sábado, 28 de noviembre de 2009

Consejo Pastoral de la Diócesis de Melo


Mons. Heriberto Bodeant, actual obispo diocesano; Mons. Luis del Castillo (II Obispo emérito) y Mons. Roberto Cáceres (I Obispo emérito) estuvieron presentes en el Consejo Pastoral Diocesano, en la primera visita de Mons. Luis a Melo después de aceptada su dimisión y su recuperación de serios problemas de salud.

El Consejo Pastoral Diocesano de la diócesis de Melo se reunió hoy en el Obispado, con delegados de trece de las dieciséis parroquias de la diócesis.
La reunión, coordinada por el P. Lucas, vicario pastoral, fue abierta por el Obispo, quien propuso una breve meditación sobre el Adviento, como tiempo que nos invita a mirar al pasado y al futuro, para desde allí vivir nuestro presente.
Mons. Luis del Castillo, II Obispo emérito, saludó al Consejo y agradeció las oraciones de las comunidades durante los momentos críticos de salud que vivió (y sobrevivió, gracias también a esas oraciones).
A continuación, en grupos, se evaluó (muy positivamente) la fiesta diocesana del 17 de Octubre, como un fuerte momento de comunión.
Mons. Heriberto presentó entonces una perspectiva para mirar hacia los próximos años:
1. 2019: Centenario de la llegada del primer Obispo a Melo, Mons. José Marcos Semería. ¿Cómo preparar ese centenario.
2. Orientaciones pastorales de la Conferencia Episcopal del Uruguay 2008-2013. Ante la conclusión del actual plan pastoral diocesano, ¿será posible acompasar el nuevo período a estas orientaciones y tener también en cuenta sus contenidos, en especial la propuesta de Misión Continental?
3. Evaluar y planificar. 2010 será un año de evaluación y planificación. En la evaluación, sería conveniente ir a nuestras actitudes más profundas, en lo concerniente a la comunión y a la misión.
La comunión supone conocernos - re-conocernos - apoyarnos mutuamente. ¿En qué hemos crecido, en que necesitamos crecer en este aspecto?
La misión nos pone ante una pregunta importante, que puede llevarnos a la necesidad de profundizar la "conversión pastoral" que nos propone la Conferencia de Aparecida. ¿Tenemos realmente el deseo de llamar, invitar, recibir, incorporar a otros a nuestras comunidades? ¿Tenemos las disposiciones de apertura y aceptación para hacerlo?
Dividido en grupos, el Consejo trabajó sobre el planteo del Obispo, dejando varios aportes que serán recogidos y profundizados por el Presbiterio y la Vicaría Pastoral.

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