemente terminamos hablando de fútbol, y acepté el pronóstico de una final entre España y Uruguay. Hasta el martes, ¡todo es posible!
Más tarde, me reencontré con mi hermana y mi sobrino, que estuvieron en la Misa pero no en la fiesta. Con ellos caminamos por el centro de Essen, llegando hasta la Catedral, donde me llamó la atención el Calvario con los dos ladrones crucificados junto a Jesús. No recuerdo haberlo visto de esta forma en ninguna otra parte.
Álvaro, mi compañero de viaje, fue invitado a casa del responsable de Uruguay ante Adveniat. Mañana tenemos nuestra entrevista en Adveniat, presentando informes y proyectos de la Diócesis de Melo y de la Conferencia Episcopal.
+ Heriberto



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