A todos mis hermanos en el sacerdocio: ¡muy feliz día!
Que el Señor nos ayude a crecer en fidelidad a Él y en el servicio a los demás.
Amigas y amigos todos, que llegue a cada uno de Uds. el amor de Jesús que nos amó hasta el fin.
Bendiciones.
+ Heriberto, Obispo de Canelones, Uruguay.
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