domingo, 27 de noviembre de 2016

Enfoques Dominicales - Misericordia et Misera.

Lorenzo Lotto. Cristo y la mujer sorprendida en adulterio

El viernes pasado, 25 de noviembre, se celebró el Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer.
El domingo 20 de noviembre, al clausurar el Jubileo de la Misericordia, el Papa Francisco hizo pública una carta que lleva el título de “Misericordia et Misera”, que empieza recordando una situación de violencia que casi termina con la vida de una mujer.
El Papa cita el capítulo 8 del evangelio según San Juan. Es el episodio que todos recordamos por la frase “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.
Esas piedras, que muchos hombres tenían en sus manos, estaban prontas para ser arrojadas contra una mujer, hasta matarla.
Nos dice el evangelio que los escribas y fariseos le llevaron a Jesús una mujer que había sido sorprendida en adulterio. Poniéndola en el medio, le preguntaron a Jesús: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?»
Comentando esto, Francisco nos dice: “Jesús responde con un silencio prolongado, que ayuda a que la voz de Dios resuene en las conciencias, tanto de la mujer como de sus acusadores”. Ante la insistencia de los hombres, viene la frase conocida: “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”. Allí los hombres sueltan las piedras y empiezan a retirarse “empezando por los más viejos”.
Jesús habla ahora con la mujer:
«Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Ninguno te ha condenado? […] Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más» (vv. 10-11).
Y sigue diciendo Francisco: “De este modo la ayuda a mirar al futuro con esperanza y a estar lista para encaminar nuevamente su vida”.
El perdón y la misericordia reencaminaron la vida de la mujer… pero reencaminaron también la vida de aquellos hombres que habían estado dispuestos a matarla.
Perdonar y pedir perdón son dos cosas sumamente difíciles; pero cuando tenemos el coraje de dar y de pedir perdón, muchas cosas cambian dentro de nosotros.

La carta de Francisco fue muy comentada por los medios por algo que vale la pena aclarar. Muchos medios de comunicación titularon, por ejemplo “Histórico: el pecado del aborto podrá ser absuelto” o “El Papa permitirá absolver el pecado grave del aborto”.
Esos titulares dan la idea –equivocada– de que el aborto no se perdonaba. No es así; pero en casi todos los países, el perdón –la absolución– por un pecado de aborto estaba reservada al Obispo y no podía hacerla el sacerdote. En casi todos los países, pero no en Uruguay. Desde hace mucho tiempo, los sacerdotes uruguayos tienen esa facultad que Francisco dio a todos los sacerdotes del mundo. Lo hizo durante el Año de la Misericordia, y ahora lo que hace es mantenerla. Eso significa que si una mujer que cometió un aborto o una persona que ayudó a que ese aborto se realizara y se siente arrepentida y quiere recibir el perdón de Dios, basta con que se confiese con cualquier sacerdote en el Uruguay.

En mis 30 años como sacerdote, varias veces me ha tocado escuchar a una mujer que ha cometido un aborto. Hay un dolor grandísimo, un desconsuelo total, una angustia enorme… una dificultad inmensa para perdonarse a sí misma y para creer que Dios la pueda perdonar.
Valen aquí las palabras de Francisco:
“Quiero enfatizar con todas mis fuerzas que el aborto es un pecado grave, porque pone fin a una vida humana inocente. Con la misma fuerza, sin embargo, puedo y debo afirmar que no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y destruir, allí donde encuentra un corazón arrepentido que pide reconciliarse con el Padre. Por tanto, que cada sacerdote sea guía, apoyo y alivio a la hora de acompañar a los penitentes en este camino de reconciliación especial.”

Finalmente, estamos en el primer domingo de Adviento. Adviento significa “venida” y se refiere a la venida de Jesús. Jesús vino una primera vez: la Navidad es el recuerdo de esa primera venida, su nacimiento en Belén. Jesús vendrá por segunda vez al final de los tiempos. En el Credo los católicos rezamos: “de nuevo vendrá con gloria, para juzgar a vivos y muertos y su reino no tendrá fin”. Pero Jesús sigue viniendo “en cada persona y en cada acontecimiento”. El Adviento nos ayuda a celebrar su primera venida, a mirar con esperanza el camino de la historia de la humanidad que terminará con la venida de Cristo, y a estar atentos para reconocerlo y recibirlo en nuestra vida de cada día.

o0o0o0o0o0o0o
Enfoques Dominicales es un programa que se emite por
1340 AM La Voz de Melo, los domingos a las 11:50
o0o0o0o0o0o0o

No hay comentarios: