María, de 22 años, siempre tuvo el sueño de vivir en el exterior. Un día, paseando por la calle, una mujer se aproximó y le dijo que era muy bonita, y le hizo una propuesta de trabajo, como modelo, en una compañía de cosméticos en Madrid (España). Ella quedó encantada, pues vio la oportunidad de conseguir empleo para ayudar su familia, ser famosa y realizar su sueño. Después de mucho reflexionar y conversar con su mamá, María resolvió contactar la Agencia indicada por la mujer. Al llegar encontró un equipo que la recibió muy bien, incluso la mujer que le había hecho la propuesta. Ellas conversaron y María aceptó viajar. Ellos tomaron todas las providencias para su viaje: pasaporte, contrato de trabajo, dinero, etc. Además de eso, la mujer dijo que, cuando ella llegara al aeropuerto de Madrid, habría alguien esperándola para llevarla al lugar. Al llegar a Madrid, fue recibida por una persona que le tomó el pasaporte y, muy convincente, la llevó para una casa de shows. En verdad se trataba de un prostíbulo donde había otras mujeres. María no creía lo que estaba sucediendo, intentó explicar que ella no hacía ese tipo de servicio. Pero la dueña de la casa no escuchó y fue en ese momento que ella se dio cuenta que había caído en una trampa; que esa mujer no trabajaba en una agencia de modelos, sino que hacía parte de una cuadrilla de Tráfico de Personas.
- TRÁFICO DE PERSONAS significa reclutar, transportar, transferir o albergar personas, para fines de explotación. Constituye una transacción comercial inicua e ilegal. Se trata de un crimen que viola la dignidad humana, en todas las dimensiones.
- Afecta actualmente más de 20 millones de personas, en el mundo. Es un comercio muy lucrativo. Según la ONU está entre las tres mayores fuentes de renta ilícitas del mundo: personas, drogas y armas. Produce una ganancia de 31,6 billones de dólares por año.
- 75% de las personas traficadas en el mundo son mujeres, rostro femenino, infanto-juvenil y afro-descendientes con edad entre 10 y 29 años.
“El tráfico de personas es una llaga en el cuerpo de la humanidad, una herida en la carne de Cristo, un crimen contra la humanidad (…) Una derrota para el mundo. Todas las personas de buena voluntad, independientemente de profesar o no un religión, no pueden permitir que millones de mujeres, hombres, y niños (as) sean tratados como objetos, engañados, violados, vendidos y revendidos, con diferentes fines, perjudicados en el cuerpo y en la mente, y después descartados, abandonados o asesinados. Esto es una vergüenza. Una derrota para el mundo. ¡No puede continuar!” (Papa Francisco).
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