domingo, 19 de junio de 2016

Enfoques Dominicales - "Cual retazo de los cielos..."


¡Cuántas cosas se juntan este 19 de junio!
  • Es Domingo, día del Señor, día en que los católicos estamos especialmente convocados por Jesús a encontrarlo en la Misa, a escuchar su Palabra, a recibirlo en la comunión.
  • Es el aniversario del nacimiento de Artigas: 252 años. Se agranda con el tiempo la distancia de los días que vivió nuestro prócer, pero sigue también agrandándose su figura, sus luchas, sus valores.
  • Es el día, según corresponda, de la promesa o de la jura de fidelidad a la bandera nacional (1).
  • Finalmente, es también el día del abuelo.

Ayer, en el programa ¡Qué bien se está aquí! de Radio María, me preguntaron qué significa para mí la jura de la bandera. La pregunta me tomó un poco de sorpresa.
Me hice otra pregunta: ¿qué significa la jura de la bandera para un chico de 12 años, en primero de Liceo? ¿qué representa, realmente, para él ese acto que se le pide que haga?
Es un tema que ha sido discutido (2), y no me entusiasma meterme en esa discusión que tiene que ver con la mayoría de edad, con el valor jurídico de los juramentos y otras cosas, pero que toca también nuestros sentimientos como uruguayos frente a nuestra bandera.
La jura de la bandera es un acto jurídico, necesario para el ciudadano uruguayo a algunos efectos (3). Pero es también un acto simbólico.

Fue por ese lado que se encaminó mi reflexión. No tanto sobre el significado del acto de jurar la bandera, sino sobre lo que significa la bandera misma, que es lo que en realidad importa.

De pronto, recordé algo que me sucedió la primera vez que salí del país. La primera vez que estuve fuera del Uruguay fue por un tiempo más o menos largo. En el año 1972, de enero a julio, unos seis meses, estuve en Estados Unidos como estudiante de intercambio.
Salí de aquí con 16 años. Había terminado mi primer año de magisterio y me fui a vivir con una familia norteamericana en el estado de Dakota del Norte, en la frontera con Canadá. Enero, allí, quiere decir invierno, 60 cm de nieve… uno no se puede olvidar de aquel paisaje blanco por todos lados.
Hice lo que se hace normalmente: convivir con la familia (padre, madre, tres hijos) e ir al Liceo, a lo que sería el equivalente a un sexto año de secundaria nuestro.
Una vez, hablando con la madre de la familia con la que yo vivía, ella me preguntó si no quería quedarme a vivir allí, en Estados Unidos, o como dicen ellos “in America”.
Le respondí que no, que Uruguay era mi país, y que quería volver allá.
Hoy pienso lo que era el Uruguay de 1972, aquel mes de abril de violencia y muerte. “¿Cuándo, mi vida, ay sí, / ay, pero cuándo / la sangre en las veredas / se irá borrando?”, cantaban Los Olimareños al año siguiente (4).
Pero yo no pensaba en nada de eso, aunque de mi casa me habían mandado los diarios que hacían la crónica de aquellos días de veredas ensangrentadas en lo que fue nuestro último enfrentamiento armado entre orientales.
Volviendo a la conversaciòn con la madre de la familia estadounidense, cuando le digo que quiero volver a Uruguay, ella me dice: “Pero, ¿tú no quieres lo mejor? Yo quiero lo mejor. Si America no fuera lo mejor, yo me iría donde estuviera lo mejor”.
Me sorprendió mucho esa manera de pensar.
Pero para mí, lo mejor seguía siendo “lo mío”.
Y hoy diría, más que "mi" lugar, como lugar que me pertenece, diría el lugar al que pertenezco. Y ese lugar sigue estando aquí, y es el Uruguay.

Tengo que decir, también, que yo no estaría aquí si un día, a finales del siglo XIX, mi bisabuelo Dominique Beaudean no hubiera dejado los Pirineos franceses para encontrar en Piñera, al este de Paysandù su lugar en el mundo… o si mi madre, que nació en Asturias, no hubiera salido en 1932 con su familia de España para Uruguay… La migración es una realidad. A veces una elección pensada, a veces la manera de pasar de la desesperación a la esperanza. La tragedia de los refugiados que sacude el mundo de hoy nos dice que hay mucha gente que ya no tiene dónde volver.
Pero yo volví aquella vez, y he vuelto otras veces.
¿Por qué? ¿Para qué?
No porque esto sea “lo mejor”, ni o mais grande do mundo. Los uruguayos tenemos la suerte de estar llamados permanentemente a la humildad, a la modestia, por eso de ser un país chico y poco poblado, con algunas cosas que nos dan satisfacción y nos permiten tener tambièn nuestro pequeño orgullo.
Como suele decirse “la Patria son los afectos”. Por eso hablamos de “querencia”, que no es necesariamente el lugar donde nacimos, pero sí el lugar al que sentimos que pertenecemos. Querencia, que viene de “amar, de querer bien”.

Pero, como decía un poeta, la Patria es mucho más que la tierra que se pisa. Déjenme compartirles lo que decía Antonio Machado de su Patria, pero que vale también para la nuestra:
“la patria es algo que se hace constantemente y se conserva sólo por la cultura y el trabajo. El pueblo que la descuida o abandona, la pierde, aunque sepa morir. […] no es patria el suelo que se pisa, sino el suelo que se labra; […] allí donde no existe huella del esfuerzo humano no hay patria […] sino una tierra estéril” (5).

Entonces, ¿cuál es el sentido de elegir esta tierra oriental, que nuestra bandera representa? ¿Cuál es el sentido de quedarnos en este suelo, donde nacimos o donde llegamos y encontramos un lugar?
Algo de eso nos dice la pregunta en la jura de la bandera, al pedirnos el compromiso de una vida digna consagrada al ejercicio del bien para nosotros y para los demás.
Una vida, entonces, dedicada no sólo al propio bien, individual, familiar, o para mi grupo de intereses: una vida en la que tengo siempre como horizonte el bien común.

Yo creo que ése fue el horizonte de la vida de José Artigas, cuyo nacimiento recordamos hoy y que, más allá de cómo pensara él el lugar de la Provincia Oriental en el mundo, miraba siempre más allá, como cuando nos hablaba de “la felicidad pública”, o de “la libertad de América”…
En esta fiesta patria, y desde este Cerro Largo donde en otros tiempos muchos se sintieron convocados a “hacer Patria” defendiendo con las armas derechos y libertades, sigamos buscando hoy “hacer Patria” por los caminos de la paz, del encuentro, del diálogo, de la reconciliación, de la integración, de la superación, del crecimiento, que hacen a aquella “pública felicidad” que soñó Artigas. Y en esto estamos todos los cristianos que buscamos ser, como decía San Juan Bosco "buenos cristianos y buenos ciudadanos".

+ Heriberto

(1) Establecido por la ley N° 9.943, del 20 de julio de 1940.
(2) Ver, por ejemplo, Los anacronismos de la jura de la bandera, tertulia en radio El Espectador con el Prof. Leonardo Borges, autor del libro Cual retazo. Anacronismos de jurar la bandera, Montevideo, 2005.
(3) Ver ¿Para qué sirve la jura de la Bandera? artículo en el diario El Observador, 19 de junio de 2012.
(4) ¿Cuándo? Letra de Carlos María Gutiérrez, música de Braulio López, en el LP Rumbo, 1973.
(5) La Prensa de Soria al 2 de Mayo de 1808, Soria, 2 mayo 1908; en Antonio Machado, Escritos dispersos (1893-1936), Barcelona, Octaedro, 2009, pp. 118-20. 

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Enfoques Dominicales es un programa que se emite por 1340 AM La Voz de Melo, los domingos a las 11:50. La versión escrita que presenta el Blog no necesariamente es la versión literal de lo emitido, pero sí su contenido esencial.

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