sábado, 5 de junio de 2021

Corpus Christi. "Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos" (Marcos 14,12-26)

Junio es el mes del Sagrado Corazón de Jesús. En Uruguay es también el Mes vocacional. Y en este primer domingo estamos celebrando la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.
Leyendo los textos bíblicos que nos presenta la liturgia, hay una palabra que se repite en todos ellos: alianza.

Moisés tomó la sangre y roció con ella al pueblo, diciendo: «Esta es la sangre de la alianza que ahora el Señor hace con ustedes, según lo establecido en estas cláusulas.» (Éxodo 24,3-8)
«Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos…»  (Marcos 14, 12-16. 22-26)

dice Jesús, en la última cena con sus discípulos.

La carta a los Hebreos, segunda lectura, nos aclara el sentido de las palabras de Jesús:

Cristo es mediador de una Nueva Alianza entre Dios y los hombres (Hebreos 9, 11-15)
¿Y por qué es tan importante esa palabra, alianza?
Porque esa es la relación que Dios quiere establecer con nosotros, con los seres humanos: una alianza. Una alianza es un compromiso mutuo.
En la antigüedad, cuando dos reyes hacían una alianza, un pacto, lo sellaban ofreciendo juntos un sacrificio a sus dioses.
Dios hace alianza con el pueblo de Israel: 

“Yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo” (Jeremías 7,23) 

es la mejor expresión de ese pacto.
Dios se compromete a cuidar a su Pueblo y éste se compromete a cumplir los mandamientos de la ley de Dios.
La alianza es una entrega mutua: de ahí que los anillos de boda se llamen, precisamente, alianzas, como signo del compromiso que, en el sacramento del matrimonio, asumen ante Dios los esposos. De hecho, la alianza matrimonial, el amor entre esposa y esposo es un signo del amor de Dios y de su alianza con la humanidad, representada por la Iglesia. San Pablo decía:

Maridos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella (Efesios 5,25).
Dios nos propone entrar en una relación de alianza con Él… ¿Cuál es nuestra relación con Dios? ¿Es Dios Alguien que se nos da y a quien nos damos? ¿o es alguien a quien recurrimos como un servicio de emergencias, pidiéndole que actúe a nuestro favor y ofreciéndole una especie de “precio” que pagamos por ese servicio?
Recordemos siempre esto: Cristo nos amó y se entregó por nosotros. Eso es lo que nos hace presente el Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo:
Mi cuerpo, entregado por ustedes;
Mi sangre derramada por ustedes.
Palabras que escuchamos en cada Misa, palabras de Jesús en la última cena.
En la Biblia, la sangre es símbolo de la vida. La Alianza compromete la vida. Jesús da su vida por amor: nos amó y derramó su sangre, entregando su vida por nosotros.
La Eucaristía es el memorial de la nueva alianza que funda una nueva comunión con Dios. Recibir el Cuerpo de Cristo es una de las formas, una forma muy especial, muy fuerte, de dar de nuevo nuestro sí a esa alianza, de nuestro compromiso con Aquel que se nos da para que en Él tengamos vida.
Permítanme dejar un saludo a la parroquia de Vergara, Santísimo Sacramento, que celebra hoy su fiesta patronal, en mi vieja diócesis de Melo.
Concluyamos este primer momento con una breve oración:
Jesús, buen Pastor, pan verdadero,
ten piedad de nosotros:
apaciéntanos y cuídanos;
permítenos contemplar los bienes eternos
en la tierra de los vivientes.
Tú, que lo sabes y lo puedes todo,
tú, que nos alimentas en este mundo,
conviértenos en tus comensales del cielo,
en tus coherederos y amigos,
junto con todos los santos.
En esta semana recordamos a dos santos fundadores de comunidades que están en nuestra diócesis.

El 6 de junio, San Marcelino Champagnat, fundador de los Hermanos Maristas, que tienen su comunidad y Colegio en Pando.
El lunes 7 es el día de San Antonio María Gianelli, fundador de las Hermanas del Huerto, también presentes en Pando con una comunidad y colegio, aunque las Hermanas celebran a su fundador en el mes de octubre.

El 11 es normalmente la fiesta de San Bernabé, apóstol; pero en este año ese viernes es la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Algunas capillas de nuestra diócesis llevan ese nombre:
- Barrio Obelisco del Carmen, Las Piedras;
- Totoral, dentro de la parroquia de Sauce;
- en ruta 8, km 23, en la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
- en Atlántida;
- en Lomas de Solymar.

También tengamos presentes en ese día a los Padres Dehonianos, Sacerdotes del Sagrado Corazón, en la parroquia de El Pinar; en Pando las hermanitas Siervas del Sagrado Corazón de Jesús, con la Guardería Sagrado Corazón. 

Otra congregación, las Religiosas del Sagrado Corazón que estuvieron durante mucho tiempo en Paso Carrasco ya no están allí, pero siguen acompañando y animando el Colegio Sagrado Corazón, allí en el Paso.

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús nace de las visiones de Santa Margarita María de Alacoque, monja salesa. El Monasterio de la Visitación de María, en Progreso, celebra muy especialmente esa fiesta y allí renuevan sus promesas o son admitidos los nuevos miembros de la Guardia de Honor del Sagrado Corazón de Jesús.

Al día siguiente del Sagrado Corazón, en este año el sábado 12, se celebra el Inmaculado Corazón de María. Saludamos a los Claretianos, que están en la parroquia San Antonio María Claret, en Progreso. El nombre de su congregación es Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María.

En este mes de junio, el Papa Francisco nos propone rezar por los jóvenes que se preparan para el matrimonio con el apoyo de una comunidad cristiana: para que crezcan en el amor, con generosidad, fidelidad y paciencia.

En el mes vocacional, junto con toda la Iglesia en el Uruguay, recemos: 

Padre, despierta en el corazón de los jóvenes, vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, dispuestos a “remar mar adentro”.
Oremos también por el Hogar de ancianos San José, en el área de Las Piedras, donde las Hermanas de Teresa de Calcuta luchan por sacar adelante a un grupo humano atenazado por el COVID. Que el Señor sostenga a las hermanas y a todos los que están sufriendo en esta hora de prueba.

Gracias, amigas y amigos, por su atención. Sigamos cuidándonos y cuidando unos de otros. Que el Señor los bendiga y hasta la próxima semana si Dios quiere.
 

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