lunes, 17 de agosto de 2020

Padre Julián Zini (1939-2020). Adiós, Paí Julián, adiós, chamigo.

Padre Julián Zini (1939-2020)
Hasta que el pueblo las canta
las coplas, coplas no son
y cuando las canta el pueblo
ya nadie sabe el autor.
Estos versos de Manuel Machado (hermano de Antonio) se hicieron verdad para el P. Julián Zini, que partió ayer, a los 80 años, a la Casa del Padre. Sacerdote de la Diócesis de Goya, Corrientes, escribió la letra de muchas canciones que se cantan en las comunidades de Argentina y Uruguay.

Lo primero que conocí de él fue precisamente una canción, cuando todavía no sabía ni el nombre de su autor. Fue el P. Jorge Techera quien nos la hizo escuchar en un encuentro de jóvenes, allá por el año 75, en los comienzos de la Pastoral Juvenil. Jorge la llamaba "la zamba del pellejo" y comenzaba así: "Qué triste debe ser llegar a viejo / con el alma y las manos sin gastar / qué triste integridad la del pellejo / que nunca se jugó por los demás...".

Como zamba, la encontré en esta versión de Jorge Suligoy, con su título "Qué triste y qué lindo":



Pero también la encontré con ritmo de polka paraguaya o galopa en la versión de Los de Imaguaré.




Los de Imaguaré los conocí ya estando en el seminario por la canción "Compadre ¿qué tiene el vino?", a ritmo de chamamé; pero todavía no sabía de Julián Zini, autor de la letra.

Días después de mi ordenación, en setiembre de 1986, acompañé hasta Corrientes al P. Jorge Armand. Este otro Jorge es un sacerdote francés que estuvo muchos años en Young y volvió para estar en mi ordenación y para visitar a un compañero de su diócesis que estaba en Corrientes. En el viaje encontré, en una estación de servicio en la ruta, una cassette de "Los de Imaguaré": "Memoria de la sangre" (que me compré... todavía la tengo... y funciona). Allí estaba "Compadre, ¿qué tiene el vino?" y ahí descubrí que esa letra y algunas otras eran de Julián Zini.



En el año 1992 empezaron los encuentros de Diócesis de Frontera, organizados por las Diócesis de Uruguaiana, Concordia y Salto. Yo no participé desde el principio, pero me enganché en el encuentro que se hizo en Concordia en 2002: “Los vecinos se encuentran para compartir las nuevas situaciones de pobreza en la región y su influencia en la cultura y religiosidad de nuestros pueblos”. Precisamente, con el tema de "religiosidad de nuestros pueblos" vino la participación de Julián, que no fue una simple charla sobre el tema, sino una combinación de exposición alternada con poesía y canto (él recitaba, pero iba acompañado por un guitarrista y una cantora) y con la imagen de la Virgen de Itatí en un lugar destacado.

Sus letras tuvieron dos vertientes que, como la divinidad y la humanidad de Jesús, se pueden distinguir pero no separar, porque tienen el mismo lenguaje en música y palabras: las canciones que hablaban de la vida y la cultura popular, donde la fe estaba siempre presente y las canciones para la liturgia, donde la vida y la cultura del pueblo expresaban esa fe... "Avío del alma" habla de la madre que prepara el bolso ("el avío") para el hijo que parte rumbo a Buenos Aires... y de la abuela que le hace presente otro avío: el avío del alma, el equipaje que se lleva en el corazón:
Sepa que en su alma lleva usté otro avío
que es como una herencia de amor familiar;
se lo dio su gente, su pago querido,
y en su sangre joven se ha de retornar.
(...)
Le hablo de esa mano tendida y abierta,
con el gesto antiguo de la caridad,
mano de CHAMIGO que se da sin vueltas,
del que abre la puerta y ofrece su pan...
Avío del alma hecho de franqueza,
sencillez, respeto, hombría y lealtad...
Ya ve, siendo pobre, lleva una riqueza;
recuerde: se aumenta, compartiéndola.




Desde las Comunidades Eclesiales de Base se difundieron muchas de las canciones de Julián: "Signo de esperanza / causa de alegría / con Doña María y un Jesús pascual"




"Qué lindo llegar cantando / a tu casa Padre Dios / y hermanados en el canto comenzar nuestra oración..."


"Y es que Dios es Dios-familia / Dios amor, Dios Trinidad / de tal palo, tal astilla / somos su comunidad".



Y hay muchas más... es solo ponerse a buscar...


En 2017 participó en Bagé en el 32° encuentro de Diócesis de Frontera. Allí nos dejó este poema, que todavía está esperando encontrar la música que está encerrada en sus palabras. Gracias, Julián... tus canciones seguirán vivas entre nosotros.

1 comentario:

Unknown dijo...

Simplemente maravilloso
Tengo una palabra:GRACIAS