sábado, 31 de enero de 2015

Nueva Carta desde el Desierto

En el mes de julio del año pasado escribí una Carta desde el Desierto, cuando vine al Valle de Coachella, en el Desierto Bajo de California, a participar del programa de Cooperación Misionera de la Diócesis de San Bernardino. En aquel momento sabía que -Dios mediante- tenía la posibilidad de volver en 2015... y aquí estoy.
Llegué a Los Ángeles en la noche del jueves 15 de enero. Me esperaba aquí la familia de mi primo Rafael, y con ellos me quedé en los primeros días. El domingo celebré Misa en la parroquia a la que ellos suelen asistir (San Patricio, en North Hollywood).
Con la familia de mi primo en la Parroquia S. Patricio

Con un grupo de la Parroquia S. Patricio, North Hollywood

El lunes 19 visité los estudios de ESNE El Sembrador, un servicio de radio y TV católico
Después de otro día en familia, el miércoles 21 viajé a San Diego para participar en un encuentro de Obispos que organiza el Instituto Acton, invitación que me hace posible este viaje. Éramos 77 obispos de 31 países, lo que hace que sea un evento muy rico en encuentros e intercambios. Tuvimos la presencia de los Cardenales Reinhardt Marx, de Alemania y Andrés Rodríguez Madariaga, de Honduras, ambos cercanos colaboradores del Papa Francisco. Con realismo y esperanza nos hablaron de los cambios que la Iglesia va viviendo con el pontificado de Francisco.
Del sábado 24 al lunes 26 estuve en la parroquia San Marcelino en la ciudad de Commerce. Allí el responsable es un laico llamado Humberto Ramos. Con él nos conocemos de otras venidas por estos lados, y siempre le ofrezco la posibilidad de ayudar en su parroquia, que no cuenta con sacerdote residente. Esta vez me asignó a un encuentro de mujeres, "Encuentro Misionero", un movimiento que se inició dentro del marco de los Cursillos de Cristiandad pero que luego fue tomando otros acentos, sobre todo dirigido a los mexicanos. Se inició precisamente donde estoy ahora, en el Valle de Coachella y desde allí se extendio en algunos lugares de California y llegó después a México.
El martes 27 una religiosa que estuvo en el encuentro me llevó a pasear un poco y fuimos a la ciudad de Long Beach, a caminar por la costa del mar. Había allí unas islitas muy pintorescas, con graciosas palmeras... todas artificiales: son lugares de carga de petróleo. Eso sí, ¡muy adornados para no estropear el paisaje!
Long Beach: a la izquierda, isla artificial para carga de petróleo.

El miércoles 28 fue otro día tranquilo en casa de mis primos, y el jueves 27 una intensa jornada. Frederico, un melense que desde hace años es capellán laico en un Hospital de Los Angeles, me llevó a conocer el equipo que él integra en el Saint Camilius Center (un equipo interreligioso, incluido Hinduismo e Islam) y el lugar donde él ejerce su capellanía, que consiste en el acompañamiento de personas enfermas de cáncer que están en cuidados paliativos.
Equipo de Capellanes del Hospital de Los Angeles

De allí, me llevó a la Diócesis de Orange, donde pude encontrarme con el Obispo Kevin Vann, a quien conozco de otros encuentros. Visité también al responsable de la Oficina de Misiones, viendo la posibilidad de que nuestra Diócesis participe en el programa de Cooperación Misionera de Orange. Quedó abierta una perspectiva interesante.
Con el Obispo de Orange. Al fondo, su nueva Catedral

Esa noche del 29, Frederico me llevó a San Bernardino, donde cenamos con el Obispo auxiliar, Mons. Rutilio, en cuya casa me quedé hasta hoy de mañana.
El 29 no comí ñoquis, pero no porque no hubiera dónde:
El viernes por la noche estuve en el Centro Pastoral de San Bernardino, donde el Cardenal Rodríguez Madariaga dio una charla sobre Aparecida para unos 400 laicos de la Diócesis.
Cardenal Madariaga hablando para los laicos en S. Bernardino

Dentro de una hora tengo la Misa aquí en Coachella, reencontrándome con esta comunidad que visité en julio. Aquí es invierno, son las 17 horas... pero hay 22° de temperatura. Se está muy bien.
+ Heriberto

No hay comentarios: