martes, 16 de agosto de 2011

Día Nacional de la Catequesis


ORACIÓN PARA LA JORNADA NACIONAL DE LA CATEQUESIS

¡Padre Santo!
Tú quieres que todos se salven
y lleguen al conocimiento de la verdad.

Te damos gracias
porque nos has enviado a tu mismo Hijo Jesucristo,
como tu primer misionero.

El nos ha mostrado cómo es tu amor,
derramándolo generosamente
en nuestros corazones por el Espíritu Santo;
necesitamos siempre de su luz y de su fuerza,
para conocer más y más la Verdad
y poder ser testigos del estilo de vivir de Jesús, Evangelio del Padre.

Has confiado en nosotros, llamándonos para ser los catequistas
que anuncien, maduren y celebren la fe,
don y compromiso de todo creyente.

Gracias por tantos catequistas
que has regalado a nuestras comunidades;
y que hoy, en tu gloria,
contemplan lo que con fidelidad y entrega han anunciado.

María, madre y maestra de los catequistas,
acompáñalos en la escucha
y en la puesta en práctica de la Palabra de Dios.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

Explicación del afiche:

El autor del mismo nos explica: 
"La cruz está en segundo plano porque Jesús ha resucitado, de todas formas su cuerpo se enlaza con ella. 
A su vez, el brazo de Jesús representa el camino a Galilea ("yo soy el camino...") en ese camino van sus discípulos, en movimiento algunos ("partieron hacia Galilea") y de rodillas el más cercano ("se postraron ante él"). 
La mano de Jesús indica parte de sus palabras en Galilea, aparecen en blanco -como veladas- sobre la figura del pez. Esta veladura aparece a los efectos de insinuar una invitación profunda de Jesús, como un misterio develado, y a su vez no hacer perder fuerza a la frase más importante del afiche: "Vayan a Galilea, allí me verán".
"El texto evangélico que guiará la reflexión es Mt, 28,10. Después de la invitación de ir a Galilea de parte del ángel, es el Señor mismo que invita a las mujeres de ir a comunicar a los discípulos que se encontrarán con Jesús si vuelven a Galilea, el lugar donde todo empezó. Los ángeles ya habían dicho que Jesús no estaba en la tumba vacía (Mt. 28,6-7). "no está aquí - dice el ángel -; no está en sus manos, no pueden tocarlo; pero vayan, lo encontrarán en otro sitio: en medio de la gente; él va por delante". 
Hoy, lo mismo que ayer a las mujeres que iban a la tumba, este mensaje del ángel nos "descoloca". La evangelización no consiste, como a veces creemos, en transmitir a los demás una Buena Noticia perfectamente acabada cuya posesión garantizaríamos nosotros. Consiste, más bien, en ir hacia los otros con la esperanza de poder descubrir con ellos, donde están ellos, en el corazón de su misma vida, las huellas del Resucitado que siempre nos precede, que ya está allí de incógnito. Todo el arte del evangelizador consiste en ayudar a este reconocimiento, discernir y señalar con el dedo la presencia del Reino en las personas y las situaciones incluso allí donde menos se lo esperaba.

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