sábado, 28 de noviembre de 2015

Comienzo del Jubileo de la Misericordia en Melo

 
Melo, 29 de noviembre de 2015, Primer Domingo de Adviento
Queridos diocesanos:

El Papa Francisco ha convocado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que se iniciará en Roma el próximo 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción de María y concluirá en la solemnidad de Cristo Rey en 2016.

En cada una de las Diócesis del mundo el Jubileo comenzará el domingo 13 de diciembre, Tercero del tiempo de Adviento, que la liturgia llama Gaudete, es decir, “de la alegría”.
También será así en nuestra Diócesis. Ese Domingo, en la Misa de las 11 de la mañana, se abrirá en la Catedral Nuestra Señora del Pilar y San Rafael la “Puerta de la Misericordia”, que todos los fieles de la Diócesis están invitados a atravesar desde ese día y hasta la conclusión del Año Jubilar, para obtener indulgencias para sí o para otros.

¿Qué significa la indulgencia? Así lo explica el Santo Padre: “En el sacramento de la Reconciliación Dios perdona los pecados, que realmente quedan cancelados; y sin embargo, la huella negativa que los pecados dejan en nuestros comportamientos y en nuestros pensamientos permanece. La misericordia de Dios es incluso más fuerte que esto. Ella se transforma en indulgencia del Padre que a través de la Esposa de Cristo alcanza al pecador perdonado y lo libera de todo residuo, consecuencia del pecado, habilitándolo a obrar con caridad, a crecer en el amor más bien que a recaer en el pecado” (Misericordiae Vultus 22).

Para obtener la indulgencia, al peregrinar a la Puerta de la Misericordia, se debe cumplir las condiciones habituales: confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa.

El Papa Francisco señala también que cada vez que un fiel realice personalmente una o más obras de misericordia corporales y espirituales “obtendrá ciertamente la indulgencia jubilar”. “De aquí el compromiso a vivir de la misericordia para obtener la gracia del perdón completo y total por el poder del amor del Padre que no excluye a nadie. Será, por lo tanto, una indulgencia jubilar plena, fruto del acontecimiento mismo que se celebra y se vive con fe, esperanza y caridad”, resalta el Papa.

Exhorto, pues, a todos, a vivir este Año Jubilar con el corazón abierto para recibir y para poner en obra la Misericordia del Padre.

+ Heriberto, Obispo de Melo

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