miércoles, 4 de noviembre de 2009

Pastoral juvenil: un reto para América Latina

Reflexiones durante encuentro realizado en Bolivia

COCHABAMBA, miércoles 4 de noviembre de 2009 (ZENIT.org) Representantes de 20 países en América Latina participaron del XVI encuentro latinoamericano de responsables nacionales de Pastoral Juvenil, que se realizó en la ciudad de Cochabamba en Bolivia del 25 al 30 de octubre.
Agentes pastorales entre laicos, religiosos y sacerdotes se reunieron para hablar sobre los jóvenes discípulos misioneros para la vida evangelizadora del continente latinoamericano.
“La Iglesia nos ha invitado a asumir una actitud permanente de conversión pastoral, que implica escuchar con atención y discernir lo que el Espíritu está diciendo”, dice el mensaje final de este encuentro.
Durante la reunión los participantes sugirieron el esquema de ver-juzgar-actuar para buscar políticas que faciliten y hagan más fecunda la pastoral juvenil en América Latina: “La vida de los y las jóvenes ha estado en el centro de nuestro encuentro, igual que está en el centro de nuestra Iglesia, que ha renovado una vez más su opción preferencial por ellos”.
Durante estos días de trabajo, los participantes han podido constatar los signos de vida y de muerte en tres dimensiones fundamentales: la juvenil, la eclesial y la social.
“Descubrimos cómo, en la lectura orante de la Palabra, el Señor nos sigue explicando su presencia en nuestra historia. Él continua invitándonos a los jóvenes a ser sus discípulos misioneros en las circunstancias actuales”, señala el documento.
Durante el encuentro, los participantes pusieron énfasis en la importancia de realizar misiones permanentes de evangelización con los jóvenes: “Queremos que este compromiso se manifieste en gestos concretos de misión y servicio que sea reflejo de la acción del resucitado en nuestra vida”, dice el mensaje final.
El encuentro sirvió también como antesala del III congreso latinoamericano de jóvenes en Los Teques (Venezuela) que se realizará en septiembre del 2010.

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Azaroso regreso

El regreso de la delegación uruguaya fue aún más azaroso que el viaje de ida. Minetras Mons. Bodeant permaneció en Cochabamba por los compromisos asumidos con las Siervas de María, el resto de la delegación emprendió el regreso el viernes de mañana.

Tomaron un ómnibus directo de Cochabamba a Retiro, sin trasbordos... El paso de frontera se dermoró mucho, lo que suele ocurrir cuando se viaja de Bolivia a Argentina, a causa del narcotráfico y las consecuentes revisiones de aduana y policía.

Los controles no terminaron en territorio argentino, donde fueron detenidos tres veces por Gendarmería o Ejército.

El aire acondicionado se rompió, y el calor llegó a hacerse insoportable.

Finalmente, a 300 km de Buenos Aires, lo que se rompió fue el ómnibus.

Los uruguayos hicieron dedo, y una empresa santiagueña los recogió y los llevó hasta Retiro, no sin hacerle unos cuantos reproches a los del ómnibus boliviano, por la falta de solidaridad que, presuntamente, habrían mostrado en otras ocasiones.

Llegaron a Retiro a las diez de la mañana, y eso permitió alcanzar el Buquebus de mediodía a los dos que no se quedaban todavía un poco en Buenos Aires.

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