Cardenal y Obispos celebrarán Misa por 150 aniversario de la ordenación episcopal del primer Obispo de Uruguay, candidato a la Santidad.
Se iniciará investigación por presunto milagro que posibilitaría su beatificación.
El próximo 2 de agosto, el Cardenal Daniel Sturla junto a todos los obispos del país concelebrarán una Misa por los 150 años de la ordenación episcopal del Primer Obispo de Uruguay, el Venerable Mons. Jacinto Vera.
La Misa tendrá lugar a las 11 hs, en la Catedral Metropolitana.
Luego
de la Misa se realizará el acto solemne de la sesión de apertura del
Tribunal que investigará un presunto milagro atribuido a la intercesión
del Venerable Jacinto Vera (que de comprobarse, facultaría su
beatificación) y se tomará juramento a sus miembros.
Esta
Eucaristía será de acción de gracias por la ordenación episcopal del
primer obispo, acaecida el 16 de julio de 1865, fiesta de la Virgen del
Carmen, en la Iglesia Matriz.
Luego
de la sesión de apertura del Tribunal que investigará un presunto
milagro atribuido a la intercesión del Venerable Jacinto Vera se realizará un homenaje al primer Obispo de Uruguay junto a su sepulcro en la Catedral Metropolitana.
El
pasado 6 de mayo, día en que se cumplían 134 años de su fallecimiento,
en Pan de Azúcar, Mons. Jacinto Vera fue declarado Venerable por el Papa
Francisco en reconocimiento de sus “virtudes heroicas”, constituyendo
un importantísimo paso hacia su beatificación y canonización.
CAMINO A LA SANTIDAD
El
camino hacia la santidad tiene varios escalones: Mons. Jacinto Vera
hasta el pasado 6 de mayo era llamado “siervo de Dios”. Este título se
otorga cuando comienza oficialmente la causa de un “candidato a la
santidad”, después que la Santa Sede, a través de la Congregación para
la Causa de los Santos, autoriza la apertura del proceso, ya que
comprueba que el candidato tiene “fama de santidad”. Luego, se estudia
en profundidad su vida para comprobar que ha vivido heroicamente las
virtudes humanas y cristianas. Si esto se comprueba y después de pasar
por dos tribunales, el Santo Padre firma el decreto que declara al
siervo de Dios como Venerable. Seguidamente pasa a ser beato y,
finalmente, santo. Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya obtenido y comprobado un milagro debido a su intercesión y para que sea canonizado es necesario un segundo milagro. Ese segundo milagro debe ocurrir después de ser proclamado beato.
VENERABLE MONS. JACINTO VERA
El
primer obispo y padre de la Iglesia del Uruguay nació el 3 de julio de
1813 en el viaje en el que sus padres, provenientes de las islas
Canarias, llegaban a Uruguay como inmigrantes. A los 19 años, después de
una tanda de Ejercicios espirituales, sintió el llamado al sacerdocio.
Luego de los estudios de Teología en el seminario de los jesuitas en
Buenos Aires, en 1841 es ordenado sacerdote. De regreso a su patria, es
nombrado teniente cura y después párroco de Canelones.
En
1859 es designado Vicario Apostólico del Uruguay y empieza una difícil
tarea de organización de la Iglesia en todo el territorio nacional. En
1865 es consagrado obispo pero recién en 1878 se crea la diócesis de
Montevideo (que abarcaba todo el país) y Mons. Vera es nombrado su
primer obispo. En 1870 participa en el Primer Concilio Vaticano.
Diez
años después inaugura el primer Seminario de Montevideo. Recorrió
varias veces el país con sus viajes misioneros y murió en Pan de Azúcar,
el 6 de mayo de 1881.
A
lo largo de su vida afrontó con decisión y audacia su tarea de pastor.
Sufrió diversas contradicciones, fue exiliado por el gobierno, regresó
sin ánimo de revancha y buscó siempre la reconciliación y la paz entre
los orientales. A su muerte, el país se paralizó y gobierno y pueblo le
tributaron sentidos honores. Había muerto el oriental más querido en la
segunda mitad del siglo XIX.
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