lunes, 14 de enero de 2019

Mons. Roberto Cáceres, Obispo emérito de Melo (Cerro Largo y Treinta y Tres). 16 de abril de 1921 – 13 de enero de 2019



Mons. Roberto Cáceres, nuestro querido Obispo emérito de Melo, falleció a los 97 años, ayer, domingo 13 de enero, fiesta del Bautismo de Jesús, en Montevideo, cerca de la medianoche, en el Hogar Sacerdotal.

Lo acompañaron en sus últimos momentos las Hermanas del Hogar y Mons. Arturo Fajardo, Obispo de San José de Mayo, que se encontraba circunstancialmente allí.

Yo me encuentro lejos de Uruguay, con una diferencia de cinco horas, lo que ha dificultado un poco las comunicaciones oportunas. Mi último encuentro con Mons. Roberto fue el domingo 30 de diciembre, en vísperas de mi viaje. Como tantas veces estuvimos conversando amenamente. Nada me hacía imaginar que su vida estaba llegando a término y esperaba celebrar con él en abril sus 98; pero, sin saberlo, ésa fue nuestra despedida.

Siento mucho esta partida de Monseñor, y más aún el no poder estar acompañando en este momento a tanta gente de Cerro Largo y Treinta y Tres que lo lleva en su corazón, a la comunidad diocesana por la que él dio los largos años de su vida y a su familia.

Muchos pensamientos y recuerdos se me cruzan en la mente… ¡cuántos más en quienes lo conocieron y trataron desde su llegada a Melo en 1962!

Me viene a la memoria una canción de Osiris Rodríguez Castillo que dice:
“…que al final de mi vida
quede mi canto despierto
que todo coyuyo muerto
deja una luz encendida”. 
La luz del coyuyo es una lucecita, pero aún así lo sobrevive. La luz de Mons. Roberto es una gran luz, la luz de una persona luminosa. No una luz de brillo estridente, cegador, sino una luz apacible. Una luz bajo la cual se puede ver las cosas de modo diferente, como solía verlas él. Dónde muchos sólo verían tristeza, desolación, angustia, él era capaz de encontrar los valores escondidos pero presentes, la solidaridad humana y aún la santidad. Alguna vez un hermano Obispo le dijo “vos estás enfermo de optimismo”. Yo creo que Monseñor no era un optimista, sino algo mucho más profundo: era un hombre de esperanza. Que la luz de esa esperanza que él supo comunicar y sostener “en el nombre del Señor” –su lema episcopal– siga iluminando el camino de todo el Pueblo de Dios que peregrina en Cerro Largo y Treinta y Tres.

A todos, mi afectuoso saludo, unido a ustedes en el recuerdo y la oración por su eterno descanso. Estoy convencido que el Señor premiará la generosa entrega de su vida y lo recibirá como servidor bueno y fiel.

Invito a recibir y acompañar su cuerpo en Treinta y Tres, en la parroquia san José Obrero a las 10:30 y en Melo, en la catedral, a las 17 horas, después de lo cual recibirá sepultura en el Cementerio de Melo.

+ Heriberto Bodeant, Obispo de Melo (Cerro Largo y Treinta y Tres)


5 comentarios:

Unknown dijo...

Que el espíritu santo lo lleve a la gloria eterna !!
Con su paz y su gran generosidad siempre estuvo y seguirá estando !
Siempre fue un gran proctetor de los más necesitados !!
Lo vamos a estrenar mucho pero aprendimos mucho de él !!

Juan Mario Iturralde dijo...

Que la Paz del Señor Ilumine su entrada triunfal a su su morada eterna. Gracias por tanto, perdón por tan poco ..

Unknown dijo...

El cielo ha ganado " una estrella " .Extrañaremos su LUZ .Adiós Monseñor.....

RUBÉN CUITIÑO dijo...

Rezamos para que el Padre lo reciba en el Cielo. Amén

Anónimo dijo...

Mi mas sentido pesame a la familua y comunidad