domingo, 18 de septiembre de 2016

Enfoques Dominicales - Ser fiel en lo poco...


En estos tiempos no es raro escuchar denuncias de corrupción. Un ex presidente de un país vecino acusado de desvío de dinero público para favorecer empresas corruptas. La secretaria de un legislador afirma que no se volcaron al BPS sus aportes jubilatorios. Y así, muchos más ejemplos se podrían agregar, de cosas más grandes y más chicas.

El Papa Francisco, en su carta “La alegría del Evangelio” denuncia  “ese cáncer social que es la corrupción profundamente arraigada en muchos países —en sus gobiernos, empresarios e instituciones— cualquiera que sea la ideología política de los gobernantes.”

En el Evangelio de hoy (Lucas 16,1-13) Jesús nos cuenta la historia de un administrador corrupto, que es descubierto y que va a quedarse sin trabajo, y nos deja una advertencia: “El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho”.

Las personas no nacen corruptas. Más allá de que en el ser humano haya una debilidad que muchas veces lo inclina a obrar mal, nadie nace malo. Simplemente nace humano. Humano significa estar enfrentado diariamente al drama de la vida. El drama pone en juego la libertad de la persona humana.

La vida es dramática porque en ella tenemos que elegir. Dios, que nos ha dado esa libertad, nos pone frente a esas decisiones: “Yo he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, y vivirás, tú y tus descendientes” (Deuteronomio 30,19)

Jesús llama a seguirlo, lo que significa adoptar un estilo de vida exigente, muchas veces un cambio radical en la manera de vivir. Hay gente que deja todo para seguirlo y hay otros, como aquel hombre que se alejó entristecido, que no lo siguió. Es una decisión.

La corrupción empieza en las cosas pequeñas. Para una persona que ha vivido honestamente su vida, que no quiere ni ensuciarse las manos ni meterse en líos, o sea, que no quiere hacer ni lo que está mal ni lo que no le conviene, la corrupción puede empezar así. “bueno, no estoy robando millones… esto no es nada… nadie lo va a sentir… ni se van a dar cuenta… después de todo, a mí me explotan…”

Se van construyendo justificaciones pero, sobre todo, se va construyendo un hábito. Y eso que había empezado casi como un juego, pero que fue una decisión, se convierte en un fuego, un fuego que va devorando por dentro a la persona. Quiere más, lo busca por todos los caminos posibles, va haciéndose una idea de impunidad… y ya está. Un día la conciencia ya no le hace reproches porque  ha cruzado todos los límites.

Por eso, el llamado de Jesús hoy: empezar por ser fiel en lo poco. Pequeñas decisiones, con las que vivir honradamente cada día, para llegar al final del día sin remordimientos ni falsas justificaciones.

Hay otros pasajes del Evangelio donde, de otra forma, Jesús nos invita a vivir esta fidelidad desde lo poco. Así nos dice: “El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.” (Mateo 5,19).

Pero Jesús también toma los grandes mandamientos y nos dice como cumplirlos no sólo en general, sino en profundidad.

Por ejemplo: “no matarás”. Y podemos decir “yo no he matado a nadie”. Pero Jesús agrega: “todo aquel que se irrita contra su hermano, será condenado por el tribunal. Y todo aquel que lo insulta, será castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, será condenado a la Gehena de fuego” (Mateo 5,22).

Otro mandamiento que recuerda Jesús: “No cometerás adulterio”. Y también una persona casada puede decir “yo no engaño a mi cónyuge”. Pero Jesús agrega: “El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón” (Mateo 5,28).

Entonces, ser fiel empieza por lo pequeño, por lo poco; pero también por un cambio en lo profundo del corazón. Porque también se puede aparentar ser fiel en lo poco. Jesús reprocha a los fariseos que pagan “el diezmo de la menta, del anís y del comino, pero han descuidado los preceptos más importantes de la ley: la misericordia y la fidelidad” (Mateo 23,23).

Desde esta perspectiva podemos entender las palabras de Jesús: “Donde está tu tesoro, está tu corazón” (Mateo 6,21).

Miremos nuestro corazón, miremos dónde está, y pidamos a Jesús que Él esté realmente allí, guiándonos en esas decisiones de cada día en las que se juega nuestra libertad y nuestra vida para que seamos fieles en lo poco y en lo mucho, en la fidelidad y en la misericordia.

o0o0o0o0o0o0o Enfoques Dominicales es un programa que se emite por 1340 AM La Voz de Melo, los domingos a las 11:50

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1340 AM La Voz de Melo, los domingos a las 11:50
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