domingo, 17 de abril de 2016

Enfoques Dominicales. Jesús Buen Pastor: elegidos con misericordia.

Cruz pectoral que utiliza el Papa Francisco:
el mismo diseño que la de Mons. Roberto Cáceres
Hoy es el cuarto domingo de Pascua, domingo de Jesús Buen Pastor, jornada mundial de oración por las vocaciones.

La figura de Jesús Buen Pastor nos lleva a recordar a otro “buen pastor” que, al modo de Jesús, pastoreó la comunidad católica en los departamentos de Cerro Largo y Treinta y Tres, nuestra Diócesis de Melo. Estamos hablando de Mons. Roberto Cáceres, obispo de Melo desde 1962 a 1996, que ayer cumplió sus 95 años en Montevideo, en el Hogar Sacerdotal donde hoy reside. Lo estuve acompañando junto a numerosas personas que fueron a visitarlo y me pidió muy especialmente hacerles llegar su saludo.

También tenemos que recordar a la Parroquia Jesús Buen Pastor, aquí en Melo, que celebra hoy su fiesta patronal. Una parroquia conocida por su ubicación frente al “Quiosco cinco”, Todavía hay quien se refiere a ella como “Centro de Promoción Social”, pero desde 1997, hace ya 19 años, Mons. Cotugno la hizo la más nueva de las parroquias de Melo.

Allí, hace más de 30 años hay una comunidad de las Hermanas de Santa Dorotea de Cemmo, o simplemente, las Doroteas, que hoy continúan animando la vida parroquial. La Parroquia abarca un territorio importante que incluye la Capilla Santa Teresita, la capilla conocida como “La Casita”, el barrio El Trampolín, con su capilla Nuestra Señora de Guadalupe, el Salón San Francisco, actualmente atendido desde otra parroquia; las capillas que están en Cañas, La Micaela, La Pedrera, Arbolito… Felicitaciones a toda la comunidad.

En esta jornada mundial de oración por las vocaciones, el Papa Francisco nos ha dirigido un mensaje titulado “La Iglesia, madre de vocaciones”, que esta disponible desde ayer en este blog.
En este mensaje el Papa hace una breve alusión al origen de su propia vocación. Creo que vale la pena saber un poco más de esto… Cuando el Papa Francisco fue elegido eligió un lema que lo ha acompañado en todo su camino vocacional. El lema está en latín: “Miserando atque eligendo” y está tomado de una homilía sobre la vocación del apóstol Mateo.

¿Qué quiere decir “Miserando atque eligendo”? Francisco lo traduce como “lo eligió con misericordia”. Efectivamente, el apóstol Mateo era un hombre que tenía una profesión que era considerada como un pecado público. Era un “publicano”, un recaudador de impuestos. El cobrador de impuestos no era un funcionario público. El imperio romano trabajaba con lo que hoy llamaríamos “deuda pública”: recibía dinero de gente acaudalada y les daba una especie de patente que les permitía recaudar impuestos… naturalmente, cobrando altos intereses. Eso caía sobre la población. Estos publicanos eran tanto los hombres ricos como sus empleados y ganaban así su dinero, participando en aquella forma de exprimir a todo el mundo, pero que sufrían sobre todo los más pobres.

Al llamado de Jesús, Mateo deja su mesa de cobrador de impuestos y sigue a Jesús, se hace uno de los discípulos. Después reúne a varios compañeros de él e invitan a Jesús a cenar. Hay gente que ve todo esto, y le parece mal, y le recriminan a Jesús que reciba a los pecadores y que coma con ellos. Pero Jesús responde: “No son los sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa ‘quiero misericordia y no sacrificios’, pues yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores” (Mateo 9,12-13). Por eso es que se puede decir que Jesús eligió a Mateo “con misericordia”.

En el año 1953, en la fiesta de san Mateo, el joven Jorge Bergoglio experimentó, a la edad de 17 años, la presencia amorosa de Dios en su vida. Después de una confesión, sintió que la misericordia de Dios había tocado su corazón, que Dios lo había mirado con amor, y lo llamaba a la vida religiosa a ejemplo de san Ignacio de Loyola. Fue así que el hoy Papa Francisco decidió entrar a la Compañía de Jesús.

Una vez elegido obispo, monseñor Bergoglio, en recuerdo de aquel acontecimiento, que marcó los inicios de su total consagración a Dios en Su Iglesia, decidió elegir, como lema y programa de vida, la expresión miserando atque eligendo, que también ha querido reproducir en su escudo pontificio.

Esta experiencia del Papa Francisco nos ayuda a entender algunos aspectos de la vocación.
Primero: es un llamado de Dios; pero más aún, es un llamado del amor misericordioso de Dios, que no se detiene en lo que somos, en nuestros defectos, nuestras fallas y nuestros pecados, sino en lo que Él puede llegar a hacer con nosotros si lo dejamos actuar.
Segundo: la vocación nace en la Iglesia, para el servicio de la Iglesia y del mundo. Los discípulos de Jesús no fueron llamados para formar un club privado, un círculo cerrado, sino para ser enviados al mundo. A imagen de Cristo, que se hizo “servidor de todos”, la Iglesia es “servidora de la humanidad”. Toda vocación en la Iglesia es una vocación de servicio, como Jesús, que no vino a ser servido “sino a servir y a dar la vida en rescate por la multitud”.

Finalmente, entendamos que, en la Iglesia, la primera vocación es la vocación cristiana: ser cristiano, discípulo de Jesús, discípulo misionero. Es la vocación que nos viene del bautismo y de la confirmación.

Después vienen las diferentes vocaciones especiales: servicios, ministerios, formas de especial consagración, como las religiosas, con sus votos. Un lugar especial lo tienen los sacerdotes, “A través de su ministerio se hace presente la palabra de Jesús que ha declarado: (…) Yo soy el buen pastor (Jn 10, 11). El cuidado pastoral de las vocaciones es una parte fundamental de su ministerio pastoral. Los sacerdotes acompañan a quienes están en buscan de la propia vocación y a los que ya han entregado su vida al servicio de Dios y de la comunidad.” (Del mensaje de Francisco para esta jornada).

Para terminar, les propongo unirnos en esta oración del Papa Francisco:
Padre de misericordia,
que has entregado a tu Hijo por nuestra salvación
y nos sostienes continuamente con los dones de tu Espíritu,
concédenos comunidades cristianas vivas, fervorosas y alegres,
que sean fuentes de vida fraterna
y que despierten entre los jóvenes
el deseo de consagrarse a Ti y a la evangelización.
Sostenlas en el empeño de proponer a los jóvenes
una adecuada catequesis vocacional
y caminos de especial consagración.
Dales sabiduría para el necesario discernimiento de las vocaciones
de modo que en todo brille la grandeza de tu amor misericordioso.
Que María, Madre y educadora de Jesús,
interceda por cada una de las comunidades cristianas,
para que, hechas fecundas por el Espíritu Santo,
sean fuente de auténticas vocaciones al servicio del pueblo santo de Dios.
+ Heriberto
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Enfoques Dominicales
es un programa que se emite por 1340 AM La Voz de Melo, los domingos a las 11:50. La versión escrita que presenta el Blog no es la versión literal de lo emitido, pero sí su contenido esencial.
 
 

1 comentario:

Jose Zorrilla dijo...

Gracias padre Beto.
Que Dios nos mande muchos pastores como Francico, como Daniel, como Monseñor Caceres, como tú. Y María los convoque y los sostenga para enseñarnos el camino hacia la luz, la verdad y la vida que es Jesus.