Historia
Su figura, nombre e historia, forman
parte del imaginario del pueblo uruguayo, su Santuario integra nuestro
Patrimonio Nacional. Es la Patrona de nuestro país y un símbolo qué, en
su permanencia, solidifica los orígenes culturales, raciales e
históricos del Uruguay.
Su talla data del siglo XVIII por los
guaraníes y fue confiada a Antonio Díaz, indio de Santo Domingo de
Soriano, de quién recibió su primera capilla en el Pintado.
Fundadora de la Villa de San Fernando de
la Florida en 1825, vio a pie a los Treinta y Tres Orientales con la
bandera tricolor, al gobierno provisorio y a la asamblea que declara
nuestra independencia.
Fue honrada a lo largo del tiempo con
distintas coronas, una obsequiada por Manuel Oribe y otra con alhajas de
las mujeres orientales.
Declarada Patrona de la República
Oriental del Uruguay por el Papa Juan XXIII, fue coronada solemnemente
en la Piedra Alta en 1961. El Papa Juan Pablo II la honró en Tres Cruces
y peregrinó hasta ella en Florida.
Su Santuario – Catedral, que se levanta
ante la Plaza de la Asamblea, está enriquecido con delicadas pinturas
que representan el nacimiento de Jesús, Pentecostés y la Asunción y
Coronación de María. Se destacan sus puertas de bronce, obra de Belloni.
Origen de la devoción
El origen de esta advocación de la Virgen
de los Treinta y Tres está ligado a la gesta libertadora de los
próceres Uruguayos. La devoción no tuvo en su origen ningún
acontecimiento extraordinario, ninguna señal que va más allá del orden
natural de las cosas. Está sí originada en un consenso popular, en un
sentido de fe. En efecto, en el primer cuarto del siglo pasado, se había
extendido por todo el territorio de la Banda Oriental un ansia de
libertad, recogido por José Artigas quien, al encararlo en su ideario,
en su acción de caudillo rural y en la primera organización política que
dio a estas provincias, se convirtió en el “Protector de los Pueblos
Libres”. Se pueden señalar tres aspectos de la gesta artiguista, que
recogen esta ansia de libertad existente y le da base doctrinaria y
organizativa.
a. El Éxodo de 1811, donde todo el
pueblo, frustrado en sus expectativas de libertad, prefiere dejar sus
casas y campos y marchar detrás de su jefe para realizar con él una
experiencia de independencia única en América: “ellos se creyeron un
pueblo libre, con la soberanía consiguiente”, diría Artigas explicando
este fenómeno.
b. El Congreso de 1913, donde los
diputados de cada departamento van a echar las bases de la independencia
de estas provincias. Artigas da su célebres “instrucciones” asentando
su doctrina de libertad y federación.
c. El corto (1815), pero efectivo
gobierno de Artigas, que no descuida ningún aspecto importante para la
vida libre y digna de un pueblo: reforma agraria, comercio, navegación,
instrucción, salud pública, atención religiosa.
El pueblo vivió esa experiencia exaltante
que sería truncada por la traición “de los malos españoles y peores
americanos”, como dirá el mismo Artigas. Artigas se retiró a la patria
hermana del Paraguay, donde pasó en el silencio 30 años. Pero sus ideas
quedaron.
En 1825 son retomadas en la Cruzada
Libertadora, por los Treinta y Tres Orientales. Estos se reúnen en
Florida, donde realizan la Asamblea de la Independencia Nacional. En la
Piedra Alta, convertida en Altar de la Patria, proclaman, el 25 de
agosto, la Declaratoria de la Independencia Nacional. Fue entonces que
llevaron ante la pequeña imagen de la Virgen María, que se veneraba en
la capilla del pueblo, sus ansias de libertad.
Reseña histórica
Dentro de la historia de la Iglesia en Florida, cabe señalar tres hechos importantes:
1. Con antelación a la fundación de la
ciudad la presencia de la Compañía de Jesús con la obra de las famosas
Misiones Jesuíticas. En ellas se dio a los pueblos que las comprendían
(Norte actual Uruguay) una conformación social de tipo corporativista
donde se atendían los distintos aspectos de la cultura y vida del
pueblo: educación, trabajo, música, y aún escultura; precisamente la
imagen de la Virgen de los Treinta y Tres está hecha en cedro paraguayo,
y de acuerdo al estilo y características de la misma se cree haya sido
tallada en las Misiones Jesuíticas. A 20 kms de la ciudad de Florida se
conserva la estancia de la Calera, donde los jesuitas tuvieron un gran
establecimiento rural de cría y faena de ganado y saladero, en la
rinconada del río Santa Lucía y el arroyo Arias.
2. El segundo hecho es la fundación de
Florida. Dadas las peripecias en que vivía el antiguo poblado del
Pintado, en una sierra pedregosa, el cura Santiago Figueredo logra del
superior gobierno se le ceda un lugar más seguro y fecundo en las costas
del río Santa Lucía, y allí funda la actual ciudad de Florida.
3. Y el tercer hecho es en 1825, cuando
se reúne la Asamblea de la Florida que redacta el Acta de la
Declaratoria de la Independencia Nacional, presidida por el Pbro. Juan
Francisco Larrobla. En ese contexto cultural e histórico resultó
espontánea la visita de los asambleistas de Florida a la Virgen María
venerada en un rancho contiguo al rancho de la Asamblea. Desde entonces
aquella imagen de María, comienza a llamarse popularmente la “VIRGEN DE
LOS TREINTA Y TRES”.
Señalar algunos DOCUMENTOS que afianzan esta devoción a lo largo de la historia del pueblo uruguayo.
1. La corona de oro regalada por el general Manuel Oribe, segundo jefe de los Treinta y Tres.
En 1857, el general don Manuel Oribe,
regaló a la Virgen de Florida una corona de oro, en acción de gracias
por haberse salvado, él y su familia, en un naufragio. Él decía que a la
Virgen de los Treinta y Tres debía esta gracia, y que siempre se
encomendaba a ella.
El Gral. Oribe vivía en la Unión
(Montevideo), y pidió a Don Felipe Irurreta de Florida, de quien era
amigo, la medida de la cabezita de la Virgencita de los Treinta y Tres.
La corona fue entregada más tarde al Cura Vicario Pbro. Majesté.
2. La placa colocada por mons. Mariano Soler.
En 1894 mons. Soler, primer Arzobispo de
Montevideo, ordenó colocar ante el nicho que guardaba la imagen de la
Virgen de los Treinta y Tres en la Catedral de Florida, una placa de
mármol que dice textualmente refiriéndose a la imagen de la Virgencita:
“Ante ella los Treinta y Tres inclinaron su bandera e invocáronla
también los convencionales de la independencia”.
3. La Coronación. Mons. Humberto Tonna
solicitó al Papa el privilegio de la coronación para la imagen de la
Virgencita de los Treinta y Tres. El Papa Juan XXIII concedió esa gracia
el 8 de marzo de 1961. Motivo por el cual la celebración de noviembre
de ese año tuvo un carácter único: en solemne Misa, con la presencia del
Nuncio Apostólico y de todos los Obispos del Uruguay, de autoridades de
gobierno y peregrinos de todos los puntos del país, se realizó la
coronación de la imagen de la Virgen de los Treinta y Tres. Al año
siguiente, el 21 de noviembre de 1962 el Papa nombró a la Virgen María
bajo esta advocación como “PATRONA DEL URUGUAY”. Así la fiesta de la
Virgen ha adquirido un carácter nacional.
4. Monumento histórico
El Poder Ejecutivo del Uruguay al
conmemorarse el 25 de agosto de 1975 el sesquicentenario de la
Declaración de la Independencia Nacional declaró Monumento Histórico a
la Santa Iglesia Catedral y a la Imagen de la Virgen de los Treinta y
Tres.
5. Las visitas del Papa Juan Pablo II
La Virgen de los Treinta y Tres presidió
la Celebración de la Eucaristía, oficiada por Juan Pablo II en Tres
Cruces (Montevideo) con ocasión de la primera visita del Papa al Uruguay
en Abril de 1987. Presidió también la Celebración en Florida en la que
el Papa ordenó Sacerdotes a 13 Diáconos, el 8 de mayo de 1988. En todos
los discursos y homilías realizados con ocasión de sus dos visitas, el
Papa hizo alusión a la Virgen de los Treinta y Tres.
Devociones y celebraciones
Como en todos los países, sobre todo en
América, el santuario fue centro de reunión, tanto en las fiestas como
en las desgracias del pueblo.
Según testimonios muy antiguos, siempre
que había pestes y secas se hacían procesiones de rogativas con la
Virgen de los Treinta y Tres. Luego de obtenida la gracia, se rezaba la
misa de acción de gracias y se daba la bendición con el Santísimo.
Ocasiones especiales de rogativas fueron las desgracias colectivas, como
el cólera en 1866, o epidemias como el tifus y la viruela. La primera
peregrinación nacional se realiza el 15 de agosto de 1908, organizada
por la Congregación Mariana Mayor de Montevideo. Entre las principales
peregrinaciones, enumeramos las siguientes: Gran peregrinación de las
Damas Católicas e Hijas de María, el 6 de octubre de 1912. Dos
peregrinaciones de las Hijas de María de la Medalla Milagrosa de la
Unión el 13 de setiembre de 1914, y el 12 de setiembre de 1915. La Liga
de Damas Católicas de San José el 13 de octubre de 1912. Los católicos
de Mercedes el 12 de octubre de 1913. Los católicos y Ligas de Durazno y
Sarandí Grande, efectuaron varias peregrinaciones, dejando la bandera
de los Treinta y Tres y los dos faroles del Comulgatorio como recuerdo.
Las peregrinaciones de Mercedes y San José, dejaron como recuerdo de su
venida las dos lámparas que están en el nicho de la Virgen. En 1913 vino
una peregrinación de los alumnos seminaristas del Colegio-Seminario de
Montevideo. En 1942 comienzan a tomar una forma distinta las
peregrinaciones a la Virgencita, dando participación a toda la diócesis
de Florida y Melo. En 1945 el Obispo Diocesano mons. Miguel Paternain
tuvo la feliz y original idea de hacer un recorrido llevando la imagen
de la Virgen de los Treinta y Tres por toda la diócesis, casi medio
Uruguay.
El recorrido que duró del 6 al 28 de
octubre de 1945 dio lugar a pequeñas misiones populares en las grandes
ciudades por donde pasó: Minas, Treinta y Tres, Melo, Tacuarembó, Paso
de los Toros, Durazno, Sarandí y Florida. En los pequeños pueblos y a lo
largo del camino -en largos trechos no existía aún la carretera- se
congregaba la gente con inusitado entusiasmo. En todas partes fue
hermosa ocasión para unir la devoción a la tradición patria, con
homenajes típicos de caballadas, desfiles de carretas y carros.
Desde entonces la peregrinación ha
constituido una celebración clásica en toda la diócesis, y se realiza el
segundo domingo de noviembre. El esquema tradicional de Misa solemne
por la mañana y procesión por la tarde por las calles de la ciudad, ha
ido evolucionando. Ahora se realiza una gran Concelebración al aire
libre, en el parque donde se leyera el acta de la Declaratoria de la
Independencia Nacional en 1825. Las largas caminatas han sido
sustituidas por celebraciones más reposadas, en base a la lectura y
meditación de la Palabra. Desde hace algunos años se realiza,
fundamentalmente para jóvenes, una caminata de 13 kms de recorrido
llevando la Imagen de la Virgen, rezando, cantando y reflexionan do
sobre la temática del año.
Oración a la Virgen de los Treinta y Tres
“Santísima Virgen María, ante cuya imagen
inclinaron su bandera y doblaron
reverentes su rodilla
los fundadores de nuestra Patria
Protege siempre a este pueblo
nacido a tu sombra bienhechora.
Haz ¡Oh Madre!
que en nuestros hogares florezcan la religión y
todas las virtudes cristianas.
Haz que veamos el reinado de Cristo,
que es el de la verdad y la justicia.
Alcánzanos estas gracias y la de la eterna salvación,
de tu hijo Jesucristo que con el Padre y el Espíritu Santo
vive y reina por los siglos
de los siglos.
Amén”
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