jueves, 30 de julio de 2015

Sesquicentenario de la Ordenación Episcopal de Monseñor Jacinto Vera.


Cardenal y Obispos celebrarán Misa por 150 aniversario de la ordenación episcopal del primer Obispo de Uruguay, candidato a la Santidad.

Se iniciará investigación por presunto milagro que posibilitaría su beatificación.


El próximo 2 de agosto, el Cardenal Daniel Sturla junto a todos los obispos del país concelebrarán una Misa por los 150 años de la ordenación episcopal del Primer Obispo de Uruguay, el Venerable Mons. Jacinto Vera. 
La Misa tendrá lugar a las 11 hs, en la Catedral Metropolitana.

Luego de la Misa se realizará el acto solemne de la sesión de apertura del Tribunal que investigará un presunto milagro atribuido a la intercesión del Venerable Jacinto Vera (que de comprobarse, facultaría su beatificación) y se tomará juramento a sus miembros.

Esta Eucaristía será de acción de gracias por la ordenación episcopal del primer obispo, acaecida el 16 de julio de 1865, fiesta de la Virgen del Carmen, en la Iglesia Matriz.
Luego de la sesión de apertura del Tribunal que investigará un presunto milagro atribuido a la intercesión del Venerable Jacinto Vera se realizará un homenaje al primer Obispo de Uruguay junto a su sepulcro en la Catedral Metropolitana.
El pasado 6 de mayo, día en que se cumplían 134 años de su fallecimiento, en Pan de Azúcar, Mons. Jacinto Vera fue declarado Venerable por el Papa Francisco en reconocimiento de sus “virtudes heroicas”, constituyendo un importantísimo paso hacia su beatificación y canonización.

CAMINO A LA SANTIDAD

El camino hacia la santidad tiene varios escalones: Mons. Jacinto Vera hasta el pasado 6 de mayo era llamado “siervo de Dios”. Este título se otorga cuando comienza oficialmente la causa de un “candidato a la santidad”, después que la Santa Sede, a través de la Congregación para la Causa de los Santos, autoriza la apertura del proceso, ya que comprueba que el candidato tiene “fama de santidad”. Luego, se estudia en profundidad su vida para comprobar que ha vivido heroicamente las virtudes humanas y cristianas. Si esto se comprueba y después de pasar por dos tribunales, el Santo Padre firma el decreto que declara al siervo de Dios como Venerable. Seguidamente pasa a ser beato y, finalmente, santo. Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya obtenido y comprobado un milagro debido a su intercesión y para que sea canonizado es necesario un segundo milagro. Ese segundo milagro debe ocurrir después de ser proclamado beato.

VENERABLE MONS. JACINTO VERA

El primer obispo y padre de la Iglesia del Uruguay nació el 3 de julio de 1813 en el viaje en el que sus padres, provenientes de las islas Canarias, llegaban a Uruguay como inmigrantes. A los 19 años, después de una tanda de Ejercicios espirituales, sintió el llamado al sacerdocio. Luego de los estudios de Teología en el seminario de los jesuitas en Buenos Aires, en 1841 es ordenado sacerdote. De regreso a su patria, es nombrado teniente cura y después párroco de Canelones.
En 1859 es designado Vicario Apostólico del Uruguay y empieza una difícil tarea de organización de la Iglesia en todo el territorio nacional. En 1865 es consagrado obispo pero recién en 1878 se crea la diócesis de Montevideo (que abarcaba todo el país) y Mons. Vera es nombrado su primer obispo. En 1870 participa en el Primer Concilio Vaticano.

Diez años después inaugura el primer Seminario de Montevideo. Recorrió varias veces el país con sus viajes misioneros y murió en Pan de Azúcar, el 6 de mayo de 1881.

A lo largo de su vida afrontó con decisión y audacia su tarea de pastor. Sufrió diversas contradicciones, fue exiliado por el gobierno, regresó sin ánimo de revancha y buscó siempre la reconciliación y la paz entre los orientales. A su muerte, el país se paralizó y gobierno y pueblo le tributaron sentidos honores. Había muerto el oriental más querido en la segunda mitad del siglo XIX.


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