lunes, 17 de agosto de 2020

Young, Río Negro: cien años de mi pueblo... un poco de historia y mucho de recuerdos.

Estación de Young
Los comienzos
 
El 3 de agosto de 1910 se inauguró la estación Young, en la línea de trenes Algorta-Fray Bentos. Se llamó así en homenaje al ingeniero Carlos Young, que realizó el trazado de la vía.
Había en la zona una escuela, la Nro. 17 de Río Negro, fundada en 1899 por el inspector Domingo de Arce, de quien lleva hoy el nombre. Allí cursé 5° y 6° año en 1965 y 1966. Había también dos comercios y nada más. Sin embargo, Young era ya "encrucijada de caminos", como recuerda la zamba que compuso Susana Anselmi (ver abajo el vídeo). Las actuales rutas 3 (calle Montevideo) y 25 (18 de julio, paralela a la vía férrea) siguen la huella de aquellos viejos caminos.
En torno a la estación, a uno y otro lado de la vía, se fue formando una población que, hacia 1920, mereció ser reconocida como pueblo, lo que fue establecido por ley N.º 7.256, del 17 de agosto de 1920. Había entonces unos 1.200 habitantes.

Pequeña y cosmopolita

Ese mismo año, el 20 de octubre, nació en Loredo, Asturias, una niña llamada María del Carmen Fernández Alonso, que a los 12 años vino a Uruguay y, por muchas vueltas de la vida, llegó a ser, desde 1953, "la" Nurse en el Hospital de Young y, poco después, mi mamá.
Se construyó en aquellos años la capilla Sagrado Corazón de Jesús; Young estaba en el territorio de la parroquia de Fray Bentos y allí llegó muchas veces Mons. Stigliani, el párroco. En 1941 la capilla pasó a ser parroquia, abarcando una importante área del departamento de Río Negro.
En 1954, el 12 de julio, después de un noviazgo relativamente breve, María del Carmen ("la" Nurse) y Heriberto Simón Bodeant, nacido en Piñera (Paysandú) se casaron y pasaron a vivir en la casa que ya alquilaba María del Carmen, en 18 de Julio casi Artigas, frente a la vía, entre las casas de los Safir (que tenían tienda) y los Princisgh... una pequeña muestra de los variados orígenes de los younguenses. Desde niño me familiaricé, junto con los apellidos criollos, con apellidos italianos, alemanes, ingleses, escoceses, polacos, rumanos, búlgaros, rusos, yugoslavos (croatas), "turcos" (libaneses), judíos, árabes...

"¡El ten, el ten!"

Cuando yo nací, en 1955, Young era todavía pueblo, pero ya muy cerca de ser declarado "villa", lo que sucedió en 1958, por ley 12.515, del 14 de agosto.
La vía atravesaba el centro del pueblo, a lo largo. Los trenes pasaban frecuentemente y, en mis primeros años eran motivo para que yo me despertara y exclamara "¡el ten, el ten!"... y mis papás me envolvían en una frazada y me sacaban a contemplar el paso de la larga hilera de vagones, tirados por una locomotora a vapor.
El paso de los trenes se fue reduciendo con el tiempo. Durante muchos años, el pueblo tuvo en su centro una larga franja de pastizales y chilcas que lo afeaban bastante... hoy está transformada en un largo parque, un área verde que ojalá siga siendo siempre un pulmón para la ciudad.

A clase

En 1959 se creó el Colegio San Vicente de Paúl y allí hice un año de Jardinera. En 1960, como todavía no tenía la edad para entrar a primer año, pasé a la única escuela pública que contaba con una "Jardinera": la N° 34. Allí hice después 1° y 2°.
En 1963, Young fue declarada "ciudad", por ley 13.167. Yo estaba en 3er. año de escuela, mi primer año en la Escuela N° 52, una escuela rural que había sido trasladada a Young y solo tenía hasta cuarto año, que cursé en 1964, para pasar después a la 17. Recuerdo bien los festejos de "Young ciudad" y durante mucho tiempo tuve en mi pieza un banderín conmemorativo. Ese fue el año en que, en los Estados Unidos, fue asesinado el presidente Kennedy. Recuerdo la primera página del diario, con su foto en color... empezaba a tener idea del mundo.
En 1964 fue el bicentenario del nacimiento de Artigas y fue otro año de festejos en los que me tocó participar en el grupo de abanderados, porque los de cuarto éramos la clase mayor de la 52. Acto en la plaza Artigas, alrededor de esa figura amigable, a pie, sombrero en mano, que todavía sigue allí, presidiendo desde el centro ese espacio.

El domingo

En 1965, tiempos del Padre Domingo Oviedo, hice mi Primera Comunión y poco después recibí la Confirmación, con Monseñor Marcelo Mendiharat. No recuerdo cuando empecé a ir a Misa. Desde niño era parte de mi vida, los domingos de mañana. El P. Oviedo nos leía en Misa pasajes de documentos del Concilio Vaticano II y así empecé a enterarme de cosas que estaban pasando en la Iglesia.
El mediodía en casa era un día de familia. El día en que mamá cocinaba (los demás días comía en el Hospital) y había que ir a buscar a papá, que se quedaba trabajando en su taller de bicicletas. Comían con nosotros la tía Eleodora, hermana de papá y el tío Toto. La tía traía el postre: su "tocino del cielo" y el dulce de leche que ella también hacía y le poníamos arriba. La clasificación "exceso de azúcares" es poco para expresar lo que era aquella combinación riquísima.
Los domingos de tarde no nos perdíamos la "matiné" del cine Atenas: de 14 a 18, dos películas...

El Liceo

En 1967 ingresé al Liceo, hoy Liceo N° 1 Mario W. Long (que fue mi profesor de química). En 1968 se celebraron los 25 años del Liceo. Se había iniciado como Liceo popular, es decir, no desde la educación pública, directamente, sino como resultado del movimiento generado por algunos profesionales, docentes y vecinos que querían dar a los jóvenes la posibilidad de recibier educación secundaria. Para los festejos, la directora, Doña Mercedes Irigoyen, compuso una pegadiza marchita que cantamos, de la que recuerdo la frase "festejemos con emoción / ya que 25 años cumple el Liceo de nuestro amor".

En 1970 fue el cincuentenario de Young como pueblo. Me impresiona pensar que han pasado 50 años... Yo estaba ya en cuarto año de Liceo y recuerdo también los festejos.

"No te olvidés del pago..."

De cuarto año de Liceo pasé, en 1971, en la forma que entonces era posible, a primer año de magisterio. Así salí por primera vez de Young para vivir en otra ciudad, en Paysandú. No era la primera vez que salía de casa: mi madre tenía hermanas en Montevideo, en Fray Bentos y cerca de Sarandí del Yi y muchas veces en vacaciones o por otros motivos estuvimos con ella y mis hermanos (papá se quedaba en casa trabajando) pasando unos días en uno y otro lugar.
Seguía viniendo a Young los fines de semana y en vacaciones.

El viejo de geografía

Recibido de maestro en diciembre de 1974 empecé a trabajar como adscripto en el "Liceo Nuevo", hoy Liceo N° 2 "Timbó", que funcionaba como anexo del hoy Liceo N° 1. Hice suplencias de idioma español y tuve también horas de geografía... Apenas tenía 20 años, pero, una vez, acercándome a mi grupo oí decir "Ahí viene el viejo de geografía". Era yo.

Sin dejar el Liceo, en 1977 ingresé a primaria. Tuve un interinato en la Escuela 43, la única de la que no había sido alumno (todavía no estaba en Young cuando yo era niño). En 1978 y 1979 trabajé ya como efectivo en la 52. En esos tres años tuve cuarto, tercero y segundo... de modo que "iba para atrás"... En 1980, para sorpresa de algunos, renuncié a todos mis cargos e ingresé al Seminario interdiocesano en Montevideo... pasando los años, en el "nuevo templo" de Young, el 27 de setiembre de 1986, fui ordenado sacerdote. Y ahí empezó lo que un día me trajo hasta Melo.

De recuerdos y caminos...

"De recuerdos y caminos / un horizonte abarqué / lejos se fueron mis ojos / como rastreando el ayer" (Atahualpa Yupanqui)
Mis padres murieron hace algunos años, los hermanos nos fuimos dispersando: solo uno queda en el pago. Alguna vez encuentro la forma de cruzar por la ruta 3 o por la 25 y paso a saludarlo y me pongo al día con el paisaje de mi pueblo, que siempre me muestra algún cambio, casi siempre para mejorar.

Escribiendo estos recuerdos me vienen al corazón montones de historias y de nombres... familiares, amigos, compañeros de clase, maestros, profesores, personajes del pueblo, sucesos... Nombres y rostros que recuerdo con cariño y, en otros casos, con otra comprensión de algunas cosas que el niño o el joven no podía entender. Muchas cosas para seguir pensando y recordando... algunas pueden ser tristes o dolorosas, pero hoy es un día solo para buenos recuerdos.

1 comentario:

Graciela Sabornin dijo...

Que hermoso recuerdo Monseñor Beto mi cariño