viernes, 20 de febrero de 2009

El Cristo de madera - "Tallando" de Tito Fernández

Este Cristo de madera tallada y pintada, perteneció a mi tía Amelia, española, asturiana, hermana de mi madre. Siempre recuerdo cómo lo introducía en las conversaciones, no hablando de él, sino con él. Por ejemplo, ella estaba contándote algo y, de repente, se volvía hacia el Cristo, le decía "tú sabes, Señor, que es así lo que digo" y seguía su relato...
Esta imagen y este recuerdo vienen como introducción a una canción.

Junto con "Dios a la una", que pueden encontrar en una entrada anterior, "Tallando" es otra canción que refleja la "sed de Dios" de nuestros pueblos... "Yo nunca he creído en Cristo / pero que falta me hacía", nos dice Tito Fernández a partir de una experiencia que marcó su vida.
Para escuchar la canción, haz click en el globo gris, y puedes seguir la letra mirando más abajo.


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TALLANDO.
Letra y Música: Tito Fernández.

Hablado
En la viruta del avellano
que estoy tallando, tallando,
se pueden ver, cafecitas,
las rayitas de mi canto.

Canto
Estoy haciéndome un Cristo,
con mi paciencia y mi calma,
pa'que me sirva de abrigo
cuando se me hiele el alma,
cuando se me hiele el alma.

Aquí en el monte está "helao",
y no hay poncho que me cubra
el que tenía lo hei' "dao"
pa'que abriguen a la luna,
pa'que abriguen a la luna.

Hablado
En la viruta del avellano.
que estoy tallando, tallando,
se pueden ver, cafecitas,
las rayitas de mi canto.

Canto
Con mi cuchillo y mi pena,
entre el verdor de la vida,
voy hiriendo la madera
y agrandando más mi herida,
y agrandando más mi herida.

Ya no me quedan tristezas,
todas se las llevó el viento,
del amor sólo me queda
la amargura de un recuerdo,
la amargura de un recuerdo.

Hablado
En la viruta del avellano,
que estoy tallando, tallando,
se pueden ver, cafecitas,
las rayitas de mi canto.

Canto
En esta cruz de madera,
desde la tierra nacida,
cuántas horas, placenteras,
se han pegado agradecidas,
se han pegado agradecidas.

Empecé este crucifijo,
sin pensar, hace tres días,
yo nunca he creído en Cristo
pero qué falta me hacía,
pero qué falta me hacía.

Hablado
En la viruta del avellano
que estoy tallando, tallando,
pedacito a pedacito
las penas se van quedando.

Tito Fernández, cantor popular chileno, nació en 1942 en Temuco, con numerosos registros musicales.
En su sitio web, que puedes visitar haciendo click aquí, se cuenta la historia del nacimiento de esta canción, en circunstancias bastante dramáticas, en años turbulentos de nuestra América Latina:

"Es el poema más hermoso que he escrito y así me lo dicen quienes lo han escuchado, partiendo por el gran Pablo Neruda. Y si lo dijo él..."
Su génesis es dramática y marcó un hito en la vida de Tito Fernández cuando corría el año 1967. Estaba en Bolivia, en la localidad de Camiri, cuando en el tiempo de la guerrilla del Che Guevara fue detenido por los militares. "Fui detenido sólo por ser extranjero y, por desgracia, no tuve defensa porque ese año no había Embajada chilena ni Consulado en el país". La situación se tornó dramática para El Temucano y el temor se apoderó de él."Ahí me di cuenta que no hay ateos en las trincheras". "Cuando el miedo me invadía, al llegar un amanecer exclamé en mi desesperación ¡Señor ayúdame!". Coincidencia o no, esa mañana llegaron a la cárcel dos connotados prisioneros; el periodista y filósofo Regis Debray y el periodista chileno Alejandro Roth. El lugar adquirió importancia internacional y se llenó con periodistas de todas partes del mundo.
"Eso fue mi salvación, pues los bolivianos, que no querían tener más problemas, menos con otro chileno a pito de nada, decidieron soltarme. Yo estaba tallando un crucifijo de madera durante mi encierro. Me lo traje a Chile y, en ese momento, me hice cristiano. Por eso, ese poema 'Tallando' es un hito importante en mi vida, por esta y otras razones más largas de explicar".
"El crucifijo de la historia fue destruido por los militares chilenos en Septiembre de 1973. Sin embargo el día Sábado 7 de Julio de 2001, en el pueblito de Coelemu, un artesano me esperaba con un Cristo tallado en madera de avellano, como dice mi canción.
Hoy me mira, desde su lugar en mi casa, y me dice que el camino del cantor siempre te depara sorpresas enriquecedoras."

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una cancion que marco mi juventud y hacia lo que queria yo ser, aunque en ese tiempo solo oi un trozo de la cancion, pero se quedo en mi memoria por siempre, ahora que la escucho completa no me defraudo, gracias.

Jorge Spicel dijo...

También me marcó para siempre. Uno no hace más que pedir y pedir en cada oración aprendida pero no es capaz de crear una nueva en agradecimiento por los bienes recibidos. Y ésta, es una verdadera oración ante la cual uno no puede dejar de pensar a cuánto puede llegar el arte en el estampado de los sentimientos.

Unknown dijo...

Cincuenta años.. que la escuché y como sirve..uno talla la vida y en cada viruta vamos dejando las penas. Gracias coterráneo

Unknown dijo...

Hermoso tema. Lo escuchaba cuando era muy joven y hasta el día de hoy me emociona y me alivia el alma, cuando siento pena.