lunes, 22 de marzo de 2010

Ser Cristiano en Tierra Santa

Semana Santa en Israel
Niños cristianos en Gaza (Palestina)

El próximo domingo es Domingo de Ramos, con el que iniciamos la Semana Santa.
Durante esta gran Semana de la fe, tendremos el Jueves Santo o el Viernes Santo (según lo estime más conveniente cada parroquia de la Diócesis) la colecta conocida como Santos Lugares.
Esta colecta es una ayuda de toda la Iglesia Católica a nuestros hermanos que viven en Tierra Santa, es decir, en el hoy Estado de Israel y en los Territorios bajo la administración de la Autoridad Palestina.

En la pasada Nochebuena, el periodista Emiliano Cotelo, de CX 14 El Espectador, entrevistó a la corresponsal de esa radio en Jerusalén, Ana Jerozolimsky, sobre la situación de los cristianos en Tierra Santa. Esta fue la entrevista:

Ser cristiano en Tierra Santa

24.12.2009 | 13.14

Contacto con Ana Jerozolimsky, corresponsal de En Perspectiva en Jerusalén.

(emitido a las 8.36 hs.)

EMILIANO COTELO:
Los cristianos de todo el mundo celebran este jueves la Nochebuena y mañana la Navidad.
Por supuesto, esa conmemoración incluye a los cristianos que están en lo que podríamos llamar el lugar de los hechos, lo que suele conocerse como Tierra Santa.
Allí se encuentra nuestra corresponsal Ana Jerozolimski.

***

EC – Uno podría suponer que los cristianos de Tierra Santa, allí donde empezó todo, son la mayoría, pero en realidad no es así, ocurre lo contrario: son una pequeña minoría.

ANA JEROZOLIMSKI:
Justamente, una pequeña minoría que en números absolutos quizá son bastante más que años atrás, pero en porcentaje comparado con Israel, la mayoría judía y el lado palestino con la mayoría musulmana, sin duda, son mucho menos que antes; los porcentajes van bajando en forma muy radical.

EC – ¿Cuántos son concretamente los cristianos allí y de dónde estamos hablando específicamente?

AJ – Ante todo, del lado israelí, en el Estado de Israel –que tiene algo más de siete millones de habitantes-, los cristianos ciudadanos de Israel, o sea, que son en su enorme mayoría árabes cristianos, son aproximadamente 140.000 en total. A ello se agregan unos aproximadamente 30.000 “rusos”, se le llaman aquí, o sea, originarios de la ex Unión Soviética, algunos de ellos inclusive llegaron como inmigrantes a Israel pero de hecho son de fe cristiana o de familias mixtas. Hay unos 5.000 cristianos que son, por ejemplo, más que nada de los franciscanos, o sea, cristianos que llegaron aquí por diferentes períodos, a veces por muy largos períodos; se instalan acá en seminarios, en casas de estudios, en iglesias. En su mayoría no son ciudadanos.

Y del lado palestino hay aproximadamente 50.000 cristianos en su mayoría en la zona de Belén y sus alrededores.

EC – Y cómo es con respecto a la Navidad toda esta gente: ¿qué hacen, festejan juntos?

AJ – Ese es un gran tema. Hay aldeas en la Galilea, pequeñas aldeas en las que hace mucho tiempo y por una iniciativa que vino desde abajo, de la gente misma, sí celebran juntos; no en la misma iglesia, ese es un punto que todos me aclaran en las numerosas entrevistas que he estado haciendo estos días. Está claro que el rito no está unificado en absoluto, hay iglesias católicas, hay iglesias ortodoxas griegas, iglesias protestantes, pero en numerosas aldeas de la Galilea hace años que se festeja juntos desde el punto de vista de la fecha. O sea que los ortodoxos griegos, en lugar de celebrar Navidad el 7 de enero la celebran el 25 de diciembre.

Este año es la primera vez en la que, en forma categórica, podemos decir que la enorme mayoría de los cristianos de la Galilea festejan todos mañana (viernes), o sea, juntos en cuanto a fecha, aunque cada uno estará en su iglesia.

EC – ¿Cuál será hoy el punto central de atención? Belén, seguramente, ¿pero qué más podemos decir, podemos explicar qué es Belén?

AJ – Sí, Belén es la ciudad de la natividad, según la fe cristiana, la ciudad en la que nació Jesús; es el lugar de los hechos, yo he hablado estos días con numerosos prelados católicos, seminaristas de diferentes lados, y evidentemente, en algún momento de la jornada, la enorme mayoría trata de llegar a Belén porque es el lugar de los hechos.

Hay, ante todo, una procesión muy original, muy multicolor, que yo diría que atrae no sólo a la gente religiosa… La procesión del patriarca latino monseñor Twal, que llega desde Jerusalén hasta Belén; por la noche, la Misa de Gallo en la Plaza del Pesebre, los villancicos, coros inclusive llegados del exterior, algunos de España, o sea, ambiente de fiesta en Belén, pero evidentemente la Navidad se celebra donde quiera que haya comunidades cristianas.

Yo diría que el segundo lugar en importancia –si cabe el término- es Nazareth, la Basílica de la Anunciación, que está toda bajo jurisdicción de los franciscanos, o sea, católicos apostólicos romanos -también allí una procesión-, la misa es mucho más temprano, no a la medianoche, sino a las 19.30 horas aproximadamente. Y también en Jerusalén, en el barrio cristiano, las celebraciones en las pequeñas aldeas donde hay comunidades cristianas: la fiesta se siente donde quiera que haya comunidades de las diferentes denominaciones cristianas.

EC – ¿Tú has estado estos días en Belén y cuál fue el ambiente que palpaste? Hay que recordar que existen no pocos problemas tanto en el plano interno en la sociedad palestina como con Israel, ¿no?

AJ – Sin duda. Empecemos por lo bueno. Belén, aunque se oyen quejas de la gente, tenía todos los hoteles reservados ya para hoy, Nochebuena, y mañana, Navidad, desde hace varias semanas. Tienen, aproximadamente, 4.500, 5.000 camas en los 30 hoteles, están construyendo varios… En ese sentido, la situación ha mejorado, la ministra de Turismo de la Autoridad Palestina, que es palestina-cristiana, doctora Khulud Deibis, me dijo hace unos días que en el año 2009 han llegado dos millones de visitas a Belén. Ese aspecto ha mejorado mucho.

Pero los problemas, sin duda, son parte del complejo mosaico de la zona, empezando por los problemas con Israel. Sabemos que está el muro que rodea a Belén por tres lados. Para Israel, es un muro destinado a impedir la filtración de terroristas suicidas en su territorio; para los palestinos, que incluyen Belén también a los cristianos, es un obstáculo muy serio en el terreno que les da sensación de encierro, que limita la movilización.

Está también la queja respecto al tema de la economía. Aunque en general ha mejorado muchísimo, siempre hay una sensación de lucha por que la situación económica mejore. Y están también los temas internos en la sociedad palestina. Recordemos que los cristianos palestinos son una pequeñísima minoría dentro de la sociedad predominantemente musulmana, por supuesto.

EC – ¿Por qué no vemos un poco más a fondo cuál es ese problema entre cristianos y musulmanes? ¿Estamos hablando de persecución, de discriminación contra los cristianos?

AJ – Si hablamos de Cisjordania, o la ribera occidental del Jordán (lo que en términos bíblicos judíos se llama Judea y Samaria), hay que tener mucho cuidado en los términos porque hablar de problemas y tensión en la calle no es sinónimo de hablar de persecución o discriminación. Yo estuve estos días en Belén, he hablado con mucha gente, tanto palestinos que están en cargos oficiales -palestinos cristianos- como ciudadanos de a pie, digamos, y la enorme mayoría tiene quejas respecto a esa tensión que se siente en la calle, pero dice no, política de persecución por supuesto no de parte de la Autoridad Nacional Palestina, hablan de un respeto de las autoridades. Por ejemplo, el presidente Mahmud Abbas, que hoy va a estar en la Misa de Gallo en la Iglesia de Santa Catarina, contigua a la Basílica de la Natividad, su jefe de despacho, el doctor Rafiq Husseini, que hace unos días fue oficialmente cuando la Plaza del Pesebre se incendió. O sea que una cosa es la política oficial -hay también ministros cristianos en el gobierno, yo citaba recién a la ministra de Turismo-, pero otra cosa es la tensión en la calle.

También en esto hay que tener cuidado, porque tensión o el fenómeno del fundamentalismo islámico no debe ser presentado como sinónimo de los musulmanes todos. Por un lado, hay buena vecindad, viven, conviven especialmente en la zona de Belén y las aledañas, pero hay también un fenómeno de fundamentalismo islámico por el cual, por ejemplo, un estudiante de 30 años del colegio Bíblico de Belén me decía: “Yo siento que si salgo con la cruz colgada al cuello, me miran medio torcido y si salgo con una chica que no es mi prometida ni mi esposa, me miran mal. Y siento que debo adaptarme a las leyes de la mayoría; no puedo vivir libremente según mi concepción más abierta -según sus términos- cristiana”.

EC – En Gaza es diferente, ¿no?

AJ – Sí, sin duda…

EC – ...Ahí la situación tiene otras características, ahí gobierna el movimiento fundamentalista islámico Hamas.

AJ – Sí, sin duda haces bien en distinguirlo, porque si bien oficialmente por supuesto Hamas nunca se va a presentar como quien discrimina o persigue a los cristianos, en la calle la situación es otra.

Cuando estuve en Belén estos días entrevisté, entre otros, a un joven, cuyo nombre pidió no identificar. Él es un joven cristiano, un muchacho de 23 años que está estudiando teología en el colegio Bíblico de Belén, hace dos años recibió permiso de las autoridades israelíes para salir de Gaza a Belén por razones familiares, o sea, para estar en Belén el día de Navidad y decidió no volver. Hamas ya estaba gobernando Gaza. Dijo: “Yo sentí que mi propia vida estaba en peligro”. Se refería no sólo a la vida física, o sea, a cómo se puede vivir… Optó por saber que quizá no pueda ver más a la familia por quedarse en Belén, aunque oficialmente está ilegal. Dijo: “Yo no podía seguir así”. Tiene miedo cuando habla con la familia por teléfono, miedo a que los estén escuchando y concretamente dice: “Mis hermanas son cristianas como yo, pero salen con velo a la calle porque las presionan de una forma que temen que les puede pasar (algo) si no lo hacen”. Un ejemplo, por supuesto, de muchos otros.

EC – ¿Qué puede decirse, entonces, sobre el futuro de los cristianos allí en la cuna del Cristianismo?

AJ – Por un lado, hablamos ya de esto de minoría, de los porcentajes que van bajando, y hay muchos cristianos que realmente se manifiestan de modo muy preocupado respecto a qué les depara el futuro, pero para no arruinar la fiesta quiero introducir un elemento de cariz optimista: entrevisté estos días a una persona que se llama el Guardián de Nazareth; viene a ser el representante de la custodia de Tierra Santa en Nazareth, especialmente la Basílica de la Anunciación. Es un sacerdote de origen argentino, el padre Ricardo Bustos. Él me decía: “Sin duda hay problemas, pero miremos la mitad llena del vaso. Cuando llegamos a Nazareth –dijo hablando de la custodia de Tierra Santa-, en el año 1620, no había ni un cristiano aquí y hoy somos, como bien se sabe, muchos miles”. Nazareth es el centro principal de los cristianos católicos en la Galilea. O sea que depende desde qué punto de vista se analiza; aunque dicen los expertos que para ser realista en Oriente Medio en general hay que tener cierto tinte de pesimismo.

EC – ¿Cuéntanos cómo está el tiempo allí hoy, jueves?

AJ – Está precioso, no es como en las películas que veíamos hasta de chicos que en Navidad en Belén siempre nieva. No, no creo que nieve, porque el Sol está bastante fuerte hoy. Te miento si te digo que sé cuantos grados, pero estos últimos días han sido bastante benévolos.

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