Delegación uruguaya en el encuentro. Diócesis de Salto, Tacuarembó y Melo |
Mensaje final
XXXIII Encuentro de Diócesis de Frontera
14, 15 y 16 de mayo de 2018
FORMOSA - ARGENTINA
Tema: “Los vecinos se encuentran para escuchar a
los jóvenes, percibir su realidad personal, familiar, social y eclesial,
valorar su protagonismo, alegría, generosidad y creatividad en la acción
pastoral al servicio de la vida de nuestros pueblos”.
Texto bíblico iluminador: 1 Juan 2, 14
“Hijos, les he escrito porque ustedes conocen
al Padre. Padres, les he escrito porque ustedes conocen al que existe desde el
principio. Jóvenes, les he escrito porque son fuertes y la Palabra de Dios
permanece en ustedes y ustedes han vencido al Maligno”.
Agradecidos a Dios porque, convocados como
pueblo de hijos y de hermanos en Jesús, hemos concluido nuestro encuentro anual
de vecinos de frontera. Nos hemos reunido en Formosa, tierra de los pueblos originarios
Qom, Pilagás, Nivaklés y Wichis, en el Noreste argentino.
Así, los vecinos nos reconocemos hermanos,
sentimos por un momento que la frontera se diluye y nos une la necesidad de
escuchar a los jóvenes y percibir su realidad vital, que trasciende las
fronteras de los países.
1.
La compleja realidad juvenil
Escuchando la voz de los jóvenes, los aportes
de expertos y compartiendo nuestras experiencias, descubrimos una realidad
juvenil positiva y esperanzadora, de jóvenes inquietos a quienes moviliza la
búsqueda del sentido de la vida y de ser protagonistas en la construcción de
una sociedad más justa y fraterna. Jóvenes que confían en la familia, jóvenes
de grupos parroquiales y de movimientos que perseveran en su fe y en su vida
cristiana, en su compromiso apostólico en la Iglesia y en el mundo.
Es también una realidad compleja.
Pesa sobre los jóvenes la visión de las
generaciones mayores, para las cuales hoy la juventud aparece como estado
ideal. Muchos adultos, en lugar de ofrecer el modelo de una vida con
responsabilidad y sentido, sueñan con una juventud perpetua, y así cierran el
horizonte a los jóvenes. Hay también visiones negativas sobre los jóvenes que reiteran
prejuicios que se han dado a lo largo de siglos.
Muchos jóvenes viven situaciones de
sufrimiento: pobreza, adicciones, falta de sentido, vida sin trabajo ni
estudio, estructuras familiares inestables y cambiantes.
Hay una ausencia de jóvenes que no llegan a la
Iglesia porque se ha roto la trasmisión de la fe en las familias. También
porque la Iglesia es percibida como una entidad obsoleta, manchada por
escándalos. La cultura contemporánea no predispone ni facilita el silencio y la
interioridad, espacios para la apertura espiritual. Hay también dificultades de
acogida y de acompañamiento en las comunidades cristianas.
2.
Los jóvenes, Jesús y la Iglesia
¿Qué tiene la Iglesia para ofrecer a los
jóvenes que hoy son indiferentes a su propuesta?
Humanamente: cercanía, escucha, atención a la
persona del joven y a sus problemas.
Ante todo, a Jesucristo. Proponer el encuentro
con Jesucristo vivo, descubierto en un camino de seguimiento, de acuerdo a la
primera invitación de Jesús a sus discípulos: “Síganme”. La relación de Jesús
con los jóvenes es paradigma para lo que debería ser nuestra acción pastoral.
Tres pasajes del Evangelio son particularmente
iluminadores:
Mc 5,41 “Muchacha, a ti te digo, levántate”
Mc 9,27 “tomándole de la mano… lo levantó y él
se puso de pie”
Mt 19,21 “Si quieres ser perfecto, anda, vende
lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego
ven, y sígueme”
Las tres palabras de Jesús tienen en común un
llamado al crecimiento personal, a partir del “levántate” y del seguimiento.
En una realidad donde la fe no está presente,
parece adecuado proponer el seguimiento como proceso para conocer a Jesús que
da la posibilidad de abrirse a la fe.
Desde allí será posible un proceso de
maduración en la fe y discernimiento del proyecto de vida del joven.
3.
Los desafíos pastorales
La pastoral juvenil y la pastoral vocacional
han estado durante años suponiendo la fe, para proponer una posible vocación.
Pensar como primer paso no la fe sino el llamado, es decir, la pregunta
vocacional, para iniciar un camino de discernimiento, invierte esa propuesta.
Es una reflexión a profundizar.
Necesitamos fortalecer presencia y proximidad
en la relación pastoral con los jóvenes.
Establecer relaciones caracterizadas por
cercanía, ternura y firmeza.
Pasar de una presentación teórica doctrinal a
una propuesta más existencial de la fe.
Prestar especial atención a los centros de
educación católica para que sean verdaderamente lugares de propuesta y
encuentro con Jesús.
Las experiencias de misión son muy valoradas
por los jóvenes. Allí se manifiesta con fuerza su capacidad de responsabilidad,
compromiso, entrega y de servicio.
En suma, propuestas de pastoral juvenil en las
que los jóvenes sean protagonistas, como aparece en las experiencias
presentadas en el encuentro. Así los jóvenes serán los primeros apóstoles de
los jóvenes, para que, como expresó en su testimonio una joven participante
“ningún joven sea dejado de lado”.
Formosa, 16 de mayo de 2018
Los 65 participantes
de los siguientes países y diócesis:
Argentina: Diócesis
de Concordia, Corrientes, Formosa, Goya, Gualeguaychú, Reconquista y Santo
Tomé.
Brasil: Diócesis de
Bagé, Pelotas, Santo Ângelo y Uruguaiana.
Paraguay: Diócesis de
Asunción, Ciudad del Este y San Juan Bautista de las Misiones.
Uruguay: Diócesis de
Melo, Salto y Tacuarembó.
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