Mostrando entradas con la etiqueta Virgen de los Treinta y Tres. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Virgen de los Treinta y Tres. Mostrar todas las entradas

sábado, 23 de agosto de 2025

1825-2025: Bicentenario de la Virgen de los Treinta y Tres, patrona del Uruguay. Ella vio nacer el sol de la Patria.


“Estrella del alba, del paterno día, 
que el sol de la patria miraste nacer: 
nuestra voz te aclama “capitana y guía”
como fuiste un día de los Treinta y Tres”

La Virgen de los Treinta y Tres es la patrona del Uruguay. Su fiesta es el 8 de noviembre. El segundo domingo de ese mes se celebra, anualmente, una peregrinación nacional a su santuario, en la ciudad de Florida. Como sabemos, éste es un Año Jubilar; pero, además, es el bicentenario de los hechos históricos a partir de los cuales la gente de Florida comenzó a referirse a esta imagen como “Virgencita de los Treinta y Tres”. Todo esto da especial relevancia a la peregrinación de este año 2025.

Para comprender mejor lo que estamos conmemorando, tenemos que remontarnos a un tiempo en que nuestra tierra era la Provincia Oriental dentro del Virreinato del Río de la Plata, bajo el rey de España. En 1810 se inició en Buenos Aires, capital del virreinato, un largo proceso revolucionario tras el cual se delinearía un mapa de países independientes.

En 1817, un ejército portugués, llegado desde Brasil, ocupó Montevideo. Los orientales, capitaneados por José Artigas, resistieron al invasor pero fueron derrotados. En 1821 la provincia fue formalmente incorporada al Reino de Portugal, Brasil y Algarbes con el nombre de Provincia Cisplatina.

En 1822 Brasil se independizó de Portugal. La Provincia Cisplatina pasó así al Imperio del Brasil.

Un creciente descontento fue incubando el movimiento libertador que encontró su conductor en Juan Antonio Lavalleja. Fue así que treinta y tres hombres cruzaron el río Uruguay en la noche del 18 al 19 de abril de 1825 para iniciar el movimiento emancipador. A los “treinta y tres orientales” se unieron muchos otros, dispuestos a combatir contra el Imperio. La lucha se inició con algunos rápidos éxitos y la incorporación de importantes figuras como la de Fructuoso Rivera.

Cuatro meses después, en la Villa de San Fernando de la Florida se reunieron “los ciudadanos representantes de los Pueblos Libres de la Provincia Oriental del Río de la Plata”, tal como dicen las actas. El 22 de agosto la sala nombró a Lavalleja Gobernador y Capitán General de la Provincia y el día 25 dictó tres importantes leyes.

La primera, conocida como “ley de independencia”, declara nulos los actos de incorporación a Portugal y a Brasil y manifiesta que esta provincia es…

Libre e independiente del Rey de Portugal, del Emperador del Brasil, y de cualquiera otro del universo; y con amplio y pleno poder para darse las formas, que en uso y ejercicio de su Soberanía, estime convenientes.

La segunda ley, consecuente con la primera, es conocida como “ley de unión”. En uso de su libertad, la Provincia manifestó su voluntad, que no era la de ser un país independiente, sino la de formar parte de la unión de las provincias del Río de la Plata.

Queda la Provincia Oriental del Río de la Plata unida a las demás de este nombre en Territorio de Sud América, por ser la libre y espontánea Voluntad de los Pueblos que la componen.

La tercera ley estableció el pabellón que identificaría la provincia, compuesto de tres fajas horizontales: celeste, blanca y punzó.

Como sabemos, el proceso histórico llevó a aquellas Provincias Unidas a constituirse como República Argentina y a la antigua provincia Oriental a convertirse en República Oriental del Uruguay. Sin embargo, esas leyes manifestaron la soberanía de nuestro pueblo para darse la forma de organización política que estimara conveniente.

¿Cómo entró la Virgen en este escenario? Antes de fundarse la Villa de San Fernando de la Florida, había otra población en un lugar cercano. Allí se veneraba ya esta imagen, conocida como “la Virgen del Pintado”, porque así se llamaba el pueblo. La gente del Pintado dejó finalmente ese sitio, un poco inhóspito y así se fundó Florida.

La imagen representa a la Inmaculada y es una pequeña y hermosa talla en madera de cedro paraguayo, proveniente de los talleres de las misiones jesuíticas entre los guaraníes. 

La capilla de Florida, al igual que la “sala” donde se reunieron los representantes era un humilde rancho. 

Según tradición oral, los integrantes de aquella asamblea, presidida por el párroco de Villa Guadalupe de Canelones, presbítero Juan Francisco de Larrobla, rezaron ante la pequeña imagen, pidiendo la intercesión de la Virgen frente a los graves acontecimientos en los que se jugaba el destino de la Provincia. Es desde entonces que la imagen comenzó a ser espontáneamente llamada “Virgencita de los Treinta y Tres”. En 1857, Manuel Oribe, segundo jefe de los Treinta y Tres regaló la corona de oro que luce la imagen, en agradecimiento por haberse salvado de un naufragio.

Catorce fueron los pueblos o villas representados en aquel agosto de 1825. Cuatro de ellos están en nuestra diócesis. 

Guadalupe, hoy ciudad de Canelones que, como ya hemos dicho, envió como delegado a su párroco. El Padre Larrobla llegó en 1823 y permaneció al frente de la parroquia hasta su muerte, el 5 de julio de 1842. 

San Juan Bautista (hoy Santa Lucía), estuvo representada por Simón del Pino, oriundo de Canelones y uno de los Treinta y Orientales. Del Pino y Larrobla están sepultados en la hoy catedral de Canelones.

San Isidro de Las Piedras fue representada por Santiago Sierra, artiguista desde la primera hora.

Concepción de Pando tuvo como delegado a Gabriel Antonio Pereira, antiguo oficial del ejército artiguista.

Por otra parte, un ciudadano oriundo de Canelones fue también representante: Joaquín Suárez, varias veces miembro del Cabildo de Villa Guadalupe, oficial del ejército artiguista, actuó como diputado por la Villa de la Florida.

En este aniversario, los orientales creyentes, los uruguayos que reconocemos como patrona a la Madre de Jesús, pedimos su intercesión por nuestro pueblo:

Santísima Virgen María, 
ante cuya imagen inclinaron su bandera 
y doblaron reverentes su rodilla 
los fundadores de nuestra Patria. 
Protege siempre a este pueblo 
nacido a tu sombra bienhechora. 
Concede, ¡oh Madre!, 
que en nuestros hogares 
florezcan la religión 
y todas las virtudes cristianas. 
Haz que veamos el reinado de Cristo, 
que es el de la verdad y la justicia. 
Alcánzanos estas gracias 
y la de la eterna salvación, 
de tu Hijo Jesucristo 
que con el Padre y el Espíritu Santo 
vive y reina por los siglos de los siglos. 
Amén.

EN ESTA SEMANA:

  • Domingo 24: día Nacional de la catequesis, convocado en este año jubilar bajo el lema “Anclados en la Esperanza”. Felicitaciones y gratitud a todos los catequistas.
  • Lunes 25, Nuestra Señora de la Fundación, patrona de la parroquia de Solymar.
  • Miércoles 27, santa Mónica, madre de San Agustín. Prestemos atención a la catequesis de los miércoles del Papa León, en ese día tan especial para su familia espiritual, los agustinos.
  • Jueves 28, San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia.
  • Viernes 29, martirio de san Juan Bautista.
  • Sábado 30, Santa Rosa de Lima, patrona de Empalme Olmos, Pinar, Santa Rosa y Fortín de Santa Rosa, en nuestra diócesis.
  • Domingo 31, San Ramón Nonato, patrono de San Ramón. Fiesta jubilar del Decanato Centro en la Iglesia de San Ramón, uno de los sitios jubilares de nuestra Diócesis.

Gracias, amigas y amigos por su atención. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

martes, 14 de noviembre de 2023

Los obispos del Uruguay culminaron su asamblea con la mirada puesta en 2024. Año vocacional y posible visita del Papa Francisco.


Desde el miércoles 8 al martes 14 de noviembre se reunió en la Casa de Retiros Buen Pastor, en Florida, la asamblea de la Conferencia Episcopal del Uruguay. 

El primer día coincidió con la fiesta litúrgica de Nuestra Señora de los Treinta y Tres. Luego de una mañana de retiro, una tarde de compartir fraterno y de organización de la agenda, los obispos culminaron la jornada con la celebración de la Eucaristía en el Santuario de la patrona del Uruguay.

En la mañana del jueves los pastores recibieron al Nuncio Apostólico en el Uruguay, Mons. Gianfranco Gallone, con quien dialogaron sobre varios temas de la actualidad eclesial, incluyendo la posibilidad de la visita del Santo Padre. El Papa Francisco fue invitado a venir a Uruguay tanto por la Conferencia Episcopal como por el gobierno nacional. 
Por la tarde, el Dr. Miguel Pastorino, invitado por los obispos, analizó algunos aspectos de la realidad nacional, centrando su reflexión en la dignidad de la persona humana y sus derechos, así como la pérdida y búsqueda de sentido de la vida.
En la noche varios de los obispos estuvieron presentes en el Festival “Uruguay le canta a la Virgen de los Treinta y Tres”.

La asamblea del Sínodo de los Obispos, celebrada en octubre, en la que participaron Mons. Milton Tróccoli y el Cardenal Daniel Sturla, fue el tema central del viernes. Como elemento destacado se señaló el método de la “conversación en el Espíritu”, utilizado en el Sínodo. Se le considera una herramienta muy válida, que puede ser utilizada en los distintos organismos de las diócesis y parroquias. Estos organismos: consejos pastorales parroquiales y diocesanos, consejos de asuntos económicos, consejos presbiterales, etc. son instrumentos de participación y comunión para la misión y expresión de la sinodalidad de la Iglesia.

En la tarde del sábado 11 y durante el domingo 12, los obispos participaron en las distintas actividades que tuvieron lugar en la ciudad de Florida con motivo de la peregrinación nacional, convocada bajo el lema “Junto a la Virgen de los Treinta y Tres agradecemos la Beatificación de Jacinto Vera”. 
El punto culminante estuvo en la celebración de la Eucaristía en el exterior del santuario, con la presencia de delegaciones de todo el Uruguay. 
En la homilía, el Cardenal Sturla animó a los fieles a defender la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, a construir la paz y a proclamar nuestra fe en Jesús Salvador.
Al final de la Misa, en el interior de la catedral, a los pies de la Virgen, se rezó la tradicional súplica a María por la Iglesia y por el pueblo uruguayo.
También se bendijo una réplica única, realizada con nobles materiales y especial cuidado, de la imagen de la Virgen de los Treinta y Tres, que, de ahora en adelante, será la “imagen peregrina” que hará presente a la patrona del Uruguay en diferentes acontecimientos eclesiales en todo el país.
En la tarde, en el parque de la Piedra Alta, se desarrolló una “feria vocacional” con diferentes quioscos en los que diversas expresiones de vida consagrada presentaron sus propuestas, suscitando el interés de muchos peregrinos.

A lo largo de los días, distintos servicios eclesiales fueron presentando sus informes y reflexionando con los obispos sobre sus logros, dificultades y expectativas: Seminario Interdiocesano, Departamento de Catequesis, Animación Bíblica de la Pastoral, Fundación Sophía, Pastoral Social – Cáritas, Pastoral de la Familia y de la Vida, Pastoral Vocacional. Hubo también un recuerdo para los cincuenta años del Diaconado Permanente en el Uruguay, valorando este ministerio. También se recibió al rector de la Universidad Católica del Uruguay, P. Julio Fernández sj. Mons. Alberto Sanguinetti informó sobre la realización del Congreso Internacional de Quito el año próximo.

La protección de menores y personas vulnerables y la prevención de abusos sigue siendo centro de atención de los Obispos. Esa misión estuvo asignada hasta ahora al Departamento de Educación Católica, que ha venido llevando adelante la capacitación de agentes pastorales en este delicado asunto. Con el asesoramiento de personas que recientemente han recibido formación sobre ese tema, se decidió la creación de una Comisión Nacional para la prevención de abusos, que buscará actualizar las herramientas de que ya dispone la CEU y potenciar las actividades de formación en prevención, que es una tarea permanente.

Los Obispos decidieron que 2024 sea un año dedicado a las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Se iniciará en Semana Santa, en la Misa Crismal de cada Diócesis y concluirá en la Peregrinación Nacional a la Virgen de los Treinta y Tres, el segundo domingo de noviembre. Durante el mismo se propondrá diferentes actividades y momentos de oración por las vocaciones a realizarse en parroquias y colegios.


martes, 17 de mayo de 2022

domingo, 8 de noviembre de 2020

Misa - Virgen de los Treinta y Tres

Celebrada en uno de los salones de la parroquia Virgen de los Treinta y Tres, conocida también como Cruz Alta, en la ciudad de Treinta y Tres.

La iglesia parroquial está en reparación, por lo que se está celebrando la Misa en uno de los salones de la casa parroquial. En el vídeo pueden verse algunas imágenes de este templo, que es una obra relevante, diseñada por los arquitectos Aroztegui y Brizolara, acompañados por el sacerdote jesuita Carlos Mullin, que fue luego Obispo de Minas.
Lo primero que llama la atención a muchos visitantes es el aspecto del templo, con sus paredes inclinadas. Esta forma quiere evocar una carpa, una tienda de campaña, recordando que el Pueblo de Dios, en su caminar por el desierto, armaba una “tienda sagrada” donde se guardaban las tablas de la Ley, el símbolo de la alianza entre Dios y su Pueblo.
También recordamos que el evangelio según san Juan nos dice que el Hijo de Dios, el Verbo, al hacerse hombre, “puso su tienda entre nosotros”, acampó entre nosotros. Esta Iglesia quiere marcar especialmente esa presencia de Dios en medio de su Pueblo, como lugar de oración, de encuentro y celebración de la comunidad.

Primera lectura y salmo responsorial: del libro de Judit.

El sumo sacerdote Joaquín y los ancianos del pueblo de Israel que habitaban en Jerusalén vinieron para contemplar los beneficios con que Dios había colmado a Israel, y también para ver a Judit y saludarla.
Al verla, todos a una, la elogiaron y le dijeron:
“¡Tú eres la gloria de Jerusalén,
tú, el gran orgullo de Israel,
tú, el insigne honor de nuestra raza!
Al realizar todo esto con tu propia mano,
has hecho un gran bien a Israel, y Dios ha aprobado tu obra.
Que el Señor todopoderoso te bendiga para siempre”.
Y todo el pueblo dijo:
“¡Amén!”.

R. Bendita seas, porque salvaste al pueblo en peligro.

Que el Dios altísimo te bendiga, hija mía
más que a todas las mujeres de la tierra
y bendito sea el Señor Dios,
creador del cielo y de la tierra. R.
Nunca olvidarán los hombres
la confianza que has demostrado
y siempre recordarán el poder de Dios.
Que Dios te exalte para siempre,
favoreciéndote con sus bienes. R.
Porque no vacilaste en exponer tu vida
al ver la humillación de nuestro pueblo,
sino que has conjurado nuestra ruina
procediendo resueltamente delante de nuestro Dios. R.

Homilía

“Bendita seas, porque salvaste al pueblo en peligro”.
Tomamos estas palabras del Antiguo Testamento que están dirigidas a una mujer, Judit, para aplicárselas a María, y aplicárselas en relación con esta advocación que estamos hoy celebrando: Virgen de los Treinta y Tres, patrona del Uruguay.

No estamos hoy en aquellos peligros que corría nuestro pueblo en el año 1825, en medio de una guerra de la que finalmente saldría el Uruguay como país independiente. Junto con todo el mundo estamos enfrentando la amenaza de un enemigo invisible y silencioso, pequeñísimo, pero poderoso: el coronavirus que ha desatado esta pandemia.

La oración a María siempre está presente en nuestros labios. Siempre estamos pidiéndole “ruega por nosotros pecadores”. ¡Cuánto más le dirigimos nuestra súplica en tiempos como el que nos toca transitar!

Esas palabras, “bendita seas, porque salvaste al pueblo en peligro”, nos recuerdan intervenciones, mediaciones de María, en el pasado y nos alientan a pedirlas para el momento presente.

Muchas mujeres de la primera Alianza nos anticipan algunos de los rasgos de la Madre del Salvador. Vamos a acercarnos brevemente a la historia de Judit, para ver cómo esta mujer salvó a su pueblo en peligro.

Cuenta el libro de Judit que Nabucodonosor, rey de Asiria, envió un ejército de más de 120.000 hombres, al mando de su general Holofernes, con la misión de tomar varios territorios, entre los que se incluía el reino de Judea. Los invasores venían arrasando. Los reinos vecinos a Judea fueron cayendo uno tras otro y el enemigo estaba cerca de Jerusalén. El pueblo se preparó para la guerra. Sin embargo, los asirios los rodearon, capturaron las fuentes de agua y sitiaron la ciudad.
El pueblo, abrumado por la sed, pidió a los jefes la rendición.
Judit, una viuda joven, profundamente creyente, escuchó todo y tomó una decisión.
Se preparó primero con el ayuno y la oración:
“Señor: tú eres el Dios de los humildes, el defensor de los pequeños, apoyo de los débiles, refugio de los desvalidos, salvador de los desesperados. Escucha mi plegaria”.
Después de orar, Judit dejó su aspecto austero de viuda, se arregló, se perfumó y se puso su mejor vestido.
Acompañada de su servidora, salió de la ciudad. Fue al campamento asirio y se presentó como una mujer que quería mostrarle a los asirios un paso secreto para entrar a la ciudad y tomarla sin esfuerzo.
Judit logró ganar la confianza del general, asegurándole que hacía eso porque su pueblo estaba pecando y Dios lo iba a entregar a los asirios. Una noche, el general invitó a cenar a Judit. Él bebió demasiado, hasta quedarse profundamente dormido. Nadie estaba con ellos. Judit, pidiendo a Dios que le diera fuerza, tomó la espada de Holofernes y le cortó la cabeza. Inmediatamente salieron con su criada del campamento, en medio de la oscuridad de la noche, llevando la cabeza del general.
A la mañana, el descubrimiento de la muerte de su jefe dejó confundidos e inermes a los asirios.
Los israelitas los atacaron y los enemigos huyeron derrotados.
La primera lectura y el cántico que hemos escuchado nos ubican en el momento en que Judit regresó a la ciudad y contó a su pueblo lo que había hecho. Allí recibió las alabanzas de todos: “bendita seas, porque salvaste al pueblo en peligro”.
Aunque ella corrió muchos riesgos, empezando por el de su vida, se las ingenió para poder realizar su plan sin siquiera comer de los alimentos, alimentos impuros, del general y sus oficiales. Ella encontró la forma de guardar su pureza en todo sentido. Por todo eso fue bendecida por su pueblo, que reconoció que Dios lo había salvado por medio de las manos de una mujer.

Al tomar esta lectura y este cántico del libro de Judit, la liturgia quiere mostrarnos a María, Virgen de los Treinta y Tres, inspirando a quienes estaban luchando por la libertad de su pueblo.
Durante varios días de agosto de 1825, en la ciudad de Florida, los representantes de los pueblos de la Provincia Oriental, es decir, de lo que hoy es la República Oriental del Uruguay, se reunieron en asamblea para decidir sobre los destinos de su pueblo.
Según la tradición, al finalizar las reuniones, los asambleístas pasaban a rezar en el ranchito que servía como capilla, donde se guardaba y veneraba la Virgen del Pintado, una imagen de madera hermosamente tallada por manos guaraníes, proveniente de las misiones jesuíticas de otra época. Esa es la imagen que hoy conocemos como Virgen de los Treinta y Tres.
El 25 de agosto, después de aprobar tres leyes que expresaban con claridad la voluntad del pueblo oriental, seguramente estuvieron allí los representantes, pidiendo el amparo de la Virgen frente a las decisiones que acababan de tomar y a los combates que todavía se prolongarían durante tres años, hasta la firma de la Paz en 1828.

Ya constituido el país, Manuel Oribe, uno de los jefes de los Treinta y Tres y segundo presidente de la república, ofreció a la Virgen una corona, como testimonio de su gratitud por las gracias recibidas por su mediación.

Este domingo, como se viene haciendo desde hace muchos años, el santuario de la Virgen de los Treinta y Tres en Florida debería estar recibiendo a los peregrinos que suelen acudir de todo el país. No ha sido así, por las razones que sabemos. La peregrinación, pues, se ha hecho una peregrinación espiritual. Un momento importante de esa peregrinación es la súplica a la patrona de la patria por el fin de la pandemia y sus consecuencias.

Con la misma fe que animó a Judit, con la misma fe con que los patriotas de 1825 presentaron ante María la patria naciente, pedimos a la Virgen de los Treinta y Tres, en este tiempo de pandemia, su mediación ante “el Dios de los humildes, el defensor de los pequeños, apoyo de los débiles, refugio de los desvalidos, salvador de los desesperados”. Virgen de los Treinta y Tres, escúchanos; ruega por nosotros; presenta ante el Señor las súplicas de nuestro Pueblo para que toda la humanidad pueda superar esta prueba y construir un mundo más sano y más fraterno. Así sea.

martes, 3 de noviembre de 2020

Virgen de los Treinta y Tres, patrona del Uruguay

 

Corría el mes de agosto de 1825. En la villa de la Florida, los representantes de las poblaciones de la Provincia Oriental, es decir, de lo que hoy es la República Oriental del Uruguay, se reunieron en asamblea para decidir sobre los destinos de su pueblo. Pocos meses antes, el 19 de abril, treinta y tres hombres habían cruzado el río Uruguay en dos lanchones, y al pisar tierra oriental desplegaron una bandera en la que se leía su consigna: “libertad o muerte”.

Cuenta una tradición que, al finalizar las reuniones, los asambleístas de la Florida pasaban a rezar en el ranchito que servía como capilla, donde se guardaba y veneraba la Virgen del Pintado, una imagen de madera, hermosamente tallada por manos guaraníes, proveniente de las misiones jesuíticas de otra época. Esa es la imagen que hoy conocemos como Virgen de los Treinta y Tres, en recuerdo de aquellos hombres que lucharon por la libertad.

El 25 de agosto, después de aprobar tres leyes que expresaban con claridad la voluntad del pueblo oriental, seguramente fueron los representantes a la modesta capilla a pedir el amparo de la Virgen frente a las decisiones que acababan de tomar y a los combates que todavía se prolongarían durante tres años, hasta la firma de la Paz en 1828.

Desde hace años, en la solemnidad de la patrona del Uruguay, se le dirige una súplica. Una vez más, pedimos a María, la madre de Jesús, venerada como Virgen de los Treinta y Tres, que ruegue por nosotros, pecadores.
En este 8 de noviembre de 2020, los obispos del Uruguay presentaremos a la Virgen nuestra súplica por el fin de la pandemia y de todas sus consecuencias.
Junto a mis hermanos Obispos, los invito a participar de ese momento de oración a través de diferentes medios, que podrán ver ustedes al final de este vídeo. A continuación, les presento la oración que, tradicionalmente, se ha dirigido a la patrona del Uruguay.

Súplica a Santa María, la Agraciada Virgen de los Treinta y Tres

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

María Santísima:
Hija de Sión, en ti llega a plenitud la fe de Abraham.
En ti se cumple la esperanza de los patriarcas.
En ti brilla la fidelidad de los pobres del Señor.
Tú sola fuiste elegida, entre todas las mujeres de Israel,
para ser la Madre del Mesías.

El Padre Eterno, desde toda la eternidad,
te preparó para que dieras carne a su Hijo, su Verbo,
por el cual todo fue creado, quien trajo la salvación al mundo.

Elegida para esta misión
por aquel que hace todo según el beneplácito de su voluntad.
Tú fuiste llena de gracia
desde el primer instante de tu concepción,
libre de la mancha del pecado original y de pecado alguno.

Por eso, nosotros,
guiados por las palabras de las Sagradas Escrituras, te aclamamos:
“la Pura y Limpia, la Purísima, la Inmaculada, la Agraciada”.

Tú, en obediencia de fe,
escuchaste la Palabra de Dios y la cumpliste,
y seguiste a tu Hijo hasta el pie de la cruz.

Tú estuviste con los apóstoles y discípulos,
cuando el Espíritu fue derramado
sobre el nuevo pueblo de Dios.

Tú eres saludada
como miembro eminentísimo y del todo singular de la Iglesia
que ve en ti su figura y modelo ejemplar en la fe y en la caridad.

Tú maternidad divina ilumina a la Iglesia Madre,
que por la predicación y el bautismo engendra, para la vida inmortal, a los hijos concebidos por el Espíritu Santo y nacidos de Dios.

Tu fidelidad y obediencia guían a la Iglesia virgen,
que custodia pura e íntegra la fe prometida a Cristo, su Esposo.

En ti la Iglesia santa se presenta sin mancha ni arruga,
y llama a los fieles a recibir el perdón de los pecados
y la gracia que los conduce a la perfección de la caridad.

Elevando su mirada a ti,
que estás en cuerpo y alma en los cielos,
la Iglesia alimenta en sus miembros
la esperanza de la resurrección
en una carne semejante a la de Cristo glorioso,
para formar la Jerusalén celestial,
la Esposa eterna y perfecta del Cordero.

******

Virgen Santa:
siempre y en todas partes,
tú te haces presente,
en medio de quienes acuden a tu protección.

También el pueblo oriental, Madre de Dios,
te ha tenido y te tiene como gracia inspiradora
y, unido a ti,
ha puesto su confianza en Jesucristo,
Señor y Salvador de la Historia.

A lo largo de los siglos,
con nombres diversos y en distintos lugares,
ha elevado a ti su mirada, Inmaculada Virgen María,
por siempre Madre del Señor,
hermana, Señora y Abogada nuestra.

Desde antiguo nuestros mayores recurrieron a ti,
reconociendo tu presencia en esta Santa Imagen,
agraciada Virgen de los Treinta y Tres Orientales.

Por medio de este nombre tan propio de nuestro pueblo,
recordamos y pedimos tu protección,
Santa Madre de Dios,
protección de la patria,
protección de las familias,
protección de los pobres,
protección sobre cada uno de nosotros.

Por eso, hoy, en tu santuario, con toda confianza,
nos presentamos ante ti,
Santa María, gloriosa Virgen de los Treinta y Tres.

A ti, que eres nuestra Capitana y Guía,
Te pedimos por el pueblo uruguayo.

Ten compasión de sus miserias y pecados
y ayúdalo a encontrar, en Jesucristo y en su Iglesia,
el perdón del Padre,
la verdadera libertad,
el sentido de la vida.

Enséñanos a ser un pueblo agradecido
con los dones que Dios nos ha regalado,
en esta tierra,
en las cualidades de su gente,
en las posibilidades del futuro.

Sé nuestra guía,
para que encontremos y realicemos
los caminos de la justicia y la paz verdadera,
para que, sobre todo,
cuidemos de los pobres y de los que sufren,
para que los más infelices sean los más privilegiados
y todos tengan pan, techo y trabajo.

Ilumina a nuestras autoridades
y a todos los que detentan alguna forma de poder
para que lo pongan al servicio del bien común en la justicia.

Que cada miembro de la sociedad
se dignifique por el servicio a los demás.

Que la educación sea para el desarrollo de hombres y mujeres libres y honestos.

Que cada uno trabaje honradamente,
ayude al mejoramiento comunitario
y obtenga cuanto es necesario para sí y su familia.

Que los investigadores, los científicos y los técnicos,
respeten las exigencias morales de la vida humana
y se sometan a la Ley del Creador.

Que los comunicadores sociales
busquen la verdad y el entendimiento de los hombres.

Que los artistas
Llenen el mundo de un reflejo de la belleza creadora.

Virgen de los Treinta y tres,
te pedimos especialmente por las familias.
Da solidez al vínculo matrimonial:
que los esposos se unan en un amor fiel y estable,
que sean generosos en la comunicación de la vida
y eduquen a sus hijos según el evangelio.

Haz que cada ser humano sea protegido y respetado,
desde el primer momento de su concepción,
hasta que el Creador llame a sí
a la creatura que salió de sus manos.

Que los niños y los adolescentes
descubran la existencia como un don del Padre.

Cuida a los jóvenes,
para que, a medida que se abren a las riquezas de la vida,
se vean protegidos del mal,
puedan crecer en realización de entrega y generosidad
y oigan el llamado de Dios.

Tú, que eres fuerte con la gracia divina,
da fortaleza a los adultos,
para que se guíen por los principios
que iluminan una conciencia recta,
para que no piensen solo en su interés
sino en el servicio a los demás;
para que sean honestos y sinceros.

Mira, Madre, a los ancianos:
muchos, con su esfuerzo,
colaboran con las nuevas generaciones
y aportan su sabiduría y experiencia.

Pon tus ojos misericordiosos
en aquellos que ven disminuidas sus fuerzas,
en los enfermos que unen sus sufrimientos con los de Jesús,
en los que necesitan la ayuda de los demás;
muy especialmente te encomendamos
los que en este año han de unirse con la muerte de Cristo,
entregándose en las manos del Padre:
que te tengan a tu lado, piadosa y dulce Virgen María.

Te pedimos, humilde sierva del Señor,
que en cada hombre y en cada mujer sea reconocida y respetada la imagen que la Santísima Trinidad puso en ellos
y que Cristo restauró con su sangre y su resurrección.

A ti, Madre del Señor,
que estuviste de pie junto a la cruz de tu Hijo,
te encomendamos a nuestros hermanos difuntos:
que, purificados de todo pecado, contemplen el rostro del Padre
y resuciten gloriosos con Cristo en el último día.

*******

María de los Treinta y Tres,
te rogamos por la Iglesia de Cristo,
que peregrina en el Uruguay.
Por sus nueve diócesis, con sus obispos:
que, dirigidos por la luz y la libertad del Espíritu Santo, guíen a sus Iglesias
en la fidelidad a la misión recibida de los apóstoles,
para que en ellas se viva y anuncie el evangelio con valentía
y se derrame abundante la gracia de la salvación.

Protege a los sacerdotes y danos santas vocaciones según el Corazón de tu Hijo.

Con tu ejemplo, suscita la santidad en todo el pueblo cristiano:
en niños, jóvenes y adultos.
Santidad en el matrimonio;
santidad en hombres y mujeres que, en la vida religiosa,
se consagran a Cristo el Señor.

Que todos los cristianos, mirando tu hermosura,
Virgen de los Treinta y Tres,
descubran siempre más la belleza
de una vida iluminada por la Palabra de Dios,
rebosante de alegría
por la celebración de los misterios de tu Hijo,
llena del gozo del Espíritu Santo.

*******

María:
como nosotros te invocamos con el nombre de Virgen de los Treinta y Tres,
tú eres llamada con distintos nombres,
como protectora de los pueblos americanos,
con quienes estamos particularmente hermanados.

Mira sus dolores, para sostenerlos en la esperanza.
Suscita los mejores esfuerzos
para construir sociedades justas y fraternas.

Reina de la paz,
te pedimos por todas las naciones;
que en ellas y entre ellas
se encuentren las formas de sana convivencia,
que permita la unión de todos como una gran familia,
sin discriminaciones, en el respeto y el amor.

*******

Virgen agraciada, esclava del Señor,
tú, llena del Espíritu Santo, profetizaste
que todas las generaciones te declararían bienaventurada.

Mira hoy a este pueblo,
que, contemplando las maravillas que Dios ha hecho por ti,
te felicita y te llama dichosa.
Enséñanos a proclamar siempre las grandezas del Señor,
y a darle gracias,
adorando a nuestro Creador y Salvador,
realizando la obra suprema del hombre,
que es alabar a Dios.

Virgen de los Treinta y Tres:
que cada uno de nosotros
y toda la Iglesia de toda la tierra,
junto contigo y los ángeles y los santos,
confiese y adore siempre a la Trinidad Santísima.

“A aquel que tiene poder para realizar todas las cosas incomparablemente mejor de lo que podemos pedir o pensar,
conforme al poder que actúa en nosotros,
a Él la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús
por todas las generaciones por los siglos de los siglos.
AMÉN.”

Amigas y amigos: muchas gracias por su atención y su oración.
Les reitero la invitación a unirnos a esta súplica, transmitida en directo:
Domingo 8 de noviembre de 2020, a las 12 horas, por Radio María Uruguay en sus distintas estaciones; por Radio Oriental; a través de Facebook en la página DECOS CEU Iglesia Católica del Uruguay; por el canal de YouTube Virgen de los Treinta y Tres.
Que el Señor los bendiga, que nuestra Madre los guarde bajo su manto y hasta la próxima semana, si Dios quiere.

domingo, 20 de septiembre de 2020

8 de Noviembre - Peregrinación espiritual a la Virgen de los Treinta y Tres


CARTA DEL CONSEJO PERMANENTE DE LA CEU CON MOTIVO DE LA
SOLEMNIDAD DE LA VIRGEN DE LOS TREINTA Y TRES

Queridos hermanos y hermanas:

El próximo domingo 8 de noviembre celebramos la Solemnidad de la Virgen de los Treinta y Tres, Patrona de nuestro Uruguay.
En este año particular, marcado por la pandemia, no realizaremos la tradicional peregrinación al Santuario de nuestra Madre en Florida.
Los Obispos del Uruguay estaremos reunidos allí, en la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal y celebraremos la misa en la Catedral de Florida, honrando a nuestra Patrona y llevando las intenciones de todas nuestras comunidades.
A las 12 horas rezaremos la Súplica a la Virgen de los Treinta y Tres, que será transmitida por varios medios de comunicación y por las redes sociales, lo que será comunicado oportunamente.
Invitamos, por tanto, a todas las comunidades a celebrar con particular solemnidad ese domingo y a unirse en la oración de la Súplica al mediodía, en comunión con todos los Obispos del Uruguay.
Rezaremos especialmente por el fin de esta pandemia y sus consecuencias, poniendo toda nuestra vida bajo la protección maternal de la Virgen María.
De este modo, aunque no podamos encontrarnos todos en el Santuario, estaremos unidos espiritualmente en la oración y la súplica confiada.
Con la bendición del Señor

+ Arturo FajardoObispo de SaltoPresidente
 

+ Carlos CollazziObispo de MercedesVicepresidente
 

+ Milton TróccoliObispo de Maldonado-Punta del Este- MinasSecretario General
 

domingo, 3 de noviembre de 2019

Oración de Consagración a la Virgen de los Treinta y Tres, patrona del Uruguay








El próximo domingo, 10 de noviembre, la ciudad de Florida recibirá, en el santuario nacional de la Virgen de los Treinta y Tres la peregrinación anual en la que participan delegaciones de todas las diócesis junto a los obispos del Uruguay que tienen en esos días la asamblea de la Conferencia Episcopal.

En esta oportunidad, como parte del camino a la celebración del V Congreso Eucarístico Nacional (2020), se hará una consagración a la Virgen de los Treinta y Tres, renovando la que hizo san Juan Pablo II en su segunda visita a Uruguay, en 1988.

(Audio y video publicados el año pasado, al coincidir la fiesta de la Virgen de los Treinta y Tres con el día domingo)

A continuación, el texto de la oración:

ORACIÓN DE SAN JUAN PABLO II

(Con adaptaciones)

Florida, Uruguay
Domingo 8 de mayo de 1988 - Domingo 10 de noviembre de 2019

1. ¡Feliz porque has creído, Madre del Redentor!


Ante tu imagen sagrada, oh Virgen de los Treinta y Tres,
el Pueblo de Dios que peregrina en Uruguay,
reconociéndote como Madre y Patrona,
se confía a nuestra voz para ensalzarte:
“¡Feliz porque has creído!”,
y con inefable gratitud te aclama Maestra de su fe.
Tu mirada bondadosa acompaña los caminos de evangelización
y sostiene con amor solícito
la peregrinación de fe y de esperanza
de todo el Pueblo de Dios en esta tierra,
que en ti pone su confianza y a ti encomienda sus aspiraciones
de vivir cada día en creciente fidelidad a Cristo.

2. ¡Bendita entre las mujeres! ¡Bendito el fruto de tu vientre!


Ponemos bajo tu amparo nuestra Patria,
su futuro de paz y de progreso;
a cada uno de nuestros hermanos de la ciudad y del campo,
obreros y empresarios, trabajadores y estudiantes,
gobernantes y ciudadanos,
hombres y mujeres,
ancianos, jóvenes y niños,
para que todos vivamos en armonía y concordia.

Madre del Verbo de la vida, Virgen de Nazaret,
te encomendamos encarecidamente en este día
todas las familias del Uruguay.
Que sean felices afianzando más y más
el vínculo indisoluble y sagrado del matrimonio;
que sean benditas porque respetan la vida que nace,
como don que viene de Dios,
desde el mismo seno materno.

Haz que cada familia sea de veras una iglesia doméstica,
–a imagen de tu hogar de Nazaret–,
donde Dios esté presente
para hacer llevadero el yugo suave de su ley que es siempre amor,
y donde los hijos puedan crecer en sabiduría y gracia,
sin que les falte el alimento, la educación, el trabajo.
Que el amor de los uruguayos hacia ti,
se traduzca en respeto y promoción de la mujer,
ya que eres espejo de su vocación y dignidad,
en la Iglesia y en la sociedad.

3. ¡Virgen del Magnificat, fiel a Dios y a la humanidad!


Te ofrecemos y ponemos bajo tu protección,
la Iglesia entera del Uruguay,
los obispos y los sacerdotes, los diáconos permanentes,
los religiosos y religiosas,
los seminaristas y novicios
y cuantos están dedicados
al servicio de la evangelización
y del progreso de este pueblo:
los misioneros, los catequistas,
los laicos comprometidos, los jóvenes.

Tú que eres la imagen perfecta y viva de la libertad,
de la unión indisoluble entre el amor de Dios
y el servicio a los hermanos,
entre la evangelización y la promoción humana,
enséñanos a poner en práctica
el amor preferencial de Dios por los pobres y humildes.

Que toda la Iglesia del Uruguay,
bajo tu mirada, con tu ayuda y siguiendo tu ejemplo,
trabaje sin descanso por implantar
el Evangelio de las bienaventuranzas,
garantía de libertad, de progreso, de paz;
y promueva la solidaridad con las demás naciones hermanas.

Somos, por la gracia, hijos de Dios y hermanos en Cristo,
sellados por el mismo Espíritu,
miembros de la misma Iglesia
e hijos tuyos, Madre del Redentor.
Que podamos dar testimonio de nuestra fe con audacia
y, por la acción de tu Espíritu,
nuestro Uruguay sea fiel a su historia,
marcada por la Cruz y por tu presencia amorosa de Madre,
Capitana y Guía de nuestra libertad.
Amén.


martes, 17 de octubre de 2017

Peregrinación Nacional a la Virgen de los Treinta y Tres

CONVOCATORIA DEL CONSEJO PERMANENTE DE LA CEU A LA PEREGRINACIÓN NACIONAL A LA VIRGEN DE LOS TREINTA Y TRES
Queridos  hermanos:

Luego de recibir el anuncio del Ángel, “María se levantó y fue con prontitud” (Lc 1, 39) al encuentro de Isabel. Ella con ternura y amor de madre igualmente se acerca a nuestras vidas. Movidos por esta alegría, como Iglesia que peregrina en el Uruguay también queremos levantarnos e ir a su encuentro.

Es así que los Obispos los invitamos, una vez más, a peregrinar al Santuario Nacional de la Virgen de los Treinta y Tres el próximo domingo 12 de noviembre.

Dice el Santo Padre Francisco que “la peregrinación […] es imagen del camino que cada persona realiza en su existencia. La vida es una peregrinación y el ser humano es viator, un peregrino que recorre su camino hasta alcanzar la meta anhelada” (MV 14). Caminemos como peregrinos y dirijámonos a los pies de María; a Ella acudimos con nuestras súplicas para renovar nuestra confianza en Aquél que la hizo tan bella, tan hermosa y tan santa.

Le pedimos que seamos cada día más capaces de vivir y proclamar la alegría de la vida de discípulos y misioneros, la belleza y la hermosura del amor entregado.

Contemplemos a María en su santuario en Florida. Mirémosla con sus manos juntas sobre su corazón, inclinada para dejarse llevar por el Espíritu. Mirémosla y reconozcamos con alegría y agradecidos que se ha cumplido en nuestra historia y se cumple hoy la promesa de su Hijo: “Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20).

Luego de habernos puesto bajo el cuidado de la Patrona de nuestra Patria, los Obispos comenzaremos una peregrinación a la tumba de los Apóstoles Pedro y Pablo en Roma. Allí tendremos la alegría de encontrarnos con el sucesor de Pedro, el Papa Francisco, para compartir con él la marcha de nuestra Iglesia que peregrina en Uruguay. Los invitamos a rezar para que este encuentro nos enriquezca y nos dé un nuevo impulso para nuestra tarea evangelizadora.

Pidamos a María, nuestra Capitana y Guía, que nos conduzca siempre a su Hijo. Que nosotros, su Iglesia, por su intercesión, podamos compartir con todos la alegría del Evangelio.

Con nuestro saludo y bendición
Mons. Carlos Collazzi sdb, Obispo de Mercedes, Presidente
Mons. Arturo Fajardo, Obispo de San José de Mayo, Vicepresidente
Mons. Milton Tróccoli, Obispo Auxiliar de Montevideo, Secretario General

domingo, 13 de noviembre de 2016

Enfoques Dominicales. Súplica a la Virgen de los Treinta y Tres.



Hoy, como todos los segundos domingos de noviembre, la ciudad de Florida recibió la Peregrinación Nacional a la Virgen de los Treinta y Tres. Peregrinos de las diez diócesis del Uruguay se han encontrado hoy al pie de la pequeña y querida imagen, venerada en la Catedral de Florida, que es su Santuario.
Compartimos desde aquí esta "Súplica a Santa María, la Agraciada Virgen de los Treinta y Tres", rezada hoy por el Cardenal Daniel Sturla y el Obispo de Florida, Mons. Martín Pérez Scremini.

María Santísma
Hija de Sión, en ti llega a plenitud la fe de Abraham;
en ti se cumple la esperanza de los patriarcas;
en ti brilla la fidelidad de los pobres del Señor.
Tú sola fuiste elegida, entre todas las mujeres de Israel,
para ser la Madre del Mesías.

El Padre Eterno, desde toda la eternidad,
te preparó para que dieras carne a su Hijo, su Verbo,
por el cual todo fue creado, quien trajo la salvación al mundo.

Elegida para esta misión
por Aquel que hace todo según el beneplácito de su voluntad,
tú fuiste llena de Gracia
desde el primer instante de tu concepción;
libre de la mancha del pecado original y de pecado alguno.
Por eso, nosotros,
guiados por las palabras de las Sagradas Escrituras,
te aclamamos
“la Pura y Limpia, la Purísima, la Inmaculada, la Agraciada”.

Tú, en obediencia de fe,
escuchaste la Palabra de Dios y la cumpliste,
y seguiste a tu Hijo al pie de la cruz.

Tú estuviste con los apóstoles y discípulos,
cuando el Espíritu fue derramado
sobre el nuevo Pueblo de Dios.

Tú eres saludada como miembro eminentísimo y del todo singular de la Iglesia,
que ve en ti su figura y modelo ejemplar en la fe y la caridad.

Tu maternidad divina ilumina a la Iglesia Madre,
que por la predicación y el bautismo engendra,
para la vida inmortal, a los hijos concebidos por el Espíritu Santo y nacidos de Dios.

Tu fidelidad y obediencia guía a la Iglesia virgen,
que custodia pura e íntegra la fe prometida a Cristo, su Esposo.

En ti la Iglesia santa se presenta sin mancha ni arruga,
y llama a los fieles a recibir el perdón de los pecados
y la Gracia que los conduce a la perfección de la caridad.

Elevando su mirada a ti,
que estás en cuerpo y alma en los cielos,
la Iglesia alimenta en su miembros
la esperanza de la resurrección,
en una carne semejante a la de Cristo glorioso,
para formar la Jerusalén celestial,
la Esposa eterna y perfecta del Cordero.

* * * * * * *

Virgen Santa:
siempre y en todas partes,
tú te haces presente,
en medio de quienes acuden a tu protección.

También el pueblo oriental, Madre de Dios,
te ha tenido y te tiene como gracia inspiradora
y, unido a ti,
ha puesto su confianza en Jesucristo,
Señor y Salvador de la Historia.

A lo largo de los siglos,
con nombres diversos y en distintos lugares,
ha elevado a ti su mirada, Inmaculada Virgen María,
por siempre Madre del Señor,
hermana, Señora y Abogada nuestra.

Desde antiguo nuestros mayores recurrieron a ti,
Reconociendo tu presencia en esta Santa Imagen,
Agraciada Virgen de los Treinta y Tres Orientales.

Por medio de este nombre tan propio de nuestro pueblo,
recordamos y pedimos tu protección,
Santa Madre de Dios
protección de la patria,
protección de las familias,
protección de los pobres,
protección sobre cada uno de nosotros.

Por eso, hoy, en tu santuario, con toda confianza,
Nos presentamos ante ti,
Santa María, gloriosa Virgen de los Treinta y Tres.

A ti, que eres nuestra Capitana y Guía,
te pedimos por el pueblo uruguayo:

Ten compasión de sus miserias y pecados
y ayúdalo a encontrar, en Jesucristo y en su Iglesia,
el perdón del Padre,
la verdadera libertad,
el sentido de la vida.

Enséñanos a ser un pueblo agradecido
con los dones que Dios nos ha regalado,
en esta tierra,
en las cualidades de su gente,
en las posibilidades del futuro.

Sé nuestra guía,
para que encontremos y realicemos
los caminos de la justicia y la paz verdadera,
para que, sobre todo,
cuidemos de los pobres y de los que sufren,
para que los más infelices sean los más privilegiados
y todos tengan pan, techo y trabajo.

Ilumina a nuestras autoridades
y a todos los que detentan alguna forma de poder:
que lo pongan al servicio del bien común en la justicia.

Que cada miembro de la sociedad
se dignifique por el servicio a los demás.

Que la educación sea para el desarrollo de hombres y mujeres libres y honestos.

Que cada uno trabaje honradamente,
ayude al mejoramiento comunitario
y obtenga cuanto es necesario para sí y su familia.

Que los investigadores, los científicos y los técnicos,
respeten las exigencias morales de la vida humana
y se sometan a la Ley del Creador.

Que los comunicadores sociales
busquen la verdad y el entendimiento de los hombres.

Que los artistas
llenen el mundo de un reflejo de la belleza creadora.

Virgen de los Treinta y Tres,
te pedimos especialmente por las familias.
Da solidez al vínculo matrimonial:
que los esposos se unan en un amor fiel y estable,
que sean generosos en la comunicación de la vida
y eduquen a sus hijos según el Evangelio.

Haz que cada ser humano sea protegido y respetado
desde el primer momento de su concepción,
hasta que el Creador llame a sí
a la creatura que salió de sus manos.

Que los niños y adolescentes
descubran la existencia como un don del Padre.

Cuida a los jóvenes,
para que a medida que se abren a las riquezas de la vida,
se vean protegidos del mal,
puedan crecer en realizaciones de entrega y generosidad
y oigan el llamado de Dios.

Tú, que eres fuerte con la Gracia divina,
dales fortaleza a los adultos,
para que se guíen por los principios que iluminan un conciencia recta,
para que no piensen solo en su interés
sino en el servicio de los demás,
para que sean honesto y sinceros.

Mira, Madre, a los ancianos:
muchos, con su esfuerzo,
colaboran con las nuevas generaciones
y aportan su sabiduría y experiencia.

Pon tus ojos misericordiosos
en aquéllos que ven disminuidas sus fuerzas,
en los enfermos que unen sus sufrimientos con los de Jesús,
en los que necesitan la ayuda de los demás;
muy especialmente te encomendamos
los que en este año han de unirse con la muerte de Cristo,
entregándose en las manos del Padre:
que te tengan a su lado, piadosa y dulce Virgen María.

Te pedimos, humilde sierva del Señor,
que en cada hombre y en cada mujer sea reconocida y respetada
la imagen que la Santísima Trinidad puso en ellos
y que Cristo restauró con su sangre y su resurrección.

A ti, Madre del Señor,
que estuviste de pie junto a la cruz de tu Hijo,
te encomendamos a nuestros hermanos difuntos:
que purificados de todo pecado contemplen el rostro del Padre
y resuciten gloriosos con Cristo en el último día.

* * * * * * *

María de los Treinta y Tres,
te rogamos por la Iglesia de Cristo,
que peregrina en el Uruguay.
Por sus diez diócesis, con sus obispos:
que, dirigidos por la luz y la libertad del Espíritu Santo,
guíen a sus Iglesias
en la fidelidad a la misión recibida de los apóstoles;
para que en ellas se viva y anuncie el Evangelio con valentía
y se derrame abundante la gracia de la salvación.

Protege a los sacerdotes y danos santas vocaciones
según el Corazón de tu Hijo.

Con tu ejemplo,
Suscita la santidad en todo el pueblo cristiano:
en niños, jóvenes y adultos;
santidad en el matrimonio;
santidad en hombres y mujeres que, en la vida religiosa,
se consagran a Cristo, el Señor.

Que todos los cristianos, mirando tu hermosura,
Virgen de los Treinta y Tres,
descubran siempre más la belleza
de una vida iluminada por la Palabra de Dios,
rebosante de alegría
por la celebración de los misterios de tu Hijo,
llena del gozo del Espíritu Santo.

* * * * * * *

María:
como nosotros te invocamos
con el nombre de Virgen de los Treinta y Tres,
tú eres llamada con distintos nombres,
como protectora de los pueblos americanos,
con quienes estamos particularmente hermanados.

Mira sus dolores, para sostenerlos en la esperanza.
Suscita los mejores esfuerzos
para construir sociedades justas y fraternas.

Reina de la paz,
te pedimos por todas las naciones,
que en ellas y entre ellas
se encuentren las formas de sana convivencia,
que permita la unión de todos como una gran familia,
sin discriminaciones, en el respeto y el amor.

* * * * * * *

Virgen agraciada, esclava del Señor,
tú, llena del Espíritu Santo,
profetizaste que todas las generaciones te declararían bienaventurada.

Mira hoy a este pueblo,
que contemplando las maravillas que Dios ha hecho por ti,
te felicita y te llama dichosa.

Enséñanos a proclamar siempre las grandezas del Señor,
y a darle gracias,
adorando a nuestro Creador y Salvador,
realizando la obra suprema del hombre,
que es alabar a Dios.

Virgen de los Treinta y Tres:
que cada uno de nosotros y toda la Iglesia de Dios que peregrina en el Uruguay,
unida a la Iglesia de toda la tierra,
junto contigo y los ángeles y los santos,
confiese y adore siempre a la Trinidad Santísima.

“A aquel que tiene poder para realizar todas las cosas
incomparablemente mejor de lo que podemos pedir o pensar,
conforme al poder que actúa en nosotros,
a Él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús
por todas las generaciones por los siglos de los siglos.
AMÉN.”

sábado, 10 de septiembre de 2016

Los Obispos del Uruguay invitan a culminar Año de la Misericordia en la Fiesta de la Patrona de la Patria

A pocos días del 20 de noviembre, en que culminaremos el Año del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco, los Obispos del Uruguay queremos invitarlos a celebrar de una manera especial este acontecimiento, como Iglesia que peregrina en Uruguay, en la Solemnidad de la Virgen de los Treinta y Tres, en su Santuario de la Catedral de Florida. Es allí donde el pueblo cristiano, años atrás, expresó su sentir escribiendo en el ábside con grandes letras: SALVE, REINA Y MADRE DE MISERICORDIA. María es la Madre de Jesús y Jesús es la misma misericordia.
 
La consigna que hemos vivido en este año: “Sean misericordiosos como el Padre”, nos ha ayudado a experimentar la misericordia de Dios en nuestras vidas y a ser misericordiosos con los que nos rodean, haciendo vida las obras de misericordia, tanto las espirituales como las corporales.
María es una gran ayuda para llegar a Él, para llegar al Corazón de Dios, donde se lee esta palabra esculpida en letras de oro: MISERICORDIA. Ella ha cantado que su misericordia nos llega de generación en generación. “La misericordia es el núcleo central del mensaje evangélico. El nombre mismo de Dios” (Benedicto XVI).

Leyendo y meditando la Biblia constatamos que la palabra que atraviesa todos sus libros de manera transversal es MISERICORDIA, como queriendo expresar que este es el nombre bíblico de Dios, quien al revelarse siempre se nos presenta como un Dios misericordioso.

El amor de Dios es paciente y misericordioso, “misericordioso hasta la milésima generación” (Ex.20,6). “El Señor es misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y fidelidad” (Ex.34,6).

Este año cada una de nuestras Diócesis ha realizado un itinerario, un camino a través de la MISERICORDIA, después de abrir la Puerta Santa en nuestras Catedrales y otras iglesias. Ahora queremos hacer un gran gesto para culminar juntos este Año Santo en el Santuario de la Madre de la Misericordia, sabedores que este camino debe continuar toda nuestra vida.

La misericordia es el imperativo que da identidad a nuestra experiencia cristiana “porque la Iglesia tiene que anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona” (MV13).

Invitamos a todas las comunidades parroquiales, educativas, movimientos y grupos eclesiales a hacerse presentes en la ciudad de Florida el próximo domingo 13 de noviembre a las 10 hs.

Juntos culminaremos con alegría este Año Santo Extraordinario. Queremos animar el caminar del pueblo de Dios y junto a María Madre de la Misericordia, elevar nuestras voces implorando su maternal protección y agradecerle su constante presencia en nuestra iglesia uruguaya. 
Los Obispos del Uruguay
Montevideo, 5 de agosto de 2016

viernes, 13 de noviembre de 2015

Culminó Asamblea Plenaria de los Obispos

Del 8 al 12 de noviembre, los Obispos del Uruguay participaron en la segunda Asamblea Plenaria  Ordinaria de este año de la Conferencia Episcopal Uruguaya.
 
El domingo 8 tuvo lugar en Florida la Peregrinación Nacional al Santuario de la Virgen de los Treinta y Tres que congregó a 6500 fieles de todos los rincones del país. La Eucaristía fue presidida por el Presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, Cardenal Gianfranco Ravasi. El Cardenal culminó así su visita al Uruguay con motivo de la realización en Montevideo del Atrio de los Gentiles, el viernes 6 y sábado 7, en el cual estuvieron participando varios de los Obispos.
 
Los Obispos y el Pueblo de Dios en el Santuario Nacional de la
Virgen de los Treinta y Tres, en Florida, en el momento de la
Súplica a la Virgen, en la Peregrinación Nacional (8 de noviembre)
El lunes 9, en la Casa Jesús Buen Pastor, los Obispos iniciaron sus sesiones, acompañados por el Pbro. Ariel Busso, sacerdote argentino, doctor en Derecho Canónico. El P. Busso orientó el retiro de la mañana y en la tarde presentó a los Obispos las nuevas disposiciones del derecho sobre los procedimientos en casos de nulidad matrimonial (Motu Proprio Mitis Iudex Dominus Iesus, del Papa Francisco).
 
El Nuncio Apostólico en Uruguay, Mons. George Panikulam, visitó la asamblea el martes 10, ofreciendo a los Obispos sus reflexiones para el cercano tiempo de Adviento.
 
Las elecciones para los distintos servicios dentro de la Conferencia Episcopal ocuparon la jornada del miércoles 11 (ver nómina completa de responsabilidades pastorales en nuestra entrada anterior).
 
El jueves 12 los Obispos recibieron a autoridades de la Conferencia de Religiosas y Religiosos del Uruguay (CONFRU), con quienes mantuvieron un diálogo sobre diversos temas pastorales, entre los cuales destacó el programa de la CONFRU en lucha contra la trata de personas.
 
A lo largo de la asamblea se abordaron otros temas: el sínodo de la familia y la pastoral familiar; la formación de los futuros sacerdotes; la sustentación del clero; los pasos de la iniciación cristiana y particularmente el sacramento de la Confirmación. Se hizo también referencia a la cuestión ambiental, a propósito de la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco.
 
Los Obispos dialogaron sobre la forma de celebrar el Año de la Misericordia en sus respectivas diócesis y acordaron que la clausura nacional del mismo sea en la peregrinación a la Virgen de los Treinta y Tres el 13 de noviembre de 2016.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Asamblea de la CEU en Florida: los temas del encuentro de los Obispos




La Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU) se reunió en Florida del 5 al 11 de noviembre. Durante esos días los Obispos compartieron un retiro y tiempos de convivencia, trataron varios temas en relación a la vida de la Iglesia en el Uruguay, recibieron al nuevo Nuncio Apostólico y a otros visitantes, participaron en la Peregrinación Nacional a la Virgen de los Treinta y Tres y emitieron un comunicado.

Retiro. Mons. Eduardo Horacio García, en el día de su visita a la CEU todavía obispo auxiliar de Buenos Aires y hoy obispo de San Justo (provincia de Santa Fe) orientó el tiempo que los Obispos dedicaron a la meditación y oración, a partir del pasaje del Apocalipsis conocido como “Cartas a las siete Iglesias” y párrafos tomados de la exhortación del Papa Francisco EvangeliiGaudium.

Pastoral Digital. El mismo Mons. García, acompañado de un técnico, presentó el proyecto “Pastoral Digital”, iniciado en Argentina y ya comenzando a implementarse en Paraguay y República Dominicana. Pastoral Digital es una forma de compartir entre las diócesis y parroquias los registros parroquiales (bautismos, casamientos, etc.), una red social intraeclesial y una red de solidaridad en relación a Cáritas. La CEU decidió comenzar un encaminamiento para entrar en el proyecto.

Visita del Nuncio.Mons. George Panikulam, nuevo Nuncio apostólico en el Uruguay, visitó por primera vez a la CEU reunida en asamblea. Como es de estilo, dirigió a los Obispos un discurso, en el cual compartió algunas reflexiones sobre textos bíblicos acerca de discipulado y misión, un tema de especial interés en América Latina a partir de la V Conferencia del Episcopado latinoamericano en Aparecida, Brasil (2007). Comentó luego con los Obispos algunos aspectos de su propia misión y en un clima de cordialidad propuso otros momentos de encuentro para el próximo año, además de su habitual participación en las asambleas plenarias ordinarias.

Asamblea extraordinaria del Sínodo de los Obispos. Mons. Rodolfo Wirz, presidente de la CEU, participó representando a Uruguay en la reciente asamblea del Sínodo sobre la familia. Se recordó que esta instancia tuvo carácter preparatorio para la asamblea ordinaria del Sínodo a realizarse el año próximo, para la cual la CEU debe elegir un delegado (en las reuniones extraordinarias debe participar el presidente) y preparar su aporte a partir de la Relación final del sínodo. Mons. Jaime Fuentes, presidente de la Comisión Nacional para la Pastoral Familiar y la Vida, fue elegido como delegado de la CEU para esta esta instancia decisiva. Cada Diócesis trabajará el tema y hará llegar sus aportes a la referida Comisión.

Vicario del Opus Dei. La CEU invitó al Vicario regional de la Prelatura del Opus Dei en Uruguay, Mons. Carlos María González Saracho, con quien se mantuvo un fluido diálogo acerca de la presencia del Opus Dei, las obras educativas vinculadas al mismo y la relación de la prelatura con las Diócesis.

Elecciones nacionales. Los Obispos escucharon una presentación del Dr. Juan Ariel Bogliacini y la Dra. Rosario Queirolo, del Dpto. de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Católica acerca del resultado de las recientes elecciones nacionales en sus diversos aspectos.

Universidad Católica. Con la presencia de los Padres Eduardo Casarotti SJ, Rector y Álvaro Pacheco SJ, Vicerrector del Medio Universitario, los Obispos se informaron acerca de la marcha de la Universidad Católica y evaluaron las posibilidades de un relacionamiento mayor entre la Universidad y la Facultad de Teología.

Año de la Vida Consagrada. El 30 de noviembre, primer domingo de Adviento, comienza para toda la Iglesia Católica en el mundo el “Año de la Vida Consagrada”, convocado por el Papa Francisco, que culminará el 2 de febrero de 2016, jornada mundial de la Vida Consagrada. Para dialogar sobre la programación del año en Uruguay, la CEU recibió a la presidente Hna. Daniela Cannavina HCMR y a la secretaria de la Conferencia de Religiosas y Religiosos del Uruguay (CONFRU). Las religiosas presentaron el lema “Evangelio, profecía y esperanza: la vida consagrada en la Iglesia hoy” y el logo oficial del Año, así como la programación de CONFRU que propone un año con mayor énfasis en el acompañamiento a la vida religiosa en el Uruguay a través de encuentros, retiros espirituales, actividades de formación y celebraciones en las Diócesis.

Formación de los futuros sacerdotes. El Seminario Interdiocesano Cristo Rey es actualmente dirigido por un equipo formado por el rector, Mons. Milton Tróccoli, Obispo auxiliar de Montevideo y los Sacerdotes Freddy Pérez (Diócesis de Minas) y Luis Eduardo González (Diócesis de Maldonado-Punta del Este). El equipo dialogó con la asamblea de la CEU sobre algunos aspectos de la marcha del Seminario. La necesidad de una Pastoral vocacional más activa y propositiva fue una de las conclusiones.

Hogar Sacerdotal. Los Padres Richard Arce y Francisco Gordalina, integrantes de la Comisión directiva del Hogar Sacerdotal plantearon algunas posibles mejoras de la institución para atender la diversidad de situaciones en que llegan los sacerdotes que pasan a una edad de retiro con diferentes problemas de salud. El Hogar Sacerdotal no es sólo una casa que recibe a los sacerdotes ancianos, imposibilitados o enfermos, sino que es también la institución que vela por la salud de quienes están en actividad y, de forma solidaria, constituye un fondo para la atención de quienes ya no pueden continuar prestando un servicio pastoral.

Catequesis. El Departamento de Catequesis de la CEU presentó un proyecto de reformulación del Instituto Superior de Catequesis (ISCA). Ante la necesidad de atender a la formación de los catequistas el ISCA, inicialmente destinado exclusivamente a la formación de formadores, se convertirá en un Instituto que ofrecerá formación a todos los niveles, respondiendo especialmente a las necesidades de las Diócesis del interior.

Comunidades Eclesiales de Base. La propuesta de realización del VII Encuentro Nacional de CEBs, presentada por la Articuladora nacional fue asumida por la CEU, quedando fijada la fecha del 24 y 25 de octubre de 2015, en la Diócesis de Tacuarembó.

Junto a la Virgen de los Treinta y Tres. Los Obispos tuvieron dos celebraciones en la Catedral de Florida, santuario de la Patrona del Uruguay. El sábado 8, día propio de la fiesta de la Virgen, la Eucaristía fue presidida por Mons. Alberto Sanguinetti, Obispo de Canelones. El domingo 9, en el marco de la Peregrinación Nacional que convocó a miles de fieles, fue el Arzobispo de Montevideo, Mons. Daniel Sturla quien presidió, pronunciando una homilía que tocó varios temas de la vida de la Iglesia y del país, que fue recogida por varios medios de prensa.

Comunicado. “No a la discriminación, sí al respeto de todos”. Se trata de una declaración de todos los Obispos, a propósito del documento base y guía didáctica de educación y diversidad sexual. La Iglesia no pretende imponer su visión al conjunto de la sociedad; pero en nombre de la misma laicidad del Estado, pide que no se pretenda imponer una visión ideológica o filosófica que violenta las creencias de muchos uruguayos, recordando que nuestro Estado laico contempla la libertad de cultos.