Realizadas las elecciones, el día 8 de noviembre de 2024, los diferentes cargos de la CEU se distribuyeron de la siguiente manera:
Consejo Permanente
Presidente: Mons. Milton Tróccoli, obispo de Maldonado-Punta del Este-Minas Vicepresidente (lo que conlleva ser también administrador): Cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo. Secretario General (lo que conlleva ser coordinador nacional de pastoral, presidente del Departamento de Comunicación Social y delegado al CELAM): Mons. Heriberto Bodeant, obispo de Canelones.
Suplente del delegado al CELAM: Mons. Arturo Fajardo, obispo de Salto.
Sector Palabra de Dios
Presidente: Mons. Pablo Jourdán
Comisión de Animación Bíblica de la Pastoral y Departamento de Catequesis: Mons. Pablo Jourdan, obispo de Melo.
Departamento de Misiones–Obras Misionales Pontificas y Departamento de Liturgia y Pastoral Popular: Mons. Pedro Wolcan, obispo de Tacuarembó.
Delegado a los Congresos Eucarísticos:
Mons. Alberto Sanguinetti, obispo emérito de Canelones.
Sector Promoción humana
Presidente: Mons. Fabián Antúnez
Departamento de Pastoral Social-Cáritas: Mons. Arturo Fajardo, obispo de Salto.
Departamento de Educación Católica, Cultura y Diálogo con los no creyentes: Mons. Fabián Antúnez, obispo de San José de Mayo.
Comisión Episcopal para la Universidad Católica del Uruguay:
Cardenal Daniel Sturla, Gran Canciller, miembro de derecho. Mons. Fabián Antúnez, en cuanto presidente del Departamento de Educación Católica. Mons. Milton Tróccoli, electo como tercer miembro.
Sector Laicos
Presidente: Mons. Luis Eduardo González
Departamento de Laicos y Comisión Nacional para la Pastoral de la Familia y de la Vida:
Mons. Fabián Antúnez, obispo de San José de Mayo.
Comisión Nacional de Pastoral Juvenil y Departamento de Vocaciones y Ministerios: Mons. Luis Eduardo González, obispo de Mercedes.
Comisión Episcopal para el Seminario Interdiocesano.
Cardenal Daniel Sturla, miembro de derecho. Mons. Luis Eduardo González, como presidente del Departamento de Vocaciones y Ministerios. Mons. Martín Pérez, obispo de Florida, electo como tercer miembro.
Sector Ordenados y Consagrados
Presidente: Mons. Martín Pérez
Comisión Nacional del Clero (presbíteros); Comisión Nacional para el Diaconado Permanente; obispo referente para la relación con la Conferencia de Religiosos del Uruguay (CONFRU) y Comisión para los Institutos Seculares:
Mons. Martín Pérez, obispo de Florida.
Sector Servicios
Presidente: Cardenal Daniel Sturla
Comisión Nacional para la prevención de abusos y promoción de la cultura del cuidado: Mons. Heriberto Bodeant, obispo de Canelones.
Comisión Episcopal de Doctrina:
Mons. Milton Tróccoli, Mons. Nicolás Cotugno, arzobispo emérito de Montevideo; Mons. Carlos Collazzi, obispo emérito de Mercedes.
Comisión de Ecumenismo y diálogo interreligioso: Cardenal Daniel Sturla.
Comisión para las causas de beatificación: Cardenal Daniel Sturla.
Desde el miércoles 6 al martes 12 de noviembre se reunió en Florida la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU), integrada por el arzobispo de Montevideo, los obispos de las otras ocho diócesis y los obispos eméritos de algunas de ellas. Presidió las jornadas el obispo de Salto, Mons. Arturo Fajardo, quien dejará paso al nuevo presidente en abril del año próximo.
La asamblea comenzó con un retiro orientado por Mons. Milton Tróccoli, delegado de la CEU al reciente sínodo realizado en Roma. El obispo propuso pistas para la oración en la espiritualidad que debe animar el camino sinodal que viene recorriendo la Iglesia en el mundo. Hubo luego un tiempo en que los obispos compartieron fraternalmente sus vivencias.
Un espacio importante lo ocupó la elección de nuevas autoridades para el trienio 2025-2028. La estructura de la CEU está formada por un Consejo Permanente de tres miembros y cinco sectores, dentro de los cuales hay varios departamentos y comisiones. Antes de la elección se buscó agrupar esos organismos, viendo cuáles, por su afinidad, podían ser presididos por el mismo obispo como, por ejemplo, la Pastoral Juvenil y la Pastoral Vocacional.
El nuevo Consejo permanente quedó integrado de la siguiente manera: Presidente: Mons. Milton Tróccoli, obispo de Maldonado-Punta del Este-Minas Vicepresidente (reelecto): Cardenal Daniel Sturla, SDB, arzobispo de Montevideo Secretario General (reelecto): Mons. Heriberto Bodeant, obispo de Canelones. El nuevo Consejo, así como los presidentes de departamentos y comisiones asumirán oficialmente en la próxima asamblea ordinaria, que se iniciara el 31 de marzo del año próximo.
La presidencia de los sectores fue entregada a los siguientes obispos: I.Palabra de Dios: Mons. Pablo Jourdán, obispo de Melo II.Promoción Humana: Mons. Fabián Antúnez, obispo de San José de Mayo III.Ordenados y Consagrados: Mons. Martín Pérez, obispo de Florida IV.Laicos: Mons. Luis Eduardo González, obispo de Mercedes V.Servicios: Cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo
Se recibió la Visita del Sr. Nuncio Apostólico, Mons. Gianfranco Gallone, con quien se dialogó sobre la situación de la Iglesia en el Uruguay.
Los Obispos participaron el domingo 10 en la Peregrinación Nacional a la Virgen de los Treinta y Tres, durante la cual se dio conclusión al Año Vocacional y se realizó el lanzamiento del jubileo de la Vida consagrada en el Uruguay, en el marco del Año Jubilar 2025. Teniendo presente el tiempo que vivimos, se rezó por la Patria y por los futuros gobernantes.
Se recibieron informes de diferentes organismos, a través de los cuales se pudo ver que, aún desde la carencia de recursos económicos e incluso humanos, hay vida y proyectos que son llevados adelante por fieles laicos, personas consagradas y ministros ordenados mostrando un caleidoscopio de trabajos por el Reino de Dios. Dicho esto, sin olvidar la presencia de numerosos fieles que viven su vocación cristiana en el mundo en su vida familiar, laboral, social y aún en el campo de la política.
-Pastoral de la Familia y de la Vida, que celebró hace poco un Encuentro Nacional de las Familias. En su informe se destacó la presencia en Uruguay de variadas propuestas de retiros y encuentros para matrimonios y la importancia de que se inserten y relacionen en las diócesis donde actúan.
-Departamento de Catequesis, resaltando el curso de formación media para catequistas, de tres años de duración, impartido en línea por medio de una plataforma. Las inscripciones están abiertas hasta enero inclusive y los cursos comienzan el 17 de febrero.
-Animación Bíblica de la Pastoral, que prepara el 31º curso anual, titulado “Jubileo, motivo de esperanza”, que irá desde el lunes 27 al jueves 30 de enero de 2025.
-Pastoral Social – Cáritas, con especial detenimiento en la Pastoral Carcelaria. 160 sesenta agentes pastorales acompañan con visitas semanales a personas privadas de libertad en 20 de los 26 centros penitenciarios del país.
-Comisión Nacional para la prevención de abusos y promoción de la cultura del cuidado, antes inscripta en el Departamento de Educación Católica y ahora configurada con identidad propia. La Comisión presentó un programa que incluye la creación de centros de escucha y atención para las víctimas de abuso, así como la actualización de la Guía de Prevención de abusos en la Iglesia. Se prepara también un encuentro de referentes de cada diócesis para los programas de prevención.
-Seminario Interdiocesano. Luego de un año sin ingresos, se avizora la posibilidad de la incorporación de nuevos seminaristas que iniciarán el proceso formativo en 2025.
-CONFRU, Conferencia de Religiosos del Uruguay, que presentó un informe sobre el estado de la vida consagrada en el país, destacándose que son 500 las personas consagradas y 75 los distintos institutos y congregaciones.
Durante la asamblea hubo varios momentos de estudio y reflexión, con la colaboración de algunos expertos.
-Se recibió el informe de los dos obispos uruguayos participantes en el reciente sínodo sobre la sinodalidad, Mons. Tróccoli y el Cardenal Sturla, quienes subrayaron la necesidad de crecer en el “caminar juntos” como Iglesia, dando valor y realidad a los organismos de comunión y participación en las diócesis y las parroquias.
-El P. Valentín Goldie, aportó una reflexión teológica a partir del documento final del sínodo.
-Los obispos reflexionaron a propósito de la conformación de la provincia eclesiástica (1 arquidiócesis y 8 diócesis) pidiendo que se continúe un estudio que pueda ajustar esa configuración, como se hizo muchas veces en el pasado.
-También, como ya se indicó, se trabajó sobre la estructura de la CEU, sobre todo uniendo algunos organismos entre sí o en la persona del obispo presidente.
-La Magister Mariana Pommiés presentó aspectos de la coyuntura socio-política en este año electoral.
-El P. Álvaro Pacheco, SJ, provincial de la Compañía de Jesús, sobre la reciente encíclica del papa Francisco titulada “Dilexit nos. Sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo”.
El año 2025 es en toda la Iglesia un Año Jubilar, convocada por el papa Francisco con el lema “Peregrinos de la Esperanza”.
Se prevén dos celebraciones especiales de alcance nacional:
-12 de junio: renovación de la consagración del Uruguay al Sagrado Corazón de Jesús, realizada por el beato Jacinto Vera hace 150 años. Esto se hará en el Santuario del Cerrito de la Victoria y será el momento de celebración del Jubileo de los sacerdotes del Uruguay.
-9 de noviembre: Peregrinación nacional a Florida, celebrando los 200 años del inicio de la devoción a la Virgen de los Treinta y Tres.
Martes de la trigésimo segunda semana durante el año.
12 de noviembre de 2024.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a Tito 2, 1-7a. 11-14
Querido hermano:
Debes enseñar todo lo que es conforme a la sana doctrina. Que los ancianos sean sobrios, dignos, moderados, íntegros en la fe, en el amor y en la constancia. Que las mujeres de edad se comporten como corresponde a personas santas. No deben ser murmuradoras, ni entregarse a la bebida. Que por medio de buenos consejos, enseñen a las jóvenes a amar a su marido y a sus hijos, a ser modestas, castas, mujeres de su casa, buenas y respetuosas con su marido. Así la Palabra de Dios no será objeto de blasfemia.
Exhorta también a los jóvenes a ser moderados en todo, dándoles tú mismo ejemplo de buena conducta.
Porque la gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, mientras aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús. Él se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y crear para sí un Pueblo elegido y lleno de celo en la práctica del bien.
Comentario del Papa Francisco, Audiencia General 21 de junio de 2017.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 2, 13-22
Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio».
Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura:
"El celo por tu Casa me consumirá".
Entonces los judíos le preguntaron: «¿Qué signo nos das para obrar así?»
Jesús les respondió: «Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar».
Los judíos le dijeron: «Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y Tú lo vas a levantar en tres días?»
Pero Él se refería al templo de su cuerpo.
Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que Él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.
Amigas y amigos, estamos en el segundo domingo del mes de noviembre y esto, para las comunidades de la Iglesia en Uruguay, significa que peregrinamos a Florida, al santuario de nuestra patrona, la Virgen de los Treinta y Tres.
Venimos a los pies de nuestra Madre como hijos agradecidos, que quieren, una vez más, ponerse bajo su manto y dejar que ella nos lleve al encuentro de su Hijo y nos ayude a escuchar y a vivir el Evangelio de Jesucristo.
"Esta pobre viuda..."
Y el evangelio de hoy nos muestra cómo la mirada de Jesús se detiene sobre alguien a quien otros no habrían dado especial importancia: una viuda pobre que pone dos pequeñas monedas en la alcancía del templo.
Es en el libro del Deuteronomio donde encontramos repetidamente el trío formado por la viuda, el huérfano y el extranjero, para nombrar a personas pobres y desamparadas. Allí se dice de Dios. que…
El hace justicia al huérfano y a la viuda, ama al extranjero y le da ropa y alimento. (Deuteronomio 10,18)
Este versículo llama al Pueblo a imitar la providencia de Dios hacia el pobre; o, mejor, a hacerse agentes de la providencia de Dios ayudando a quien está en necesidad con ropa y alimento o dejando de recoger, en el momento de la cosecha, las espigas, aceitunas o racimos que caigan, para que puedan ser aprovechados por los pobres (Deuteronomio 24,19-21).
Más todavía: imitar a Dios en el “hacer justicia”, es decir, en la protección de quienes están en situaciones de fragilidad y desamparo frente a toda clase de abusos. En el capítulo 27 del Deuteronomio hay doce maldiciones a los autores de otras tantas maldades. Una de ella dice:
Maldito sea el que conculca el derecho del extranjero, del huérfano o de la viuda. (Deuteronomio 27,19)
Dios quiere que los pobres sean incluidos también en las fiestas del pueblo:
Te alegrarás durante la fiesta, junto con tu hijo y tu hija, con tu esclavo y tu esclava, y con el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que vivan en tu ciudad. (Deuteronomio 16,14)
Algunas mujeres viudas, en particular, quedaron en la memoria del Pueblo de Dios.
El libro de Rut nos presenta a una suegra y una nuera, Noemí y Rut, que han quedado viudas y no se tienen más que una a la otra. Rut es, además, extranjera; pero se une al Pueblo de Noemí y a su fe, y encontrará allí auxilio y un nuevo esposo, convirtiéndose en antepasada del mismo Jesús.
En la primera lectura de la fiesta de la Virgen de los Treinta y Tres leemos un pasaje del libro de Judith, viuda ella, pero de armas tomar, que pone en juego sus bienes, su honor y su vida para salvar a su pueblo. En la acción de Judith se inspira la antífona que acompaña su cántico y que nosotros aplicamos a María, en su advocación de Virgen de los Treinta y Tres:
¡Bendita seas, porque salvaste al pueblo en peligro!
La primera lectura de hoy, del primer libro de los Reyes, nos trae la historia de otra viuda, conocida, por la ciudad donde habitaba, como “la viuda de Sarepta”. A ella, extranjera y madre de un niño que ha quedado huérfano de padre, es enviado el profeta Elías, en tiempos de sequía y de hambre.
Esta viuda apenas tiene lo necesario para sobrevivir apenas un día: un poco de harina y un poco de aceite, con los que preparará el último pan que comerán ella y su hijo para luego morir de hambre.
Sin embargo, el profeta Elías le pide un poco de pan y le asegura, en nombre de Dios:
«El tarro de harina no se agotará ni el frasco de aceite se vaciará, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la superficie del suelo» (I Reyes 17, 8-16)
Es así como aquella mujer indigente se convierte en la persona que alimenta al profeta, que también padece la pobreza de su pueblo. En otro pasaje del evangelio, Jesús recuerda a esta viuda extranjera que creyó por la palabra de Elías (Lucas 4,26).
Hay otras historias en la Palabra de Dios que podríamos citar, a propósito de las viudas; pero éstas que hemos recordado nos ayudan a entender las resonancias que tiene para Jesús lo que vio en el Templo:
Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre. (Marcos 12,38-44)
El Maestro le señala el hecho a sus discípulos, esos discípulos que hemos visto tan preocupados por alcanzar los primeros puestos… A ellos quiere abrirles los ojos diciéndoles:
«Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir». (Marcos 12,38-44)
Dios no mide ni pesa con nuestras medidas. No mide la cantidad, sino la calidad. Entra en lo profundo del corazón y examina la pureza de las intenciones. Jesús, que ha anunciado los mandamientos del amor a Dios y del amor al prójimo, ve en esta mujer alguien que ama radicalmente a Dios; con toda su alma, con todas sus fuerzas, con todos sus bienes. Al contrario de aquel hombre rico que “se marchó entristecido porque tenía muchos bienes”, ella nos enseña a amar a Dios y al Evangelio entregándolo todo. Ella no se irá entristecida; al contrario: se irá feliz. Enalteciendo su presencia y su gesto, Jesús nos invita a buscar la misma felicidad que encontró ella, ofreciendo por entero nuestro pobre corazón al Señor.
Fiestas patronales
Sábado 16, a las 17:30 horas, en la parroquia de Salinas, dedicada a Santa Isabel de Hungría
Domingo 17, a las 10:30 horas, en la parroquia de Nuestra Señora de la Paz.
VIII Jornada Mundial de los Pobres
El próximo domingo se celebra la octava jornada mundial de los pobres, instituida por el papa Francisco. En esta ocasión, el Santo Padre nos entrega un mensaje titulado “La oración del pobre sube hasta Dios”, en referencia a un pasaje del libro del Sirácida o Eclesiástico (21,5). Nos dice Francisco:
La Jornada Mundial de los Pobres es ya una cita obligada para toda comunidad eclesial. Es una oportunidad pastoral que no hay que subestimar, porque incita a todos los creyentes a escuchar la oración de los pobres, tomando conciencia de su presencia y su necesidad. Es una ocasión propicia para llevar a cabo iniciativas que ayuden concretamente a los pobres, y también para reconocer y apoyar a tantos voluntarios que se dedican con pasión a los más necesitados.
Gracias, amigas y amigos por su atención. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.
En Uruguay: Nuestra Señora, la Virgen de los Treinta y Tres, patrona del Uruguay.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 16, 1-8
Jesús decía a sus discípulos:
«Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes. Lo llamó y le dijo: "¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto."
El administrador pensó entonces: "¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza. ¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!".
Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: "¿Cuánto debes a mi señor?" "Veinte barriles de aceite", le respondió. El administrador le dijo: "Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez."
Después preguntó a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" "Cuatrocientos quintales de trigo", le respondió. El administrador le dijo: "Toma tu recibo y anota trescientos".
Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz.»
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos 2, 12-18
Queridos míos, ustedes que siempre me han obedecido, trabajen por su salvación con temor y temblor, no solamente cuando estoy entre ustedes, sino mucho más ahora que estoy ausente. Porque Dios es el que produce en ustedes el querer y el hacer, conforme a su designio de amor.
Procedan en todo sin murmuraciones ni discusiones: así serán irreprochables y puros, hijos de Dios sin mancha, en medio de una generación extraviada y pervertida, dentro de la cual ustedes brillan como haces de luz en el mundo, mostrándole la Palabra de Vida. De esa manera, el Día de Cristo yo podré gloriarme de no haber trabajado ni sufrido en vano.
Y aunque mi sangre debiera derramarse como libación sobre el sacrificio y la ofrenda sagrada, que es la fe de ustedes, yo me siento dichoso y comparto su alegría. También ustedes siéntanse dichosos y alégrense conmigo.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos 2, 5-11
Hermanos:
Vivan con los mismos sentimientos de Cristo Jesús. Él, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: al contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres. Y presentándose con aspecto humano, se humilló haciéndose obediente hasta aceptar la muerte y muerte de cruz.
Por eso, Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: «Jesucristo es el Señor.»
Estamos en la conclusión del capítulo 12 del evangelio de Marcos. Jesús se encuentra en al templo de Jerusalén; observa y enseña. A través de su mirada asistimos a una escena con varios personajes: algunos que deambulan, otros que son propios del culto, considerables con sus largas vestimentas, ricos que entregan sus importantes ofertas en el tesoro del templo.
En ese momento una viuda se adelanta, ella pertenece a una categoría de personas afectadas social y económicamente. Ante el desinterés general, pone en el tesoro dos pequeñas monedas de cobre. Sin embargo, Jesús la advierte y convoca a los discípulos para instruirlos:
“Ella [la pobre viuda], de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir”.
Jesús introduce sus enseñanzas más importantes concentrándose en la viuda pobre, y nos invita a mirar en esa dirección: ella es modelo del discípulo.
Su fe en el amor de Dios es incondicional; su tesoro es Dios mismo. Y al entregarse totalmente a él, la mujer desea también donar todo lo que posee en su pobreza. Este abandono confiado en el Padre es, de alguna manera, la anticipación de la misma entrega de sí que Jesús cumplirá pronto con su pasión y muerte. Y esa pobreza de espíritu es la pureza de corazón que Jesús proclamó y vivió.
Lo cual significa
“poner nuestra confianza no en las riquezas, sino en el amor de Dios y en su providencia. Somos pobres de espíritu cuando nos dejamos guiar por el amor hacia los demás. Entonces compartimos y ponemos a disposición de quienes sufren necesidad una sonrisa, nuestro tiempo, nuestros bienes y nuestras capacidades. Al donarlo todo por amor somos pobres, es decir vacíos, nada, libres, con el corazón puro”[1].
La propuesta de Jesús cambia nuestra mentalidad: en el centro de sus pensamientos está el pequeño, el pobre, el último.
“Ella [la pobre viuda], de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir”.
Esta Palabra de Vida nos invita antes que nada a renovar nuestra plena confianza en el amor de Dios y a confrontarnos con su mirada, para ver más allá de las apariencias, sin juzgar ni depender del juicio de los demás, a valorizar lo positivo de cada persona.
Nos sugiere la entrega total como lógica evangélica que crea una comunidad pacificada porque nos impulsa a hacernos cargo los unos de los otros. Nos lleva a vivir el Evangelio en lo cotidiano, sin mostrarnos, a dar con generosidad y confianza, a vivir con sobriedad en el compartir. Nos pide prestar atención a los últimos, para aprender de ellos.
Venant nació y creció en Burundi. Y nos cuenta:
“En la aldea, mi familia podía tener cierto bienestar con cada cosecha. Mi madre era consciente de que todo era providencia del cielo y repartía los primeros frutos entre los vecinos, comenzando por las familias más necesitadas, destinando para nosotros sólo una parte de lo obtenido. De su ejemplo aprendí el valor de la entrega desinteresada. Y así comprendí que Dios me pedía que le diera la mejor parte, que le diera mi vida”.
Letizia Magri y equipo de Palabra de Vida
NOTAS
[1] Lubich C., Palabra de Vida de noviembre de 2003.
Es el lema con el que está convocada para este domingo, en Juanicó, la jornada de la Pastoral de Adolescentes Canaria, la PAC, un evento que se realiza cada dos años, para chicos y chicas de entre 11 y 15 años. Unámonos en la oración para que esta jornada sea un fructífero encuentro de todos los participantes con Jesús y entre ellos.
El Evangelio de hoy
El evangelio de hoy es muy conocido. Basta recordar la primera línea y lo demás volverá a nuestra memoria:
Un escriba se acercó y le preguntó: «¿Cuál es el primero de los mandamientos?» (Marcos 12, 28b-34)
El escriba, estudioso de la Sagrada Escritura le hizo esa pregunta a Jesús. Y es aquí donde entra a jugar nuestra memoria. Porque… ¿Qué responde Jesús? “amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma” y "Amarás a tu prójimo como a ti mismo".
¿Es eso lo que recordamos? ¿Es eso lo que respondió Jesús? Sí, eso es lo que nos queda claro como mensaje central: amarás a Dios sobre todas las cosas y amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Sin embargo, no es así como comienza la respuesta de Jesús. Escuchemos:
Jesús respondió: «El primero es: "Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor» (Marcos 12, 28b-34)
Es curioso, porque lo que cita Jesús es un verbo en modo imperativo: Escucha. “Escucha Israel” ya es un mandamiento. Jesús está citando el libro del Deuteronomio, en el pasaje que escuchamos en la primera lectura.
Ése es el credo de Israel, la profesión de fe del israelita: nuestro Dios es el único Dios. En aquel mundo politeísta, de numerosos pueblos que creían en una multitud de dioses, el pueblo de Israel cree en un solo Dios y cree en él como el único Dios. Esto no es el resultado de una especulación filosófica; es una experiencia de fe. La vivencia de un Pueblo que ha sido tocado por el amor de Dios, un Dios que los ha liberado de la esclavitud y que ha hecho alianza con ellos. Es por esa alianza que ellos entonces y hoy nosotros podemos decir “nuestro” Dios: Dios está vinculado a nosotros por un pacto indisoluble. Nos amó, nos ama y nos amará por siempre.
Es a continuación de esto que, ahora sí, viene el primer mandamiento:
“amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas” (Marcos 12, 28b-34)
y a continuación, el segundo:
"Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Marcos 12, 28b-34)
Ese doble mandamiento deriva de la misma fuente: del amor de Dios. Jesús concluye:
No hay otro mandamiento más grande que estos. (Marcos 12, 28b-34)
De esa forma, expresa la unidad de los dos mandamientos. Son inseparables y se alimentan uno al otro.
Amar a Dios es, en primer lugar, aceptar su amor, porque Él nos amó primero, nos amó desde antes de la creación del mundo, como comienzan a amar los padres a los hijos que sueñan tener. Nos manifestó su amor radicalmente, enviándonos a su propio Hijo que entregó su vida por nosotros. Nos sigue amando con su espíritu de amor, el Espíritu Santo… Amar a Dios es corresponder a su amor, que es un darse sin reservas, para que en Él tengamos vida. Corresponder a su amor es comprometernos a colaborar con Él, con su mismo amor al mundo; trabajar por la salvación del mundo, como testigos del perdón y de la reconciliación, cultivadores de relaciones de comunión y fraternidad. En ese sentido, el amor al prójimo es parte del amor a Dios, es expresión de nuestro amor a Dios.
La Palabra de Dios nos da muchas pistas sobre cómo vivir el amor al prójimo. Veamos algunas de ellas:
Jesús nos pide “amar a todos”. Nos habla del amor a los enemigos, de modo que no se trata de elegir a quien quiero amar… amar a todos.
“Él nos amó primero”, nos dice san Juan (1 Juan 4,19) lo que nos invita a hacer lo mismo: amar primero, “primerear” como suele decir el papa Francisco; dar el primer paso.
Amar como te amas a ti mismo. Es lo que nos dice el evangelio de hoy. Es la antigua “regla de oro”, presente en otras religiones y culturas. Tratar a los demás como te gustaría ser tratado.
Amar a Jesús en todos: “lo que hicieron con el más pequeño de mis hermanos lo hicieron conmigo” (Mateo 25,40). Es la identificación del amor a Dios y el amor al prójimo que tantos santos vivieron admirablemente, pero que nosotros también podemos vivir en nuestra vida cotidiana.
El amor al prójimo se expresa de forma concreta. “Tuve hambre y me diste de comer”. Pero un plato de comida se puede entregar sin amor, mostrando frialdad o indiferencia… el amor pone un plus, un valor que no se puede medir, al que no se le puede poner precio. El amor se puede expresar en una mirada, en una sonrisa, en la manera misma de preparar lo que se entrega… puede ir más lejos: una escucha, una conversación, orar juntos… una ayuda más regular… una ayuda organizada a través de un grupo… pero siempre sin que se pierda el amor, porque la necesidad más profunda del ser humano es “amar y ser amado” y eso pasa por construir vínculos fraternos.
Concluyo con estas palabras del papa Francisco, comentando este evangelio:
Dios, que es amor, nos ha creado por amor y para que podamos amar a los otros permaneciendo unidos a Él. Sería ilusorio pretender amar al prójimo sin amar a Dios y sería también ilusorio pretender amar a Dios sin amar al prójimo. Las dos dimensiones, por Dios y por el prójimo, en su unidad caracterizan al discípulo de Cristo. (Ángelus, 4 de noviembre de 2018).
En esta semana:
La reliquia de Jacinto Vera sigue visitando nuestra diócesis y, en estos días, está en la Parroquia San Isidro de Las Piedras.
Lunes 4, San Carlos Borromeo.
Miércoles 6: comienza la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal del Uruguay, que tendrá carácter electivo.
Viernes 8: Nuestra Señora, la Virgen de los Treinta y Tres. Concelebración de los Obispos en la Catedral de Florida.
Sábado 9: dedicación de la basílica de Letrán en honor a Cristo Salvador, construida por el emperador Constantino como sede de los obispos de Roma. Fiesta patronal de la parroquia de Tala.
El domingo 10 nos encontraremos en la Peregrinación Nacional a la Virgen de los Treinta y Tres. Ese día, la vida consagrada en Uruguay inicia su camino dentro del año jubilar 2025.
Gracias, amigas y amigos por su atención. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.
Palabra de Vida.
Solemnidad de todos los Santos.
Viernes 1 de noviembre de 2024.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 4,25 - 5,1-12
Seguían a Jesús grandes multitudes, que llegaban de Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de Transjordania.
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a Él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
«Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron».