“Jesús, esperanza que nos transforma” es el lema con el cual ha sido convocada la cuadragésima quinta jornada nacional de Pastoral Juvenil que se celebra este sábado y domingo en la ciudad de Pando, en nuestra diócesis de Canelones.
Desde todo el Uruguay esperamos a jóvenes de parroquias, movimientos juveniles y colegios, previamente inscriptos, dispuestos a vivir una intensa experiencia de encuentro entre ellos y con Jesús, que es quién nos llama y reúne.
Ese llamado de Jesús está especialmente presente en esta jornada, ya que se celebra en el marco del Año Vocacional nacional, que tiene por lema “ánimo, levántate, Él te llama”. El sábado de noche una “feria vocacional” será la forma de presentar, de manera dinámica, muchas de las diferentes vocaciones que se dan hoy en la Iglesia, especialmente en la vida consagrada y en el sacerdocio.
“Jesús, esperanza que nos transforma”, hace referencia al próximo año jubilar 2025, “Peregrinos en esperanza”. El lema de los jóvenes invita no solo a contemplar a Jesús, sino a dejarnos transformar por Él, por su Palabra. A vivir, como dice el Papa Francisco, “un encuentro vivo y personal con el Señor Jesús, puerta de salvación” al que tenemos “la misión de anunciar siempre, en todas partes y a todos como «nuestra esperanza»”. (Bula de convocación del Jubileo 2025, 1)
La jornada comienza el sábado por la mañana, con la llegada y organización del campamento. En la tarde, los jóvenes saldrán en grupos para distribuirse en distintas actividades de formación y servicio. Al regreso, encontrarán la feria vocacional, seguida de una vigilia de música y oración ante el Santísimo Sacramento, con la posibilidad, también, de celebrar la Reconciliación.
El domingo por la mañana, luego de desarmar el campamento, los participantes saldrán en procesión hasta la plaza de Pando, donde a las 11 horas se celebrará la Misa, punto culminante de la jornada, frente a la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción. Luego de la celebración Eucarística, habrá un cierre musical.
Al decir jornada 45, estamos hablando, exactamente, de 45 años. Esa cuenta no cerraría si no fuera porque en uno de los años de pandemia, el número se descontinuó: si no hubiera sido así, serían, sí, 45 años pero esta sería la jornada número 46.
La primera jornada fue, entonces, el domingo 9 de septiembre de 1979, en Montevideo, con el lema “Tenemos la esperanza de construir el mañana unidos”. Jóvenes de todas las diócesis del Uruguay se hicieron presentes.
En los primeros años se fue configurando un estilo de armado de la jornada: su tema y lema, su canción y afiche, su contenido, su mismo desarrollo, se fue haciendo con la participación de los jóvenes integrantes de Pastoral Juvenil, representados en la Comisión Nacional por delegados y asesores de cada diócesis.
En el 79 yo era el joven delegado de la Diócesis de Salto y me tocó trabajar en la preparación de la primera jornada, aunque luego no pude estar. Estuve por primera vez en la siguiente, que fue también en Montevideo. Después participé en muchas otras, en distintos lugares del interior. Pude ver cómo cada generación juvenil recibió esa tradición que se fue conformando, pero, al mismo tiempo, haciéndola suya, celebrándola con su propia impronta.
Las primeras jornadas fueron de “concentración única”, como esta de Pando; pero, con el tiempo, se fueron alternando las celebraciones en un único lugar con concentraciones en cada diócesis o simplemente en parroquias o zonas pastorales.
En el caminar de esos años hay muchos nombres. Cada generación tiene los suyos. Yo no puedo dejar de recordar al sacerdote salesiano Horacio Penengo y a Beatriz Brites, ya fallecidos. Pero todavía tenemos al P. Jorge Techera, que hace poco celebró nada menos que sus 60 años de entrega sacerdotal y que estuvo en el comienzo mismo de todo esto.
Hubo una época muy marcada por la presencia de Mons. Carlos Alberto Nicolini, quien falleció en 1988, con solo 47 años, siendo obispo coadjutor de Salto. Mons. Nicolini, “el Nico”, como le decían cariñosamente los jóvenes, “el obispo de los jóvenes” acompañó y animó la Pastoral juvenil nacional y la diocesana de Salto. En una de aquellas jornadas, él quiso regalar a los jóvenes “las bienaventuranzas de la Civilización del Amor” que me gustaría compartir hoy con ustedes, como una manera de celebrar su memoria en el marco de esta jornada.
Felices los que han hecho la opción por los pobres, porque conocerán el Amor que Dios les tiene y vivirán como hermanos e hijos de un mismo Padre.
Felices los que están abiertos a “lo nuevo”, porque sabrán ver entre los signos de la muerte y los signos de vida la luz del horizonte de la esperanza que nos convoca.
Felices los que saben entregar sus vidas, porque, aun cuando mueran sin comprender el por qué, sabrán que la verdad y la justicia están por llegar.
Felices los que saben confiar y esperar, porque ustedes harán la Civilización del Amor, fructificarán la esperanza y serán llamados hijos de Dios.
Felices los que sufren incomprensión y son perseguidos por practicar la justicia, porque si el grano de trigo, sembrado en tierra no muere, no da fruto; a ustedes pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes cuando sean perseguidos e insultados a causa del Evangelio de Jesucristo. No se pongan tristes; alégrense por que el mismo Hijo de Dios los hará presentes ante su Padre, que está en los cielos.
Felices ustedes, jóvenes, porque se han abierto a la Palabra de Dios, la ponen en común y la quieren sembrar en una Nueva Sociedad, porque en esta nueva encarnación, Dios es “Dios con nosotros”, que vive en medio de su Pueblo.
La jornada es juvenil, pero toda la comunidad acompaña a los jóvenes. Muchos adultos están allí como asesores, guías o voluntarios en los distintos servicios. Muchos han rezado y siguen haciéndolo para que estos días no queden solamente en un bonito encuentro, sino que en un acontecimiento que marque la vida y la fe de todos los participantes.
Esperamos, para todos ellos y para todos nosotros, que el encuentro vivo, personal y comunitario con Cristo transforme los temores en confianza, los desalientos en serenidad, las dudas en certeza: en fin, que reencienda y avive nuestra esperanza. La esperanza que se funda “en el amor que brota del Corazón de Jesús traspasado en la cruz” y que, por eso, como dice san Pablo, “nunca quedará defraudada” (Cf. Romanos 5,1-5).
En esta semana
En este domingo 8, el obispo auxiliar emérito de Canelones, Mons. Hermes Garín, está celebrando los 22 años de su ordenación episcopal. Recordemos que el 8 de septiembre se celebra la Natividad de la Virgen María, aunque no en este año, por ser domingo.
El viernes 13 recordamos a San Juan Crisóstomo, obispo y doctor de la Iglesia
Y el sábado 14, la exaltación de la Santa Cruz, normalmente seguida el 15 por la Virgen de los Dolores, pero, nuevamente, esa memoria coincide con el domingo, que tiene la preferencia.
Gracias, amigas y amigos por su atención. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.
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