jueves, 28 de enero de 2010

Encuentro de Pastoral Vocacional en Maldonado




Hoy, en el Obispado de Maldonado, se realizó un encuentro convocado por el Centro Nacional de Vocaciones del Departamento de Vocaciones y Ministerios (DEVYM) de la Conferencia Episcopal del Uruguay.
Estuvieron presentes Mons. Rodolfo Wirz, obispo de Maldonado y Mons. Heriberto Bodeant, presidente saliente del DEVYM, varios sacerdotes, religiosas, miembros de institutos seculares, miembros del Serra Club y otros agentes de P. Vocacional.
Los participantes escucharon una aguda ponencia de la Dra. Alicia Zanotti de Savanti, argentina, médica psiquiatra, con larga experiencia en su país en trabajo terapéutico con sacerdotes y personas consagradas.
Desde su campo de conocimiento, pero también como católica practicante y con un fuerte compromiso eclesial, la Dra. Zanotti dio elementos para comprender mejor las crisis que llevan a algunos sacerdotes o personas consagradas a abandonar su consagración.
Lo hizo desde un enfoque psicológico que toma al hombre fundamentalmente con un ser relacional. De esa forma, las crisis dejan de verse como un fenómeno individual, un problema particular de una persona y pueden ser encaradas en un marco institucional y comunitario. La relación del sacerdote con su Obispo y con sus hermanos de presbiterio, o de la religiosa con su superiora y su comunidad son aspectos a revisar cuidadosamente, también en forma preventiva. Muchas de las deserciones podrían haberse evitado en la medida en que algunos síntomas previos hubieran sido advertidos y tratados a tiempo.
Destacó también la importancia de que quienes tienen el servicio de presidir o dirigir (el Obispo, la superiora) puedan ser para sus sacerdotes o religiosas un adulto significativo empático. Adulto en el que destaca la capacidad de recibir y escuchar al otro. Significativo, porque tiene que ver con la identidad del otro. Es significativo quien puede confirmar o desalentar esa identidad, esa vocación. Empático: porque uno sólo puede crecer en su self (su yo más auténtico) si fue reflejado por alguien que lo comprende. Si uno plantea un problema y se siente comprendido, escuchado, crece, puede abrirse mucho más; si uno recibe una respuesta negativa, aprende a poner máscaras, defensas, y ya no dice lo que piensa. Este adulto es capaz de generar relaciones de confianza y crecimiento. No contar con una persona así, para el sacerdote o la persona consagrada, lo expone a la más terrible soledad.

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