jueves, 11 de diciembre de 2014

Recordando a María del Carmen: Vacunación en Merinos (Paysandú - Río Negro)

Camino cerca de Merinos (Foto: Andrés Álvaro Rodríguez)
En el día de hoy se cumple un año del fallecimiento de mi madre, María del Carmen Fernández de Bodeant. Como lo hiciera el 20 de octubre, día de su cumpleaños, comparto con Uds. uno de sus relatos. Este pertenece a los años en que los centros de salud de Fray Bentos y Young, en actuación coordinada, completaron al 100 % la vacunación del departamento.
Si bien la localidad de Merinos se encuentra en su mayor parte en el departamento de Paysandú, la vacunación de los niños correspondía a Río Negro, de modo que hasta allá marcharon las vacunadoras. Esto es lo que cuenta María del Carmen.

“El Señor es mi Pastor, nada me puede faltar”
Salmo 22

Cuando comenzamos a vacunar la zona rural, solicitamos la lista de escuelas de Río Negro y entre ellas estaba Merinos, cuya población está compartida con Paysandú y a más de 100 Km de Young.
Llegar a Merinos sólo fue posible gracias a la colaboración de la IMRN. En los primeros tiempos aún no contábamos con el Volkswagen que luego nos fue asignado, ni tampoco con nuestro chofer Omar.
En la primera visita nos acercamos a la policlínica de Salud Pública que depende de Paysandú y su encargada, Sra. Argentina Torres, nos brindó el lugar para trabajar, su colaboración para citar a vacunación a los niños que aún no iban a la escuela y el calor de su simpatía.
Al comenzar a fichar los numerosos niños, nos sorprendieron sus nombres tomados de la Biblia, desde Dina (*) hasta Azarael, "corredor de Dios" (**) y los grupos familiares de hasta tres menores de 5 años, además de un lactante. Pero cuando solicitamos los carnés de vacuna, el 90% no tenía. Simplemente no estaban vacunados. El resto sólo tenía la BCG recibida al nacer.
Una madre nos explicó la causa. La mayoría de los niños nacían en domicilio en Merinos asistidos por la abuela paterna. “Pero” –señaló dos familias– “en estos casos, la suegra está enferma y ya no parterea más, por eso tuvieron que ir al Hospital de Guichón y fueron vacunados al nacer.”
“Pero si ustedes pueden ir a Guichón, ¿por qué no llevan sus hijos a vacunar?”
“El Señor nos protege”, fue la respuesta.
“De acuerdo, pero nosotras hemos tenido que vencer muchas dificultades para llegar hasta aquí, y debemos suponer que fue la voluntad de Dios que lo lográramos, de modo que en adelante esperamos que concurran a las citas”.
Nunca tuvimos problemas para vacunar en Merinos. Respetamos su Fe, educamos sin menoscabar su forma de vida y las madres nos demostraron su confianza. También visitamos al Pastor del grupo religioso y vacunamos sus hijos, después que él nos declarara:
"Mis hijos no necesitan ser vacunados, porque el Señor los protege; pero nosotros cumplimos las leyes" (***).
Habíamos llevado, como una exageración, 20 dosis de vacuna triple viral (sarampión, rubéola, paperas) que se administra al año de vida y no alcanzó para todos los menores de tres años.
Lo que nos maravilló fue que no tuvieron ningún caso de sarampión, porque en esa época aún se veían epidemias.
Por razón de distancia, no podíamos ir todos los meses, así que se acordó con Paysandú de alternar las visitas y algunas mamás fueron a Guichón.
Y entonces comenzaron los problemas con la sección Computación. En Merinos la división entre ambos departamentos se hace por la vía férrea. Del lado rionegrense están la escuela, el juzgado y pocas viviendas, el resto pertenece a Paysandú.
Paysandú y Guichón empleaban su código (K) para registrar a todo habitante de Merinos, y nosotras a todo inscripto en nuestro juzgado con la (L) de Río Negro.
Frente al número de boletas rechazadas por la computadora, y aprovechando que mensualmente concurría al MSP, solicité de CHLA autorización y comenzamos a trabajar con su personal, mediante el fichero de Merinos y el cuaderno de Juzgado, eliminando dudas y clarificando la respectiva dependencia departamental, lo que redundó en trabajo armónico.
En 1988 la CHLA impuso el uso de fichero, visitas a juzgado y el uso de la “ficha viajera” para comunicar datos de niños trasladados, fallecidos, o que hubiesen sido vacunados fuera de su lugar habitual.
El 30 de noviembre de 1989, fueron citados todos los vacunadores de seis departamentos, incluyendo Río Negro, para recibir un “Testimonio de Reconocimiento” otorgado por MSP, OMS y OPS (Oficina Panamericana de la Salud) por haber logrado el 100% de vacunación de los niños nacidos en 1987 y 1988, base para cumplir el lema de “Salud para todos en el año 2000”.
Cuando Young pasó a recibir sus testimonios, fue aclamado, haciendo que el Dr. Raúl Ugarte preguntase el motivo.
“Por ser tan colaboradores, Sr. Ministro” fue la respuesta.
Hoy, como ayer y tal vez mañana, Young, seguirá obteniendo reconocimientos, porque todo el equipo de la salud trabaja para el bien de la población, y porque lo hace como “amigo”, “fraterno”, “solidario” y sobre todo con calidez humana ¡Adelante Young!

 NOTAS:
(*) Hija de Jacob y Lía, Génesis 30,21

(**) Jefe de la tribu de Dan, hijo de Yerojam. Primer libro de las Crónicas, 27,22

(***) Pocos años antes de esto, creo que en enero del 82, siendo yo seminarista, visité Merinos en una misión y conocí al pastor. Su congregación era "Asamblea Apostólica de la Fe en Cristo Jesús", y tenía una hija llamada Damaris. "¿En qué lugar de la Biblia está ese nombre?" nos preguntó a los seminaristas... no supimos. "Aparece una sola vez, en Hechos 17,34". Efectivamente, esa es la mujer que, junto con un hombre llamado Dionisio, está entre los pocos que se convierten después de escuchar la predicación de San Pablo en Aréopago de Atenas.

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