Esa forma de vida ha sido destruida por la brutal guerra civil en Siria.
Gharam vivía en Hassakeh, al noreste de Siria. "Lo más aterrador eran los bombardeos", dijo. Su escuela fue destruida y ella fue testigo de cómo derribaban las casas de sus amigos.
Lo que empezó con niños pintando grafiti contra el régimen del gobierno en una pared del pueblo sirio de Deraa en marzo de 2011, se ha transformado en una brutal guerra civil en Siria, y en la crisis humanitaria más grande en que Caritas está trabajando en la actualidad.
Ha habido al menos 100.000 muertos, casi 7 millones de personas en Siria necesitan ayuda y 4 millones han sido obligadas a abandonar sus hogares en todo el país. Más de 1,7 millones de personas han huido a los países vecinos.
Sin embargo, las cifras no reflejan adecuadamente el verdadero costo de la guerra.
"Perdimos a nuestra madre y la amábamos", dijo Gharam. "No puedo vivir sin mi mamá. La necesito". Su madre y tres hermanos y hermanas murieron en un ataque con cohetes en el mes de junio.
Ahora, Gharam cuida a su hermano de 10 años, Nafeh, en Qab Elias, un campamento improvisado con carpas para refugiados sirios en el Valle de la Becá, en Líbano. Su padre ha vuelto a Siria y ella vive en la tienda de campaña con un primo.
Cáritas les está distribuyendo ayuda. Reciben ropa, colchas, kits de higiene y paquetes de víveres. Cáritas Líbano ha ayudado a 10.000 familias con distribuciones de ayuda desde el inicio del conflicto, pero las necesidades están aumentando. Tan sólo el pasado mayo, Caritas ayudó a 2.000 familias con distribuciones.
(De un informe de Cáritas Internacional de Julio 2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario